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La persona más importante por ami4alice

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Notas del capitulo:

Bueno, esta ya es la despedida porque aquí les traígo el último cap del fic, espero que como yo disfrute escribiendolo ustedes leyendolo. Nos veremos en otra oportunidad. <3

Tal cual, KKM no me pertenece, si fuera así Wolfram hubiese tomado a la fuerza el amor de Yuuri. 

-¡Vamos! ¡Yuichi deja de correr! –la voz un poco grave de la no tan pequeña princesa llenaba los pasillos.

-¡No quiero! –gritaba un pequeño niño de cabello negro.

-Este pequeño mocoso –refunfuñaba la ex princesa mientras seguía correteando al pequeño niño moreno.

 Ya habían pasado unos años desde lo sucedido con Wolfram. En ese mismo momento todos se estaban preparando para el cumpleaños número veintisiete del príncipe Yuichi, el heredero al trono de Shin Makoku. Ese era el motivo porque la princesa Greta, quién ahora era reina de su país, se encontraba siguiendo al pequeño niño pelinegro por todos los pasillos, pues este se negaba a vestir el traje que le habían confeccionado.

-¡Yuichi! –volvió a gritar Greta mientras se detenía unos minutos para volver a recuperar su oxígeno. Aquel pequeño niño era bastante rápido para correr, en eso se parecía mucho a su padre.

-Reina Greta ¿Necesita ayuda? –preguntaba una de las sirvientas que iba de paso.

-¿Cuántas personas se necesitan para vestir a un niño? –pregunto, aunque la cara que le dio la sirvienta le hizo entender que no había captado su ironía -. No te preocupes, yo me encargaré de esto, después de todo soy la hermana mayor –dijo con seguridad Greta.

Sin agregar más comenzó de nuevo su caminata por todos los pasillos para ver si podía dar con el pequeño príncipe travieso que no había querido vestirse para el evento. En su caminata llego al jardín donde se encontró con un nuevo problema. Una pequeña niña rubia se encontraba con un vestido de color rosa y detalles dorados, pero no se podía apreciar la hermosura de su ropa puesto que estaba completamente cubierta de lodo.

-¡Hikari! –soltó después horrorizada Greta acercándose a la niña para alejarla de aquel charco de barro donde había estado jugando.

-¡Greta! ¡Vamos a jugar! –soltó la pequeña niña antes de que la mayor la dejara en el suelo.

-¡Te acaban de vestir para el cumpleaños! Ahora no puedes andar con este vestido… -decía Greta en un suspiro, cumplir el papel de hermana mayor era difícil. Había querido siempre unos hermanitos, pero jamás creyó que tenerlos era tan difícil. Liderar su reino era mucho más sencillo que cuidar de Yuichi y Hikari.

-Está bien, me puedo cambiar por otra ropa –dijo la pequeña de lo más tranquila -. Mamá dice que lo importante es que uno se divierta –comento después.

-Pero el vestido… -se quejaba Greta en su agonía silenciosa -. ¿Qué clase de cosas le enseñas a tu hija Wolfram? –dijo después en un murmuro.

-Entonces, ¿Jugaras conmigo? –pregunto con emoción la niña.

-Lo siento Hikari, estoy en la tarea de intentar vestir a Yuichi –comento en un suspiro.

-Él no quiere ser vestido por nadie más que…

-Sí, sí, pero ahora mismo su padre no puede, está ocupado –dijo Greta interrumpiendo las palabras de la pequeña rubia. La niña quedo en silencio unos minutos hasta que su rostro se vio iluminado.

-¡Yo también! Le pediré a mi mamá que me cambie –soltó con emoción Hikari.

-¿Eh? ¡No esper- …! –Soltó Greta, pero no fue a tiempo, así que la niña de pelo rubio se marchó del lugar -. Wolfram también está ocupado en estos momentos…

Dejo escapar junto a un suspiro Greta, aunque a esas alturas nadie la iba a escuchar, ya que se encontraba sola en aquel jardín. Se notaba que esa niña era idéntica a Wolfram, cuando tomaba una decisión nadie la hacía cambiar de parecer, igual a cierto rubio que conocía bien. Volvió a suspirar antes de incorporarse para seguir con su tarea de encontrar al heredero, que a esas alturas seguía sin verlo, era muy bueno para ocultarse su lindo hermano menor.

A los minutos que llevaba caminando se encontró con Cherry quien caminaba de manera elegante seguida de un grupo de sirvientes quienes llevaban varios carritos de camino. Cherry se detuvo cuando su mirada se encontró con la de Greta, aunque los sirvientes siguieron su camino. Esta saludo de inmediato con alegría, tal cual la recordaba en sus tiempos de princesa.

-Greta, ¿Por qué tienes esas pintas? –pregunto luego de unos minutos de conversación.

-¡Ah! Yo estaba buscando a Yuichi ¿Lo has visto por casualidad? –pregunto esperanzada de que tuviera alguna pista del paradero del heredero.

-¿A Yuichi? ¡Oh! Hace unos minutos lo vi por el pasillo este –dijo la mujer con una pequeña risa -. Parecía buscar a alguien…

-Lo más seguro es que sea a Yuuri –dijo Greta en un suspiro -. Ni siquiera deja que yo le vista, no quiere sacarse la idea de que sea Yuuri quien le vista –comento después.

-¡Oh! Se nota que es el hijo del Maou –comento con una risa -. Será mejor que te apures a menos que quieras perder su ubicación de nuevo.

-Sí, tienes razón, gracias –finalizó para dirigirse al pasillo este como le habían indicado.

A los pocos metros de estar cerca de la zona indicada, pudo divisar una cabellera negra y no era exactamente la de su padre. Qué suerte para ella que aún continuaba en la zona, eso le facilitaría el tener que seguir buscándolo. Se acercó de manera silenciosa para lograr su objetivo de atraparlo, pero cuando estuvo más cerca pudo notar como este buscaba con la mirada algo. Greta suspiro saliendo de su escondite y acercándose al pequeño príncipe.

-Yuuri no está aquí, Yuichi –comento al estar cerca, el pequeño tensó sus hombros al oír la voz de la mayor.

-¡Debería estar aquí! –comento el pequeño mirando a Greta directamente.

-Ahora mismo está ocupado terminando los últimos detalles del cumpleaños, no puede venir contigo –dijo de manera tranquila.

-Pero yo quiero que él este conmigo, lo prometió –fue sincero con aquello a lo que Greta no pudo evitar revolverle el cabello al niño.

-Lo estará, después de todo él siempre cumple con sus promesas –dijo Greta con una sonrisa.

-¿Quién siempre cumple con sus promesas? –la voz de una mujer que conocía bien llego a los oídos de Greta.

-¡Lyli! –dijo con emoción cuando vio a la mujer.

-Parece que estás haciendo un buen trabajo como la hermana mayor –comento con una sonrisa.

-¿De verdad? Yo pienso que no –comento Greta en un suspiro.

-Yo me encargaré de esto ahora, después de todo pronto dará inicio la fiesta y tú aun no te has arreglado –dijo con una sonrisa.

-Pero… -dijo Greta indecisa.

-Vamos Yuichi, yo te ayudaré a vestirte –comento Lyli llevando su mano al moreno. Yuichi la tomo de una vez.

-Bien –contesto sin oponerse.

-Vez. Ahora ve a arreglarte, la familia no puede estar en malas fallas en este evento tan importante –comento después antes de girarse yéndose con el pequeño príncipe. Greta suspiro para también girarse e irse a arreglar para el cumpleaños.

El evento pasó sin ningún problema, todos estuvieron presentes en la festividad. Las cosas se habían dado tal cual se habían planeado. Ya era tarde cuando Greta llevo su vista por todo el salón buscando a sus padres, después de tanto no había logrado estar con ellos más que unos simples minutos, el recibir a los invitados era una tarea bastante difícil. Cuando termino de recorrer el lugar no los encontró por ningún lado, tampoco consiguió a sus dos hermanos menores. Sin dudar se acercó al castaño que se encontraba solo en esos momentos.

-Conrad, ¿Has visto a Yuuri y Wolfram? –pregunto Greta curiosa.

-¿Su majestad? Bueno, seguro ellos están afuera en el jardín, dijeron que iban a tomar un poco de aire –comento con su típica sonrisa.

-Ya veo, bien –comento antes de girarse para ir a donde el castaño le había indicado. Al salir del salón un escalofrío le recorrió el cuerpo, esa noche parecía que iba a hacer frió.

Camino un poco antes de que soltara un leve suspiro mientras mantenía en su rostro una sonrisa. De verdad que sus padres eran bastante descuidados, entendía que estuvieran cansados por todo el evento del cumpleaños, pero el hecho de que se quedaran dormidos en un banco en el jardín, no solo eso, que Yuichi y Hikari estuvieran encima de ellos también durmiendo, demostraba el trabajo que había tenido toda la fiesta. La imagen de los otros cuatro era toda una escena familiar.

-Shinou… ¿Qué puedo hacer con estos dos? –soltó Greta antes de acercarse a los otros cuatro -. ¿A qué no fue bueno no rendirte? –pregunto, aunque se imaginaba que nadie le iba a contestar.

Sin agregar más nada luego de acariciar los cabellos de sus padres regreso a la sala para ir por Conrad, para que le ayudara a buscar unas cobijas para la familia real, ya que sabía que no iban a despertar en un buen rato. Organizar la fiesta del cumpleaños de sus hijos no era para nada una tarea fácil, se notaba por el hecho de que cuando todo hubo terminado se quedaran dormidos en el primer lugar que se sentaran a descansar.

A pesar de todas las problemáticas habían logrado llegar a un final feliz para todos. ¿Cómo habían llegado a ese punto donde Wolfram y Yuuri estaban casados con dos hijos gemelos? La respuesta era fácil, simplemente se debía regresar al punto que hizo cambiar toda la historia. Aquella noche donde uno gritaba lamentándose de todas las cosas que hizo y el otro obtenía una propuesta de matrimonio.

¿Cómo finalizo esa historia?

.

.

.

Lo primero que cruzo en aquel momento por la mente del moreno era que lo perdería todo. No, él había tomado la decisión de perderlo todo, no podía culpar a nadie más que a él mismo, ya que finalmente entendió que toda la culpa solo caía en sus propias decisiones. ¿Quién diría que estaba tan enamorado de Wolfram? Seguro él mismo no lo aceptaría, por lo menos el él de hace unos meses atrás. Sentía la garganta seca y el cuerpo pesado, la lluvia que seguía cayendo sobre él no ayudaba mucho a su estado.

¿Qué iba a hacer a partir de ese momento?

Era la pregunta que se realizaba en esos momentos. Tendría que comenzar su vida desde cero, aunque sabía que no iba a ser igual a como lo deseaba en el fondo de su corazón, pero no había opción. No podía arruinar la nueva felicidad que tocaba la puerta de Wolfram, no cuando él no supo aprovechar la que ya tenían los dos. Quería golpearse a sí mismo por lo estúpido que había sido, ¿Por qué no pudo aceptar antes su amor? Ah claro… una parte de él sentía que Wolfram era demasiado para él.

Un noble, un mazoku poderoso, una hermosa apariencia y sobre todo una personalidad que lo atrapaba sin darse cuenta. Era alguien demasiado increíble para él, quien no era más que un debilucho que constantemente dependía de los demás. Ni siquiera teniendo el título de rey le ayudaba a poder aceptar sus sentimientos. Cuando uno se enfrasca tanto en el hecho de no merecer nada, es cuando más tiene todo. Ironías de la vida que se presentaban de vez en cuando y que no se notaba con facilidad.

El moreno tomo profundo aire mientras sentía como aquel ligero movimiento le pesaba grandemente, como si solo mover sus hombros le hicieran sentir un gran peso sobre ellos, así de grande sentía el dolor que recorría su cuerpo. Apretó sus puños en el lodo con furia, ahora que lo había perdido todo, la persona que tanto amaba no tenía una razón suficiente para moverse de aquel lugar donde se encontraba. Tal vez quedarse ahí el resto de su vida no sonaba tan mal, así de grande era su depresión.

“Pero si la mejor característica que tiene Yu-chan es que sin importar la situación nunca se rinde”

Palabras dichas una vez por su madre que de pronto inundaron su mente. Su mejor característica era jamás rendirse sin importar la situación, entonces… ¿Qué hacía en ese lugar sollozando hasta quedarse sin voz? Así no era él, después de todo así no era el enclenque del que se había enamorado Wolfram. Sin pensarlo demasiado se levantó de un solo brinco, su expresión era digna de un cuadro, pero no le importaba su situación, lo único que verdaderamente importaba era la nueva motivación que había tenido para continuar.

No permitiría volver a perder a Wolfram por segunda vez.

.

.

.

-Yo…

-¡Nunca permitiré algo así! –la voz potente del Maou llego a oídos de los presentes. Todos se giraron a mirar a aquel desastroso rey.

-¡Majestad! Esta herido, debemos de…

-¡No es el momento! –el tono usado hizo que sin darse cuenta Conrad tensara los hombros. Yuuri regreso su vista a los adentros del salón antes de caminar a paso firme para quedar más cerca de Wolfram y compañía.

-Lo lamento mucho Majestad, pero no entiendo cuál es la insistencia de su interrupción –soltó Yuki levantándose del piso sin soltar la mano de Wolfram, quien miraba al moreno con un toque de impacto.

-Insisto, y la razón es bastante evidente –dijo con severidad, pero fue aflojando lentamente su tono -. No quiero que te cases con alguien más, Wolfram –dijo de manera dulce con una ligera sonrisa.

Todos escucharon aquellas palabras sorprendidos, hasta Lyli y Greta que se encontraban asomadas en la entrada a unos metros de donde estaba parado Conrad. Yuki se enojó más, pero dejo de lado su enojo cuando comenzó a notar que Wolfram iba lentamente soltando el agarre que tenían. ¿De verdad de nuevo iba a caer por aquel hombre? El que lo lastimaba constantemente al negar sus sentimientos ¿De verdad de nuevo se iría con aquel hombre? Yuki no podía entender para nada esa clase de sentimientos.

-¿Y eso que tiene que ver con usted? –soltó de pronto Wolfram con un poco de severidad. Algo dentro de él le decía que no podía aceptar tan fácil todo aquello. El moreno le miro dejando escapar un suspiro.

-Todo tiene que ver conmigo –comento pasando su mano por su cara y llenándola un poco más de barro, después de todo estaba completamente sucio -. Después de todo originalmente eres mi prometido.

-¿Originalmente? –soltó Wolfram incrédulo.

-Sí –comento el moreno con una asentida de cabeza -. Yo soy una persona desastrosa, soy un gran, gran enclenque, por esa razón no pude darme cuenta a tiempo de lo que sentía por ti. Todo este tiempo del único que he estado enamorado es de ti, pero no lo quería ver porque significaba aceptar algo que no quería.

-¿Qué no querías? ¿Por qué? –pregunto el rubio, nadie interrumpía, sentían que no debían hacerlo. Ya que el ambiente se tornó de una manera ajena a todos los demás menos la pareja real.

-Yo no quería aceptar que todo este tiempo he pensado que no soy apto para ti –dijo levemente avergonzado antes de terminar agachado y tapando su rostro con ambas manos -. Tú eres una persona increíble en muchos sentidos, vienes de una buena familia, podía confiar tanto en ti que me aterraba. La verdad es que siempre he pensado que eres una persona demasiado increíble para mí. Yo no soy tan increíble como todos creen, tengo grandes defecto, en realidad más que grandezas, por eso no podía aceptar que tengo miedo que un día te dieras cuenta de lo patético que soy… que dejaras de amarme cuando supieras lo increíblemente patético que en realidad soy…

Luego de aquel discurso un silencio lleno la habitación, nadie decía nada, nadie producía algún sonido. Todo estaba tan silencioso que parecía que la sala se encontrara vacía. La mayoría lo hacía porque no tenían nada para decir y el que sí lo tenía sentía que no podía hacerlo. Yuuri se quedó ahí agachado con el rostro cubierto por sus manos, la vergüenza por lo que estaba diciendo estaba comenzando a recorrer todo su cuerpo en un lindo color carmesí.

-Yo jamás pensaría de ti de esa manera… Yuuri –la suave voz de Wolfram fue lo que acabo con el silencio. Cuando el moreno llevo su vista al rubio pudo notar como este a pesar de tener una sonrisa en su rostro las lágrimas caían por sus mejillas.

-Sí –dijo con una sonrisa llevando una de sus manos en dirección del rubio -. Por favor cásate solo conmigo.

De nuevo la sorpresa invadió a todos los presentes. Jamás se imaginarían que el rey de Shin Makoku pudiera soltar tal proposición. Wolfram soltó la mano de Yuki, quien le vio con sorpresa y enojo, para sin más tomar la mano del moreno, manteniendo la sonrisa de antes.

-No –dijo de inmediato el rubio. La sorpresa volvió a tener su papel protagónico en la cara de todos los presentes, sobre todo en un moreno.

-¿Eh?

-Espere por muchos años escucharte decir todo eso, así que ahora te tocara a ti hacerlo –dijo Wolfram de inmediato. Está bien, había recordado sus sentimientos por el rey, pero también tenía un orgullo que llenar -. Será mejor que sigas esforzándote si quieres que te de el sí –dijo después con una corta risa. El moreno termino de incorporarse antes de sonreír ligeramente.

-Supongo que tendré que hacerlo –dijo el moreno sin duda.

-Entonces está decidido, ahora… -dijo con una pausa Wolfram antes de imprevisto golpear la cabeza del Maou  -. ¡Eso es por decirles a todos que oculten la verdad, enclenque!

-¡Auch! ¿Eh? –soltó sobándose el golpe en la cabeza el Maou, se iba a quejar pero luego de las palabras del rubio no pudo.

-Ah... ¡Majestad! –soltó Conrad acercándose al moreno.

-Será mejor que no se te ocurra de nuevo hacer algo tan estúpido –dijo después Wolfram antes de comenzar a salir de aquella sala.

-¡Wolfram! –soltó Conrad antes de ser detenido por Yuuri.

-Está bien… -dijo con una pausa -. Supongo que ahora la adrenalina paso –soltó antes de terminar desmayándose enfrente de todos, por suerte el castaño se encontraba cerca para sostenerlo y no terminara en el piso.

Yuki por su parte siguió a Wolfram por los pasillos cuando este hubo salido de la habitación. El rubio se detuvo unos pasos delante de aquel hombre el cual había rechazado. Le miró unos minutos antes de suspirar levemente.

-Wolfram… -soltó con algo de duda Yuki.

-Está bien –fue lo primero que dijo -. Yo no te odio Yuki, no podría hacerlo, después de todo somos amigos, pero… -comento con una pausa -. Ni se te ocurra volverme a usar para tu fantasía –término con severidad.

Después de eso Wolfram se giró para continuar su caminata, nada más se dijo luego de aquello. Aquel espectáculo había llegado a su final y el que se creía el protagonista término dándose cuenta que no sería nada más que un personaje de fondo. No podía tener lo que quería, porque lo que quería era simplemente lo que los demás querían, no era verdadero, no era sincero. Lo que Yuki buscaba era simplemente quitarle las cosas importantes para los demás, hacerse dueño de las cosas ajenas. Wolfram lo sabía por esa razón había tenido esa actitud al final. Él no era un objeto, era una persona, por esa razón no iba a perdonarle si de nuevo intentaba la misma estupidez.

Así fue cómo termino la historia. Aunque este es solo el principio, ya que al Maou le llevaría unos años más antes de que el rubio diera su brazo a torcer. Unos cuantos años para volver a ser prometidos y otros más para que le diera el sí. Quién se imaginaria que al final la balanza se voltearía, y el que terminaría pidiendo la mano en matrimonio del otro sería el moreno. Uno nunca debe decir que no hará algo, porque a la final terminaras haciendo aquello que dijiste nunca hacer. Así le pasó al moreno, dijo que nunca se casaría con el rubio y no fue nada más que él, quien termino en un evento, delante de todo, pidiéndole matrimonio, dando así la fecha de su boda.

.

.

.

-¡No lo acepto! –soltó de pronto un rubio, quien se encontraba tirado en la cama de la oficial pareja real. Con un moreno encima quien le miraba un tanto confuso.

-¿De que estas hablando Wolfram? –pregunto Yuuri, antes de inclinarse a dejar un par de marcas en el cuello ajeno.

-¡Y-yuuri! –tartamudeo intentando tapar los sonidos que aquel acto le producía -. Esto es…

-¿Qué? ¿Acaso no quieres? –pregunto de manera inocente el moreno.

-¡E-eso! –dijo atragantándose un poco.

-Oficialmente eres mi consorte, así que no hay problema ¿Cierto? –comento con una sonrisa pícara en su rostro, lo hacía simplemente para ver el tono carmesí en aquella piel porcelana.

-Eso es verdad, pero… ¡¿En qué momento me abriste la camisa?! –comento el rubio llevando ambos brazos a su pecho.

-Es normal hacer esto entre amantes, ¿No? –volvió a usar el mismo tono de antes sin dejar de ver fijamente al contrario o detener sus manos.

-A-aman…tes… -Wolfram fue invadido de nuevo por la vergüenza, nunca creyó que en su vida podría escuchar al moreno llamarlos de esa forma.

-Avergonzado también te vez muy hermoso –dijo Yuuri a lo que Wolfram de nuevo soltó un quejido antes de toser un poco.

Desde que el moreno había aceptado abiertamente sus sentimientos se había vuelto más agresivo. No solo eso, no se guardaba nada con respecto a Wolfram. Decirle cosas como las de antes no era para nada extraño a esas alturas, el moreno había dicho cosas más vergonzosas en otras ocasiones. Wolfram jamás se imaginó que las cosas se darían de esa manera, nunca creyó que podría ser el centro de atención del moreno y así se encontraba, siendo nuevamente mimado por su ahora esposo.

-¡En serio deja esas manos mientras uno no está mirando! –soltó cuando se dio cuenta que ahora se encontraba sin sus pantalones.

-Hoy su consorte real no está colaborando –comento el moreno antes de reír e inclinarse hacía enfrente para callar cualquier oración que pudiera decir el rubio. Sin dudar lo beso y no exactamente de manera dulce.

-¡Yu-yuuri! –soltó un jadeo cuando el beso hubo terminado.

-¿Alguna queja su excelencia? –dijo con aquella sonrisa que comenzaba a molestar al rubio. Wolfram le miro con el ceño fruncido antes de llevar su mano al pecho ajeno y con la otra impulsarse para así empujar al moreno y terminar encima de este.

-No dejaré que haga lo quiera Majestad –comento en el mismo tono que usaba el moreno. Yuuri sonrió antes de llevar sus manos al rostro ajeno e iniciar otro beso.

Aquellas cuatro paredes serían las únicas que sabrían lo que pasaba ahora en la habitación real, por lo menos hasta que se dio la noticia de que vendrían al mundo dos herederos. Aunque eso vendría unos años después, cuando Yuuri fuese más alto al igual que Wolfram y en el momento en que ya su amor hubiese tenido un montón de momentos altos. Así es como termina esta historia, porque aun quedaran muchas cosas que contar, pero será para otro momento. Por lo pronto, esta historia termina

Con un final feliz.

Notas finales:

¿Les gusto? 

A mi me pareció lindo la parte donde Yuuri admite que siente que no merece a Wolfram. Lo puse porque me pareció lindo.

Y Wolf... el tiene un orgullo que llenar, no iba a ser tan fácil. 

Nos veremos después. Muchas gracias por pasar a leer este fic <3 


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