Danny respiro hondo y entro. Le seguiría el juego a ese loco mientras ganaba tiempo. A esta altura Steve debería estar cerca y al rescate, con todo el arsenal que guardaba en casa. Una sonrisa involuntaria se dibujó en su rostro al pensar en su mejor amigo. Habían pasado por tantas cosas juntas que a esa altura estaba seguro que Steve era más su hermano que el propio Matt
El salón era enorme y finamente decorado. El balcón estaba abierto por lo que se escuchaban claramente las olas del mar.
- Danno – dijo girándose en el balcón hacia él y acercándose a paso firme
- Steve – dijo cambiando deprisa hacia él para abrazarlo – sabía que me encontrarías. Hay que darnos prisa y salir de aquí, los niños están…
- Creo que Wo Fat no te explico las cosas lo suficientemente bien – dijo Steve respirando hondo – y así quiere ganarse mi confianza.
- ¿Tu confianza? – dijo Steve dando un paso hacia atrás – ¿De qué hablas, animal?
- ¿Cenamos? – dijo Steve señalándole la mesa
- ¿Cenar? – grito Danny – mis hijos en este momento están con el jefe de la yakuza y tú me invitas a cenar tan tranquilo
- En mi primer lugar – dijo Steve – no me levantes la voz. Segundo, tengo entendido que te dijeron que por tu bien y el de los niños debías comportarte de una forma específica y veo que no lo estás haciendo. Que decepción Danno. Tercero, Wo Fat es solo un empleado de confianza que ejecuta órdenes. El jefe de la yakuza desde hace tres meses soy yo.
- Tú… eres… – susurro Danny
- Prometo que durante la cena te lo explicare todo – dijo Steve invitándolo con la mano a sentarse a la mesa –, pero compórtate – pero Danny solo aumento su nerviosismo – Danno… no tienes opción
- ¿Y los niños? – dijo el rubio sentándose
- Con sus abuelos – dijo Steve acomodándole la silla – ellos los cuidaran esta noche
- ¿Mis padres también están aquí? – dijo Danny sintiendo más miedo aun mientras se sentaba
- Hablo de mis padres – dijo Steve sonriendo mientras se sentaba frente a él
- Dijiste que los niños esta… – estaba diciendo Danny cuando de pronto se cayó abruptamente
- Hace un año – dijo Steve mientras se sentaba frente a él – me llego una carta donde me citaban en un viejo hangar. Debía ir solo y a la media noche. Pensé en decirte a ti, pero ese día estarías con Grace, así que fui solo. Al llegar me encapucharon en una emboscada y me inyectaron algo desperté en una habitación en Japón…
- Cuando no avisaste a nadie – dijo Danny
- En ese lugar descubrí ciertas cosas de mi familia – dijo Steve
- ¿Qué cosas? – dijo Danny
- Mi madre es un alto miembro de la Jakuza – dijo Steve –. Se infiltro tanto en ella que llego muy alto. Cuando quiso volver hacia atrás, ya era demasiado tarde
- Y cuando tu padre lo descubrió – dijo Danny – lo mato
- Le dio a elegir – dijo Steve –, volver con ella o ser su enemiga. Cuando yo descubrí todo me ofreció lo mismo, solo que con un plus
- ¿Cuál? – dijo Danny moviéndose incomodo a causa del pluying que le habían colocado al vestirlo
- ¿Algo te molesta? – pregunto Steve sonriente
- ¿Cuál fue el plus? – dijo Danny ignorando la anterior pregunta
- ¿No es obvio? – dijo Steve – tú. Tú fuiste el plus. En realidad me ofrecieron lo que más quería. Ser cabeza de la yakuza es el verdadero plus
- ¿Qué quieres de mí y de mi familia? – dijo Danny ya irritado
- Ya te lo dije – dijo Steve estirando su mano hacia él por encima de la mesa – te quiero a ti. Que seas mi compañera, mi amor
- Hermano… – dijo Danny –, soy un hombre. Tu mejor amigo.
- Tu mano Danno – dijo Steve –, tu mano – exigió por lo que tímidamente Danny coloco la suya sobre la del moreno –. Así como me dieron a elegir a mí en su momento, ahora yo te doy a elegir a ti.
- Elijo irme de este maldito lugar en este momento – grito Danny zafándose del agarre de sus manos y poniéndose de pie para intentar alejarse
- Sigues sin entender nada – dijo Steve agarrándolo por la cintura mientras Danny intentaba golpearlo –. La elección que tienes que hacer es otra y más simple. Te metes en esa cama tranquilo y dejas que suceda por las buenas lo que tiene que suceder. Y a partir de mañana asumes tu nuevo rol en mi cama, en mi casa y en mi vida. O…
- ¿O qué…? – dijo Danny desafiante
- O te meto yo en esa cama de una manera más divertida – dijo Steve sonriendo mientras toma un control remoto y enciende el televisor –, sucede por las malas lo que tiene que suceder. Y a partir de mañana asumes tu nuevo rol en mi cama, en mi casa y en mi vida – en el televisor se ve a Grace y a Charlie jugando felices en la alfombra de una habitación con John y Doris McGarrett
- Por favor Steve – suplicó Danny casi llorando
- ¿Vino? – dijo Steve tomando la botella
- Steve… – susurro mientras este servía una copa
- Pregunte si querías vino – interrumpió Steve pero el rubio solo cerro los ojos mientras escuchaba la risa de sus hijos – ven aquí – dijo haciéndose para atrás y palpando sus piernas –, Danno – este se levantó y fue a sentarse en las piernas del Marine colgando ambas piernas hacia un solo lado – bebe un poco – dijo Steve poniendo la copa en sus labios y el rubio obedeció, luego puso la copa en la mesa – corta algo de verduras – ordeno Steve y este obedeció, para luego darle un bocado que el moreno acepto complacido mientras le acariciaba el muslo derecho – delicioso – susurro colando su mano bajo el vestido y deslizando su mano hacia la entrepierna del detective quien se estremeció con el tacto – ¿te gusta? – y atrapo su labios con los suyos en un suave beso que solo lograba hacer temblar al detective –. Tranquilo. Seré todo un caballero contigo. Come algo
- No… no tengo hambre – susurro Danny temblando mientras era acariciado en su virilidad
- Dije que comieras Danno – ordeno Steve y este obedeció sin poder evitar estremecerse en medio de ese contacto –. Eres tan hermoso
El resto de la cena transcurrió de la misma manera. Al terminar se pusieron Steve se puso de pie y llevo en brazo al detective hasta su recamara en el segundo piso. Cuando Danny vio la cama se estremeció nuevamente mientras Steve lo colocaba otra vez de sobre el piso
- Tranquilo. Te voy hacer disfrutar en todo momento – le susurró al oído
- Steve… por última vez, no lo hagas – suplico Danny llorando en silencio
- Qué bueno que sea la última vez – susurro abrazándolo por la cintura para bajarle lentamente el cierre del vestido – lo que significa que a partir de ahora solo será disfrutar
- ¿Te das cuenta que me vas a violar? – dijo Danny llorando
- Te voy a hacer el ser más feliz de este mundo – susurro besándole el cuello
- No soy homosexual – dijo Danny
- Nadie dijo que lo seas – dijo Steve acostándolo suavemente en la cama –, aquí eres mi mujer
- ¡No soy…! – grito Danny pero que ahogado por un beso apasionado mientras sus muslos eran acariciados subiendo su vestido hasta sacarlo por la cabeza – no lo hagas.
Pero sus labios fueron callados nuevamente. Sabía que no debía resistirse, que estaba a punto de cruzar una línea en la que no había marcha atrás y que eso mantendría vivo a sus hijos, pero su instinto grito otra cosa por lo que empujo al Marine con toda le fuerza que tenía tirándolo fuera de la cama. Fue entonces que fue consciente de su error y se sentó en la cama, sin embargo Steve ya estaba en pie. Danny intento levantarse pero una bofetada le cruzo la cara haciéndolo caer nuevamente en la cama esta vez boca abajo, mientras una mano lo presionaba a la altura del cuello inmovilizándolo contra la cama. Sus piernas fueron abiertas y sus caderas levantadas. De alguna manera que Danny no entendió, la ropa íntima que le habían colocado fue removida dejando su entrada totalmente expuesta
- ¡No lo hagas! – suplico con un grito que le desgarro la garganta cuando sin ningún tipo de consideración aquel a quien había juzgado por años su mejor amigo entro en él sin ningún tipo de consideración y empezó a moverse a su entera voluntad – ¡Para! ¡Duele! ¡Para! – gritaba llorando – ¡Para!
- ¡Te lo advertí! – decía Steve mientras se movía a su voluntad dentro del pequeño rubio – ¡Eres… mi… mujer!
- ¡Para! ¡Duele! ¡Para! – gritaba Danny llorando – ¡Ya no más!
- Quise que lo disfrutaras – dijo Steve moviéndose aun dentro de él – pero elegiste que fuera de la manera difícil
- ¡Para! ¡Duele! ¡Para! – Danny gritaba llorando – ¡Para!
- ¡Dilo! – ordeno Steve
- ¡Para! ¡Duele! ¡Para! – Danny gritaba llorando – ¡Para!
- ¡Dilo! – ordeno Steve
- ¡Soy tu mujer! – grito Danny llorando – ¡Soy tu mujer! – y sintió como su interior era bañado por el Seal
- Buena niña – dijo Steve besándole detrás de la oreja
- ¡Soy tu mujer! ¡Soy tu mujer! – repitió el rubio llorando
- ¿Ves que te gusto? – dijo Steve repartiendo besos en su espalda – voy a traer algo para limpiarte
Danny solo lloraba colocándose en posición fetal y repitiendo una y otra vez “Soy tu mujer” “Ya no más”. Steve regreso del baño con todo lo necesario para limpiarlo y curarlo. Con mucha delicadeza lo limpio y curo, luego lo acomodo sobre su pecho y lo abrazo por la cintura, mientras le acariciaba el cabello y susurraba que todo estaba bien. El sueño venció finalmente a Danny repitiendo una y otra vez “Soy tu mujer” “Ya no más”
Cuando despertó horas más tarde, seguía desnudo sobre el pecho de aquel que alguna vez había llamado mejor amigo. Su cintura seguía presa entre los brazos del comandante que perezosamente le acariciaba la espalda. Le dolía absolutamente todo su cuerpo. Unos golpes en la puerta llamaron su atención
- Adelante – dijo Steve y la puerta se abrió – ¿Qué paso?
- Su padre necesita hablar con usted, señor – dijo la voz de una mujer
- Enseguida bajo – dijo Steve y la mujer salió –. sé que estas despierto – dijo Steve poniéndose de pie y vistiéndose –, vuelvo dentro de un rato. Tú mientras descansa. Cuando vuelva vamos a hablar y dejar claras ciertas cosas ¿está claro? – Danny solo lloraba en silencio –. Pregunte ¿está claro?
- Si – susurro Danny
- ¿Sí que? – dijo Steve
- Si señor – dijo Danny
- No Danno – dijo Steve –, no se dice sí señor. Se dice si mi amor. Esta es tu casa, no una prisión. ¿Está claro?
- S…s…i m…mi a… amor – susurro el detective
- Descansa – dijo Steve y salió del lugar
En cuanto Danny se sintió solo, lloro abiertamente. ¡Lo habían violado! Más que eso, ¡lo habían secuestrado y violado! Y si eso no bastara, sus hijos también estaban en medio de este infierno. Tenía que encontrar la manera de escapar e ir por sus hijos. No podían quedarse en ese lugar ni un segundo más. Se levantó y busco su ropa, pero todo lo que había era ropa de mujer o la de Steve, que era enorme para él, de igual manera agarro un pantalón y una camisa. Salió lo más silencioso posible. Le dolía absolutamente todo pero aun así bajo las escaleras sin que nadie lo viera. Llego hasta la entrada principal y recordó que aun lado de la casa principal había visto otra casa, una más pequeña, al parecer de solo dos habitaciones a lo mucho. Debía ser ahí donde Grace estaba vigilada por… ¡era imposible! John McGarrett estaba muerto. Ese había sido su último caso en la policía de Honolulu. Silenciosamente salió de la casa e iba correr cuando fue retenido por la cintura
- ¿Dónde vas? – dijo Wo Fat poniéndole un arma en la sien
- Suéltame – suplico
- Estabas huyendo – dijo el hombre – y vestido de hombre – e hizo un sonido de desaprobación con la boca – eso no le va gustar nada a Steve
- Déjame ir – suplico el rubio
- Creo que te metiste en problemas – dijo Wo Fat –. Ya me imagino como te van a castigar. Vamos – ordeno llevándolo a la sala
- ¿Qué pasa aquí? – dijo Steve saliendo del despacho con John
- La señora quería… salir – dijo Wo Fat
- ¿Qué te dije? – siseo Steve
- Solo quería ver a los niños – susurro Danny
- Los veras mañana – dijo Steve agarrándolo del brazo
- Steve, por favor… – suplico Danny –, quiero ver que están bien
- Mis nietos están muy bien – dijo John
- ¡No son sus nietos! – grito Danny
- Claro que lo son – dijo Steve –, desde el momento que llegaron a la isla y tú te convertiste en mi mujer y ellos en mis hijos
- ¡Yo no soy tú mujer! – grito Danny
- Otra vez con eso – dijo Steve tirándolo de una bofetada al suelo – Wo Fat ya sabes lo que debes hacer
- Si señor – dijo este saliendo de prisa
- ¿Qué va hacer? – dijo Danny desesperado – dime ¿Qué va hacer? Deja a mis hijos fuera de esto – suplico hincándose ante el comandante – por favor – Steve lo mira fijamente –. Hare lo que quieras. Por favor
- Te deje desnudo en mi cama – dijo Steve después de un momento – y es así como te quiero encontrar cuando suba. Desnudo y complaciente
- Steve por favor – suplico
- Tú decides – sentencio este, por lo que no le quedo de otra que a Danny que obedecer