- Ve pequeña, no tienes que esperar respuesta - le dijo Draco a su lechuza de plumaje azabache como el chico que le robó el corazón.
El ave alzó el vuelo y se quedó ahí, viendo como esta se perdía en la lejanía, suspiró pesadamente y fue directo al baño de su habitación, cuando bajará a desayunar les diría acerca del sueño. Suspiró nuevamente, su padre tenía razón, cuando Ellenya tardaba en responder, mira nada más la respuesta que esta le dio, aún seguía flipando de lo loca que era esta, pero lo agradecía.
- Ahora, a averiguar como activar te a ti - dijo viendo el medallón.
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- E de admitir que es un muy bonito medallón - comentó Lucius luego de que su hijo le relatara el sueño que tuvo - Tienes alguna idea de como activarlo - cuestionó curioso.
- Nop! Pero imagino que no ha de ser muy difícil, Merlin me dijo que por ser como yo era me había hecho digno de este y de ser su portador, que también tendría ayuda, un - explicaba Draco dejando de comer un poco pero se vio interrumpido.
- Guardián - completó Theo, llegando acompañado de Bleise, Pansy, Severus y los padres de todos ellos.
- Según las historias, el medallón se le otorga a aquel que esta dispuesto a sacrificar su vida por todos los que ama - Relató Elizabeth Zabinni.
- Pero que para ello está el guardián, para que nadie muera y puedan disfrutar de una vida plena llena de paz una vez acabe la amenaza - continuó Ethan Nott.
- Pero cuando es el medallón quien elige a su portador, se dice que ese será el último caballero - aportó Kali Parkinson.
- Ya que se cree que este será tan poderoso que acabará con la oscuridad del mundo para siempre - siguió Edward Parkinson.
- También se dice que el último caballero, tendrá de amiga a la muerte - dijo Angélica Greengrass, quien llegaba junto a sus hijas y marido.
- Y que será el único que podrá controlar los poderes del medallón al máximo - aportó Claus Greengrass.
- La cuestión ahora es encontrar la manera de activar el medallón y descubrir que clase de poder contiene - mencionó Severus tomando asiento igual que los demás en la mesa.
- Draco, parece ser que te haz convertido en la versión Slytherin de Potter - comentó Pansy seria, pero causó gracia en los demás que luego de un rato adquirieron una seriedad escalofriante.
- Sip! Pero a diferencia de Potter, yo no dejaré que el viejo tres pelos maneje la vida de Draco a su antojo - objetó Bleise.
- Además, nosotros nos entrenaremos contigo y te ayudaremos para que no sientas la presión - aportó Daphne.
- Cierto, el mundo mágico tiene a su niño de oro y nosotros tenemos a nuestro príncipe de plata - apoyó Astoria.
- Yo te seguiré hasta la muerte si es necesario - sentenció Millicent apareciendo junto a su madre Kate Bulstrode y su padre Dolan Bulstrode quienes asintieron de acuerdo a lo dicho por su hija.
- Gracias - dijo el Rubio apenado - "Solo espero que ninguno muera, no quiero perderlos" - pensó con miedo.
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La mundial de Quiddich, todo el mundo hablaba de eso, nunca había ido a una y esperaba que fuera tan genial a como se lo describían, y dado que era la primera vez en siglos de realizarse en Londres, la emoción era mucho más exagerada.
- Te lo imaginas Harry - cuestionó Ron emocionado - Sólo espero poder conseguir un autógrafo de Viktor - chilló cual colegiala enamorada con un figura mágica del mentado jugador en las manos.
- Sisi, lo que digas enano, mamá dice que es hora de dormir, así que si no quieren que nos regañe será mejor hacerle caso - dijo Fred junto a su gemelo en la puerta de la habitación.
- Largo mi cuarto, es más a ustedes ¿desde cuándo les preocupa que mamá nos castigue? - demandó y preguntó Ron luego al caer en cuenta de las palabras de su hermano.
- Desde que el castigo es no dejarnos ir al mundial - respondió George - Pero descuida hermanito, cuando esto acabe volveremos a lo nuestro - dijo pellizcando fuertemente la nariz del pelirrojo, el cual tenía los ojos acuosos por el dolor - Ahora, a dormir - ordeno yéndose del lugar junto con su gemelo.
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Caminada por una sala oscura, hacia unas escaleras, era de noche, cargaba una lámpara de gas y subió por las escalaras al segundo piso, podía oír voces, al final de las escaleras había una puerta entre abierta de la cual salía luz, se acercó un poco y se percató de que había 2 hombres, uno delgado y bastante bien parecido a pesar de tener un estilo muy rebelde incado frente a un sillón, oyendo las órdenes del que estaba sentado ahí, pero lo único que vio fue una mano huesuda y gris, saltó de susto al ver a una boa constructor pasar entre sus pies, tenía gran tamaño, esta subió por el traste del sillón y bajo a la parte frontal donde seguro estaba sentado ese ser, pudo oír el siseo de la serpiente.
- Oh! Cola gusano, mata al muggle que nos está espiando - dijo el del sillón con voz suave pero de alguna manera escalofriante.
Un hombre gordo con rostro parecido al de una rata apareció de golpe frente a el y lo último que vio fue un destello verde.
- ¡Harry! Despierta - chilló Hermione moviéndolo y luego a Ron - Apresúrense, que llegaremos tarde - informó saliendo de la habitación.
- ¿Tarde? ¿A dónde? - preguntó Ron cubriendo su torso desnudo.
- No lo se, pero si no queremos tenerla de nuevo aquí sermoneando nos, será mejor hacerle caso - aconsejó Harry ignorando el extraño sueño que acababa de tener.
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- Por Merlin!! Eres Harry Potter!! - exclamó Amos Diggory al ver llegar a su amigo Arthur con sus hijos y el azabache - Te presento a mi hijo Cedric - dijo al ver al castaño saltar de la rama del árbol en el cual había subido - Y yo soy Amos - se presentó luego de que ambos jóvenes estrecharán sus manos.
- Déjalo Amos, es hora de irnos, se nos hace tarde - le dijo Arthur risueño.
- Oh! Si tienes razón - aceptó el nombrado.
- ¿A dónde vamos? - le preguntó Harry a Ron.
- Ya lo verás - le respondieron Fred y George a la vez.
Caminaron hasta un pequeño cerro, que al subirlo en el centro de este se encontraba una bota vieja, la cual tomaron y esta los transportó hasta el valle donde sería el tan esperado partido que definiría el campeonato de los últimos 2 equipos restantes.
- Vamos Harry, primero hay que desempacar, luego pueden ir tú y los chicos a curiosear - le aconsejó Arthur luego de separarse de los Diggory.
Al entrar en lo que creyó era la tienda más pequeña y en la cual no creyó que todos cupieran, se quedó maravillado al ver lo enorme que era esta por dentro.
- Amo la magia - aseguró maravillado.
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Llevaba todo el maldito mes tratando de activar el estúpido medallón y hasta ahora no había podido y se sentía frustrado, sus amigos y tíos le habían dicho que este llegado el momento se activaría, pero el sentía miedo y una opresión terrible en el pecho, era un mal presentimiento así que no podía simplemente quedarse cruzado de brazos esperando a que la maldita porquería se activara.
Decidió entrenarse con la espada y cualquier tipo de arma conocida, inclusive las de fuego muggles, sus padres, amigos, padrino o siquiera sus tíos objetaron ante su decisión, a decir verdad hasta ellos lo hacían, decían que era mejor prevenir que lamentar, y él sinceramente no se quejaba.
Ahora estaba emocionado por ir a la mundial de Quiddich, y no porque sería la primera luego de tantos siglos, nop, para nada, simplemente era porque vería a su León, su padre le había dicho que el señor Weasley había reservado las entradas para dicho evento y conociéndolo Harry también iría.
- Listo Dragón? - le preguntó su padre.
- Si! - chilló emocionado pero respiró profundo para calmarse un poco, algo que hizo reír a sus padres.
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Sin duda la mundial de Quiddich fue al mejor evento que haya asistido, lastimosamente el equipo de Bulgaria había perdido contra los escoceses, logró ver a Harry aunque este le dirigiera miradas de odio únicamente. Estaba disfrutando su tiempo con su familia, pero de la nada se oyeron gritos, se asustó mucho al ver su tienda empezando a quemar se; decidieron irse al descubrir que eran mortifagos.
Vio como Potter se separaba de los demás debido al alboroto, él hizo lo mismo para cuidar lo, pero acabaron mal, Potter se había golpeado fuerte la cabeza y en cualquier momento caería desmayado. El lo protegía con su cuerpo, mientras los mortifagos los rodearon y Greyback, tenía miedo, no lo negaba, aún así no dejaría solo a su guapito idiota.
- Esto es traición Malfoy - le dijo uno de los enmascarados - Lucius y tu madre lo pagarán muy caro, empezaremos por mandarle tu cadáver - dijo cruel.
Simplemente cerró los ojos ante lo que venía, pudo ver el grupo de reflejos verdes que se dirigían a él, pero algo extraño pasó. Al abrir sus ojos se vio envuelto en una luz blanca que disminuyó un poco, tenía una armadura dorada puesta, con alas de oro con cada pluma bien puesta y definida en su lugar, éstas tenía su movilidad. El aterrizaje de alguien frente a él, lo sacó de su estupefacción, estaba de espaldas, viendo a los mortifagos, no supo que fue lo que les hizo ya que estos desaparecieron despavoridos.
- Tardaste mucho en activarlo, ¿no crees? - le reprochó la chica al ponerse de pie y voltear a verlo.
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Se quedó asombrado al verla, era muy hermosa.
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