No pude dormir en toda la noche, los nervios me estaban carcomiendo completamente. Lo cachetada, lo hice con mi mano izquierda, le deje el cachete marcado y eso me aterra, cometí pecado la noche anterior por un arrebato de mi parte, por no controlarme, por ser tan tonto, metí la pata hasta el fondo y sé que esto él me lo va a cobrar, de una u otra forma me hará pagar todo lo que le hice.
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La tarde paso volando, la profesora había venido y me enseñó algunas cosas, me dejo tarea y me pidió leer algunos libros para mejorar un poco la fluidez de mis palabras y poder ejecutarlas un poco mejor al hablar. Termine de leer y salí del cuarto algo impaciente, el estómago me gruño mucho al estar afuera y sentir ese olor en el aire. Llegue a la cocina y encontré a las cocineras alborotadas cocinando muy rápido pero con una gran destreza.
— ¿Qué está pasando?—Le preguntó a la chef de la casa.
—La señora viene—me respondió.
— ¿La señora?—Le pregunté algo confundido.
—Sí, mi madre viene y necesito que estés presentable—me entregó un traje.
—Estás loco si piensas que iré a tu reunioncita, con tú madre y contigo—deje el traje en el mesón y me dirigí a mi cuarto, él me agarró rápido del brazo y me dio la vuelta.
—Mi madre y mi abuela vendrán con unos familiares muy pronto. Ponte este traje y te quiero listo en 45 Min... No me hagas esperar si quieres volver a salir—agarró el traje de donde lo deje y me lo aventó.—44... el tiempo está corriendo... 43... Date prisa—yo hice una pequeña reverencia y a regañadientes fui a mi cuarto a arreglarme.
Entré al cuarto y tire el maldito traje a la cama.
—Ese hijo de puta me las va a pagar. Se la cobraré, juro que lo haré.—Agarré una toalla y me comencé a desvestir .— ¡Claro que se las haré pagar! ¿Qué se cree que es él para mandarme? ¡Idiota!
Entré al baño, deje que el agua me refrescara y me relajara, enfriara mi cabeza y me quitara todo el estrés que Joon me provoca, "Ese maldito" me talle bien mi cuerpo y al retirar el jabón, termine por sacarme la espuma del Shampoo de mi cabello, salí de la regadera. Me sequé muy bien, cepille mis diente para tenerlos limpios, me eche algo de crema para mi cara, cuello, abdomen, brazos y piernas, salí del baño, me dirigí a una de las gavetas del armario y saque unos bóxer, me los coloque y ahora sí empecé con ese maldito traje que él me compró.
Lo abrí, me sorprendió mucho el buen gusto que tiene, miré el conjunto completo y me pareció armónico y muy adecuado para mí. Me coloqué la camisa blanca y después los pantalones azul oscuro algo ajustado (no mucho) me acerqué al espejo y termine por ponerme el saco de color negro. Levanté mi cabello y observe mis ojos azules, mis ojos que hasta hace poco brillaban como una estrella, toqué mis labios los cuales antes era muy rosados, mis enormes ojeras por no dormir bien.
—Respira... Uno...dos... muy pronto saldrás de aquí, no te amargues tanto, todo tiene un lugar, un momento y una hora—contuve mis lágrimas echándome un poquito de aire con la mano. Termine de verme en el espejo, cuando la puerta se abrió, y lo vi a él, mi corazón se aceleró al verlo, si traje completamente negro, muy clásico, su cabello echado hacia atrás y esa expresión seria "Si tal vez las cosas hubieran sido diferente..." rápidamente borre esos pensamientos inútiles de mi cabeza, ya que Joon es un tipo desagradable, odioso, estúpido, idiota, malo.
—Te ves muy bien—yo desvíe la mirada y me senté en la cama.
—No tengo zapatos—le dije ignorando su halago.
— ¡Ah sí! Toma, se me olvido entregartelos—yo agarre los zapatos y me los coloqué.
—Ahora sí estoy listo, ¿Contento?—Le pregunté, ya cansado de jugar este juego.
—Casi... Ven siéntate—me señalo la silla del escritorio.
—Como sea...—me levanté y me senté allá.
—Solo será un momento, así que no te pongas como una fiera.
Yo asentí.
—Espero que sea así.
Él con mucha delicadeza agarró mi rostro, lo levantó, me quedo un rato viendo a los ojos y después me soltó. Se encaminó hasta el baño y comenzó a revisar las gavetas y de verdad no entiendo porque hace eso, ¿Qué tiene que buscar el ahí? No lo sé, no tengo ni idea, pero el hecho de que me haya tocado la cara, provocó una sensación muy rara en mí. Yo no sé lo que me pasa últimamente con él, me siento tan raro y él es la única persona que me saca de quicio, a tal punto que yo, una persona no violenta provocó que lo golpeara y la verdad no soy así y no pensé que tenía ese lado hasta ese día hasta ese momento.
— Hyun Joon, ¿Qué buscas?—Le pregunté mientra lo veo hurgar unas cosas.
—Algo, espera un momento—suspiré y volteé la silla para mirarme al espejo y observar mi feo rostro.
—Realmente me veo horrible.
—Claro que no—alce la vista y al verlo ahí, me llevé un gran susto.
— ¡No hagas eso! ¡Casi me matas de un susto!—Él sonrió y se le marcaron lindos hoyuelos a ambos lados de sus mejillas.
— ¿Siempre has tenido hoyuelos?—Lo miré muy curioso, a lo que él puso una cara de confusión muy grande.
—Siempre las he tenido, ¿Nunca te has dado cuenta?— Yo negué rápidamente.
—Que despistado eres—me volvió a sonreír y esta vez se le marcaron más y mi corazón comenzó a latir.
"¡Deja de latir! ¡Ya para!" Me grite interiormente, porque no puedo oír mi corazón por alguien que me lo quito todo.
—Te voy arreglar, así que no te tienes que ver ni nada—tapó el espejo con una, manta.— Por primera vez confía en mí—yo asentí con duda y él volvió a sonreír.
Hyun Joon estuvo jugando conmigo, realmente lo estuvo, me tenía como un muñequito, me movía para acá me movía para haya, por todos lados, hasta que por fin se detuvo, por fin dejo de hacerme cosas y termino de "arreglarme" como él dice.
--Listo-quitó la manta del espejo.
Hyun Joon me quito las ojeras, arreglo mi pelo de tal forma que se veía desordenado pero lindo, me echó algo de brillo en los labios y quede bien, no tengo nada que decir. Pero a pesar de que me veo así, yo no entiendo porque le gusto tanto, no entiende qué le atrae de mí, que ve en mí, ¿Por qué no hizo las cosas de otro modo? Si tal vez... si tal vez... si tal vez, se hubiera dado de otra manera, si todo hubiera sido de otra manera, nada de lo que siento por él ahora sería destructivo. Le sonreí por dejarme presentable, me levanté de la silla e hice una pequeña reverencia.
—Muchas gracias.
Todo se puso silencioso por un buen rato, él me devolvió el gesto algo incómodo, nos miramos por unos segundos hasta que alguien toco la puerta del cuarto.
—Pase— me giré para ver quién es, y es Anna, la ama de llaves y encargada de todo en la casa.
—Señor, los invitados ya están llegando, su madre está preguntando por usted-mi pulso se aceleró al escuchar eso, las manos me comenzaron a sudar, pero tengo que ver esto como una gran oportunidad, "Ya sé el idioma, esta es mi oportunidad, no la tengo que desaprovechar. Llegó la hora" lo mire algo nervioso, él se acercó a mí, se paró enfrente de mí y alzo mi rostro con su mano, me volvió a sonreír y mi corazón comenzó a latir muy rápido.
—No te preocupes todo estará bien, solo tienes que relajarte—yo asentí— ahora vamos—volví a asentir sumamente nervioso, camine a la puerta detrás de él, pero por un momento se paró antes de darle vuelta a la manija.— Otra cosa Andrew—volteó a verme—si intentas escapar. Te prometo que conocerás un lado tan malo de mí, que ahora si me vas a tener miedo—me agarró de la mano y me jalo afuera.
"¿Cómo lo supo?" Sentí un terror que jamás había experimentado en mi vida, ni siquiera cuando vivía con mis padres y me maltrataban mucho, nunca sentí miedo como lo siento ahora con él. Sencillamente estoy aterrado, pero quiero huir pero no puedo, ahora estoy acorralado sin derecho a salir de esta jaula en la que estoy "¿Cuándo podré escapar?" esa pregunta me estaba creando un nido en la cabeza, cada día desde que estoy aquí me preguntó eso, pero no tengo respuesta alguna "Lo odio con todo mi ser" ahora no sé si es cierto, no sé si es odio o miedo, no lo sé y no quiero averiguarlo.
Él se paró un momento antes de llegar al evento principal, escuche de repente unos tacones aproximándose hasta aquí, sentí mucho nerviosismo al ver a una mujer, le calculo más o menos 50 años, de porte muy elegante, figura delgada y muy estética, con aires de grandeza y con un fino vestido puesto con unos tacones apropiado, un peinado y maquillaje muy sencillo pero con unas joyas adornando su cuello, dedos, muñeca y orejas. Esa mujer de porte elegante y sofisticado se detuvo al vernos y se nos acercó.
—Hola madre—sentí un escalofrío al ver esos ojos marrones fijamente.
— ¿Quién es él?—Mi estómago se revolvió y las ganas de vomitar se hicieron presente.
—Madre, él es Andrew Mitchell... mi novio...
Continuará....
Nota final, espero que hayan disfrutado el capitulo y pues, aquí les dejo otras de mias más nuevas novela, que me gustaría que leyendan y me dieran su opinion sincera, así que aquí abajo les dejo el link, hasta la próxima.
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