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La persona más importante por ami4alice

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno, aquí le traígo un cap más del fic. Preparen sus pañuelos~ 

Como de costumbre KKM no me pertenece, si fuera así habría mucho fanservice de Yuuri y Wolfram ewé 

 

Ya habían pasado unos días desde que Wolfram había pisado las tierras que le vieron crecer y al parecer la desgracia de nuevo le estaba acompañando. Con solo unos días de haber estado en el castillo de su tío de nuevo sufría un accidente. Los caballos habían perdido el control por alguna extraña razón provocando que Wolfram quien montaba uno cayera de este golpeándose fuertemente la cabeza. De inmediato fue llevado a la habitación y atendido por el médico.

-¡Wolfram! ¿Estás bien? –la voz preocupada de su tío fue lo primero que llego a sus oídos.

-¿Hm? –soltó una queja mientras se acomodaba en aquella cama donde se encontraba.

-No te muevas mucho, ha sido un fuerte golpe –comento Waltorana ayudando a sentarse a su sobrino.

-¿Qué ha sucedido? –pregunto con una mano en su frente, por lo que sintió, dedujo que tenía una venda en su cabeza.

-Estabas por salir cuando de pronto uno de los caballos perdió el control y altero a todos los demás. Por eso terminaste cayendo del caballo y te golpeaste la cabeza fuertemente con el piso –comento Waltorana sin dejar de chequear a su sobrino.

-Ya veo… -dijo en un leve suspiro. ¿Acaso estaba maldito o algo así? Esa era la segunda vez que le pasaba un accidente que involucraba su cabeza.

-¿Qué es lo último que recuerdas? –pregunto con curiosidad el mayor. Wolfram duro unos minutos pensativo.

-Que había venido a las tierras Bielefeld por una misión –comento el menor con cierta duda.

-Eso es bueno… -dijo en un suspiro Waltorana. Saber que seguía recordando todo era una buena señal -. Bien, el médico ha señalado que descanses un par de días por si acaso, ha sido una fuerte caída, así que es mejor prevenir.

-¡Estoy bien! Puedo continuar con el trabajo… -dijo para moverse y levantarse de la cama pero regreso a esta cuando un fuerte dolor le punzo en la cabeza.

-Ves, te dije que es mejor prevenir, descansa un poco Wolfram –dijo Waltorana con una leve sonrisa -. Permíteme volver a tenerte para consentirte –comento con una risa después.

-Está bien –dijo Wolfram luego de una sonrisa y un suspiro.

-Entonces descansa un poco, volveré para la cena –comento con una sonrisa Waltorana -. Te dejo a cargo de su cuidado Yuki, no dejes que se fuerce mucho –dijo después. El mayor le dio un beso en la frente a Wolfram antes de retirarse de la habitación. Wolfram por su parte regreso a recostarse en la cama.

-¿De verdad se encuentra bien? –pregunto Yuki con duda cuando estuvieron solos en la habitación.

-No lo sé –dijo cerrando por un minuto los ojos. Cuando realizaba esa acción venían a él un par de imágenes, se veía feliz, no solo eso, podía certificar que estaba enamorado de aquella persona, el asunto estaba era en que… ¿Quién era esa persona que amaba?

-¿Seguro? –dijo Yuki. Wolfram se silenció un corto tiempo antes de abrir los ojos y mirar fijamente a Yuki.

-De pronto han venido a mi unos recuerdos –le confeso con sinceridad.

-¿Unos recuerdos? –soltó Yuki, aunque se daba una idea por donde iba todo eso.

-Sí. Unos recuerdos con alguien que era muy importante para mí. Era feliz a su lado, realmente lo amaba, no, siento que aún sigo amándolo. Cada vez que veo esos recuerdos una felicidad llena por completo mi pecho, pero…-dijo silenciándose un momento el rubio.

-¿Pero qué? –pregunto un tanto curioso Yuki.

-No puedo recordar su rostro, es como si cada vez que lo intento un fuerte dolor me llega. Sé que es la persona más importante para mí, pero… ¿Por qué no puedo ver bien su rostro? –Wolfram llevo ambas manos a su rostro para cubrirlo un poco escapándosele un sollozo.

Mientras Wolfram se encontraba en su lamento Yuki sonrió de oreja a oreja, esa era la oportunidad que estaba buscando para finalmente hacer al hombre que por tantos años deseo completamente suyo. Para Yuki, Wolfram era todo su mundo, desde el inicio había sido así, siempre se había esforzado para tener la posición que actualmente tenía, pero todo eso se vio destruido cuando apareció el nuevo Maou.

Sin ningún esfuerzo se robó todo por lo que él había estado trabajando. El Maou en solo un segundo se había llevado toda la atención que tanto le había costado a Yuki conseguir. ¡Había logrado hacer que se enamorara! Nadie había logrado antes una hazaña como esa. Yuki había estado trabajando en eso y había creído estúpidamente que lo estaba logrando lentamente, pero cuando vio al rubio junto al moreno una vez, pudo notar que él estaba muy lejos de lograr su objetivo. No solo eso molestaba a Yuki, que aquel hombre estúpido no notara lo que tenía a su lado, el ver las lágrimas de la persona que más anhelaba. Todo eso había llegado a formar un rencor en Yuki hacía el rey que debía proteger.

Por esa razón el tener esa oportunidad de oro. El que Wolfram recordara que amaba a alguien, pero que no recordara que era el Maou era una oportunidad que no iba a dejar pasar. Iba a lograr su objetivo en ese momento, iba a atar a la persona que más anhelaba en ese mismo instante. Yuki iba a terminar por cerrar la última oportunidad del Maou de lograr recuperar a Wolfram. A partir de ese mismo momento Wolfram no sería de nadie más que de él.

-Esto puede sonar fuera de lugar, pero… -inició con su mejor cara de lamento.

-¿Eh? ¿Qué sucede? –pregunto Wolfram curioso e intrigado sobre las palabras ajenas.

-Yo sé la respuesta a sus dudas –comento ahora sin mirarlo directamente.

-¿De verdad? –pregunto para lentamente sentarse en la cama sin dejar de ver a Yuki fijamente.

-Pensaba no decírselo ya que había perdido la memoria, pero… -comento con una pausa.

-¿Perdido la memoria? ¿He perdido la memoria? –pregunto ahora más confundido.

-Sí, hace un tiempo atrás sufrió un accidente. Ese accidente hizo que pierda la memoria, creí que lo mejor sería no decir nada para no lastimarlo, pero quizás me he equivocado –comento Yuki acercándose a Wolfram, arrodillándose enfrente de este y tomando una de sus manos.

-¡Habla de una vez! –soltó un tanto ansioso.

-La verdad es que la persona que ha comentado antes, de esa persona que ama tanto… -e hizo una ligera pausa -. Ese he sido yo, antes del accidente teníamos una relación, pero creí que lo mejor era no decírselo, después de todo yo soy un simple soldado… -comento dejando escapar un sollozo fingido.

-¿Teníamos una relación? –soltó con duda el rubio. Yuki asintió con su cabeza en respuesta.

-Pero evidentemente era una relación prohibida, yo soy un simple soldado y usted es un noble, nadie nos vería por nuestro amor sino por nuestra posición, por eso cuando perdió la memoria creí que lo mejor era mantener la distancia, pero luego de verlo sufrir he visto lo equivocado que estaba –dijo Yuki tomando con sus dos manos la de Wolfram que ya sostenía.

-¿De verdad? –pregunto Wolfram aun dudando de todo aquello.

-¿Alguna vez le he mentido? –pregunto a lo que Wolfram negó con la cabeza -. Esta es la verdad, por favor crea en mí –dijo llevando la mano ajena a su pecho.

-Está bien… -aunque aún mantenía una duda en su pecho por inercia acepto. La seguridad que mostraba Yuki influyó en su decisión.

No se dijo más nada sobre el asunto ya que Wolfram decidió dormir un poco más para poder despejar todas esas dudas que rondaban en su cabeza. A pesar de que Yuki se veía tan seguro había algo en él que le gritaba que algo no terminaba de cuadrar. Algo en su pecho le gritaba que todo aquello no parecía ser verdad, pero Wolfram sabía que Yuki, su hombre de mayor confianza no le mentiría con un tema tan serio. Logro dormir un par de horas nada más pues su cabeza era todo un caos.

Al final decidió esperar a su tío para poder aclarar toda duda que tuviera. Como Waltorana había cumplido a la hora de la cena varias sirvientas con carrito de comida entraron en la habitación del menor dejando la comida en una mesa que minutos antes habían montado. Al terminar hicieron una reverencia para sin más retirarse de la habitación donde solo quedaron Waltorana y Wolfram, ambos sentados en aquella mesa.

-Bien, hace mucho que no teníamos una cena juntos –comento con una risa el mayor.

-Bueno, ahora que soy uno de los que protege al Maou es más difícil venir a visitarte –comento Wolfram con una sonrisa. Waltorana se silenció unos minutos mientras tomaba los cubiertos.

-¿Sucede algo Wolfram? –pregunto, Waltorana conocía perfectamente a su sobrino para no darse cuenta que tenía algo en la cabeza.

-Yo… -dudo unos minutos pero luego de respirar hondo miro directamente a su tío -. Quisiera saber algo.

-¿Algo? –dijo antes de silenciarse pues había llevado un trozo de la carne que había en su plano a su boca -. ¿Qué te tiene tan preocupado? –pregunto cuando finalmente trago la comida.

-¿Es posible…? –inició con duda -. ¿Es posible que yo tenga una relación con el Maou? –pregunto. Pregunta que dejo sin palabras a Waltorana.

¿Qué debía de contestar? ¿Debía decirle la verdad a Wolfram? ¿Debía decirle que originalmente estaba comprometido con el Maou? La última orden que le había llegado era que el Maou señalaba que no se comentara nada sobre su compromiso con Wolfram, no quería desobedecer las órdenes de su rey, así que respiro hondo unos minutos antes de tomar una decisión.

-Eso no puede ser… -dijo intentando usar el tono que usaba siempre para convencer a las personas -. Además, ¿El Maou no está actualmente comprometido? –dijo después. No quería ser él quien destruyera los sueños de su sobrino, pero tampoco quería desobedecer una orden del rey, era un dilema que tendría por un largo tiempo.

-Ah… -dejo escapar Wolfram mirando en dirección del suelo.

Con aquellas palabras de su tío podía entonces certificar que quizás las palabras de Yuki eran ciertas. Era imposible que él tuviera una relación con Yuuri, quizás solo eran amigos como él le había pedido que fueran. Era mejor que se quedaran de esa manera, después de todo, si Yuki tenía razón él no necesitaba buscar algo que ya tenía en otra persona. Wolfram llevo una mano a su pecho tomando con un poco de fuerza su camisa. Tal vez ese dolor en su pecho era su imaginación. Eso debía de ser.

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-¡¿Por qué no me han dicho antes sobre eso?! –gritaba exaltado el moreno.

-¡No tienes porque gritar! Estabas en recuperación, ¿Qué querías que hiciéramos? –soltó igualmente enojada Lyli.

-¡Aun así! No es excusa. Ahora Wolfram está en otras tierras… -dijo en un largo suspiro el moreno. Sin decir más nada regreso a su asiento en el escritorio de su despacho.

Ya habían pasado unos días desde que el Maou se encontraba enfermo y gracias a que lo obligaron a descansar el moreno se recuperó rápidamente. En esos momentos se encontraba junto a Lyli y Conrad en su despacho, después de todo no fue sino hasta ese instante que se enteró del hecho de que Wolfram había dejado pacto de sangre por una misión que debía cumplir. El problema no radicaba en que se hubiese ido, sino en que Yuuri no tenía una excusa creíble para seguirlo.

-No pudimos hacer nada. Wolfram se negó a dejar la misión y no podíamos decirle por su estado –comento Conrad intentando aliviar el ambiente.

-¡Eso no es…! –soltó el moreno pero luego se silenció -. ¿Ahora qué podemos hacer? –pregunto ya más tranquilo.

-Debemos encontrar una manera de poder ir a las tierras Bielefed sin que se vea demasiado forzoso o sospechoso –comento Lyli pensativa.

-Una que todos acepten como normal, pero en estos momentos no tenemos ninguna –comento Conrad.

-¿Entonces no me queda de otra que estar aquí, esperando una oportunidad? –pregunto y cuando tuvo un silencio como respuesta se dio una idea de lo que pensaban los otros dos.

El silencio rondó la habitación, ninguno de los presentes tenía algo que aportar en esos momentos. Los tres buscaban idear un plan que les pudiera funcionar, pero siempre llegaban al mismo punto muerto. No tenían ni idea de qué era lo que pudieran hacer para lograr su objetivo de ir a las tierras Bielefeld. Yuuri ya se encontraba levemente desesperado, eso no era más que un castigo divino, ¿Cuánto podían empeorar las cosas? Seguro que aún le faltaba sufrir un poco más o por lo menos eso pensó hasta que las puertas del despacho se abrieron.

-¡Yuuri! –la voz de la pequeña princesa lleno la habitación. Venía acompañado de Dorcas.

-¿Greta? ¿Dorcas? ¿Qué sucede? –pregunto con duda el moreno.

-Majestad, hemos recibido noticias de las tierras Bielefeld –dijo Dorcas de inmediato.

-¿Noticias? ¿Cuáles noticias? –pregunto levantándose de su silla y colocando una mano en su escritorio sin dejar de ver al soldado.

-Nos han mandado un aviso de que su excelencia ha sufrido de nuevo un accidente –comento.

-¿En serio? –soltó Lyli con un tono despectivo. Al parecer Wolfram atraía los accidentes o así concluyó Lady Grewster.

-Eso está señalado en la carta –comento Dorcas acercándose para entregarle la carta a Conrad, quien era el más cercano.

-Él tiene razón, aquí lo dice –comento Conrad mirando al moreno.

A pesar de que la noticia que le había llegado no era para nada buena Yuuri tenía en su rostro una sonrisa. Ahí estaba, la oportunidad que necesitaba para ir a las tierras Bielefeld. Era bien sabido que Yuuri se preocupaba por toda la gente de su reino, así podría usar por primera vez ese factor a su favor.

-Yuuri ¿Qué haremos ahora? –pregunto Greta con preocupación.

-Ir a las tierras Bielefeld –contesto sin ninguna duda y sin quitar su sonrisa. La excusa que necesitaba se le había presentado ¿Cómo desaprovecharla?

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Cuatro días les llevo para llegar a tierras Bielefeld. Más tiempo del que normalmente se llevaban, tal vez se debía a que Lyli no estaba acostumbrada a viajar mucho y por eso tenían que detenerse para acampar cada cierto tiempo. Al inicio le molesto el asunto, estaba apurado, pero luego de una corta charla con Conrad termino aceptando las constantes paradas que tenían que hacer. Lyli lo estaba ayudando para recuperar a Wolfram, no debía pagar su frustración con ella.

-Finalmente hemos llegado –comento con un largo suspiro el moreno cuando vio el castillo de Waltorana.

-Bien, ya que estamos más cerca podemos planear nuestra estrategia –dijo Lyli llena de vitalidad.

-Creer que hace unos momentos estabas como un fantasma –comento Yuuri en un suspiro.

-Una dama siempre debe verse encantadora para su enamorado –dijo Lyli con cierto orgullo.

-¿Estas luciendo para mí? –dijo con una risa, pero en respuesta recibió un manotazo en la cabeza.

-No seas idiota, por supuesto que es para Wolfram –dijo sin ninguna duda.

-Has herido mi orgullo –comento el moreno. Lyli iba a contestarle, pero antes de lograrlo se vio interrumpida.

-Majestad, me he tomado el atrevimiento de informarle a Waltorana sobre nuestra llegada, debe de estar esperándonos en la entrada –comento Conrad al ya estar en la puerta. Luego de eso pudieron ver como el rubio estaba en la entrada esperando por su llegada, como había indicado Conrad.

-Bienvenido Majestad –dijo Waltorana animadamente.

-¿Cómo se encuentra Wolfram? –pregunto minutos después de bajarse del caballo. Antes de tener una respuesta Lyli de nuevo le daba un manotazo.

-Lo primero que dices es un saludo –comento la mujer refunfuñando.

-¿Dónde está Wolfram? –ahora era la princesa la que preguntaba sin saludar.

-¿Ustedes son padre e hija? No se les nota para nada –comento Lyli con ironía. Waltorana rio por la escena delante de él, con eso podía asegurar que el Maou se preocupaba aun por su sobrino.

-Él ya se encuentra mejor, lamento haberles preocupado con eso. Ahora mismo se ha instalado de nuevo en su trabajo –dijo con una sonrisa.

-Eso es algo bueno –dijo Greta más aliviada -. ¿Puedo ir a verlo? –pregunto con cortesía.

-¡Por supuesto! Ahora debe encontrarse en el jardín con su escuadra –dijo con una sonrisa señalándole la dirección a la pequeña princesa. Esta sin duda se retiró, corriendo en la dirección indicada.

-Que envidia –dijo Yuuri, él también quería poder irse corriendo con su hija a ver a Wolfram.

-Yuuri… -soltó Lyli indicándole que iba a volver a darle un manotazo si continuaba así.

-Sí, sí. Lamento mi actitud de no haber saludado –dijo Yuuri en un suspiro -. Me alegra saber que se encuentra bien, pero… ¿Es seguro dejarle trabajar? –pregunto después.

-No se preocupe, ese tipo de gesto me hace ver lo preocupado que estaba y no se preocupe por eso. Wolfram no es tan débil en ese sentido, ya está completamente bien, además que si sigo manteniéndolo prostrado en una cama todo el castillo terminara siendo cenizas –dijo con una fuerte risa.

-Supongo que es verdad –comento el moreno, se imaginaba la escena así que no pudo evitar dejar escapar una risa.

-Luego de certificar el estado de Wolfram nos regresaremos a pacto de sangre –comento Conrad, debían de mantener las apariencias de que iban para certificar su situación nada más.

-Está bien, no tengo ningún problema, pueden quedarse todo el tiempo que deseen –dijo Waltorana -. Aunque antes de eso primero debería permitirles entrar –dijo después con una risa.

-Sería todo un honor –dijo Lyli antes de ser la primera que entro al castillo, seguido de Yuuri y luego de Waltorana junto a Conrad. Ahora que se encontraban en el lugar debían de proseguir con su plan de conquistar de nuevo a Wolfram. Esta vez no debían de fallar, mientras más tiempo pasara más sentían lejano su objetivo, así que no podían perder esa oportunidad.

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Yuuri no pudo evitar apretar la pequeña mano de su hija cuando se encontró con aquella escena. No podía creer lo que estaban observando sus ojos, cuando se sentía lleno de confianza, que había logrado algo con Wolfram, la realidad lo golpeaba con aquella escena que tanto él como su hija la miraban con sorpresa. Yuuri estaba dando un paseo con Greta por el castillo pues Lyli lo había corrido de la habitación por una excusa que no entendió, así que decidió pasar el rato con Greta, pero no se esperó que chocaran con aquello. Ambos habían detenido su andar pues sus pies se habían pegado al piso.

Lo que ambos vieron que provoco que su andar se viera detenido fue el haber visto a Wolfram besarse con alguien más, no solo eso, parecía feliz, igual que cuando andaba con ellos antes de que perdiera la memoria. ¿Por qué pasaba algo como eso? Ambos se hacían la misma pregunta mientras sus expresiones cambiaban de una sonrisa a una expresión llena de tristeza. Aquello que observaba le dolía a ambos, quizás a uno más que a otro, pero igual sintieron aquel dolor en el pecho cuando lo vieron. No dijeron nada ni comentaron nada, lo único que paso fue que por un momento Greta miró a Yuuri cuando este apretó un poco más su mano.

-Yuuri… -soltó en un leve murmuro Greta.

Luego de haberla apretado el moreno fue aligerando el agarre, como si lentamente se estuviera rindiendo al ver aquella escena. En ese punto era Greta la que ahora se encontraba apretando la mano al moreno. Finalmente con aquel gesto Yuuri miro a su hija y esta le miró fijamente de manera seria antes de negar con la cabeza, intentando con aquello animar un poco al moreno.

-¡Esta bien! –dijo Greta formando una pequeña sonrisa en su rostro. Yuuri se sintió aún más triste del hecho de que su hija tuviera que animarlo en ese tipo de situación, debía de ser al revés.

-Lo siento por eso –dijo Yuuri antes de respirar hondo y recuperar su compostura -. Será mejor continuar con nuestro recorrido –dijo con una sonrisa.

-Sí –contesto Greta. Ninguno de los dos deseaba hablar sobre el asunto que acaban de observar.

Iniciaron su caminata, pero como si el destino estuviera siendo cruel con ambos a los minutos de haber caminado un pedazo se encontraron con Wolfram que venía caminando por el lado contrario. El rubio al cruzar miradas con los otros dos les saludo deteniendo su andar cuando estuvieron frente a frente. Por suerte cuando lo tuvieron enfrente Wolfram se encontraba solo, pues Yuuri sabía que no iba a poder soportar tenerlo enfrente sin no querer golpear a aquel hombre que se había atrevido a besar a Wolfram.

-Princesa, Majestad –dijo Wolfram con una leve sonrisa al momento de saludarlos. Yuuri suspiro levemente, de nuevo le estaba llamando de esa manera.

-Wolfram –susurro Greta ocultándose levemente detrás de Yuuri.

-¿Qué les ha traído a las tierras Bielefeld? –pregunto con curiosidad.

-Nos hemos enterado de que tuviste un accidente así que venimos a certificarlo –comento Yuuri en respuesta.

-¿Por eso? Bueno, me encuentro perfectamente bien, no tiene por qué preocuparse por nada –dijo de manera segura.

-Eso puedo notarlo –comento sin mucho ánimo el moreno.

-Maje… ¿Yuuri estas bien? –Yuuri se vio sorprendido de que le llamara por su nombre así que finalmente le miro directamente.

-Ah… si, no te preocupes –dijo mientras con todas sus fuerzas sonreía -. Simplemente ando algo distraído –dijo como excusa.

-No debes andar así, eres el rey –dijo con una risa Wolfram.

-Tienes razón. Lamento eso, intentaré evitar andar con esa actitud –comento rascándose la nuca con la mano libre -.Sino hay más nada que decir entonces continuare con mi paseo con mi hija.

-Ah, sí. Está bien –comento Wolfram un tanto distraído. Yuuri inicio su andar pasando por un lado del rubio, Greta no dijo nada y camino junto al otro -. Yo… -inició deteniendo el andar de los otros.

-¿Hm? –soltó Yuuri mirando en dirección del rubio.

A pesar de su seguridad inicial Wolfram termino dudando dando un paso hacia atrás. Sin darse cuenta Wolfram había esperado que los otros dos le invitaran a su recorrido, como las otras veces habían hecho lo mismo, pero al no darse el caso le llevo a reaccionar. Yuuri solo le miró un momento y también dio un paso hacia adelante decidido a decir algo, pero entonces la imagen que antes observo llego a su mente haciéndole arrepentirse.

Ambos tuvieron un cruce de miradas donde parecían tener una discusión. Greta miraba a ambos sin entender todo lo que estaba pasando. Ninguno de los dos decía nada al igual que parecía que ambos se turnaban para tener valor, aunque finalmente todo se acabó cuando Yuuri tuvo un poco más de valor. Yuuri llevo su mano en dirección del otro, y aunque no se diera cuenta, Wolfram esperaba aquella acción, en realidad esperaba más. Pero todo eso termino cuando la mano del Maou se detuvo en mitad del camino.

-Continuemos con nuestro recorrido Greta –dijo Yuuri finalizando con todo aquel silencio. Sin agregar más nada Yuuri se giró para iniciar su caminata junto a Greta.

Mientras iba caminando apretaba con fuerza aquella mano que no había logrado su objetivo y en su rostro se mostraba una expresión llena de frustración. Se estaba odiando a si mismo por ser tan cobarde, no, lo que realmente odiaba era el hecho de no darse cuenta cuanto dolor le estaba causando aquello. Siempre había estado seguro de que si se alejaba de Wolfram no sufriría tanto, entonces… ¿Por qué ese dolor era tan grande? No creía poder soportar esa opresión en su pecho.

Wolfram quien se había quedado un largo rato parado en su lugar tenía su mente hecho un caos. ¿Qué era lo que estaba esperando hace unos minutos atrás? ¿Acaso había querido que le invitara? No, no era solo eso lo que realmente había querido. En su mente solo había una cosa que anhelaba con gran deseo. ¿Qué clase de persona se estaba convirtiendo? ¡No podía andar deseando besar a alguien más que su pareja! Él estaba saliendo con Yuki, no podía desear los labios del Maou. Aun así, los besos que había tenido con Yuki no le dejaban aquel deseo en su corazón como había sucedido cuando se besó con el Maou. ¿Qué le estaba pasando?

Todo comenzaba cada vez más a derrumbarse para ambos. A pesar de que el deseo y anhelo se encontraba en ambos ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso. Uno por no recordar sus propios sentimientos y el otro por cobarde. Ninguno de los dos se daba cuenta de lo que en realidad se estaban haciendo mutuamente, dos personas que están tan destinadas a estar juntos y que tomen la decisión de no estarlo. Eso seguro se convertiría en su castigo.

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-¿Y simplemente te fuiste y le dejaste? ¡Esa era tu oportunidad! –gritaba con histeria Lyli en la habitación real cuando Yuuri le contó lo que había pasado -. ¡Lo que tenías que hacer era plasmarle un beso ahí mismo!

-¡¿Crees que algo como eso es tan fácil?! –dijo ahora siendo Yuuri quien gritaba -. ¡¡Después de todo lo que ha pasado no puedo simplemente besarle!! ¡No todo se resolverá mágicamente por eso! –grito después. Lyli le miró unos minutos, no podía enojarse con el moreno cuando en su rostro se veía el dolor que sentía.

-¿Entonces qué piensas hacer? ¿Tiraras todo y ya? –pregunto sentándose en el borde de la cama sin dejar de ver al moreno.

-No lo sé. Ya no sé qué es lo que debo hacer… Dime Lyli, ¿Qué es lo que debo hacer ahora? –comento Yuuri, su tono de voz era bajo y su voz parecía irse cada cierto tiempo. Lo que había visto antes le había afectado más de lo que el mismo Yuuri podía darse cuenta.

-Por ahora lo mejor es que descanses –dijo en un suspiro Lyli -. Con tus emociones siendo un caos no lograras pensar en nada útil –comento después antes de levantarse e ir a donde estaba sentado el moreno y acariciar levemente sus cabellos.

-Lyli ¿Tú crees que este es un castigo? –pregunto levemente sin dejar de ver el suelo.

-No es un castigo Yuuri –dijo sin dejar de acariciarle, Yuuri tomo levemente el vestido de la mujer -. Esto es solo una lección. Nunca lo vuelvas a ver como un castigo.

Sin poder evitarlo Lyli término abrazando a Yuuri, aunque el moreno no dijera nada aquel dulce abrazo de parte de la chica le había ayudado bastante. Yuuri realmente agradecía la compañía de Lyli, ella había sido su apoyó, si no fuera porque jamás iban a sentir el tipo de atracción romántica para casarse, a Yuuri no le hubiese molestado casarse con esa mujer. En esos momentos que recibía el apoyo de Lyli recordaba que todo ese tiempo el que estuvo en ese papel había sido Wolfram. ¿Por qué había sido tan estúpido? Por nada Wolfram le llamaba siempre enclenque.

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Después de aquella situación que había tenido en la habitación con Yuuri, Lyli había decidido enfrentarse directamente a Wolfram, nunca creyó que iba a necesitar de ese tipo de enfrentamiento, pero dado la situación no podía evitar hacerlo. Cuando se enteró que Wolfram se encontraba en una relación con uno de su guardia y al momento en que se enteró quien era, la mujer no pudo evitar sentirse llena de ira. Era aquel hombre que había intentado evitar que se acercaran a Wolfram, aquel hombre que había escuchado en pacto de sangre. Lyli no permitiría que aquel hombre ganara esa guerra.

-Necesito hablar contigo –dijo cuando llego a donde estaban practicando la guardia de Wolfram.

-¿Conmigo? –soltó Wolfram con duda, que él recordara no tenía ningún asunto con la prometida de Maou.

-Sí, contigo. ¿Podrías darme un poco de tu tiempo? –pregunto, pero Lyli seguía usando el mismo tono serio todo el tiempo.

-Bueno…

-En estos momentos estamos entrenando, ¿No ve que es imposible? –soltó Yuki interrumpiendo la situación.

-No he venido a hablar contigo. Dije que quiero hablar con él. Si continuas actuando de esa manera entonces usaré mi posición como prometida del Maou para rebajarte aún más soldado –la mujer no estaba bromeando, iba completamente enserio.

-¡¿Qué…?! –iba a contestar, pero se vio interrumpido por Wolfram.

-Está bien, iré a hablar con ella. Te dejare a cargo –comento Wolfram. Yuki duro unos minutos en aceptar, pero luego de que el rubio le pidiera con la mirada que aceptara no dijo más nada y se retiró del lugar.

-Vamos a otro lugar, no quiero que las paredes nos escuchen –comento Lyli comenzando a caminar. Wolfram le siguió sin decir algo.

Caminaron por unos minutos donde no se comentó algo, el silencio era el protagonista de aquel escenario. Terminaron llegando a uno de los jardines donde estaba una fuente, el ruido que producía el agua al caer sería perfecta para ocultar un poco sus voces, lo que iban a hablar no era algo para que todos escucharan. Lyli detuvo su andar y se giró para quedar cara a cara con el rubio.

-¿Qué es lo que sientes en este momento? –pregunto la mujer.

-¿Lo que siento ahora? Lo siento, no entiendo la pregunta –dijo Wolfram confundido. Lyli dio un paso hacía el rubio con determinación.

-¿Eres feliz en estos momentos? ¿Estas satisfecho con tu situación actual? ¿De verdad te gusta la persona que ahora está a tu lado? ¿Estas realmente enamorado? ¿En tu corazón eso es lo que más anhelas? –sin poder evitarlo la mujer arrebozo a Wolfram de preguntas.

-¿Eh? ¿Ah? Espere un momento por favor –dijo Wolfram deteniendo su retroceso. La mujer no solo le había arrebozado de preguntas sino que también se acercaba cada vez más con cada pregunta, lo que le llevo por inercia a retroceder.

-Lo siento –dijo Lyli retrocediendo un poco -. Fue mi culpa.

-Está bien –dijo por reflejo Wolfram soltando un largo suspiro.

-Pero quiero una respuesta para mis preguntas –comento Lyli sin dejar de lado la seriedad de antes.

Wolfram duró unos minutos en silencio mientras procesaba las preguntas que antes le había hecho la mujer, pensando un poco en la respuesta que le daría. Normalmente siempre podía conquistar con seguridad, pero sentía que ese no era su caso, ¿Por qué no podía darle una respuesta firme a la chica? Era extraño que no pudiera dar una respuesta firme a todas las preguntas. No importaba cuantas veces las repasara en su mente, la seguridad normal que siempre usaba no estaba presente en ninguna de las respuestas que pudiera pensar.

El rubio iba finalmente a dar una respuesta, pero sus labios se cerraron cuando se enfrentó a la mirada de la chica. Sentía que ante aquellos ojos no podía mentir, ese hecho le hizo resaltar algo. ¿Por qué sentía que la respuesta que pensaba decir era una mentira? Había concluido que sus respuestas debían ser afirmativas, pero que pensara que eran una mentira le preocupaba. ¿De verdad estaba bien con su situación actual? ¿Yuki era el hombre que más amaba? ¿Eso era lo que dictaba su corazón? Parecía que el corazón en su pecho se negaba a aceptar la afirmación de que era feliz, aun así…

-Sí –contesto finalmente con firmeza -. Soy feliz con mi situación y estoy realmente enamorado de Yuki –dijo con una leve sonrisa, aunque sentía que todo eso no era más que una actuación. La chica le miro y la firmeza de antes se perdió por una mirada llena de tristeza.

-Nunca creí que diría algo como esto –soltó en un murmuro Lyli -, pero tu realmente eres un gran enclenque Wolfram –comento con una ligera sonrisa mirándolo fijamente.

-¿Eh? –dijo con confusión el rubio.

-Nada, disculpa las molestias –dijo la chica en un suspiro acomodando su pelo antes de girarse e irse del lugar sin agregar algo.

El rubio miraba confundido toda la situación, ¿Eso era todo? ¿Por qué le había preguntado esa clase de cosas? No sabía la respuesta pero por inercia se quedó unos minutos ahí parado en completo silencio, pensaba irse pero unos ojos negros hicieron que se quedara fijo en el lugar donde estaba parado. Yuuri por casualidad había estado caminando por los pasillos, encontrándose con aquella escena de Lyli y Wolfram, no solo eso, escuchando la conversación.

-Entonces… eres feliz con ese hombre –dijo Yuuri luego de un corto silencio. Wolfram tensó sus hombros, por alguna razón sentía que el dolor en su pecho iba en aumento.

-Sí –contesto Wolfram sin mirarle fijamente, no podía a esas alturas retractarse de su decisión.

Yuuri se silenció, Wolfram tampoco parecía querer decir algo más. El silencio cubrió todo el ambiente, pero a diferencia de las otras veces, este silencio parecía ser el más incómodo de todos, pues la incomodidad parecía no querer dejarlos. Finalmente fue Yuuri quien hablo luego de tanto rato en completo silencio.

-Bien –soltó más para sí mismo que para el otro -. Espero que seas feliz con él –finalizó mientras se rascaba la nuca e intentaba con todas sus fuerzas mantener una sonrisa en su rostro.

-Sí –dijo Wolfram en medio del shock.

-Bien, supongo que ya es momento de regresar a pacto de sangre –comento después en un suspiro -. Nos veremos –finalizó para sin esperar una respuesta irse del lugar.

Wolfram estaba en trance con lo que había pasado. No se lo podía creer y menos creyó lo que paso después. Su vista se nublo un poco y cuando se vino a dar cuenta las lágrimas habían comenzado a invadir sus mejillas, ¿Por qué estaba llorando? Más que eso la pregunta que rondaba su cabeza era ¿Por qué quería que el moreno le detuviera? Él era feliz con Yuki, se había convencido de eso, entonces… ¿Por qué sus lágrimas corrían por sus mejillas por el solo hecho de haber recibido las felicitaciones de parte del Maou?

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-¡Yuuri por favor detente! –gritaba Lyli mientras caminaba a paso rápido intentando estar al nivel del moreno que iba apresuradamente.

-Lo siento Lyli –a pesar de disculparse su paso no se alentaba.

-¿Qué fue lo que paso Yuuri? –pregunto cuando finalmente el moreno se detuvo, parecía buscar algo con la mirada.

-Nada –dijo con firmeza el moreno.

-¡Por supuesto que paso algo! –grito pero Yuuri volvió a caminar sin darle una respuesta.

-¡Conrad! –grito cuando el moreno estuvo cerca del castaño.

-¿Majestad? ¿Qué sucede? –pregunto con intriga.

-He decidido que nos marcharemos hoy –dijo el moreno sin duda.

-¿Eh? –soltaron al unísono Lyli y Conrad.

-Espera Yuuri ¿De qué estás hablando? ¡Aún no hemos hecho nada! –dijo la mujer quejándose.

-No hay nada que hacer –comento en respuesta -. Es mejor que regresemos a pacto de sangre –finalizo sin agregar más nada.

-Ah… bueno, tardaremos un poco en arreglar todo para marcharnos, por eso… -dijo Conrad intentando buscar una excusa para que pudieran quedarse.

-Bien, entonces ustedes esperaran a que todo este arreglado –dijo Yuuri mirando fijamente al castaño -. Yo me marcharé hoy mismo –comento sin ninguna duda.

-¿Eh? –volvieron a soltar en unísono los otros dos.

-Eso es todo, iré por el caballo –murmuro más para el mismo que para los otros dos. Sin agregar más nada el moreno inicio de nuevo su caminata.

-¿Qué fue lo que paso? –el primero en hablar fue Conrad.

-Ni yo misma lo sé. De repente entro a la habitación diciendo que se iría hoy mismo –comento Lyli en un suspiro.

-Majestad… -soltó Conrad mirando en la dirección que se había ido el Maou.

El moreno había caminado por el pasillo un buen rato hasta los establos donde se encontraban los caballos. Ahí detuvo finalmente su andar y antes de continuar su frustración hizo que golpeara con fuerza aquel umbral de la entrada, lastimándose un poco la mano por culpa de la madera. ¿Por qué había sido tan cobarde en aquel momento? ¿Por qué no había aceptado antes sus sentimientos? En ese momento se reprochaba un sinfín de cosas que no se debían más que a su propia culpa. Todo eso no era nada más que su culpa, por esa razón era que se sentía tan dolido y frustrado. Tanto era así que ni siquiera noto el leve sangrado que tenía en su mano.

Lo único que cruzaba su mente era el marcharse de las tierras Bielefeld, no quería seguir viendo como Wolfram era feliz con alguien más. El hecho de que le dijera que estaba enamorado de aquel hombre fue suficiente para que tirara la toalla. ¿Qué podía hacer? ¿Arruinar la felicidad del rubio? No podía hacer algo tan egoísta como eso, arruinar la felicidad de alguien más no estaba entre sus gusto, así que no podía simplemente arruinar la felicidad de Wolfram, aunque eso significaba dejarle por completo. Wolfram finalmente había acabado con la poca esperanza que aún le quedaba en su corazón, pero a pesar de todo no le podía odiar, porque sabía que gran parte de todo no era más que su propia culpa.

Sin esperarse preparo él mismo un caballo, para salir del establo, como había decidido se iría ese mismo día. Su necesidad de irse de ahí lo más rápido posible ni siquiera le hizo notar el mal clima que estaba sobre él, simplemente quería huir, huir como el cobarde que siempre había sido. Sin duda se montó en el caballo y sin oír ni dejar que alguien más se le interpusiera comenzó su viaje de regreso a pacto de sangre. Fue en el camino al sentir las gotas pegar con su rostro que notó el hecho de que había comenzado a llover, no solo eso, a los minutos se desato un fuerte diluvio. Pero a pesar de todo Yuuri continuó con su insistencia de marcharse de las tierras Bielefeld.

No fue sino hasta que el caballo derrapo que termino cayéndose del caballo. Se levantó pasando su brazo por el rostro puesto que cayó en el lodo que había por todos lados. Que patético estaba siendo en esos momentos, pero la frustración fue tanta que no pudo evitar soltar una corta risa antes que se fuera convirtiendo en sollozos. Gracias a Shinou que la lluvia era tan fuerte que ni siquiera el mismo Yuuri podía escuchar sus gritos de lamento. También podía evitar verse el hecho de que por sus mejillas corrían las lágrimas como si no hubiera un mañana. En ese momento Yuuri estaba dejando salir todo aquello que estaba sintiendo en ese instante, toda la frustración de haber perdido lo que había tenido una vez. El lamento de haber sido un cobarde.

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-¿Wolfram? –la voz de Yuki lo había sacado de su mente. Desde lo que había pasado antes con el Maou, Wolfram había estado super distraído.

-¿Eh? ¿Qué sucede? –pregunto intentando disimular su estado.

-¿De verdad estas bien? Si estás cansado puedo ocuparme de todo esto yo –comento Yuki con una sonrisa.

-No, está bien, simplemente estaba pensando en cosas sin sentido –comento en respuesta el rubio.

-¿En serio? –pregunto no muy convencido Yuki, pero finalmente cedió dejando escapar un suspiro -. No te esfuerces mucho –finalizo para acercarse a darle un beso, pero Wolfram desvió el rostro impidiendo el beso.

-Lo siento –se disculpó cuando notó su comportamiento -. Es solo que…

-Está bien, no te preocupes –comento con una sonrisa Yuki -. Por cierto, no se te olvide el evento de esta noche.

-Sí, está bien –comento con una ligera sonrisa. Sin decir más nada Yuki se marchó del lugar dejando completamente solo al rubio.

Aun en su cabeza estaba el asunto con el Maou, ¿Por qué se había sentido tan triste por la felicitación del moreno? Ya él había aceptado el hecho de que era feliz con Yuki, ¿no? Entonces por qué seguía lamentándose sobre ese asunto. No solo eso, continuaba estando insistente en su mente, como si no quisiera dejarlo. Ese asunto preocupaba mucho al rubio pues sentía que no le dejaría tener la felicidad que tanto anhelaba, pero lo que Wolfram no se daba cuenta era del hecho de que la felicidad que buscaba la estaba perdiendo lentamente. Como si de un suspiro estuviéramos hablando, despacio y sin que se percatara, así es como aquello que llamamos felicidad se puede ir de nuestras manos.

Wolfram buscando despejar su mente de aquel caos que tenía decidió dar una caminata por el castillo luego de haber terminado su trabajo, para así lograr tener una respuesta a su problemática. Camino por el pasillo unos minutos antes de oír a lo lejos la voz de la pequeña princesa, no solo la de ella, la de su hermano y la prometida del Maou también llego a sus oídos. Curioso termino por caminar en dirección de donde provenían aquellas voces. Se detuvo unos metros de donde se encontraban las otras tres personas conversando.

-¿¡De verdad piensa irse!? –soltó Lyli en su sorpresa -. ¿Qué es lo que le pasa? –dijo después con enojo.

-¿Yuuri estará bien? –pregunto ahora preocupada la pequeña princesa.

-Sinceramente no lo sé con certeza –dijo sorprendiendo a los tres que le escuchaban, era extraño que Conrad no supiera algo con seguridad.

-Debemos detenerlo antes de que cometa una locura –dijo Lyli más segura a los minutos -. Hay que detener su partida –continuó después.

-Sí –contestaron al unísono Greta y Conrad. Sin agregar más nada los tres iniciaron su caminata con dirección a los establos.

Wolfram quien tenía en su rostro la muestra de su sorpresa se recostó de la pared unos minutos llevando una mano a su cabeza. ¿Por qué le entristecía tanto aquello? Enterarse de que el Maou se había ido sin siquiera despedirse le había entristecido, pero quizás era más que eso. Agito su cabeza ligeramente para regresar en el camino que había recorrido minutos antes, no tenía por qué andar preocupándose de esa clase de asuntos, no eran su responsabilidad… no lo eran ¿Cierto?

-¡Wolfram! –la vos de Yuki le hizo tensar los hombros.

-¿Q-que sucede? –tartamudeo sin darse cuenta.

-¿Eh? –Yuki notó aquel tartamudeo pero prefirió no mencionarlo -. Te he estado buscando.

-¿A mí? ¿Para qué? –pregunto ya más tranquilo.

-¿Acaso se te olvido? Hoy tenemos una cena importante con ambas familias –comento Yuki de lo más normal -. ¿No recuerdas que acordamos reunir a mi familia junto a tu tío para decirle de nuestra relación? –soltó como si fuera lo más obvio del mundo.

-Ah… cierto –dijo cuándo se acordó de aquella conversación.

-Ya llegaron mis padres y están con tu tío, será mejor ir de inmediato.

-Sí.

Sin pensarlo mucho Wolfram tomo la mano de Yuki para comenzar a caminar en dirección del comedor, donde estaban los padres de Yuki y Waltorana conversando cómodamente. A los minutos llegaron los principales actores de aquel escenario. Y la obra continuó a pesar de que Wolfram no estaba en todos sus sentidos, aunque su cuerpo se encontraba en el comedor su mente divaga por quién sabe qué lado. Quizás si lo sabía, pero aun a esas alturas no se daba cuenta del asunto, de donde estaba realmente su mente. La velada prosiguió sin ningún problema, por lo menos hasta aquel punto.

-Wolfram… -escuchar su nombre le hizo mirar un momento a su alrededor. ¿Por qué Yuki estaba arrodillado en el suelo sosteniendo su mano? ¿En qué momento paso?

-¿Eh?

-Parece que la noticia le dejo impactado –soltó Yuki con una risa -. Lo volveré a repetir. Wolfram von Bielefeld ¿Quieres casarte conmigo? –ahora si la pregunta le llego a sus oídos dejándolo aún más fuera de lugar.

-Yo…

Notas finales:

Espero les haya gustado, el próximo cap será el último de este fic...

¿Qué contestara Wolfram? 

¿Qué sucedera con Yuuri? 

Lo sabran en el siguiente cap <3


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