Me encontraba frente a él mirando lo concentrado que se veía leyendo aquel libro de economía contemporánea. Sé que tenemos gustos muy distintos, al ser yo un diseñador de interiores es más que obvio, pero siempre pensé que aquello que nos hacía diferentes, nos unía aún más.
Recuerdo que lo conocí en una reunión a la que mi gran amigo Ben me invitó. Al principio me rehusé a ir ya que sabía asistirían solo personas a mi parecer demasiado aburridas, pero al final Beckman me convenció y luego de ponerme uno de mis mejores trajes, fui hacia su mansión.
Estuve conversando con varias mujeres y hombres a lo largo de la fiesta, aunque claro que mis ojos solo se fijaron en los atractivos varones que asistieron, después de todo, desde que tengo uso de razón solo me sentía atraído por personas de mí mismo sexo y no tenía ningún problema con ello.
Habían pasado varias horas y decidí fumarme un cigarro en el gran balcón con el que contaba el lugar antes de retirarme de allí, eso solía relajarme.
Llegué y me recosté en la baranda observando el hermoso cielo lleno de estrellas y una luna muy brillante. En ese tiempo me encontraba muy pensativo acerca de lo que había sido mi vida, es decir, contaba con treinta y dos años y nunca había tenido una pareja estable, solo amantes ocasionales.
Al principio eso no me suscitó un problema, disfrutar de la soltería era fenomenal; sin embargo, a medida que pasaba el tiempo me sentía cada vez más solo. Las ocasiones en las que deseaba contar con alguien a quien amar profundamente y con el cual despertar día a día aumentaban de una forma impresionante. No sabía si mi deseo se haría realidad para ese entonces y eso me ponía demasiado ansioso.
Suspiré profundamente, tomé un cigarrillo y tras prenderlo una voz hizo que me estremeciese de forma inmediata. Nunca había escuchado un tono parecido.
Flash Back
-No es nada bueno el fumar
Volteó y observó los ojos más intimidantes que jamás hubiese visto mirándolo fijamente.
-Lo sé, pero no puedo evitar hacerlo- respondió lo primero que se le vino a la mente sonriendo tenuemente
-Dicen que la ansiedad provoca los vicios- caminó hacia el pelirrojo- y por los suspiros que me ha dejado oír supongo que hay algún problema aquejándolo
Al acercarse pudo observar mejor el rostro y postura de aquel hombre. No pudo evitar sentirse demasiado nervioso con su presencia, era demasiado apuesto y sus ojos dorados parecían mirar a través de él.
-Puede ser- dio una calada al cigarro y exhaló el humo luego de unos segundos observando el gran jardín que desde el gran balcón se podía apreciar- todos tenemos alguno ¿cierto?- trató de sonar lo más desinteresado posible, no dejaría que el pelinegro se diese cuenta de lo que provocaba en él
-Es verdad- se apoyó de espaldas contra la baranda y observó fijamente a su contrario
Podía apreciar sus delicadas facciones y el hermoso contraste que la luz de la luna hacía con sus pelirrojas hebras.
Había estado en ese lugar por casi una hora pensando en lo que haría de ahora en más luego de haberse divorciado. Imaginó que le afectaría más el tener que terminar una relación de cinco años, pero frente a todo pronóstico, no había sido nada cercano a eso; todo el cariño que había sentido por su ahora ex-esposa se había esfumado en menos de un par de meses y eso le sorprendió en demasía.
¿Acaso no la amaba de verdad? ¿Por qué lo había superado tan rápido?
Miles de preguntas venían a su mente a cada segundo y lamentablemente él no lograba dar una respuesta concreta para ninguna de ellas.
Al notar que ya era por demás muy tarde, decidió retirarse de la reunión, pero justo cuando iba a entrar nuevamente al salón principal, una persona se acercó hacia la baranda y se puso a mirar fijamente el oscuro cielo.
Pudo saber que era un hombre por su vestimenta y también fue capaz de observar su expresión y el rojizo color de su cabello gracias a la luz de la luna llena que esa noche se apreciaba en el firmamento.
No supo que fue lo que le sucedió a su cuerpo cuando sus dorados ojos contemplaron el rostro pensativo de aquel hombre y las ligeras sonrisas de tristeza que se asomaban por aquel.
Se mantuvo en silencio notando que el pelirrojo no se había percatado de su presencia y escuchó atentamente los suspiros que emitía, indicándole que en verdad algo le tenía preocupado o al menos le fastidiaba mucho.
Después de un rato, al ver como el desconocido tomaba un cigarro y lo prendía dispuesto a fumarlo, se dejó dominar por un impulso y al tener aquel acto como una excusa, se decidió a hablarle, sentía que si lograba charlar con aquel sujeto, averiguaría el por qué le cautivaba tanto.
-No me había percatado que estuviese aquí cuando llegué- nuevamente le dio una calada al cigarro- al escucharlo, estuve a punto de tirar mi preciado vicio- sonrió algo divertido
-Lamento si lo asusté- quedó anonadado al observar lo hermoso que se veía al sonreir, era raro para él que pensase eso de un hombre, nunca le había interesado alguno y se le hacía más raro aún que uno lo hiciese justo cuando acababa de divorciarse- es solo que sentí que sería agradable el charlar ¿No lo siente de esa manera?
Lo formal al comportarse de ese sujeto le encantaba. Su voz sonaba demasiado seria y sus facciones del rostro no cambiaban al hablar, nunca había conocido a alguien que lo cautivase así.
-Tienes razón- apagó su cigarrillo y se apoyó con el codo en la baranda colocando su rostro en la palma de su mano- es agradable
Mihawk se sintió completamente seducido con ese acto, optó por mirarlo fijamente y comenzar un tema de conversación, tenía la necesidad de seguir escuchando el sonido de la voz del pelirrojo.
…
…
-Jajaja- rio divertido- no puedo creer lo que dice
-Es verdad- la risa de aquel hombre era muy hermosa a su criterio- no le mentiría
-Está bien- Shanks lo observó por unos segundos fijamente para luego llevar su vista hacia su reloj de muñeca
Palideció de solo observar la hora, nunca se había quedado hasta tan tarde en alguna reunión y no entendía como el tiempo había pasado tan deprisa.
“Todo es debido a él”
-¿Qué sucede?- preguntó el pelinegro al notar la sorpresa en el rostro de su contrario
-No pensé que fuese tan tarde- sonrió- el tiempo charlando con usted pasó demasiado rápido
-No me había percatado tampoco, lamento si eso le causó algún problema
-No, para nada- se apresuró a negar- lo disfruté mucho- no pudo evitar ofrecer una de sus miradas insinuantes. Aquel hombre lo había cautivado demasiado y la había pasado tan bien en su compañía que esperaba no fuese la última vez que lo viese.
-Puedo decir lo mismo- entendió la mirada que el pelirrojo le dirigió y se emocionó al instante. No era el único que se sentía de esa forma en la situación en la que se hallaban y eso le pareció extremadamente bueno.
Ambos entraron al salón principal y tras despedirse de unas cuantas amistades que ambos tenían se dirigieron a la puerta de la mansión.
-Es hora de decir adiós y lo más irónico es que a pesar de todo lo que conversamos aún no se su nombre- Shanks miró fijamente los ojos dorados del contrario y sintió el deseo de acercarse más a su rostro
-Perdone mi rudeza, pero creo que la charla fue tan hipnotizante para mí que olvidé presentarme debidamente- extendió la mano hacia el pelirrojo- mi nombre es Dracule Mihawk
-Encaja perfectamente con usted- extendió igualmente su mano y correspondió el gesto- el mío es Akagami Shanks
-Me robó las palabras
El contacto entre sus pieles quemaba, mantuvieron el saludo durante más tiempo del necesario hasta que fue Akagami, algo nervioso, quien lo deshizo; sentía su cuerpo vibrar de solo mantenerse cerca de aquel de ojos dorados.
-¿Puedo preguntarle algo?- Mihawk se atrevió a hacer su movimiento, esperaba obtener una respuesta satisfactoria
-Por supuesto- sonrió
-¿Aceptaría tomar un café conmigo?
No supo cuánta fue la alegría que sintió al escuchar al pelinegro decirle aquello. Había esperado ser él quien lo invitase ya que pensó que aquel serio sujeto sería muy reacio a hacer el primer movimiento, pero se llevó una grata sorpresa con lo que Mihawk le había propuesto.
-Solo tengo una condición- dijo algo divertido
-Lo escucho
-Si me dejas de tratar de usted, con gusto saldré contigo- habló esta vez de una manera más informal
-Me es difícil, pero está bien, lo haré
-Entonces…- sacó una tarjeta de su saco y se la ofreció - podemos luego acordar la hora y el lugar
-Tienes razón- le ofreció una tarjeta igualmente y por primera vez en todo lo que llevaban de conocerse dejó que su rostro mostrase una ligera sonrisa
Shanks se quedó anonadado por varios segundos y no pudo evitar sonrojarse, ese hombre era injustamente demasiado apuesto.
-Es hora de despedirnos, nos vemos Mihawk- Shanks hizo un movimiento con la mano y sonrió
-Nos vemos- dicho esto cada uno se dirigió a sus respectivos autos y se marcharon del lugar.
Regresarían a sus hogares solos, pero con el número de contacto del hombre que esa noche los había cautivado.
Fin del Flash back