La casa en la que estaban viviendo tenía un estilo Victorino dominaba todo el lugar, con un amplio jardín por los cuales era común ver a Danny paseando con sus hijos, a veces solos, otras en compañía del teniente de fragata. Ya había estudiado a fondo todo a su alrededor y estaba seguro que ya había encontrado una vía de escape, solo debía ser paciente y esperar el momento perfecto, aunque algo le decía que ese momento estaba muy cerca, por lo que ya había hecho una mochila con lo básico que escondía en un rincón del jardín. Fue cerca de ese lugar que Steve eligió para sentarse con Danny y Charlie mientras Grace jugaba unos metros más allá
- Todo está listo – dijo Steve apoyándose en su brazo derecho y quedar semi acostado en el césped – pasado mañana nos iremos de aquí – dijo bajando la voz
- ¿Hablas en serio? – dijo Danny emocionado
- ¿Te gusta la idea? – dijo Steve acariciándole el cabello
- Claro que me gusta – dijo Danny –, los niños necesitan a su madre – Steve en ese momento miro hacia otro lado – ¿tú no extrañas a Catherine?
- No te imaginas cuanto – dijo Steve de manera cortante
- ¿Pasa algo? – dijo Danny intrigado
- Las cosas no van bien entre nosotros – dijo Steve –, y con esto….
- Sé que lo arreglaras – dijo Danny poniéndole la mano en el hombro
- Ese es otro problema – dijo Steve –, no sé si después de estar contigo… quiero estar con una mujer
- ¿De qué hablas? – dijo Danny sorprendido
- Pronto estarás en casa – prometió Steve acareándole el rostro
- ¿Estarás? – dijo Danny sorprendido – ¿acaso tú no vendrás?
- ¿Quieres que vaya? – pregunto Steve sonriendo
- Somos Ohana – dijo Danny y Steve sonrió más aun – eres mi mejor amigo, mi hermano de otra madre como dice Kamekona, a pesar de todo
- Tu hermano – dijo Steve ahora completamente serio
- Señor – dijo Wo Fat acercándose con cinco hombres más – todo está listo
- Ya sabes que hacer – dijo Steve
- Ese es el problema, señor – dijo Wo Fat –… debemos adelantarnos
- ¿De qué hablas? – dijo Steve completamente serio y Danny juraba que ahí estaba el comandante de la unidad de elite de Hawaii, no la actual cabeza de la Yakuza
- Llegaran en media hora – dijo el asiático completamente serio
- ¿Quién…? – dijo Steve
- Cinco cero – dijo Wo Fat y Steve cerro los ojos
- Steve… – susurro Danny
- Perdóneme Dios por esto – susurro antes de abrirlos con una determinación que no había tenido antes – disparen a matar
- ¿Qué cosa? – grito Danny – ¡Son Chin y Kono!
- Que mis padres se encarguen de los niños – dijo Steve y un hombre retuvo a Danny cuando este quiso atacar a Steve
- ¿A dónde los llevamos, señor? – dijo Wo Fat
- A la casa cuatro – dijo Steve
- Mentiste – dijo Danny dejando de forcejear con los guardias – mentiste todo el tiempo
- De alguna manera debía controlarte – dijo Steve
- Déjame ir – exigió Danny
- Claro que te iras – dijo Steve sonriendo –, te llevaran a ti y a los niños a otra casa de seguridad
- Steve por favor – suplico Danny – no hagas esto
- Nos veremos allá – dijo Steve antes de besarlo apasionadamente antes de que arrastrasen a Danny fuera del lugar
Sintió que le tapaban la nariz y la boca con un pañuelo, luego de eso el sueño lo venció.
Despertó en un avión en medio de una turbulencia, escuchando como su hija lo llamaba
- ¿Dónde estoy? – dijo Danny abriendo los ojos lentamente
- Beba esto señora – escucho que le dijo alguien poniéndole una bombilla en los labios
- Mis hijos… – susurró
- Están bien – dijo la voz mientras él bebía
- ¿Dónde estoy? – dijo Danny con la mirada perdida
- Descanse – dijo la voz – pronto llegaremos a casa – fue lo último que escucho antes de volver a ceder ante el sueño
Despertó en una cama matrimonial, se escuchaba a lo lejos las olas del mar. Lentamente se sentó en la cama y miro hacia todos lados. Se levantó y fue al baño, se lavó la cara y se miró al espejo. Recuerdos llegaron a su cabeza. La discusión con Steve. El auto en el que viajaban llegando a un hangar. Wo Fat, porque era él ¿no?, dándole algo de beber. Otro automóvil. Cerró los ojos al sentir un mareo. Se secó las cara con la toalla y volvió a la recamara. Se asomó por el balcón y vio a Grace jugando con Steve y un perro en la playa. Un llanto le llamo la atención, al parecer venia dentro de la casa. Volvió a la recamara y salió por un pasillo, llego hasta las escaleras y bajo lentamente. En la sala estaba una de las niñeras alimentando a Charlie
- Buenos días señora – dijo está poniéndose de pie
- Démelo, por favor – dijo Danny y tomo en brazo – hola campeón – susurró besándole la frente con la voz quebrada – soy papá
- Permiso – dijo la mujer e iba salir
- ¿Dónde estamos? – dijo Danny
- Creta, Grecia – dijo ella
- ¿Grecia? – dijo Danny sorprendido
- ¿Me puedo retirar? – dijo ella
- Si, gracias – dijo Danny – espera ¿Qué te llamas?
- Helena, señora – dijo la mujer antes de salir
- ¿Y tú? ¿qué has hecho? – dijo dándole el biberón mientras el niño intentaba tocarle el rostro – ¿me extrañaste?
- Claro que te extrañó. Eres su madre – dijo Steve entrando al lugar – ¿Cómo te sientes?
- ¿Tú cómo crees? – deparó Danny a boca jarro – ¡me volviste a secuestrar!
- Era necesario – dijo Steve – no me ibas a acompañar por las buenas
- ¡Claro que no! – dijo Danny – voy a volver a casa, te guste o no
- ¿Ah sí? – dijo Steve sonriendo mientras cruzaba los brazos – ¿Y cómo lo harás? – pero Danny solo miro hacia otro lado molesto – Charlie, mira que malcriada esta tu mamá. No vayas a heredar eso de ella
- ¿Hasta cuándo va seguir esto? – dijo Danny
- No sé a qué te refieres – dijo Steve haciéndole gestos al bebe que reía alegre
- ¿Vamos a volver a mudarnos? – pregunto Danny
- Ya veremos – dijo Steve –, todo depende de cuánto se acerque la policía
- ¿Ósea que pasaremos el resto de nuestras vidas huyendo? – pregunto Danny sorprendido
- Al menos ya aceptas que pasaremos el resto de la vida juntos – dijo Steve sonriendo
- No quiero esto para mis hijos – dijo Danny
- Es lo que hay, querida – dijo Steve – Siéntete en total libertad de ir y venir – dijo Steve –, esta es tu casa
- Ósea que me puedo ir a Hawaii cuando yo quiera – dijo el rubio
- ¿Por qué eres tan terco? – dijo Steve acariciándole el rostro y sintiendo el nerviosismo del detective – ¿acaso viene con la belleza?
- Steve – susurro Danny – no por… fa… vor…
Sintió como lentamente sus labios eran capturados por un beso lento, tierno, como no recordaba haber recibido otro. ¿Por qué su cuerpo reaccionaba si él no tenía esas inclinaciones? ¿O era porque era…? Una carcajada de su hijo lo hizo salir de su burbuja ya que el niño había terminado su biberón, Steve tomo al bebe y lo puso en la alfombra para que juegue
- Ven aquí – dijo el teniente y acomodo a Danny entre sus brazos – te amo
- A veces me gustaría creerte – dijo Danny – pero tus acciones me demuestran lo contrario
- No me juzgues tan severamente sin saber si esto es difícil también para mí – dijo Steve tomándole una mano para besársela
- ¿Alguna vez me has dicho la verdad en algo? – pregunto Danny intrigado
- Siempre te he dicho verdad – dijo Steve pasándose las manos del detective por la mejilla
- No me dijiste que me amabas – dijo Danny mirándolo fijamente
- Porque nunca me hubieses dado una oportunidad – dijo Steve –. Solo vives para adorar el recuerdo de una mujer que nunca te amo. Al menos no como yo te amo
- Tu amor no es bueno tampoco – dijo Danny – si me lastima
- Te lástima porque te niegas a darme una oportunidad – dijo Steve
- ¡Mami – dijo Grace entro corriendo al lugar – ya despertaste!
- Ven aquí – dijo Danny poniéndose de pie y alzando a la niña – ¿me extrañaste, monito?
- Mucho – dijo Grace Steve sonrió enternecido – creí que no ibas a despertar nunca
- ¿Qué tiempo llevamos aquí? – dijo Danny intrigado
- Dos días – dijo Steve
- ¿Dormí dos días? – dijo Danny sorprendido
- No sé de qué te sorprendes – dijo Steve sonriendo – siempre se te pegan las sabanas
- ¿Por qué vinimos a Grecia? – preguntó Danny
- Las playas son hermosas – dijo Steve – como tus ojos – Danny intento no ponerse nervioso
- ¿Y tenemos algún itinerario? – dijo Danny nervioso
- Ser feliz – dijo Steve
- Volver a Hawaii me haría feliz – dijo Danny –, muy feliz
- Aquí no hay pizza con piña – susurro Steve sonriendo
- Algo de bueno debía tener este maldito lugar – dijo Danny
- Claro que si quieres algo realmente bueno – dijo Steve con picardía –, te puedo decir que estoy yo
- No sé qué tan bueno sea eso – dijo Danny
- Y yo – dijo Grace con voz alegre que logro que Danny le lanzara una mirada asesina al Marine
- ¿Tú nunca bajas la guardia? – dijo Steve
- Ya aprendí que contigo no lo debo hacer – dijo Danny evitando mirarlo
- Yo diría que es todo lo contrario – dijo Steve – conmigo jamás necesitaras estar en guardia – le susurró al oído logrando que el rubio se estremeciera
- ¿ah no? – dijo Danny con los ojos cerrados – ¿Entonces por qué desde que salí de Honolulu siento lo contrario?
- Porque estas estresado – dijo Steve sonriendo – si me dejarás ayudarte…
- ¿En tu cama? – susurro Danny estremeciéndose bajo el tacto procurando que Grace no se percatase de la conversación
- No – dijo Steve sonriendo mientras le besaba el cuello –, en nuestra cama
- ¿Mamá podemos nadar en la piscina? – dijo Grace
- Claro que podemos – dijo Steve – ¡Helena! – llamo en voz alta
- Mande señor – dijo la muchacha entrando en la sala minutos después
- Pasaremos el día en la piscina – dijo Steve – cambia a los niños y nos alcanzan allá
- Si señor – dijo ella tomando a Charlie en brazos
- Quiero mi bikini de Hanna Montana – dijo Grace saliendo a brincos seguida de la empleada
- La malcrías demasiado – protesto Danny una vez estuvieron solos
- Es para compensar los regaños que tú le das – dijo Steve sonriendo
- Pronto mis hijos creerán que son milmillonarios y pueden tener el mundo a sus pies – dijo Danny
- ¡Son milmillonarios y pueden tener el mundo a sus pies! – dijo Steve sonriendo
- No Steve – dijo Danny respirando hondo –. Tú eres millonario, no nosotros
- Todo lo que tengo – dijo Steve – es de ustedes
- Tú tienes libertad – dijo Danny poniéndose de pie y mirándolo –, nosotros no – y sin decir nada más salió de la sala
Steve respiro hondo tratando de tranquilizarse. Sabía perfectamente lo que Danny estaba intentado y él no cedería. Si ese hermoso hobbit quería una pulseta, él le enseñaría quien mandaba.
Pasaron el día en la picana entre juegos y risas, tanto de parte de ellos como de los niños. Steve ordeno que les sirvieran allí el almuerzo. Grace dijo que quería comer literalmente en la piscina, por lo que lo hizo sobre un flotador en mitad de esta. Danny intentaba darle la papilla a Charlie mientras este jugaba tirándolo todo ya que Steve se negaba a que corrigieran al niño y Danny no podía evitarlo
- Charlie, por favor – protesto – compórtate
- Déjalo – dijo Steve –, quiere jugar
- Pero tiene que comer – dijo Danny
- Dámelo – dijo Steve tomándolo en brazos –, ven con papá – y Charlie lanzo una carcajada
- Ves que malcrías a estos niños – protesto Danny
- ¿Y eso que importa, no? – dijo Steve mirando a Charlie que lanzo una carcajada – tú puedes hacer lo que quieras, ¿verdad? Por algo eres mi hijo ¿no?
- Dámelo – dijo Danny
- ¿acaso crees que no lo puedo cuidar? – pregunto Steve algo molesto
- No dije eso – se defendió Danny
- Tú eres el modelo a seguir de Grace, le enseñaras a ser la señorita que debe ser – dijo Steve – y yo lo seré de este galán rompecorazones. Un hombre en toda la extensión de la palabra. Y los hombres debemos forjarnos un carácter
- Tiene que comer – dijo Danny evitando seguir la conversación
- Comerá cuando él quiera – dijo Steve –. Si ahora quiere jugar, entonces que juegue ¿Cuál es el problema?
- Debe tener un horario – dijo Danny
- Si él no quiere, no lo tiene y punto – dijo Steve y luego se alejó con el niño en brazos
Danny lo único que podía pensar es que tenía que salir de ese lugar con su hijo cuanto antes.