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El Último Caballero. por Isabel Uchiha Malfoy

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Notas del capitulo:

lamento la demora, tuve problemas de inspiración, pero por suerte apareció en última instancia, sin más parloteo os dejo leer.


Tenían más de 15 minutos esperando en el lugar de encuentro, donde se suponía Malfoy o un enviado de él los encontraría para llevarlos con éste, pero nada que aparecía.

- ¿Están seguros de que éste es el lugar? - indago Harry impaciente.

- Si Harry, es a un kilómetro de la barrera mágica de la madriguera - mencionó Ron igual que él.

Cedric iba a decir algo pero una luz a unos metros de donde se encontraban le hizo callar, la luz se hizo cada vez más intensa lo que provocó que se cubrieran los ojos, cuando ésta disminuyó pudieron ver a la peligris.

- Lamento la demora - dijo Val mientras se aproximaba a ellos, por suerte no llevaba la lanza (báculo, bastón, cetro; como quieran llamarle) - Soy Valhadiel - dijo extendiendole la mano a Harry quién estaba igual de asombrados que los demás ante la belleza de la chica y el parecido de ésta con su dragón - Supongo que tú debes ser Harry Potter - afirmó más que otra cosa, retirando su mano al no recibir saludo - Pero ¿y ustedes quienes son? - preguntó curiosa al notar a los demás, analizandolos esporádicamente - ¡No puede ser! - jadeo con los ojos bien abiertos al ver a Cedric - ¿Dorian? - llamó confusa caminando hasta el pelicobrizo - No eres él - afirmó una vez lo tuvo de frente - Ay!! ¡Morte! ¡Destino! - chillo enojada debido al cúmulo de emociones - Juro que cuando las vea de nuevo les va a pesar - sentenció alejándose del Hufflepuff.

- Tú ¿quién eres? - preguntó Cedric curioso, sentía algo diferente desde el instante en que vio a la peligris.

- Es una arcángel - respondió Luna risueña captando de inmediato la atención de sus amigos.

- Entonces es ella la del mundial - afirmó más que otra cosa Neville viendo asombrado a la mencionada.

- Podría decirse que si - mencionó Val con una media sonrisa - Se que tienen muchas preguntas y si no estoy mal, también quieren hablar con Draco según tengo entendido, un asunto importante - alegó dándoles la espalda y comenzar a caminar - Vienen - invitó viendolos de soslayo.

- Exactamente ¿qué edad tienes? - preguntó Ron curioso comenzando a seguir a la peligris.

- Dos milenios - respondió Val sin voltear a verlo - Y por si te lo preguntas, mis padres son Lucifer y el arcángel Miguel - mencionó sin darle mucha importancia - Exactamente esa expresión hice yo hace como dos horas cuando al fin me lo dijeron - dijo al ver el trastavilleo que el pelirrojo hizo y el ataque de tos que le dio al pobre.

- Valhadiel ¿cierto? - inquirió Cedric haciendo detener el andar de la peligris que le vio fijamente, pero en su mirada había algo de dolor y culpa, también desconcierto, fue algo que le dio curiosidad, no entendía porqué no quería que ella lo viera de esa forma - ¿A dónde nos llevas? - preguntó al fin, luego de darse cuenta de que se había quedado viendo fijamente a la Ángel sin decirle nada.

- Los alejo del lugar de encuentro, así será más fácil poder transportarlos a todos sin que se note mi presencia - respondió Val apartando la mirada de él, no podía verlo sin dejar de recordar a Dorian.

- Pero ¿no estamos lo suficientemente lejos ya? - cuestionó Ron.

- Quizá para un mago - respondió Neville - Pero ella es un ser divino - recalcó con obviedad.

- Su magia es por mucho superior a la nuestra, la detectarian aún a ésta distancia - explicó Luna.

- Oh! Entonces será mejor seguir - aceptó Harry iniciando la caminata, con los demás detrás de él.

Val los vio alejarse un poco de ella, y sin poder apartar la vista del Hufflepuff sintió como sus ojos se humedecian y luego vio al cielo con resignación y dolor, deseaba gritar y reclamarle al todopoderoso por su sufrimiento, pero sabía que eso solo sería en vano, sólo gastaría saliva.

- Dorian - susurró con el más grande amor que aún sentía por el y el dolor que sentía al recordar que fue su culpa el cruel destino de éste - Te amo - soltó dejando que el viento que comenzó a soplar se llevara su confesión - Perdoname - pidió bajando la vista al suelo y sonriendo con tristeza y cruel resignación, suspiró pesadamente dejando salir todo lo malo que le había atacado cuando vio al Hufflepuff, negó con la cabeza varias veces tratando de dejar atrás todo ese cúmulo de emociones negativas y recuerdos hermosos - Él no es Dorian - se regañó al sentir la eufória invadir su cuerpo con un solo deseo, correr a los brazos del Hufflepuff y decirle que aún lo amaba a pesar de los milenios aún lo amaba como cuando lo conoció.

- Val!! - llamó Luna en la lejanía.

Al alzar la vista en dirección de donde la habían llamado, se dio cuenta de que no era la única que la esperaba sino también los demás que se habían detenido para que los alcanzará, suspiró una última vez para que su cuerpo volviera a tranquilizarse y que de sus ojos las lágrimas que querían salir volvieran a su lugar de origen.

- Muy bien - dijo luego de alcanzarlos - Aquí está bien - aceptó.

Dio pequeños punta pies al suelo y en éste se dibujó un círculo mágico (e57f6e3916864cf03c4f4eea9d51a009.jpg) luego una luz cubrió todo el lugar y cuando ésta desapareció ya no había nadie ahí.

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Sonrió mostrando un brilló particular en los ojos, que se acentuó con el destello de luz de un relámpago a la lejanía, pues el cielo de repente se había oscurecido.

- Ay! Val, mi pequeña Val - recitó en la soledad de la habitación - ¿Crees en serio que puedes esconderte de mi? - ironizó paseandose por la habitación hasta llegar a la cama con doseles - No falta mucho para que seas mía, y cuando eso suceda, te demostrare que conmigo no se juega y que sólo yo puedo ser tu dueño - declaró de forma enfermiza desfigurando su hermoso rostro en ira - Nunca serás de nadie más - sentenció para reír de forma escalofriante siendo acompañado por el tronar de los relámpagos y truenos.

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Aparecieron frente a la reja negra de la Malfoy manor, rodeados por la luz del símbolo en el suelo que poco a poco fue mengüando hasta extinguirse.

- Son bienvenidos a la humilde morada Malfoy - murmuró Val caminando hacía la reja, la cual se desintegró y quedó como una masa de polvo negro aún con la forma de la reja - Van a quedarse todo el día ahí - cuestionó al darse cuenta de que sólo Neville y Luna la seguían.

Bastante apenados decidieron entrar atravesando la masa negra que se volvió sólida cuando terminaron de atravesarla.

- ¿Nos conocemos? - preguntó Cedric tomando a la Ángel del brazo al ambos quedar solos mientras los demás caminaban hasta la puerta de la mansión.

- No - respondió escuatamente mientras se liberaba del agarre, el cual lo hizo sentir diferente.

- ¿Segura? - indago pero no recibió respuesta - Es solo que cada que me mirás, en tus ojos puedo ver culpa, tristeza, resignación y miedo - describió.

- Son ideas tuyas - alegó apartando la mirada y comenzando a andar - Será mejor seguir - sugirió.

Al llegar a la puerta, antes de tocar ésta se abría dando paso a una pequeña elfina bien vestida, se veía adorable, parecía una niña momosa muy bonita, quién les sonreía.

- Bienvenidos sean jóvenes amos - saludó inclinando un poco la cabeza sin soltar el picaporte de la puerta.

- Hola Winki - respondió Val el saludo con una sonrisa - Avisa a Draco que su cita de medio día ésta aquí - pidió mientras pasaban al interior de la mansión.

- El joven amo se encuentra durmiendo su ciesta - informó temerosa la elfina mientras se retorcia las manos en la camisa - Dijo que ya que sus padres se encontraban en la mansión supuso que usted igual, además dijo que debido a la pesadilla no pudo dormir bien la noche, que estaba cansado - aseguró mientras los guiaba a la sala star.

- ¿Ciesta? - interrogó incrédulo Ron - Claro, el descansando y a nosotros nos iba a dejar como babosos esperando en medio del bosque - se quejó mientras se sentaba en el sillón más grande al lado de Harry y Luna.

- ¿Qué le sucede a Draco? - preguntó Harry preocupado.

- No ha dormido bien en los últimos días, a tenido pesadillas que lo despiertan gritando y a veces hasta llorando - respondió Val afligida.

- ¿Qué clase de pesadillas? - quiso saber Luna.

- Unas en las que Harry muere a manos no sólo de voldemort sino también de alguien más, no sabe quién pero siempre es el mismo sueño - informó para suspirar pesadamente.

- ¿Malfoy tiene pesadillas conmigo? - cuestionó Harry incrédulo.

- Aunque te cueste creerlo, así es - respondió Val - En cierta forma eres el símbolo de esperanza de toda la mancomunidad mágica, si tu mueres toda esperanza de extinguir para siempre el espectro de voldemort muere contigo - mencionó cruzandose de brazos mientras se sentaba en el reposabrazos del sillón donde estaba sentado Cedric, sin notarlo.

- Tú si sabes quien es ¿no? - mencionó Neville - Él otro que sale en los sueños de Malfoy -

- Se llama Gabriel - dijo con odio el nombre - El arcángel Gabriel - aclaró - Hay algo que deben saber - dijo volteando a verlo - La guerra se acerca y no solo será voldemort su enemigo sino que también pelearan contra Gabriel - reveló viendo el espanto de éstos frente a ella.

Eso sí que no se lo esperaban, pelear contra mortifagos y magos oscuros era una cosa, pero contra arcángeles no creían poder ganar siquiera una contra alguno de esos, pero ¿en diablos se estaban metiendo? ¿Qué significaba todo eso?.

Unos gritos provinientes de la planta superior de la mansión los sacó de sus cavilaciones.

- ¿Qué pasa? - preguntó Cedric asorado.

- Es Draco - respondió en grito desde el pie de las escaleras - Es otra de sus pesadillas, pero por lo visto ésta es peor que las anteriores - informó mientras subia corriendo por éstas sin notar que los demás la seguían.

Al llegar hasta la puerta de la habitación del güero e ingresar en ésta, jadearon sorprendidos pues no era para menos, Draco flotaba unos 50 cm por arriba de la cama mientras se retorcia y gritaba, y no sólo el flotaba sino también todo objeto en la habitación.

- ¿Esto es normal? - preguntó Ron temeroso.

- No - respondió Val escuatamente tratando de llegar a él pero una especie de barrera la detenía - Pero que - no pudo terminar al ver cómo un ente comenzaba a manifestarse al lado izquierdo de la cama un bello hombre pelirrojo, de increibles ojod verdes - Lilith - susurró con furia.

Éste volteó a verla con soberbia y mientras se acomodaba medio sentado a un lado de la cama de Draco le veía con fascinación.

- Sin duda alguna se parece mucho a ti - mencionó analizando a los demás que la acompañaban - Vaya!! Al parecer también Dorian decidió unirse al juego, pero ¿será capaz de seguirnos el ritmo? O ¿alguno de ellos? - indago con sorna.

- Dejalos en paz - siseo Val tratando de contener las ganas de matarlo - Ya no soy la pequeña querubin a la que le infundias miedo Lilith, ahora soy muy capaz de extinguirte, y si no quieres que te mate ahora mismo será mejor que dejes en paz a Draco - berreó mostrando sus alas y armadura junto con su lanza - Déjalo en paz!!! -

Lo que vieron luego de ese grito les asombró, Valhadiel se fue contra el pelirrojo quién ni se movió de su lugar pero fue su error por que la peligris lo atravesó con su lanza y una luz inmensa salía de la herida del pelirrojo.

- Si que haz cambiado - dijo apenas en un susurro mientras se cubría la herida y su cuerpo poco a poco se iba desintegrando - Gabriel se confía demasiado con respecto a ti - sonrió irónico mientras se dejaba caer aún costado siendo atrapado por Val - Hazlo pagar por todo - pidió en agonía - Desenmascaralo frente a nuestro padre, es lo justo, por su culpa muchos de nosotros fuimos desterrados - sugirió.

- Lilith, ¿tú no estabas con el? - preguntó Val temerosa de la respuesta.

- Antes si, pero con los años descubrí la verdad, yo no soy tan estúpido como los demás -

- No, no, no Lilit resiste por favor - rogó entre medio del llanto - Papá!!, Lucifer!! -

Dos hombres ingresaron de forma estrepitosa a la habitación, eran realmente guapos, sin lugar a dudas Val tenía a quién salir.

- ¿Lilith? - dijeron al unísono.

- Por favor papá, padre salvenlo - rogó entre lágrimas.

- Ya, tranquila amor, todo va a estar bien - la consolo Miguel mientras la alejaba del pelirrojo - En lo que tú padre ayuda a Lilith, nosotros ayudaremos a Draco ¿si? - ofreció mientras le sostenía de las mejillas y le besaba la frente.

- Es-esta bien - aceptó hipando.

Miguel limpió las lágrimas de Val mientras ésta se calmaba un poco.

- Hay que ayudar a Draco - dijo decidida caminando hasta la cama del rubio - Dragón, es hora de despertar - mencionó ubicandose arriba de Draco, unos 10cm por arriba de él.

Tocó la frente del rubio y al instante se vio en un lugar diferente, ya no en la habitación sino en medio de un campo de guerra.

Había cuerpos por doquier, por todas partes había evidencia de una pelea con hechizos y espadas, no solo entre magos sino también entre Ángeles.

- Por Merlín!! Dragón ¿es esto lo que sueñas? - indago preocupada por lo que veía.

Pero algo en su interior le decía que no era lo único, y no se equivocó, más adelante estaban ellos, Draco peleando junto a Harry, ambos con armaduras y alas, aunque las de Harry eran negras pero no le quitaban lo hermosas que eran en comparación a las blancas de Draco... Luego estaban sus padres, era una estampa igual a la de Draco y Harry; y por último estaba ella, peleando contra Gabriel, pero a pesar de la dedicación y empeño que le ponían para ganar y darle fin a esa guerra, Gabriel terminaba sometiendola y enterrandole la espada hasta la empuñadura, podía escuchar la risa de Gabriel y luego vio como mataba a sus padres y al final como se unía a voldemort y juntos mataban a Harry mientras que a Draco lo sometían y trataban de violarlo...

Mierda!! eso si que no le gustó, Draco era un ser puro y que soñara con esas cosas sólo significaba una cosa, Gabriel estaba detrás de esas pesadillas, lo conocía tan bien que juraba de que eso último de la pesadilla era lo que más deseaba, pues esta listo si creía que iba a dejar que le hiciera daño a su niño.

Se fue contra ellos y mientras que voldemort quedaba como brocheta ensartado en su lanza, golpeó repetidas veces a Gabriel el cual sonreia arrogante.

- No podrás protegerlo por siempre - declaró con burla.

- Quieres apostar - siseo aceptando el reto - Mientras yo viva, tú jamás tocaras a Draco, eso te lo juro - sentenció mientras le rompía el cuello, lo tomaba del cabello y con una espada de luz lo decapitaba quedandose con la cabeza en la mano - De eso que no te quepa la menor duda - aseguró mientras incendiada la cabeza con fuego negro.

La vio consumirse hasta que se extinguió, luego cuando ni siquiera las cenizas quedaron de la cabeza se acercó a Draco el cual estaba en posición fetal.

- ¡Dragón! - llamó mientras le abrazaba - Es hora de despertar - habló al oido de éste quién viró un poco su rostro para verla.

- Todos están muertos y yo no pude hacer nada - susurró en medio del llanto.

- No dragón - dijo mientras le acariciaba el rostro - Nada de esto es real, es una pesadilla - explicó.

- Pues es muy real para mí - aseguró entre enojado y dolido.

- Lo se, era Gabriel jugando con tu mente, pero descuida, nunca más volverá a pasar, ya no más - declaró - Jamás volverá, te lo prometo -

- Nunca me dejes sólo Val - suplicó aferrandose a ella en un abrazo.

- Jamás Dragón, siempre estaré aquí - juró besandole la frente - Es hora de despertar - pidió viendo como el rubio cerraba los ojos y se desaparecía de sus brazos, luego ella también empezó a desvanecerse.

Al abrir los ojos vio a todos a su alrededor y a su lado estaba Draco aferrandose a su torso.

- ¿Dragón? - llamó risueña.

Poco a poco las bellas gemas plata se revelaron, y una bella sonrisa le saludó.

- Hola - saludó apenado el rubio viendose adorable.

- Hola - respondió besandole la frente.

- ¿Porqué hay tanta gente en mi habitación? - indago al notar a los demás - ¿¡Potter!? - chillo cubriendose hasta la cabeza ocultando su vergüenza pues estaba en unos diminutos shorcks y una musculosa olgada.

Mientras que Harry estaba completamente hipnotizado por las bellas, largas, hermosas, estilizadas y lampiñas piernas del rubio, estaba y era hermoso y perfecto a sus ojos, suspiró al ver la bella sonrisa que éste le regalaba a la peligris, ¡Merlín bendito! ¿podría haber alguien más hermoso que su dragón?, en eso estaba hasta que éste le descubrió y se cubrió de piesa cabeza con la sábana.

- Sabes Harry - dijo Val pícara - Si quieres te puedo pasar un pañuelo para la baba - rió al ver el sonrojo de éste y oir el jadeo de Draco - Aunque también podemos dejarlos sólos, si quieren - sugirió.

- Val!! - chillo Draco mientras revelaba su rostro y comenzaba a golpearla con la almohada.

- Hacía mucho tiempo que no te veía reír - mencionó Lilith de pie siendo ayudado por su padre.

- ¿Cómo te sientes? - preguntó poniendose de pie.

- Estoy bien, no te preocupes - alegó.

- Eehhh!! Y él ¿quién es? - preguntó Draco curioso, mientras inclinaba la cabeza hacía un costado y las manos en la cama entre medio de sus piernas y sin que lo notara, completamente descubierto pues la sábana estaba corrida aún lado.

- Soy Lilith, un amigo - dijo sonriendo ante la escena pues Harry estaba completamente hipnotizado ante la imagen que el rubio le ofrecía.

- Es un nuevo aliado - declaró Miguel en igual estado que el pelirrojo.

Sin duda sino fuera por que estaban todos ahí, hacía mucho tiempo qué el azabache se habría lanzado a comerse al pobre rubio, el cual estaban seguros que no protestaria para nada, al contrario estaban seguros de que le alentaria hasta el final.

Notas finales:

espero os lo hayais disfrutado.


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