Caos, destrucción...
Era todo lo que podía ver a su alrededor... Una guerra en la que él mismo peleaba, pero no estaba solo, sus amigos e incluso los que una vez consideró rivales, peleaban a su lado... Todos con coraje, valor y decisión, pero no era la única batalla que se estaba dando, en los cielos, su guardián combatía con alguien más, otro ángel, cuyo rostro estaba desfigurado en ira y sangre debido a los estoques y golpes que su guardián antes le había propinado... Pero no eran los únicos que luchaban, había más ángeles en la tierra, cuyas alas eran de un negro profundo como el carbón o la misma oscuridad, Harry, su Harry tenía unas igual, sus amigos y él mismo tenían alas y unas hermosas armaduras... Sin duda luchaban para ganar.
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Despertó sobre exaltado, la figura que apareció antes de hacerlo, era imponente y en cierta forma se sintió pequeño o mejor dicho diminuto frente a él, porque estaba seguro de que era un hombre, pero no cualquiera, no señor, este tenía 4 enormes alas negras, incluso más grandes que las de Valadhiel, y eso ya era mucho decir porque ella las arrastraba por el suelo... Pero en la mirada de ese "ángel" había un sentimiento cálido dirigido a su guardián.
Valadhiel: Buenos días dormilón - saludó del lado derecho de su cama provocando un sonrojo en el platinado al darse cuenta que usaba su pecho como almohada, algo que le causó ternura - ¿Dormiste bien? - preguntó acariciando le más que todo acomodando, los cabellos.
Draco: Bien - respondió apenado pero en lugar de apartarse se refugió más en ella - Gracias - dijo alzando un poco el rostro para verla.
Valadhiel: No hay de que Dragón - dijo sonriéndole con cariño.
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Lucius: Tenemos que hacer esto lo más creíble posible - alegó acomodando se el saco lo mejor posible.
Narcissa: Lo se - dijo ayudándole con la labor de acomodarse la ropa - Pero, ya le preguntaste a Val sobre esto - mencionó deteniendo todo movimiento provocando lo mismo en el Rubio mayor, conectaron sus miradas, se entendían sin necesidad de hablar, eran los mejores amigos de toda la vida - Lucius - reprochó suavemente.
Lucius: Lo se, lo se - dijo suspirando pesadamente - Pero ella dijo que cuidaría de Draco, y eso también implica que irá con el a todos lados - aseguró tomando las manos de su amiga y dándoles un tierno beso, algo que sacó una sonrisa en ésta, conocía muy bien a su amigo y sabía que estaba preocupado por su hijo - Además, no has notado lo mucho que se parecen - mencionó muy seguro.
Narcissa: Si, lo noté desde que la vi - aseguró suspirando pesadamente - Una gran carga yace sobre los hombros de tú hijo - dijo con pesar, porque lo que se le venía encima al menor era mucho más complicado que lo que El Niño que vivió había pasado hasta entonces.
Lucius: Nuestro Cissa - corrigió serio.
Narcissa: Sólo por título, no de mis entrañas - alegó sonriéndole con cariño - Tú en cambio si eres su madre - aseguró - ¿Cuándo piensas decírselo a Remus? Más aún, a Draco - preguntó volviendo a su tarea de acomodar la ropa del Rubio.
Lucius: Nunca - respondió muy seguro - Y agradezco a la Diosa que mi hijo no heredo el mal de... De Remus - susurró lo último.
Narcissa: Pero si la tuya y tarde o temprano Draco se dará cuenta de que yo no soy su madre, sino su madrina - aseguró convencida - Tienes que decirle, porque cuando cumpla los 15 años su herencia mágica despertará y sabes que cuando eso suceda, el necesitará de sus padres, ambos, para sobrellevar lo, ahora dime ¿crees que me buscará a mi para eso? -
Lucius: Yo - dejó escapar de sus labios, pero realmente no tenía nada que decir, Cissa tenía razón, suspiró pesadamente viendo triste el piso - Tienes razón - aceptó sin remedio - Pero no se si él quiera saber algo de mi - alegó aún más triste.
Cissa: ¿Tú crees? - cuestionó socarrona - Estamos hablando de un Licano... Crees enserió que no querrá saber de ti luego de años sin estar sin ti, conteniendo se de violarte cada que te ve por respeto, odio y envidia hacia mi - mencionó sonriendo con travesura al ver el sonrojo en el rostro de su amigo - Oh! Si Lucius, ese hombre te sigue amando con locura - aseguró riendo ante el bochorno de su amigo - Yo que tú caminaba un pote de lubricante a donde sea que vaya, porque es más que seguro que ya no seguirá conteniendo se más si te vuelves a presentar ante él - aconsejó disfrutando de lo colorado que estaba el mayor.
Lucius: Ya!! - chilló muy avergonzado, caliente y excitado al imaginarse todo lo que su amiga le dijo - Deberás que cuando te pones así, contigo no se puede - reprochó tomando su bastón - Adelante - dijo al oír que tocaban a la puerta.
- Mi señor, hay alguien esperando por la familia en el salón - informó Winky, su elfina y nana.
Lucius: ¿Quién es? - preguntó extrañado y con sus alertas bien activas.
- No lo dijo señor - respondió temerosa.
Narcissa: Ofrescale algo de tomar o beber, ya vamos nosotros - pidió seria viendo a su amigo.
- Si mi señora - aceptó la elfina haciendo una exagerada reverencia para luego desaparecer en un plop.
Se quedaron en silencio viendo el sitio vacío donde antes había estado la elfina, algo les ponía el alerta con respecto a esa visita.
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En la madriguera las cosas iban muy bien, en lo que cabe, dado que Hermione los tenía preocupados a todos (menos a los gemelos, Harry y Ron), porque esta no recordaba lo sucedido después de la llegada de los mortifagos que atacaron en el mundial, justo cuando los aurores y el mismo ministro necesitaban de su declaración... Lo cierto era que después de que los gemelos la desmayarán y esta despertará, iba a reclamarles pero no los encontró por ningún lado, iba a escribir una carta a Dumbledore informándole lo ocurrido con el Sly en la mundial pero "alguien" apareció y borró de su memoria lo sucedido, ¿quien era? Nadie lo sabía... Aún.
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Destino: ¿Porqué hiciste eso? - reclamó el actuar de su amiga.
Morte: Porque las cosas se sabrán a su debido tiempo, además de que hay que darle un respiro a Draco, si el viejo se entera lo vigilará y corre el riesgo de que pueda hacerle algo malo - respondió y defendió, no se arrepentía de haber borrado la memoria de la chica.
Destino: Si, en eso no te equivocas en lo más mínimo - aceptó - Acompáñame - pidió al ver el desconcierto pintado en el rostro de su amiga - Mira lo que evitaste - sugirió señalando el "pensadero".
Morte algo extrañada de que su amiga Destino le quisiera mostrar lo que había provocado, se acercó a observar... Abrió grande los ojos al ver tal atrocidad... El maldito viejo infeliz golpeaba al chico, mientras lo mordía y envestía sin piedad, lo estaba violando, mientras que Draco ya no siquiera emitía sonido alguno, sus ojos ya no tenían vida, su alma se había consumido en las profundidades del averno, ya no le importaba nada, era solo un cuerpo sin alma.
Morte: Maldito viejo infeliz!! - berreó furiosa - Yo lo mato si se atreve a tocarle uno sólo de sus cabellos a Draco - sentenció muy segura.
Destino: Mira el camino por el cual los has puesto a todos - pidió de nuevo.
Al mirar de nuevo sonrió con complacencia, sin duda eso era mejor, tal vez algo desequilibrado pero sin duda mejor, además ella misma lo había dicho, incluso la mortal vidente y psíquica, "personas que jamás creyeron trabajar juntas, lo harían", eso incluía en el paquete también a otros entes.
Morte: Interesante - susurró con suficiencia.
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Draco: ¿Quién eres? - preguntó curioso.
Luego de despertar quiso desayunar y siempre lo hacían en pijama, pero al parecer su padre saldría temprano, más sin embargo contrario a lo planeado tenía una visita que le parecía conocido pero no recordaba de donde, pero algo era seguro, todos ahí estaban tensos, más Val que parecía dispuesta a atacar en cualquier momento al intruso.
- Soy Lucifer - se presentó sonriendo suspicaz, mostrando la dentadura superior.(http://www.tnrelaciones.com/cm/preguntas_y_respuestas/images/Image/Actores-Directores-Geminis/Colin-Farrell-Signo-del-Zodiaco-Geminis-1.jpg).
Al instante, como si le hubieran puesto una imagen sobre el hombre lo reconoció, sólo tenía que quitarle el traje armani que tenía puesto, ponerle unos vaqueros, rasgados de las piernas, 4 enormes alas negras y cambiarle el arete de la oreja derecha por uno de cruz invertida... Era el hombre con el que había soñado esa mañana, el que provocó que despertara sobre exaltado... Sólo esperaba que las cosas no se complicarán, porque Val se veía muy decidida a atarlo.