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La casa chica por Edy10

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El zumbido que atraviesa mi cabeza se intensifica; es como si miles de agujas atravesaran por mi cerebro. Intento calmar los pequeños destellos de luces que se producen al abrir mis ojos, sin mucho tiempo, el mareo junto con las ganas de vomitar me obligan a cerras los ojos esperando a que todo termine.

Pasado unos minutos todo se vuelve un más controlable, abro los ojos una vez más soportando la luz intensa sobre mi cabeza, veo el techo blanco y por fin capto los sonidos de las máquinas junto a mí

Analizo cada una de ellas para terminar percatándome de la aguja que está en mi mano. No entiendo lo que pasa ¿Dónde estoy? ¿Dónde está mamá?, mis ojos me pesan y no tengo fuerza, necesito dormir un poco más…

Hola, Alexandra ¿Me escuchas? – una señora me apunta con una lámpara en mis ojos dejándome ciega por unos segundos – perdón, tu respuesta es buena

Con su mano aprieta mi pecho, se siente muy fría, como si tuviera metal en ella ¿Qué pasa? Al final inspecciona mi cabeza.

¿Dónde estoy? – intento sentarme en la cama pero la señora de no más de 35 años me detiene poniendo su mano en mi hombro.

Está en el hospital número Siete del Seguro Social. Soy la doctora Guadalupe.

Sufriste un golpe en tu cabeza que te provoco una pérdida significativa de sangre, tuvimos que hacerte una trasfusión y saturarte la herida ¿Recuerdas algo?

 

No

 

No te preocupes ahora por eso, te voy a realizar unas preguntas básicas ¿Está bien? – asiento sin mucha fuerza y ella comienza a preguntar mi nombre, edad, nombre de mis papás, hermano. Etc. – Hasta el momento todo está bien, pero aún no te puedo pasar a piso, quiero tenerte en observación unos días más.

 

¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

 

Tres días, sigues muy débil y los golpes en tu cuerpo no han sanado, me preocupa la fisura en tu costilla derecha…

 

Sé lo que es tener las costillas rotas y no siento nada, es más, si no fuera por las constantes pulsaciones en mi cabeza junto al molesto zumbido diría que estoy bien

 

Solo me duele la cabeza.

 

Es por los medicamentos, intenta no moverte mucho y descansa. Le informaré a tu mamá que has despertado.

 

Está bien – la doctora me sonríe y comienza apuntar en unas hojas, soy incapaz de ver cuando sale de la habitación por el sueño que me invade de nuevo…

 

 

Me levanto lo más que puedo sintiendo el frío metal del cómodo, la enfermera me ayuda poniéndolo en su lugar aligerando mi esfuerzo

 

Regreso en unos minutos Alex, intenta hacer pipí sin que pujes mucho por tus costillas – asiento con la cabeza. Es la posición más incómoda del mundo, quiero ir al baño, quiero levantarme de la cama, me quiero ir a casa…

 

Contengo mi llanto intentando ser fuerte, no debo asustarme, mamá siempre dice que los médicos y las enfermeras están para ayudarme, tal vez si les hago caso me pueda ir a casa ya…

 

La enfermera regresa ayudándome a quitar el cómodo; en un descuido me levanto quedando recta sintiendo un pinchazo en la costilla, aprieto el tubo de la camilla amortiguando el dolor.

 

Prefiero no decir nada a la enfermera y cuando sé que no me ve sobo la zona afectada aliviando un poco el dolor. Después de un tiempo comienzo a dormitar hasta que una figura conocida aparece en mi vista.

 

Hola, Bebé – mamá con los ojos llorosos e hinchados me da un beso en mi cabeza – me tenías muy preocupa. La doctora me dejo pasar a verte ¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho?

 

El calor que produce su mano en mi mejilla y su cara afligida, me recuerda todas las noches que mamá pasaba a mi lado cuando me enfermaba, sus canciones, besos y cuentos. Sin poder evitarlo mis lágrimas comienzan a aparecer, ella me hace sentir como una niña pequeña, quiero a mi mamá, no quiero que se vaya.

 

No llores Bebé, dime donde te duele – intento señalar mi cabeza sin mucho éxito – tu cabecita –mamá me da un beso mágico para aliviar mi dolor y cierro los ojos intentando sentir su energía.

 

También aquí – señalo mi costilla

 

¡Bebé! – la voz entrecortada de mamá me obliga a abrir mis ojos – la doctora dijo que vas a estar bien, por suerte no hay un daño tan grave y dentro de poco volveremos a casa – mamá le da un masaje a mis pies – pero debes echarle ganas; comer, tomar los medicamentos, hacer pipí, solo así te van a dar el alta ¿Quiere ir a casa?

 

Sí – cierro los ojos perturbados por la luz, no puedo resistirla del todo

 

La doctora también dijo que por ahora vas a estar sensible a la luz y al ruido – mamá apaga la lámpara terminando con la incomodidad – te amo Alex, eres mi bebé, no podría vivir sin ti ¿Quieres dormir cariño?

 

No, era la luz la que me molestaba – miento porque no quiero que mamá me deje, no me gusta este lugar y estar sola, no quiero volver a tener la sensación de querer despertar y no poder, solo quiero que ella se quede conmigo.

 

Está bien, pero la doctora solo me dejo estar unos minutos contigo; la hora de visita termino y no me puedo quedar – mamá me toma de la mano – te puedo pedir dos favores Cariño

 

Sí – llevo su mano a mi cara sin saber muy bien por qué, es solo que me tranquiliza.

 

Promete que vas a estar tranquila, vas a obedecer a la doctora y enfermeras, ellas te quieres ayudar a salir más rápido de esto, lo prometes.

 

Sí mami, prometo ser buena y respetuosa con todos aquí – le digo con una voz más infantil

¡Ese es mi bebé! Ahora necesito que me hagas otro favor; por los golpes y la forma del accidente hay unos policías que van a hablar contigo – abro los ojos asustada – tranquila, todo está bien

Aprieto su mano recibiendo miles de imágenes en mi mente, todas pasan tan rápido; la fiesta de Bárbara, la pelea con Fabián, los gritos de papá, el llanto de Teo y el frío que sentí antes de despertar aquí… ¿Dónde está mi Abue?

Tranquila Bebé, solo necesito que digas la verdad, es todo, no tienes por qué preocuparte. La verdad es que te peleaste en una fiesta, tomaste mucho y caíste por las escaleras…

¡ESO NO ES VERDAD! ¡Él me pego! – Me intento levantar de la cama intensificando el zumbido y las palpitaciones en mi cabeza


¡Cariño, cálmate! – mamá intenta hacer que me recueste de nuevo – no digas eso, las personas te pueden escuchar. Lo que paso fue un accidente, tu papá no quería pegarte, es que tú…

Él dijo que me iba a matar por ser lesbiana, me golpeo hasta donde quiso, yo no voy a mentir por él – quito su mano de mi pecho apretando mi cabeza ¡Estúpido zumbido no lo soporto!

 

Alexandra no puedes decir eso ¿Quieres que tu papá vaya a prisión? ¿Quieres destruir la familia? ¿Vas a dejar a Teo sin papá?

Te lo estoy pidiendo por favor, hable con tu papá y me dijo que si te comportas él está dispuesto a olvidarlo todo…

 

¿Él me va a perdonar? Soy yo la que está en el hospital, soy yo la que recibió una trasfusión de sangre...

 

¿Quién crees que te la dio? Se lo debes hija…

 

¡Yo no le debo nada más, que mi miseria! – Me siento en la cama intentando alejarme de ella, pero solo logro un insoportable dolor en mi costilla -¡Aunch! ¡ME DUELE!

 

La enfermera entra corriendo haciendo que me recueste para revisar la zona dañada. Después de unos segundos o minutos la doctora entra intentando calmarme encendiendo la luz.

 

El dolor fusionado con la incomodidad de la luz apenas y me deja sentir la humedad en mi cabeza.

 

Alex tienes que calmarte –

 

¡¿Qué pasa doctora?! – mamá pregunta alterada

 

Saquen a la señora y apliquen un tranquilizante, quiero ver si la costilla no daño algún órgano – veo a más personas entrando y saliendo de la habitación, el dolor junto con el estúpido zumbido se vuelven imperceptibles hasta que pierdo la conciencia…

 

Aquí estabas Abue

 

Siempre estoy contigo chaparra, todo el tiempo, toda la vida…

 

Ella podría ser la hija del presidente y aun así no los dejaría pasar, es mi paciente y son mis reglas… - comienzo a escuchar mormullos y después de unos segundos puedo distinguir la conversación.

 

Ella es la hija de los Hotman ¿Los conoces?

 

No, pero ya te dije su madre la altero y complico su recuperación…

 

Me duele – la doctora aparece en mi vista con una sonrisa.

 

Hola – Me vuelve a apuntar con su lámpara como la primera vez – tranquila todo está bien, logramos estabilizarte; las suturas de tu cabeza no sufrieron daño, pero me temo que pasaste de tener una fisura a tres…

 

Hola, Alex. Soy el doctor Gustavo. Te vamos a hacer un chequeo general para…

 

No es necesario someterla de nuevo a tanto estrés, los estudios indican que no hay desprendimiento o daño a algún órgano, vas a estar en observación un poco más de lo previsto. Por ahora descansa y…

 

¿Quieres ver a tu mamá? – el doctor me pregunta

No, no quiero.

 

Ok, Alex te dejamos descansar – la doctora sale del cuarto discutiendo con el doctor

 

Los siguientes dos días pasan tan lento y aburridos, le pido a la doctora que por ahora no deje entrar a mamá, no quiero volver a pelear, quiero que si entra sea para decirme que todo está bien, que me ama y que va a dejar a papá

 

Quiero que mamá me elija a mí, yo la elijaría a ella sin pensarlo dos veces ¿Por qué se aferra tanto a un hombre que solo la lastima? Ella dijo que no podía vivir sin mí ¿Por qué ahora no está aquí? Cuando realmente la necesito me dejo…

 

La presencia de los oficiales enciende las arlas al provocándome un ataque de pánico. La doctora Guadalupe dictamina que es suficiente y deja en claro que mi declaración solo se dará cuando yo esté en piso estable y así lo decida. A cambio pierdo el derecho a visitas.

 

En mi primera mañana en piso, todo es jadidamente horrible, veo a las demás personas recibiendo ánimos de sus familias, amigos y parejas…

 

¿Cómo estás Ojos de gatito? Estoy segura de que no sabes lo que está pasando y me gustaría que estuvieras aquí. Extraño tu voz, tu olor, extraño tanta bailar y sentir la suavidad de tus manos, tu sonrisa burlona, incluso extraño tu mirada “de explica”

 

Deben ser como las diez de la mañana, conociéndolos a ti y Dogi deben de estar por desayunar.  Cuando salga, prometo hacerte mi versión de waffles, vamos a llevar a Dogi a pasear, caminaremos tomadas de la mano y prometo que no te voy a saltar, te voy a agobiar con tantos besos que ahora la pervertida seré yo…

 

Limpio mis lágrimas al recibir mi charola de comida. Algún día tú y yo estaremos juntas…

 

 

Alex, Alex despierta – siento como me mueven por el brazo – Alex ¡Estúpida!

 

¡Auch! – Brinco por el dolor en mi brazo – ¿Cuál es tu problema…

 

¡Pero que pasa compañera! – el silencio se hace presente por unos segundos y solo se rompe cuando Fernanda jala su moco provocado por sus lágrimas.

 

¿Quieres limpiarte con mi bata? – Me limpio mis lágrimas – jala la cortina no puedo recibir visitas ¿Cómo entraste? ¿Qué haces aquí?

 

Te dije que siempre iba a estar a tu lado ¿Lo olvidaste? – Niego con la cabeza – Mamá se puso un poco mal… Quita esa cara solo es una gripita nada de qué preocuparse.

Vi a tu mamá y la única vez que desapareciste fue porque estabas en el hospital, así que…

 

 ¿Así que?

 

Fernando y yo le arrebatamos el bolso a tu mamá –

 

¡¿Le robaste a mi mamá?!

 

No fue un robo… Bueno si tome cincuenta pesos, pero eso fue para el venir y lo voy a regresar… No me veas así. Hace uno semana que no sabíamos nada de ti, tu casa está vacía y Bárbara esta histérica…

 

¡¿Qué?! ¡¿Cómo que está vacía?! ¡¿Ella está bien?!

 

Tu casa está en venta y bien loca diría yo – sin poderlo evitar las dos comenzamos a reír - te Ha buscado por cielo mar y tierra; tu celular está apagado, en tus trabajos nos dijeron que renunciaste hace dos semanas, obligo a su papá y Sofía a buscar información.

 

¡La amo! – sonrió negado sin poder creer que lo que ha hecho.

 

Descubrimos tu nueva casa, lo malo es que un sujeto nos amenazó con una pistola si no nos íbamos.

 

¡¿Qué?! – como se le ocurre a ese estúpido, de seguro es uno de los trabajadores de papá.

 

Ahora el robo no se escucha como lo peor que paso ¿Qué te paso?

 

Antes de poder explicarle la cortina se abre y una enfermera nos mira enojada corriendo la cortina.

 

¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?

 

¿Yo?… - Fernanda se señala – María, soy María mucho gusto – extiende su mano sin ser correspondida –

 

¿Qué haces aquí?

 

Claro, yo la estaba de visita y ella se quejaba mucho. Bueno, amiga espero que te recuperes y que tu almohada esté cómoda – Fernanda camina a la cama de la señora de enfrente ante la atenta mirada de la enfermera – adiós abuelita ahorita sube mi mamá, se me cuida, come la comida, te amo – Fernanda le da un beso en la frente a la señora y sale de la habitación

 

 

Todos se quedan viendo a la señora que le dice adiós a Fernanda logrando que la enfermera no le dé más importancia a la situación.

 

Se termina la hora de visita y Fernanda ya no aparece de nuevo, tenía la esperanza de que habláramos, quiero saber que está pasando, sabía que iba a ver una mudanza pero nunca me imaginé que papá se moviera tan pronto.

 

Mi almohada comienza a vibrar asustándome hasta que logro localizar el celular de Fernanda, y me percato de que es una llamada de Fernando.

 

Después de una charla nos ponemos al corriente de la situación y los posibles panoramas de lo que va a suceder en cuanto salga de hospital, al meditar la situación técnicamente papá me tiene acorralada; él tiene a mamá y el dinero de su lado…

 

¿Qué opinan?

 

Es algo peligroso ¿no crees? Tu papá puede reaccionar mal, digo él es un político y estás arriesgando mucho solo por tu novia – contesta Fernando un poco incrédulo a mi idea.

 

No es solo a su novia, es su libertad, su seguridad, si no hacemos algo en cuanto la den de alta, vamos a perder a Alex. Yo te apoyo Alex y cambia el nombre de contacto a Perro maldito, a mí nadie me registra como Loca

 

Gracias, necesito que hagan lo que les pedí en cuento vean a mamá, y Fernanda no le digas a Bárbara hasta que estemos seguras de que mamá va a aceptar

Sí, ahora solo espera mi llamada y descansa. Alex, no te alteres si las cosas no salen como esperas, ten por seguro que vamos a hacer hasta lo imposible para apoyarte en todo.

Gracias Fernanda, a los dos, lo quiero mucho y espero tu llamada

Pasan unas horas más hasta que se llevan mi charola de la cena, la enfermera me hace un chequeo rápido de los medicamentos, anota cuanto agua y veces fui al baño. Después de unos minutos más el celular vibra una vez más, tomo la llamada revisando que nadie me vea

¿Lista? – Detecto el nerviosismo de Fernanda en su voz

Sí – escucho la voz de mi mamá sorprendida al ver a Fernanda, intercambian unas palabras hasta que por fin escucho su voz en el teléfono

¿Hola?


Hola, mamá

Alex ¿Por qué tienes un teléfono? ¿Dónde estás?

 

En la habitación. Necesito que ahora tú me hagas un favor; supongo que sabes que mi novia y Fernanda me están buscando. Quiero verlas…

Alex…

 

Voy a declarar lo que me pediste solo si aceptas que Bárbara y Fernanda me visiten...


Alex tu padre no quiere...

 

Él vendió la casa y las amenazo si seguían yendo a su casa. No me importa lo que él quiera, si no aceptas voy a declarar lo que realmente sucedió y por lo que veo su campaña está recibiendo un apoyo de la comunidad que tanto odia, te imaginas que va a pasar si digo la verdad

 

Recapacita Bebé, podemos dejar las cosas así no hay porque llegar a tanto, que tal si te compro un nuevo celular o un…

 

Ya no soy una niña, mamá…

 

Te estás comportando como una, solo porque te quite a tus juguetes ahora haces berrinche…

 

Ellas no son mis juguetes; una es mi mejor amiga, la persona que ha cuidado de mí y Ha secado mis lágrimas. Bárbara es mi novia y ella… No lo entenderías…

Escribí una carta con lo que paso, si no accedes esa carta va a salir a la luz, la decisión es tuya. Mañana durante la primera visita daré mi declaración, dale el pase a Fernanda.

Término con la llamada conteniendo mis nervios, después de unos minutos recibo una llamada más de María Fernanda para contarme que mamá se puso loca, pero lo importante según ella, es que ahora ella tiene el pase. Me pide que descanse y no me preocupe por nada…

 

 

Termino de bañarme con ayuda de la enfermera, después de tanto tiempo ya perdí la pena y hoy será un día muy especial, no sé quien subirá primero, solo quiero ver a mis amigos y mi novia de nuevo.

 

Bueno hoy estamos animadas – me dice la doctora mientras los residentes terminan de hacer sus apuntes – recuerda no moverte tanto, comer, en verdad necesito que comas bien para poder tener un mejor avance– asiento con la cabeza - ¿lista para declarar?

 

Claro, usted va a estar aquí ¿verdad? – La doctora Guadalupe asiente, me da cosa mentir y más si es a unos policías no quiero tener un ataque de pánico, estoy segura de que si eso pasa no podría ver a nadie hoy.

Hola, Alex – los oficiales cierran la cortina – nos presentamos de nuevo, el oficial Raymundo y Carlos, el motivo del interrogatorio es por el estado en que ingresaste. Es necesario aclarar que no estás detenida u obligada a algo, solo estamos aquí para ayudarte en caso de que lo necesites ¿Entendido? – asiento con la cabeza

 

Alex ¿Qué fue lo que sucedió los días uno y dos de agosto del presente año?

 

Comienzo a redactar la historia del cumpleaños de Bárbara omitiendo nombres y lo reduzco a una simple pelea de ebrios, sin pensar mucho pongo a Fernanda como mi testigo, continuo con los hechos que mamá me pidió que dijera. La cara de la doctora me deja en claro que ella no cree en esa versión, para mi suerte los policías si lo hacen.

 

Terminan de hacer las últimas anotaciones y al decir que no pienso levantar una demanda o acusación contra los “chicos de la fiesta” se retiran abriendo la cortina.

 

Mi vista viaja al pasillo encontrándome con Bárbara platicando con la enfermera que regaño a Fernanda, sonrió sin poder contener las lágrimas cuando nuestras miradas se conectan.

 

La doctora sale y comienza a hablar con Bárbara, supongo que le está dando mi estado médico. Intento acomodar mi cabello, bata y limpiando mi cara, el enfermero deja mi comida en la mesa

 

¡Ahora si te van a hacer comer, Alex! – Sonrió asintiendo con la cabeza, el enfermero me pone la mesa para que pueda comer y reclina un poco más la cama - ¡suerte!

 

Le agradezco, regresando mi mirada a Bárbara, el bullicio de los demás pacientes y familiares desaparecen al escuchar la risa de mi novia, sin evitarlo sonrió impaciente par que venga a mi lado.

 

El tiempo se vuelve lento cuando Bar ingresa a la habitación dando los buenos días a “mis compañeros” deja unos papeles en la silla y se pone a mi lado.

 

Hola –le doy un débil saludo

 

¡Hola, Amor! – Recibo un beso corto en mis labios - ¿Qué quieres que hagamos primero? ¿Quieres escuchar cuanto te extrañé? – Sonrió asintiendo – o ¿Quieres que hablemos del porqué no has comido bien en todos estos días?

 

No, no, hablemos del primero – tomo su mano dejando un beso – yo te extrañe tanto –abrazo su mano.

 

Pensé que nunca te volvería a ver; estoy tan acostumbrada que nunca me digas si llegaste a casa, pero al ver las noticias en el periódico y después en la televisión supe que algo iba mal… - Bar me abraza dejando un beso en mi cabeza – pasaban los días, noches y me di cuenta cuanto amo escuchar tu voz, tu risa, tus besos, tus abrazos, lo infantil que puedes llegar a ser, tus pésimos chistes – suelto una risita – hablar contigo de todo y de nada, extrañaba hasta el silencio tan cómodo que solo existe contigo.

 

¡Te amo! – Bar me suelta y deja un beso en mi mejilla – gracias por nunca irte…

 

¿Cómo me voy a ir si el amarre costo caro? – Las dos soltamos una carcajada limpiando nuestras lágrimas – ahora hablemos ¿Por qué no has comido bien? –

 

Yo extrañaba tu mirada Ibarra - ¿Por qué me sonrojo? Siento el calor en mi cara y ella solo niega quitando la tapa de la bandeja de comida – no me daba mucha hambre; porque no me puedo mover mucho y camino poco. Es aburrido estar aquí.

 

Lo sé, Amor debes de comer si quieres salir de aquí, la doctora dice que estás avanzando bien, pero lento a lo que ella esperaba – recibo una cucharada de comida en la boca – todos están preocupados por ti y queremos verte, abrazarte…

 

¿Quién te trajo o viniste sola?

 

No, mis papás nos trajeron a Fernanda y a mí, ellos se quedaron hablando con tu mamá… ¿Alex?

 

¡Mande! – Le digo feliz; mientras abro la bolsa donde está mi pan, la miro por unos segundos y muerdo el pan

 

Debes dejar que tu mamá te visite – le doy una mirada de indignación – Amor, es tu mamá…

 

Ella no me dejo verte y supongo que sabes lo que tuve que hacer para que ella te dejara pasar, no quiero verla…

 

Alex, ella se preocupada por ti, viene todos los días y solo recibe el informe médico, se queda aquí hasta que terminan las horas de visita y un poco más por si puede hablar contigo, ella está sufriendo…

 

Ella prefirió a papá, siempre es así, incluso cuando desperté lo único que le preocupaba era ese hombre ¿y yo que? ¿Acaso no le importo? Ella siempre es así, ¡Mala!

 

No hagas eso amor, no la juzgues, hable con ella… No me pidió que hablara contigo par que la dejes pasar, solo me suplico saber cómo estás, como te ves, si necesitas algo, solo quiere verte y saber que estás bien

 

Bar me da otra cucharada de comida, muerdo mi pan y giro mi cabeza a la ventana de la habitación, que por las protecciones apenas y se distingue el cielo.

 

No conozco a mi suegra – sonrió­ – pero no se ve una mala persona, se portó amable con mis papás y conmigo, incluso visita a la mamá de Fer por las mañanas cuando ella tiene que trabajar.

 

Lo poco que sé es por ti, y son cosas buenas, siempre dices que ella es: cariñosa, te ayuda con la tarea, te sube té cuando estás mal o cruda, salen a comer, de compras. Pienso que por eso te duele – miro a Bar entrecerrando los ojos porque me está analizando – te duele no poder enojarte con ella, la amas tanto que te preocupa más saber que ella está con tu papá en casa, que de ti mismas que estas en el hospital.

 

No hagas eso…- intento detener esto

 

¿Tú qué piensas? ¿Por qué crees que ella se aferre tanto a una vida tan complicada?

 

Sigo comiendo sin contestar a su pregunta, Bar no insiste más sobre el tema y solo se concentra en que coma. Tiene razón, por alguna razón los silencios a su lado son todos menos incómodos, el enfermero me felicita por terminar con la comida y se lleva la bandeja.

 

Medito por unos segundos la situación y decido terminar con mi silencio después de todo ella tiene razón, a mamá jamás la podría odiar…

 

Cuando era pequeña no conocía los cereales de caja, mamá solía comprar en los mercados por kilo, y solo podíamos comprar los que parecían Zucaritas, los que parecían Froot Loops eran más caros – miro a Bárbara que intenta comprender lo que dije

 

Supongo que ya sabes mi historia familia en los balcones de las carreras de caballos.

 

Sí – Bar acomoda la cama y se sienta en la silla tomando mi mano

 

No hay mucho que agregar: la abuela le dijo a papá que era más estúpido que el abuelo a la hora de esconder a sus mujeres, le pidió a papá que se fuera con su esposa y ella se iba a encargar de nosotros.  No pasaron ni diez minutos cuando ella se fue dejándonos a nuestra suerte.

En la pelea, la mamá de Fabián rompió varias cosas y mamá las tuvo que pagar, ese día regresamos caminando a casa, hasta hace unos días que fui a hablar con Fabián supe que tan lejos está de casa. Mamá me cargo en varios tramos, nos sentamos en varios lugares y jugamos en un parque, si te soy sincera no distinguí lo que paso porque mamá se encargó de hacerme feliz ese día.

 

Llegamos a casa como a las cinco de la tarde, en cuanto el abuelo abrió la puerta, mamá comenzó a llorar, decía que papá era un idiota, un estúpido, como se atrevía a tanto. El abuelo me llevo por un helado para dejar a mamá descansar.

 

Papá regreso solo como tres semanas después pidiendo perdón, llevo flores, juguetes, cigarros, está acostumbrado a comprar el perdón de todos. Sé que discutieron, pero no escuche lo que dijeron, Abue y yo estábamos viendo el partido en la televisión, esa fue la última vez que vi a papá por mucho tiempo.

 

Al inicio no era tan malo; mamá me cuidaba y Abue era mi figura paterna, además pensaba que papá estaba de viaje. Los dos trabajan hasta que un día mamá tuvo un accidente, se cayó de unas escaleras provocando desprendimiento de placenta, le mandaron reposo absoluto, lo cual no fue difícil de cumplir porque la corrieron de su trabajo alegando que había recorte de personal.

 

Ahí empezó lo bueno, Abue trabajaba de lo que fuera; albañil, jardinero, plomero, pero al final nada estable, solo teníamos los ahorros de mamá y los trabajos esporádicos de él. Sentí que de un día para otro las alacenas, el refrigerador, todo estaba vacío, ya no recordaba cosas como la televisión por cable o el cereal en caja, solo recordaba los días que comíamos pollo o carne, la mayor parte del tiempo comíamos sopas, frijoles, lentejas.

 

Era muy pequeña, sueles creer más rápido en las mentiras de que comer tanta carne te hace daño, y por eso solo comes carne una vez al mes – sonrió al sentir la caricia en mi mejilla – mamá no encontraba trabajo por su embarazo, todo era tan jodido y no sé por qué recuerdo todo ese tiempo con cariño

 

Abue me llevaba a trabajar, porque las señoras de las casas siempre le regalaban un plato de comida, y cuando iba también me lo regalaban a mí, siempre que regresaba a casa mamá me preguntaba si tenía hambre y yo decía que no, ya había comido… No imagino si un día le hubiera dicho que sí, igual y ella se hubiera quedado sin comer.

 

Me acostumbré a comer una o dos veces al día (no es mi culpa que me den tres comidas aquí) – Bárbara niega con la cabeza – Esa navidad y año nuevo fueron únicos; el abuelo dijo que mamá no podía cocinar así que no iba a ver cena, pero nos llevó a pescar… Ahora que lo pienso pescamos la cena y a mí ni me gusta el pescado ¿Cuándo me hice tan caprichosa con la comida?

 

¿Por qué me hice payasa con la comida? Antes me comía cualquier cosa que me pusieran enfrente, los cereales de a kilo sabían buenos ¿Qué tienen los de la caja? Una caja con un muñeco, pero pesándolo bien creo que me hice caprichosa con todo…

 

¿Alex? – Bar me aprieta la mano para que reaccione

 

¡Así!, el punto es que cuando papá se fue pareciera que la suerte y el dinero también, mamá trabajo cociendo ropa en un taller. Un día el abuelo fue a trabajar y mamá estaba lavando ropa cuando escuche un grito, salí corriendo al patio y de sus piernas salía sangre, fuimos a un hospital y me quede en la sala de espera, todos me veían con lástima y no sabía por qué.

 

Antes de que llevaran a mamá al quirófano me dijo que papá iba a venir, para ese momento apenas y recordaba su cara, me hacía sentir bien que él estuviera conmigo… ¡Nunca apareció!… Pero mando un cheque con tu papá, con el señor corbata, él era mi amigo, no sabes lo feliz que me hizo que él estuviera ahí.

 

Y ahora no le quieres decir papito suegro – Bar me aprieta mi mejilla – también él recuerda con mucho cariño ese momento, nos dijo que te extrañaba.

 

Sí, después de ese día no lo volví a ver – reímos un poco – papá volvió cuando dieron de alta a mamá, nos llevó a casa y discutieron de nuevo. En resumen papá le dijo que o volvía con él o no iba a ver un centavo de su cartera y si lo demandaba le iba a quitar a sus bebés

 

El día que cargue a Mateo por primera vez estaba fascinada, era tan pequeño y flaquito, ese día prometí que lo iba a cuidar, a querer y ser su mejor amiga, porque eso hacen las hermanas mayores.

 

Ahí me di cuenta de la realidad, apenas y había para comer, lo peor es que ahora éramos cuatro personas y ¿Cómo le hace entender a un bebé que le pude hacer daño tanta leche, y que por eso tomamos leche una vez al día? ¿Cómo le pides que no use tanto papel de baño o pañales?

 

Recuerdo que Teo usaba pañales de tela, se tienen que lavar pero son muy económicos. Cuando tengamos hijos hay que ponerles de esos pañales. – le apunto con el dedo

 

¿Tú los vas a lavar? – baja mi mano y noto como me mira con la ceja levantada.

 

Pues sí, porque tú los vas a tener – sonrió burlona

 

Vemos, vemos – comenzamos a reír - ¿Quedan treinta minutos amor?

 

El punto es que nos volvimos más pobres, pero aguantamos por mucho tiempo exactamente hasta que Teo cumplió cuatro años, al día siguiente Abue sufrió un paro cardiaco, no teníamos seguro social, mamá hipoteco la casa porque él necesitaba un marca pasos y solo un año después estamos por perder la casa.

 

Fueron meses llenos de discusiones entre mi Abue y mamá, pero ella un día lo miro a los ojos y dijo que ella tenía que hacer lo que fuera para salvar a su familia, la casa a todos. En el cumpleaños número cinco de Teo papá volvió a nuestras vidas – mis lágrimas comienzan a correr por mis mejillas

 

Ella lo intento, pero estábamos salados (*tenían mala suerte) No le puedo reclamar a mamá porque ella lo intento, no la puedo odiar porque se sacrificó por nosotros, no sé, tal vez si ella hubiera estado sola las cosas hubieran sido diferentes. Pienso que ella tiene miedo a vivir de nuevo todo eso. – seco mis lágrimas con mi brazo

 

Tienes razón, no la puedo juzgar porque no sé cómo fue vivir esos momentos para ella, debe ser terrible perder todo: estabilidad, dinero, la salud, a la persona que amas –miro a Bar a los ojos­ - ¿Crees que sea egoísta si le pido a Fernanda que deje subir a mamá un rato?

 

No, no Amor, no es egoísta – Bárbara besa mi mano – no importa lo que pase; si un día estás cansada, harta de todo, si un día enfermas o te vas lejos. Te prometo que siempre voy a estar a tu lado, incluso si un día me dejas de amar, voy a estar para ti. Ya no tienes por qué estar sola, yo siempre voy a sostener tu mano, ahora somos un equipo y te amo

 

¡Equipo gatito! – Bar sonríe y nos besamos.

 

Nos despedimos por hoy y ella promete volver mañana, por mi parte me comprometo a comer toda la comida y hacerles caso a los doctores y enfermeras.

La semana pasa tan rápido, las fisuras comienzan a tener una mejora importante, la luz y el zumbido comienzan a descender hasta casi desaparecer.

 

Hoy empaco mis cosas con ayuda de Bárbara mientras mi mamá arregla mis papeles para el alta médica, recibo las últimas indicaciones de la doctora y me despido de mis viejos y nuevos compañeros de habitación en el hospital, agradezco a las enfermeras y doctores para salir por fin a la calle.

 

Recibo el abrazo de Martha, antes de que la cargue ella me detiene recordándome que no puedo hacer esfuerzo, recibo un abrazo de mis amigos que me visitaron en estos días, mi sonrisa se borra al enterarme de que la mamá de Fer sigue internada.

 

Regreso a la nueva casa; es más grande, tiene hasta personal doméstico, pero no me gusta. El primero en recibirme es Mateo con un abrazo que me hace soltar lágrimas, la última vez que lo vi gritaba de dolor, pero ahora está aquí, a mi lado sonriendo y feliz de verme.

 

Mamá me dice que papá está trabajando y le creo, hasta que después de tres días sin cruzarnos ni una sola vez por la casa, sé que me está evitando.

 

Reclino en asiento del auto acomodándome los lentes de sol. Ha pasado una semana exactamente desde que me dieron de alta, aunque no dejo el hospital como tal; suelo venir a visitar a la Mom de Fer, siendo sincera no veo mejora y siento que empeora…

 

Deberías descansar más Amor – Bar me pasa una botella de agua y comienza a poner un trapo para evitar que entre la luz del sol por la ventana del auto - ¿te duele la cabeza?

 

No, solo que no pude dormir mucho.

 

Como vas a dormir en la banca del hospital – Bar reclina su asiento y toma mi mano – si sabes que puedes dormir en mi casa si no quieres estar en los eventos de tu papá

 

No es solo por eso, no quiero dejar a Fernanda sola, apenas y come o duerme, estoy preocupada – miro a Bárbara a través de los lentes de sol - ¿Por qué crees que nos pase esto a nosotros? Fernanda dice que es porque Diosito está enojado

 

En vez de recibir una explicación científica o psicológica, solo obtengo un abrazo comprendiendo que ella también tiene miedo, ella también sabe que algo no va bien. Después de un rato Bar vuelve a su lugar para entregarme la comida que preparo.

 

Mira ya no tengo Abs de tanta comida que me das – levanto un poco la playera

 

No me molesta – sonríe poniendo su mano en mi pancita.

 

No le creo Doc. Le gustaba morderlas -

 

¡Pues sí! Es un punto sensible, tú muerdes mi cadera porque sabes que me gusta.

 

Perdón – me mira extrañada – no pudimos hacer cositas el día de tu cumpleaños, ya hasta habíamos comprado todo para la acción.

 

¡Boba! – me da un beso en mi mejilla – tampoco me preocupa sé que ya habrá tiempo para eso, ahora solo quiero que te recuperes al cien y que la mamá de Fer salga pronto. Tenemos toda la vida para pensar y hacer eso

 

Te amo Bárbara – sonrió, levantándome para poder besarla…

 

Escuchamos unos golpes en la ventana y quito el trapo para ver a Fernanda indicando que bajemos el vidrio.

 

Tengo que ir a un lugar, mamá pidió hablar contigo – recibo el pase

 

¿Quieres que te lleve? – Bárbara le pregunta a Fernanda que niega con la cabeza enseñando el casco de su bicicleta – por lo menos llévate esto para que comas

 

¡Gracias! – Toma las cosas – te encargo a la Señora Mom, cualquier cosa me hablas y gracias por todo a las dos.

 

Fernanda sale corriendo, supongo que donde encadeno su bicicleta. Acomodo el asiento y meto todo en mi mochila sacando mi identificación para poder pasar.

 

¿Quieres que te espere?

 

No amor, voy a salir tarde y me voy a ir a la casa de Fer esta noche, gracias de todos modos.

 

Te amo – me dice Bar besándome en los labios, para al final recargar su frente con la mía.

 

Yo te amo más

 

Tras despedirme de mi novia enseño el pase y me dirijo a la habitación por un camino que ya se me hizo tan habitual, al llegar al cuarto noto que solo dos camas están ocupadas, hasta el día de ayer eran tres personas.

 

Hola, Señora Mom – le doy un beso en la mejilla - ¿Cómo se siente? Escuche que ayer tuvo calentura – paso mi mano en su frente

 

Bien, solo es una gripita – sonreímos – Alex lamento que tengas que venir a verme, pero Fernanda tiene algo que hacer…

No diga eso, para mí es un gusto compartir mi tiempo con usted Mom – ella toma mi mano sonriendo.

 

Verla en este estado me rompe el corazón; su piel está pálida, su cara se ve más flaca y las ojeras cada día son más grandes, su cabello negro atado en una trenza es lo único que aún es como antes, hasta su mano está fría…

 

Dígame ¿Qué quiere hacer hoy? – le paso un vaso cundo empieza a toser.

 

Gracias. Hoy quiero hablar de la felicidad – asiento con la cabeza acomodando su cobija – Cariño, va a ser la primera y última vez que me meta en tu vida, te juro que nunca lo volveré a hacer, pero antes de todo necesito que me pases ese fólder.

 

Tomo un fólder de plástico donde guarda todos sus papeles, ella saca un fólder color café y me lo entrega.

 

Nunca entendí bien lo de cómo funciona la universidad, sé que tú y Fernanda se van a inscribir en la segunda vuelta, Fer dice que como sea, la primera semana es de chocolate – reímos por lo último – te lo doy a ti porque si se lo entrego a Fernanda no se va a inscribir

 

¿Qué es? – tomo el fólder de plástico dejándolo en su especie de buró

 

Puedes verlo – abro el fólder y comienzo a revisar los papeles – mi sueño en la vida es ver a Fernanda graduada de la universidad, siendo una persona de bien.

Su carrera y a la casa es la única herencia que le pudimos dejar…

 

Pero se supone que tomaba su medicina ¡¿CÓMO PUDO PASAR ESTO?! – Sin poder controlar mis lágrimas la veo a los ojos - no entiendo ¡¿Qué paso?!

 

Supongo que no era un gripita, hija – ella me hace una señal para que la abrace – no pasa nada, no llores – sus palabras me hacen romper en llanto, no puede ser, se supone que ella tomaba medicamentos y solo tenía VIH… Ella no tenía Sida

 

Después de unos minutos logro tranquilizarme, sintiendo unas punzadas en mi cabeza

 

Calma, no es bueno para tu cabecita loca. Cuando me di cuenta de que tenía VIH me volví una experta en el tema y eso me lleva a dos cosas; existen medicamentos para controlarlo, pero no hay cura y supongo que la medicación fallo…

 

Aquí dice que hace diez meses que tiene Sida ¿Por qué no nos dijo nada?

 

Hace unos meses fuimos a mi pueblo, ustedes comenzaron a trabajar, se inscribieron a ese torneo de frontón y les tuve que poner hielo para bajar la inflación – ella comienza a reír – yo vendía quesadillas y ustedes entregaban, te enseñamos a cocinar, Fernanda paso sus extraordinarios, tú te enamoraste, Fernanda comenzó a trabajar en donde siempre soñó, conocieron nuevas amistades, Fernanda se enamoró y termine de pagar la casa.

 

Le paso un pañuelo para que se limpie sus lágrimas y de paso tomo uno para mí.

 

Tengo tantos recuerdos y así quería que fuera… Solo me gustaría verlas graduadas de la universidad, pero sé que eso es imposible…

 

¡No! ¡Debe de haber una forma! – aprieto con mi mano el tubo de la cama – debe de haber una forma… - intento controla mi llanto, pero no puedo – no es justo

 

Cariño, solo Dios sabe porque pasan las cosas. El doctor dijo que ahí viene una carta explicando lo que me pasa, te pidió que se lo entregues al jefe de carrera cuando sea el momento ¿Está bien? – Asiento con la cabeza – No llores, estoy lista… Dios me dio una hermosa vida; me dio una hija hermosa en todos los sentidos de la palabra y después me dejo conocer a su alma gemela, tú Alex, llegaste para darle más calor y brillo a nuestras vidas.

 

Me voy a ir sabiendo que encontraste a una persona que te ama mucho.

Cuida mucho de Bárbara, es una niña hermosa, es buena, amable y nunca se da cuenta lo mucho que ayuda a las personas que quiere. Promete que serás una buena chica y nuca le vas a faltar, si algún día que espero que no, se termina el amor díselo, pero nunca le falles ¿entendido?

 

Lo prometo – la miro a los ojos, sin poder detener el llanto

 

Nunca des por hecho algo, el amor es como un árbol de durazno, solo va a dar buenos frutos si lo cuidas, lo atiendes y respetas, no necesita de cosas artificiales para ser mejor, lo natural, lo que sale del alma siempre es mejor.

 

Tú y Fer deben ser agradecidas con ella y su familia por todo lo que han hecho por nosotros. Alex, debes de ser agradecida con tus padres por todo lo que te han dado ¿entendido?

 

Sí – limpio mis lágrimas con la manga de suéter

 

Entonces agradéceles por todo y vete de tu casa – la miro sorprendida – no vivas tu vida cumpliendo los deseos de tu padre o de cualquier otra persona, porque no lo vale. La vida es tan relativa, no sabemos si te queda mucho o poco de ella, así que sé feliz, llora por ti, ríe por ti, vive para ti, el día que estés postrada en una cama como esta, los recuerdos felices son los únicos que te ayudan a sobrevivir este infierno, porque es una ¡Maldita locura esperar la muerte!

 

Ella comienza a llorar apretando mi mano rompiendo mi corazón, porque esto no es justo, ¡ES UNA MALDITA LOCURA!

 

No puedo dejar a mamá y Teo, se lo prometí a mi Abue, yo no puedo… - le digo sin poder controlar mi llanto

 

Yo creo que las personas merecemos una segunda, tercera, cuartas y todas las oportunidades del mundo, somos humanos y nacimos para equivocarnos, los errores son una de nuestras características preferidas. Pero ser Felices es algo que olvidamos muy a menudo, y sentimos que no podemos ser felices si las personas que queremos no lo son.

 

Algún día va a tener mi edad y cuando mires tu pasado puede ser solo un recuerdo o tu futuro. Mereces ser feliz Alex y que nadie te diga lo contrario, tu mamá, Teo y hasta tu papá también, todos. Pero ser feliz cuesta más que ser infeliz, yo quiero que cuando voltees a este momento solo sea un recuerdo y no tu futuro.

 

No te estoy diciendo que te alejes de tu familia, te estoy diciendo que seas feliz. Quien sabe, tal vez en algún momento tu mamá deje a tu papá y ella podría ir a tu casa, tal vez Teo si tenga el valor de alzar la voz y tú puedas ayudarlo, pero necesitas salir de ahí y respirar

 

No porque tengas la sangre de una persona corriendo por tus venas es tu trabajo cuidar de ella, permitir que te haga daño y mucho menos que dirigir tu vida. Sal de ahí y respira la vida, si quieres salir con una chica y besarla hazlo, si quieres ir a una marcha gay, feminista, universitaria hazlo, si quieres dar ponencias y dedicarte a la área social de tu carrera hazlo, no tienes por qué hacer lo que no te gusta. Solo vive lo que te queda sea poco o mucho de vida, vive y no sobrevivas

 

Si te vas al infierno por hacer o amar lo que te gusta, déjame y te digo que nos vemos ahí, probablemente veas ahí a Fernanda, a la persona que ames, porque vivir feliz vale cualquier precio en el otro mundo…

 

Yo ni siquiera creo en Dios – me limpio mi moquito

 

¡¿Sí tú?! Y en las posadas, bien que andas arrullando a los peregrinos – la dos comenzamos a reír – sé feliz hija, me voy tranquila sabiendo que Bárbara estará a tu lado, algo me dice que están hechas para estar juntas, ahora solo espero que mi Fer tenga un poquito de suerte – me entrega una llave – es de la casa, Fernanda también está de acuerdo que te mudes.

 

¡Buza caperuza! (*lista) No quiero que se te haga una obligación cuidar de Fernanda, no es tu responsabilidad, al inicio va a estar triste y le va a doler, pero ella va a estar bien, espero que también tenga una persona que tome su mano en los momentos difíciles, pero si no es el caso, no temas ella va a estar bien, crie a mi bebé para ser fuerte.

 

Ella se va a cuestionar el ¿Por qué? La conozco tan bien, al final es el tiempo el que le va a dar las respuestas en su vida. Gracias Alex por escucharme hoy, toda la semana, por escuchar a mi Fer y estar con ella, cuando vea a tu Abue me disculparé con él por hacer que rompas tu promesa, pero estoy segura de que va a estar de acuerdo conmigo

 

Ven aquí – me acerco para abrazarnos – fue un placer coincidir en esta vida, espero verte algún día, pero de preferencia espero que sea en muchos, muchos años, te quiero hija, gracias por todo

 

También la quiero Señora Mom

 

 


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