II
Fuertes, pero llorones
No basta con ser amigable
Tienes que ser un amigo.
Wonder – RJ Palacio
Olvidé comentarles que no fue muy complicado que el chisme de mi humillación hubiera dado vuelta la escuela. Aún se hablaba de aquello a pesar de las semanas, y ya qué, nada podía hacer. Lo que sí me llamó la atención es que a pesar de todo el revuelo Baek nunca se fijó en mí. Diablos, ahora ni siquiera el sufrimiento había valido la pena. Bueno, estábamos en la vida real y no en uno de mis mangas, solo por ser el protagonista las cosas no girarían a mi favor. Agh, que daría por ver su sonrisa dirigiéndose hacia a mí, que me susurrara al oído, que me acariciara el cabello, ser capaz de probar sus labios y quizás más cosas, probar todo de él.
— ¡Qué estás pensando, asqueroso! —rió fuertemente Jongin al mismo tiempo que me abrazaba con fuerza—. Viejo, tu cara de pervertido la logré ver desde la puerta… ese chico te trae mal mmm, no deberías dejar que controle tanto de ti, la gente dice que las mujeres son las más manipuladoras, pero no es del todo cierto
Ahora estábamos en la clase de historia. El profesor era un buen tipo, a mí me agradaba bastante, hacía que todo fuera interesante y entretenido. Ya habían tocado el timbre para entrar a clases, sin embargo, él aún no llegaba, por lo que todos aprovechábamos al máximo hablar, gritar y hacer cosas interesantes en su ausencia.
— ¡Já! ¿Cómo andamos por casa? Lo dice el arrastrado —bufé—, a veces estoy de acuerdo con que te pateara Kyung
—No seas traicionero, basura, tienes que apoyarme en esto —refunfuñó—, tengo que recuperar a Soo sea como sea —finalizó triste.
Ay no, otro mal de amor no era lo que necesitaba para un día Viernes.
—Es viernes, Jongin, sonríe —chisté agarrando sus comisuras llevándolas hacia arriba, formando una extraña sonrisa.
—No te pases, Yeol —reclamó, quitando mis manos de su boca.
—Sé que lo quieres —suspiré, frustrado—, fuiste un idiota Jongin, dejar que esa chica te besara fue el peor error de tu vida hasta ahora
—No pude detenerla —exclamó.
—Ay, por favor, ella no tiene el control de tu cuerpo, no te puso una pistola en la cabeza —dije rodando los ojos.
—Estaba tan sorprendido, tú sabes, hay veces en que uno en verdad no se espera ciertas cosas, y jamás pensé que Soojung me besaría
—Desde China se notaba que le gustabas —dije exasperado—, pero es verdad, yo en serio que no dejo de sorprenderme, ¿cómo es que esa chica y Soo siguen estando en el mismo grupo de amigos?
Ambos nos encogimos de hombros.
—Chicas —dijimos él, yo y Jongdae que venía llegando atrasado como siempre.
Es cierto, puede que uno sea el ser humano más gay del mundo, pero aun así acercarse y entender el mundo de las chicas era una virtud. ¿Cómo es que Kyung no le rompió la cara a esa chica? ¿Y cómo es que Soojung no le rompió la cara a Soo? Esas son cosas que nunca sabré.
—Buenos días, chicos, perdón la demora —anunció el profesor dejando sus cosas en su escritorio—. Hoy día quiero que hagamos algo distinto; van a formar grupos y harán una investigación de diferentes ciudades importantes que les voy a dar, ¿está bien?
—Pero profe, ya estamos llenos de trabajos en otras asignaturas, y ahora más encima una presentación en historia —rezongó Kris.
— ¿Qué tiene de malo, señor Wu?
— ¿Por qué mejor no hacemos una clase normal, como siempre? La presentación es más difícil —propuso.
—A ver, ¿quién es el profesor aquí? —consultó.
—Usted —masculló.
— ¿Quién manda?
—Usted —repitió.
—Entonces ya sabe, deje de quejarse y preste atención aunque sea por un segundo, se lo ruego señor Wu, que ya me canso de explicarle
La clase entera rió, yo entre ellos, intentando pasar desapercibidos.
— ¿De qué te ríes, Chantroll? ¿Acaso te viste en un espejo?
—Wu, a inspectoría —sentenció molesto el profesor—, no tienes energías para hacer un trabajo, pero sí para molestar a un compañero, qué bonito, ahora largo
Finalmente Kris salió de la sala dando un sonoro portazo que ni siquiera inmutó al maestro, de hecho, después de que se fuera el odioso muchos aplaudieron y otros también rieron con más libertad. Yo fui uno de esos, creo que me reía como una foca, fuerte y aplaudiendo. Amaba al señor Daehan, si tuviera que elegir cómo quisiera ser cuando grande, me gustaría ser como él. Un hombre con vocación y defensor de la justicia, un ser humano amable, no costaba nada serlo.
Luego de que cada grupo se reuniera a gusto y discutieran todos los pasos a seguir en sus presentaciones, el profesor dio el resto de la hora libre para que hiciéramos lo que quisiéramos, siempre comportándonos y manteniendo el volumen bajo.
Los chicos y yo nos pusimos a hablar acerca de una convención que estaba pronto a realizarse, conversábamos acerca de los mangas que compraríamos. Kai era más de comprar del género “shonen”, esos donde el típico protagonista huérfano vivía aventuras, Jongdae de “ecchi”, donde las chicas tenían pechos ridículos; qué asco, él era una clara prueba de que no por ser gay te dejaban de gustar las tetas y terminando creo que yo compraría de todo un poco. Estábamos de lo más entusiasmados cuando escuchamos una tos aguda llamarnos.
—Kai, quiero hablar contigo —habló una chica delgada de cabello castaño.
— ¿Soojung? ¿Qué quieres? —respondió Jongin, molesto.
—Hablar a solas contigo
—Ya no me fío de ti… así que lo que tengas que decirme me lo dices aquí
Uhhh, el ambiente se puso denso, podría cortarlo con unas tijeras, incluso pude ver como Kyungsoo a lo lejos veía a mi amigo con ojos de asesino.
—Quiero que me des una oportunidad
— ¡¿Qué?! —respondimos los tres, descolocados.
—Kyungsoo y tú no nacieron para estar juntos, son tan diferentes
— ¿Qué mier…? —exclamó Jongdae
—Está loca —susurré, impactado.
No tuvieron que pasar ni tres segundos para que Soo llegara y cogiera de los pelos a Soojung. Me gustaría decir que esto fue solo mi imaginación, pero no lo fue, era real.
—Aléjate de mí hombre, estúpida —gritó Soo.
Jongin inmediatamente corrió a detenerlos, la sala de clases que antes estaba en paz ahora era una jungla. Muchos se pararon a detener la pelea y muchos otros se posicionaron en primera fila para poder grabarla. Gracias al cielo el profesor logró separarlos definitivamente, el cual también echó a Kai, Soo y Soojung de la sala para luego dar fin al espectáculo. Ahora la clase estaba dividida entre los que apoyaban a Soo y los que apoyaban a Soojung. ¿A quién apoyaría Baek? ¿A cuál de los “Soo”? Era una difícil decisión para alguien como él.
El resto de la aburrida clase me dedique a hacer dibujitos en las hojas de mi cuaderno o sobre la mesa, lo cual era otro de mis pasatiempos favoritos, dibujar. Imaginarán lo que me gustaba dibujar, ¡las waifus! Y el yaoi pero ese era más secreto. Soy tan patético.
~
—Así que, ¿tu hombre? —preguntó burlesco.
—Aléjate de mí
—Está bien —contestó un molesto Jongin a estas alturas—. Y tú también aléjate de mí y de mis decisiones acerca de si quiero o no quiero estar con Soojung
Esa fue una mala respuesta. Los ojos del más bajo se abrieron a más no poder, para luego llenarse de lágrimas. Se acercó rápidamente al más alto y le plantó una cachetada que hizo eco por todo el pasillo.
— ¿Qué hago? Dime algo —preguntó afectado el más alto—. No sé qué hacer, no logro entenderte
Kyungsoo agarró la cara del moreno para luego besarlo. No fue solo un encuentro de labios, ambas bocas se saboreaban violentamente con placer y añoranza, intentando recuperar algo perdido. Se separaron lentamente.
— ¿Por qué lo hiciste?
— ¡Ella me besó! —exclamó exasperado—, yo no hice nada
—Yo vi como no te negabas al beso, siempre aceptabas sus coqueteos y sus salidas inocentonas. Le gustas, idiota, hasta el estúpido de Chanyeol se dio cuenta
—Perdón, no ando pendiente de los sentimientos de los demás —escupió frustrado.
—Eres un estúpido, ¿sabes? Estoy furioso con Soojung porque se supone que ella era mi amiga, pero ella no tenía un compromiso conmigo, ese lo tenías tú —susurró, dolido—. Tú, tú tenías que dejarle claras las reglas. Ese es el problema contigo, eres amigo de toda la escuela, no delimitas a nadie, no puedo estar contigo, no somos compatibles
—No digas eso —susurró el otro, aferrándose al cuerpo del bajito—. Te amo, te amo
—Suéltame —dijo secándose los restos de lágrimas y separándose del alto—, yo también te amo, pero ya no te creo nada, Kim Jongin
El chico comenzó a alejarse, dejando con la palabra en la boca al otro.
~
Jongin y Kyungsoo volvieron a entrar a clases con un permiso de la directora en la mano de cada uno. Todos vieron atentamente como caminaban hasta sus asientos, tenían una cara de mierda sinceramente. Ya más o menos todos nos imaginábamos qué habría pasado con los dos allá afuera, no era desconocimiento de nadie que Jong y Soo fueron novios.
Miré a Soojung, ella regresó antes y ahora se hacía la tonta, para ella aparentemente nada había pasado. Definitivamente esa habilidad era casi un súper poder, uno que te hacía súper cínica. Después vi a mi amigo, en verdad me dolía ver esa expresión tan amarga y desolada que cargaba, lo que daría porque mis amigos no sufrieran.
Luego de la polémica todo anduvo normal, como todos los días. Salimos a recreo, Jongin se fue rápidamente sin hablar con nadie, mientras que con Jongdae nos quedamos en la sala.
—Que lamentable, el idiota se lo buscó —comentó, Dae.
—Aun así me duele, me da pena porque se ve de lejos que ambos se quieren y por circunstancias ajenas el amor se ha visto arruinado
—Oye, pero que poeta —bromeó—, voy a comprar algo, ¿se te antoja algo?
—Una coca cola
—Ok, vuelvo en 5
Se levantó y casi corriendo salió de la sala, ahora si me había quedado solo. Yo sabía que el almacén del colegio debía estar lleno, Dae se iba a tardar, por lo que saqué uno de mis mangas y comencé a leerlo.
Era Kaichou wa maid-sama y no sé qué diría mi mamá si me viera leyendo esto. Estaba metido en una escena donde aparecía mi amada Misaki vestida de maid, ella era tan perfecta, no podía evitar compararla con Baekhyun, ¿se imaginan a Baek como sirvienta? Levanté la vista y lo miré fijamente, en verdad no quise seguir pensando en cómo se vería porque terminaría con una vergonzosa erección.
— ¿Se te perdió algo, fenómeno? —preguntó una de las amigas de Baek a lo lejos, no la conocía.
— ¿Eh? —me sorprendí.
—Deja de mirar a Baek y aléjate, perdedor —añadió otra.
—Lo-lo lamento —tartamudeé—, dejaré de hacerlo
Pude ver que él intentó darse la vuelta, pero otra de sus amigas lo evitó.
—No le hagas caso, Baek, no se te vaya a contagiar la estupidez
Mire el manga entre mis manos y lo guarde debajo de la mesa, a veces de verdad pienso que soy un perdedor. Quizás si hubiese sido más “normal” esto no estaría pasando, quizás no me molestarían tanto. Si hubiese sido más guapo, más atleta y popular quizás estuviese saliendo con Baek ahora.
Escuché el sonido de una silla rechinar, levanté la mirada rápidamente y vi a Baekhyun caminando hacia mí. Ay no, comencé a sudar, mis manos empezaron a temblar por lo que las froté un par de veces contra mis pantalones.
—Oye, ¿esos dibujos son tuyos? —preguntó tímido, apuntando mi mesa.
Tus amigas se quedaron sin palabras, yo estaba atónito.
—Sí —asentí quedamente, intentando ocultarlos con mis manos.
No te burles, por favor no te burles, si lo haces mi corazón terminará de destruirse.
—Están lindos, realmente me encantan, los vi el otro día y quise decírtelo. A mi hermano le gusta el anime, ¿a ti te gusta también, no?
Por primera vez nuestros ojos se encontraron, él sonrió transformando sus ojitos en dos medialunas y me derretí, no supe nada más de mí. Propongo que en mi cabeza un fusible se debió haber quemado porque no supe ni cómo hablar. Creo que me sentí como cuando en los animes a los personajes se les sale el alma por la boca, así fue.
—Gracias.
Y se lo dije de todo corazón, gracias.
El rió avergonzado, se llevó un mechón de pelo detrás de la oreja y se fue a sentar otra vez con sus amigas.
¿Esto fue real? ¿Qué le dije? Pensé preocupado, no podía recordar nada, solo la forma de sus ojitos y el sonido de su risita, creo que mi vida ya no es tan terrible.
Después de aquella milagrosa escena decidí esperar a Jongdae mirando hacia otro lado, no quería incomodar a nadie más. Finalmente este tonto llegó casi al final del recreo, por lo que solo pudo pasarme mi lata de bebida, sentarse adelante mío y escuchar la clase de lenguaje.
La hora de almuerzo llegó, Jongin y Jongdae comían conmigo en el casino. Jongdae estaba pegado en su teléfono celular y Jongin aún no se podía su cara de trasero. Odiaba esto, no sé para qué tenía amigos, si al final igual se sentía como comer solo.
—Oye Dae, mmm, ¿Cómo te fue en la prueba de lenguaje del otro día? —pregunté intentando entablar una conversación.
—Bien, ¿saben? Allá está Minseok y necesito ir a hablar con él, digamos que creo que podría invitarlo a salir
Se paró rápidamente y se fue a hablar con un chico que estaba sentado unas mesas más allá. Miré a Jongin.
—Ehhh, ¿Cómo te ha ido?
—No me hables por favor, quiero sentirme miserable por más tiempo
—Sabes que sintiéndote miserable no arreglarás nada
— ¿Y qué quieres que haga?
—Dejar de ser un puto sería una gran idea —afirmé.
Esa fue una jugosa respuesta, pensé, demasiado ingeniosa y sarcástica para un nerd como yo, pero cuando vi el rostro de mi amigo supe que la había cagado y parece que mucho. Este tenía un semblante aterrador, estaba muy deprimido, me miró con sus ojos aguados, parece que realmente no se me daban las habilidades sociales.
—Jongin, mira —suspiré—, debes enfrentar el problema, Kyungsoo aún te ama, uno no deja de amar de un día para otro, ¿entiendes?
—Tengo miedo, tengo miedo —susurró el moreno—, tengo miedo de que llegue el día en que deje de amarme
—Para que ese día no llegue debes enfrentar el problema. Muéstrate arrepentido, demuéstraselo con acciones, no solo estando todo el día echado en la mesa, tienes que hacer que vuelva a confiar en ti, nadie dijo que el amor sería fácil
—Hablas demasiado bien para ser un nerd —rió un poco más aliviado el menor.
—Bueno, agradécele a las series y al anime —reí devuelta.
—Gracias —sonrió sinceramente—, sabes, Chanyeol… eres un buen chico, que nadie te sepa valorar no significa que seas un perdedor —aseveró con seguridad—, sino que eres tan valioso que hace falta ser especial para encontrarte
Finalizó para luego pararse e irse.
Vaya, de alguna manera su mensaje me había mejorado la tarde. Aún me seguía sintiendo un perdedor, pero mi amigo tenía razón, el que quisiera a este rarito tendría que ser bastante especial para encontrarme. No pude evitar acordarme de la sonrisa Baek, ay, mi día a pesar de todo era perfecto. ¡Baek, encuéntrame, por favor!
La hora de almuerzo terminó, por lo que tuvimos que dirigirnos a nuestra última clase: educación física. Fuimos al gimnasio y nos cambiamos nuestros uniformes por unos buzos deportivos de la institución. Hicimos unos minutos de elongación, en los cuales no pude evitar mirar a Baek, creo que por un milisegundo pude ver su ombligo. Todo terminó con un partido de voleibol, en donde Jongin brilló como nunca y yo me lleve varios pelotazos, pero no me importó, porque cada vez que me sobaba la nuca podía ver a la dulce sonrisa de Baek.
Ahora estaba ordenando mis cosas, todos se habían ido ya hace mucho, menos yo que me había ofrecido a llevar las pelotas y colchonetas a su lugar, ¿Qué puedo decir? No puedo evitar ser buena persona.
Al terminar caminé lentamente por los pasillos hasta la salida, una bella puesta de sol alumbraba mi camino, realmente me sentía como en una típica escena de anime, eran estas cosas bellas las que me hacían sonreír día a día. Decidí pasar al baño antes de irme y allí fue donde escuché unos sollozos débiles. Me paralicé en medio de la puerta, no quería entrar y crear un momento incómodo entre esta persona y yo, mejor decidí esperar a que saliera. Me apoyé contra la pared y aguardé escuchando mi música, a nadie le gustaría que lo escucharan llorar.
Lo que nunca esperé fue conocer a la persona que salió del baño, era Baek, mi Baekhyun. Este salió caminando despacio, limpiándose los restos de lágrimas con papel higiénico. Me sentí impotente, no podía hacer nada, no nos conocíamos, no éramos amigos, quizás ni siquiera se acuerde de esos segundos que intercambiamos. Automáticamente pensé en quién lo habría hecho llorar, mis miedos escaparon, me sentí súper poderoso, capaz de romperle la boca al desgraciado que haya hecho llorar a mi chico.
—Dios, estoy tan cansado —sollozó bajito.
Esa fue su voz, estoy seguro.
—Ya no quiero más, ayúdame por favor —lloró un poco más alto.
Mierda, ¿escuché bien? Ahora sí que no sabía qué hacer. Me puse nervioso, mis manos se movían desesperadas a mis costados, no podía dejar las cosas así, no podía fingir que no había visto nada, tenía que ayudarlo, tenía que salvarlo.
Me acerqué lentamente, tenía miedo, no sé de qué, quizás a ser rechazado otra vez y no poder ayudar al hombre que amo. Él estaba de pie cabizbajo secándose las lágrimas. No quise hablar, no quise decir nada, solo lo tomé suavemente del hombro y lo abracé. Baek se sobresaltó un poco, pero no lo solté, no podía dudar de mí ahora.