Varios días después, Steve había salido a cerrar un negocio y volvería en la noche, por lo que Danny tenía vía libre para pasear por la playa con sus hijos. Le dijo a las niñeras que no necesitaría ayuda y se alejo con los niños hacia la playa. Caminaron entre juegos hasta no ver la casa
- Mami – dijo Grace – ¿Dónde estamos?
- No sé – dijo este mirando hacia todos lados –, vamos por ese camino – dijo señalando hacia adelante, sabiendo perfectamente que la casa estaba en sentido contrario – seguro que volvemos a la casa
Caminaron cerca de media hora más hasta llegar a una carretera. Solo debía llegar a la embajada norteamericana y seria libre nuevamente. Le hizo seña al primer automóvil que paso pero este no se detuvo. Hizo tres intento más hasta que una camioneta paro a pocos metro suyos
- Grace – dijo seriamente – espérame aquí. Ahora vuelvo
- No me dejes aquí – suplico la niña asustada
- Tranquila monito – dijo Danny sonriendo – ahora vengo. Toma, carga a Charlie – dijo el rubio alejándose
- Tengo miedo – dijo la pequeña
Danny se acercó a la movilidad y hablo con las dos mujeres que viajaban en él. El parecer eran turistas británicas por el acento que distinguió el rubio, les explico que habían sido asaltados y secuestrados en su movilidad con sus dos pequeños, siendo abandonados a mitad de esa carretera, por lo que les urgía llegar a la embajada de los Estados Unidos. Cinco minutos después él y sus hijos viajaban rumbo a Heraciclon, desde donde tomaría un ferry rumbo a Atenas donde por fin podrían escapar de ese infierno. Caroline, la copiloto, les comunico que el viaje seria de unos cuarenta minutos por lo que para animarlo cantarían durante el viaje. Danny ya le había advertido a su hija que no hablara de su papá Steve porque este se podría molestar, razón por lo que la niña no emitía palabra alguna. Estaban en medio de una amena conversación cuando de la nada dos camionetas blancas y los adelantaron a toda velocidad. Danny miro hacia atrás y sintió como su corazón se detenía de golpe, otras dos camionetas más idénticas los seguían. De pronto Ruth freno de golpe y Danny vio como una de las camionetas que los había adelantado se atravesó frente a ellos impidiéndole el paso. De él bajo Steve seguido de dos hombres que rápidamente abrieron la puerta trasera y sacaron a Grace y Charlie
- ¿Oiga que les pasa? – grito Ruth
- Steve – suplico Danny llorando – perdóname, por favor. – La camioneta en la que subieron a los niños arrancó rumbo a la casa – no lo volveré a hacer. Por favor
- Somos ciudadanas británicas – dijo Caroline
- Háganlo – dijo Steve mientras Steve agarraba a Danny por la fuerza
- ¿Hacer…? – dijo Ruth pero dos disparos retumbaron en el lugar dejando completamente inmóvil a Danny
- ¿Ya estas contento? – dijo Steve – ¡esto es tu culpa! ¡La muerte de estas dos mujeres estará en tu conciencia! Así que espero que no se te ocurra volver a escapar y menos llevarte a mis hijos
- Las… las… – dijo en shock
- ¡No Danno – interrumpe Steve –, tú las mataste, cuando sacaste a mis hijos de mi casa sin mi permiso y te subiste a su auto! Ahora vamos – dijo Steve – sube al auto – y arrastro con él a un rubio que no lograba reaccionar – los niños pasaran unos días con sus abuelos, mientras tú y yo hablaremos
- ¿Hablar de qué? – dijo Danny nervioso mientras Steve lo metía al auto a la fuerza
- En casa, cielo – dijo entrando también a la movilidad antes que esta arranque a toda velocidad
La velocidad a la que viajaban le preocupaba a Danny, pues iban a cien kilómetros por horas por lo que alcanzaba a ver en el tablero, pero él no lograba articular una palabra de protesta. Danny sintió como Steve colocaba su brazo alrededor de sus hombros y lo atraía hacia él para que reposara su cabeza sobre el pecho del Marine. El rubio cerró los ojos dejando escapar una lágrima
Al llegar a la casa, Steve bajo al detective arrastrándolo del brazo sin que Danny tuviese tiempo de sostenerse sobre sus piernas por el paso con el que Steve caminaba. Subieron a la segunda planta y entraron a su recamara. En cuanto entraron Steve lo tiro de una bofetada al suelo
- ¿Dónde ibas? – pregunto Steve
- Me perdí – sollozo Danny – perdóname
- Te perdiste – repitió Steve sonriendo –. Te perdiste y apareciste a casi cincuenta kilómetros de casa
- Perdóname – suplicaba asustado
- ¡Es la tercera! – grito Steve – ¡la tercera vez que intentas escapar! Te lo doy todo Danny, todo. Y aun así me quieres traicionar
- No – susurro Danny desesperado
- ¡Ibas a ir a la policía – dijo Steve – y no te atrevas a negarlo!
- No – dijo Danny tomando valor por primera vez en mucho tiempo –, iba a la embajada. Y te juro que no descansare hasta sacar a mis hijos de este infierno
- ¿Infierno? – dijo Steve – ¿De qué infierno hablas? Tú no tienes idea que es eso. Nunca lo has vivido. ¿Alguna vez haz estado en un campo en medio de balas y bombas? ¿Alguna vez has visto a la gente que se suponía que cuidarías muerta a tus pies o suplicándote con su último aliento de vida que lo ayudes a morir en paz? ¿Alguna vez has callado lo que siente para poder estar al lado de quien más amas?
- Deje mi vida para ir al maldito infierno de Hawaii – grito Danny fuera de si –. Te soporte por años. Te soportó ahora a pesar de lo que me haces. Claro que se lo que es el infierno
- ¿Crees que te hago vivir un infierno? – dijo Steve sonriendo y sin más lo tiro de una bofetada al suelo – hoy sabrás lo que es un infierno
- Eso lo veremos – dijo Danny desafiante
Al ver que Danny le sostenía la mirada, Steve intento patearlo, pero el rubio lo detuvo y con su pierna le aplico una llave al Marine, tirándolo también. Con un movimiento Steve estuvo sobre el detective aplicándole una llave para inmovilizarlo
- ¡Me obedecerás – sentencio Steve – te guste o no!
- ¡Nunca! – grito Danny
- Aprenderás a la buena o la mala que yo mando aquí – dijo Steve
- ¿Este es el amor que me ofreces? – dijo Danny – ¿Gritos? ¿Humillaciones? ¿Violarme cada noche?
- Estas viendo las cosas mal – dijo Steve
- Te matare, Steve – sentenció Danny –. En la primera oportunidad que tenga me cobrare cada uno de los días que he vivido estos meses.
- ¿Me estas amenazando? – siseo Steve
- No – dijo Danny sonriendo –, imposible. Eres el gran orgullo de la marina norteamericana, a quien nadie puede amenazar, el todopoderoso Steve McGarrett, el amo y señor de la mafia japonesa – pero una bofetada nuevamente le rompe el labio – rompiste todos tus ideales, te vendiste al mejor postor. Ya no te conozco
- Pero lo harás – sentencio Steve
Con otro puñete intento callar al rubio pero este lo detuvo y se lanzó sobre él tirándolo al piso para comenzar a golpearlo sin descanso con ambos puños cerrados. Steve intento detenerlo pero no lo logro.
En su entrenamiento como policía, Danny había sacado una de las notas más altas en la academia, por lo que aplico todos esos conocimientos. Le destrozaría la cara a ese infeliz para sacar la rabia que traía por dentro. Sentía que algo escurría desde sus puños pero no se detenía.
La puerta se abrió de golpe y él fue separado a la rastra de su captor. Vio como Steve era ayudado a ponerse mientras la sangre le manchaba su camisa
- No debiste hacer eso nunca – dijo Steve limpiándose la sangre – pónganlo en la cama boca abajo
- ¿Qué vas hacer, poco hombre? – grito Danny – ¿violarme?
- Ya quisieras – dijo Steve sacándose el cinturón y golpeándolo con este
- ¡No! – grito Danny – ¡Basta! ¡Déjenme! ¡Detente!
- Nunca – golpe – me – golpe – podrás – golpe – dejar – golpe – entiéndelo – golpe – de – golpe – una – golpe – vez – golpe – por – golpe – toda
- ¡No! – gritaba Danny llorando – ¡Basta! ¡Déjenme! ¡Detente!
- ¿Qué puedo hacer para que entiendas que te amo? – dijo Steve
- Hacer lo que nunca haces – dijo Danny llorando – Demostrarlo
- Suéltenlo – dijo Steve y al momento fue liberado Danny se levantó como pudo solamente para darle otro puñetazo en el rostro al Marine
- No te tengo miedo McGarrett – dijo mientras era nuevamente sujetado a la fuerza – y si tengo que matarte para salir de aquí, lo hare
- Salgan de aquí – ordeno Steve
- Sabes que en cuanto ellos salgan de aquí te matare ¿verdad? – grito Danny
- Salgan de aquí, ahora – ordeno Steve
- Señor… – dijo uno de los hombres
- Dije fuera – exigió Steve y ellos obedecieron
- Usas a tus perros porque en el fondo sabes que de otra manera no me podrías controlar – dijo Danny riendo en medio de su llanto – así de poco hombres eres
- Cállate – exigió Steve sacando un arma y apuntándole a la cabeza
- ¡Hazlo! – desafío Danny – ¡hazlo! ¿quiero ver cómo le explicaras a Grace y Charlie el hecho de que no volverán a ver ni a su padre ni a su madre?
- Yo soy su… – dijo Steve
- No lo eres – dijo Danny con una carcajada – y nunca lo serás ¿Y sabes por qué? Porque no das la talla para eso
- No tientes a tu suerte – dijo Steve martillando su arma
- Mi suerte se acabó – dijo Danny – el día que te conocí
- Te voy a matar Danno – dijo Steve
- Para eso hace falta tener… – pero uno golpes en la puerta les llamo la atención
- Señor – dijo Wo Fat desde el otro lado de la puerta –, es el señorito Charlie – y tanto Steve como Danny se miraron angustiados
- ¿Qué le pasa? – dijo Steve abriendo la puerta sorpresivamente y guardando su arma
- Tiene mucha fiebre – dijo el hombre mientras tanto Steve como Danny salían corriendo rumbo a la habitación del niño
- ¿Qué tiene? – dijo Danny arrebatándole a la niñera el bebe que no dejaba de llorar
- Llora mucho y tiene fiebre – dijo la mujer nerviosa
- ¡Un médico! – dijo Danny – ¡llama a un maldito médico!
- Ya escuchaste – exigió Steve y Wo Fat salió de prisa
- Tenemos que bajarle la fiebre – dijo Danny nervioso
- Quítale la ropa – ordeno Steve – voy a prepararle un baño – dijo entrando de prisa al baño mientras Danny desvestía a Charlie a toda prisa
- Tranquilo mi amor – decía Danny a un Charlie que solo lloraba – tranquilo