Besos suaves se esparcieron por su espalda que bajaron desde su cuello hasta su redondo trasero, donde recibió suaves mordidas sin que le hicieran daño. Sintió como un dedo se colaba por su entrada totalmente lubricada ya. Después de un par de minutos sintió un segundo y tercer dedo que jugaban y se abrían paso en él, que solo lograba gemir con los ojos cerrados. Cuando considero que ya estaba lo suficientemente preparado retiro los dedos para sustituirlos por su miembro viril que enterró lentamente hasta tocar la piel del trasero del rubio con la base de este, mientras rodeo su pecho con un brazo mientras con el otro rodeo la cintura del detective para poder alcanzar el miembro de este y acariciarlo lentamente. Danny solo podía cerrar los ojos y dejarse llevar por el placer que lo envolvía en esos momentos. Steve entraba y salía de él golpeando el lugar exacto que lo desconectaba totalmente sin permitirle pensar en nada ni nadie más que no fueran esas sensaciones, sensaciones que se multiplicaron por mil cuando el comandante golpeo el punto exacto. El grito que salió de su garganta fue ahogado por el bozal que le habían colocado, mientras que el de Steve se escuchó en todo el lugar cuando se vino dentro del detective, y este a su vez en la mano del comandante
El sueño venció al detective cuando sintió como su compañero se ponía de pie y se dirigió al baño
* * *
Lentamente se extendió a lo largo de la cama a medida que iba despertando. Se sobre salto al notar que ya no había nadie a su lado y el estaba únicamente cubierto por las sabanas. Guardo silencio esperando escuchar al Marine, pero el silencio era lo único que reinaba en el lugar. Se levantó con sumo cuidado debió al dolor que sentía en su espalda baja y se dirigió al baño, miro en el espejo el desastre que había en su cabello, reviso sus muñecas y su cuello. Entro en la ducha y con los ojos cerrados dejo que el agua caliente recorriera por su cuerpo, sintiendo como se relajaban todos sus músculos. Diez minutos después salió y miro a su alrededor pero no vio el vestido ni las cosas que el comandante había usado en él la noche anterior. Se vistió con la ropa con la que llego al hotel y salió de la habitación
Steve McGarrett leía el diario en el restaurante del hotel mientras desayunaba frutas y café. Hoy había decidido no salir a correr a pesar de haberse quedado dormido después de las cinco de la mañana. Cuando Danny lo vio se dirigió hacia él y se sentó frente a él. Steve hizo una seña y el camarero le trajo el desayuno al rubio que previamente le había pedido el comandante.
- Ni se te ocurra – siseo el moreno cuando el detective iba protestar por lo que Danny se mordió el labio y comió en silencio
Cerca de las nueve de la mañana salieron del hotel. Ninguno dijo nada un tramo del camino, hasta que Danny resoplo mirando por la ventana
- Ya – suplico el rubio –, háblame por favor
- Cállate – siseo Steve –, cállate
- Niega que te divertiste – dijo Danny sonriendo pero el Marine no emitió sonido alguno –. Ves, te gusto – pero se tuvo que agarrar de donde pudo cuando Steve giro sin aviso y acelero –. Hey, hey. Tranquilo. – Steve acelero y se metió en un callejón solitario donde apago el motor y cerró los ojos aferrándose al volante – ¿planeas matarnos o que, animal?
- ¡Cínico! – grito Steve furioso
- ¿Cínico? – dijo Danny totalmente sorprendido – ¿en serio Steven? ¿de todo lo que me puedes llamar, me vas a decir… cínico?
- Te odio – dijo el Marine después de respirar hondo y pasarse las manos las manos
- ¿Me… odias… por… hacerte pasar… la mejor noche…, no sé, quizás, de tu vida? – dijo Danny también molesto
- ¡Me obligaste a violarte! – dijo Steve furioso
- Pues, yo no te vi muy predispuesto a no cumplir mi fantasía – dijo Danny
- ¿Danno, te das cuenta que tu fantasía sexual para nuestro aniversario fue ser tratado como una prostituta y más encima que te violara? – siseo Steve
- Yo no dije nada cuando quisiste jugar a que fuéramos Maximus y Cómodo de Gladiador – dijo Danny subiendo también el tono – y me hiciste enmanillare a la viga del techo para golpearte con un látigo. Y después… ¡achhh! – dijo frustrado el rubio
- Eso fue diferente – dijo Steve a la defensiva bajándose del auto y azotando la puerta
- ¿Por qué? – dijo Danny también bajando y azotando la puerta – ¿Por qué tú eres alfa y yo omega?
- Sabes perfectamente a lo que me refiero – dijo Steve
- No – dijo Danny cruzando los brazos –, fíjate tú, no lo sé. Explícate ¿Por qué es diferente?
- ¿Y si te hubiese lastimado? – dijo Steve
- ¡Por Dios, Steven! – dijo molesto – ¡Eres mi alfa! ¡Llevo tu marca! ¡Estamos casados y con tres hijos! ¡Nunca me harías daño!
- ¿Y si pasara? – dijo Steve – ¿Y si…?
- Maldición, Steven – grito Danny golpeando el techó del auto – teníamos dieciséis años cuando nos conocimos, dieciséis años, en medio de mi celo. Pudiste violarme y dadas las circunstancias te hubiesen exonerado, pero ¿Qué hiciste? Te quedaste me cuidaste. Steve, yo a tu lado lo puedo todo, porque se que no permitirás que nada ni nadie me lastime. Incluyendo nuestras fantasías sexuales – y se gira para darle la espalda
- ¿Te lastime mucho? – pregunto Steve abrazándolo por la espalda
- Nunca me lastimas, baby – dijo Danny girándose en los brazos del comandante –, confía en mi como yo confió en ti.
- Hagamos un trató – dijo Steve acariciándole el rostro – haremos las cosas mas tranquilas a partir de ahora – por lo que Danny intento zafarse pero él lo retuvo – así cuando hagamos las… nuestras favoritas, las disfrutaremos mas
- ¡Ningún trato! – dijo Danny zafándose – solo quiero pasarlo bien contigo, pero por lo visto tu solo piensas en ti – y esperó la explosión de otro que nunca llegó
- ¿sabes cuál ha sido la única de las fantasías que realmente he disfrutado? – dijo Steve con voz apagada
- Seguramente la que tú ideaste – grito Danny – ¿y sabes por que? ¡Porque eres un maldito infeliz controlador que solo piensas en ti
- ¿Eso crees? – pregunto Steve con voz apagada
- Si – dijo Danny de manera soberbia y altanera
- Esta bien – dijo respirando hondó y sonriendo triste –, tú ganas. Toma – y le entrego las llaves del Camaro – yo me voy a pie
- ¿A dónde vas? – dijo el rubio descolocado con la respuesta
- A pensar Danno – dijo Steve con voz quebrada –, a pensar como salvo tu vida y la de mis hijos sin estar yo presente
- ¿De qué hablas? – dijo Danny sorprendido
- Danny… – dijo Steve con una voz totalmente quebrada – quiero el divorcio
- ¿Qué? – dijo Danny angustiado
- Ya no puedo más – dijo Steve pasándose las manos por la cara –, te amo demasiado como para poder seguir con esto. ¿Qué maldita parte “del tal vez yo no te hago daño, pero tú me lo haces a mí” no entiendes? – grito Steve – ¿sabes cuál es realmente la naturaleza de un alfa? ¿tienes idea por lo que pasa cuando no la obedece?
- ¿De que hablas? – pregunto Danny sin saber porque sentía miedo
- ¿Tú crees que hago todas esas cosas arriesgadas solo porque es divertido y ya? – dijo Steve – las hago por ti. Porque de alguna manera debo sacar la rabia y frustración que no ser capaz de cuidarte de ti mismo
- ¿Cuidarme de mi mismo? – susurro Steve
- Nisiquiera quieres intentar entenderme – dijo Steve –. Danny… no logro disfrutar la intimidad contigo por más que te amé como un loco, y es que mi instinto grita más alto. Y él dice que te hago daño
- ¿Por qué no me lo dijiste bebe? – dijo Danny abrazándose a él
- Porque necesitas eso para ser feliz – dijo Steve acariciándole el cabello – y te juro que intente dártelo, pero ya no puedo más. Por eso te dejo libre para que busques lo en otro lado lo que es obvio que no encontraste en mi
- Steven – susurro Danny aferrándose a él –, tú eres todo lo que necesito.
- No Danno – dijo con la voz quebrada – Tú necesitas quien te golpeen, te griten, que te traten como basura. ¡Y yo solo puedo tratarte con amor!
- Steve… – suplico Danny
- Adiós, mi amor – dijo Steve sin aguantar más lagrimas – dile a los niños que los amo – se aleja
- No Steve – suplicó Danny corriendo a abrazarse a él llorando – no me dejes. – Perdóname. Tienes razón fui un egoísta. En verdad creí que te gustaba esto. Pero si no te hace feliz a ti, no me hace feliz a mí – sollozo apretando los ojos y aferrándose a él –. No me dejes, por favor
- Danno… – susurro Steve
- No me dejes – volvió a suplicar el rubio
- Cálmate – susurro Steve – tranquilo
- No me dejes – volvió a suplicar el rubio
- ¿No más locuras extremas en la cama? – dijo Steve y Danny negó nuevamente – dame las llaves. Vamos a casa
Subieron al auto nuevamente y partieron rumbo a casa
* * *
Danny sonreía ante la mirada de expectante de Steve que estaba acostado en la cama desnuda con orejas de lobo en la cabeza
- ¿Te gusta lo que vez soldado? – pregunto Danny dando una vuelta sobre sí mismo para que se apreciara mejor el vestido de caperucita roja que traía puesto
- En estos momentos soy un lobo feroz – dijo Steve saltando sobre el rubio haciéndolo gritar en medio de una carcajada – que te comerá entero
Danny pensó que después de todo su matrimonio con ese Neanderthal ya tenía la suficiente adrenalina como para aumentarle imaginación tambien