El sonido de golpes en la puerta lo desconcentró del informe que estaba leyendo y de inmediato llevó su vista hacia la entrada de su oficina.
-Pasa
La puerta se abrió lentamente dejando notar a un alto pelinegro de peinado estrafalario con varios papeles en las manos.
-Disculpe señor, pero el informe de lo ocurrido en el pueblo de Namimori acaba de llegar
Hizo un gesto y tras recibir los documentos los leyó rápidamente.
-Entiendo- observó a su subordinado- se encargaron de limpiar el lugar ¿cierto?- sus ojos rojos amenazadores indicaban que esperaba una respuesta afirmativa
-Por supuesto Kyoya-sama, Yamamoto-san y Gokudera-san fueron los encargados de hacerlo
-Muy bien- acomodó los papeles que antes le fueron entregados a un lado de su escritorio y tomó nuevamente los que estaba leyendo antes que Kusakabe lo interrumpiese- cualquier cosa que averigües debes avisarme de inmediato, su desagradable olor estaba presente ese día, quiero saber el porqué
-Por supuesto- hizo una pequeña reverencia y se retiró de la estancia dejando a su jefe pensativo acerca de lo que había ocurrido hace solo unos días.
“Alguna razón debe existir para que haya estado presente y debo descubrirla pronto”
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Llevaba cerca de media hora escuchando todo lo relacionado con aquel vampiro, si bien Reborn le había dicho que sería él quien le contase a detalle acerca del otro purasangre, a último momento surgió un a emergencia en los negocios que manejaba aquel sujeto y por eso, la persona que fue la encargada de nutrirlo de conocimiento acerca de su enemigo fue el chico de cabellos negros ondulados y ojos verdes que se encontraba frente a él en ese momento.
-Eso es todo, además de decirte lo que Reborn y yo sabemos de él y sus subordinados, te he hablado también acerca de nuestra naturaleza, espero que todo te haya quedado claro
-Lo resumiré y me dirás si algo está mal ¿te parece?
-Muy bien
Al observar la sutil sonrisa que se dejaba observar en el rostro del chico de nombre Lambo, no pudo sentir otra cosa que nostalgia, aquel gesto le recordaba a su madre, ella siempre sonreía para él.
-Hibari Kyoya es un vampiro de alto linaje encargado de negocios en el bajo mundo al igual que Reborn y su mansión se encuentra en las profundidades del bosque Kashima. Sus principales subordinados son Gokudera Hayato y Yamamoto Takeshi, ambos cambiaformas, y Kusakabe Tetsuya, un licántropo. Es una persona solitaria, muy poderosa debido a su condición de purasangre y sobre todo no confía fácilmente en nadie ¿Es correcto?
-Sí- asintió
-Respecto a lo segundo de lo que me hablaste, los vampiros son una de las pocas criaturas sobrenaturales inmortales, es decir que no envejecen, y existen muy pocos actualmente. Pueden controlar su apariencia, es decir, el color de sus ojos y esconder garras y colmillos. A diferencia de los cambia formas u hombres lobo, los vampiros no tienen una buena relación con los humanos ya que la mayoría gusta de alimentarse de su sangre para vivir. La única forma de asesinar alguno es destrozando su corazón con una estaca, pero debido a su grandiosa velocidad, es prácticamente imposible para algún otro ser que no sea un vampiro. A los purasangre como Hibari, solo se les puede destruir quemándolos por completo con “la llama del infierno”, un tipo de fuego que solo puedes invocar con un poderoso conjuro. Los vampiros convertidos pueden transformar a humanos en vampiros solo si les hacen beber su sangre, a diferencia de los purasangres que solo necesitan morder a su presa.
-Soy un excelente profesor, Reborn estará orgulloso
Pudo observar las esmeraldas del menor refulgir como las estrellas cuando mencionó el nombre del hombre que lo recogió. Habían pasado prácticamente tres días desde que despertó en aquella gran casa, propiedad de Reborn por supuesto, y había notado lo fascinado que se notaba Lambo siempre al hablar de él. Era otra de las cosas que el chico vaca, por el diseño de camisa que siempre vestía, hacía que le recordaba a su madre. La adoración con la que ella observaba a Iemitsu era prácticamente la misma.
-Seguro- hizo una pausa para poder plantear una duda que llevaba en mente desde que terminó la explicación del chico- Lambo, recuerdo que las personas de mi pueblo aseguraban que por los conjuros hechos por las brujas más ancianas que lo rodeaban, ni vampiros ni otros seres serían capaces de atacarlo ¿Cuál es la razón para que estos no funcionasen?
-Entiendo- se inclinó para tomar un dulce de uva de la pequeña mesa de vidrio entre él y el castaño, si bien los vampiros no tenían la necesidad de comer, él aún disfrutaba de aquel dulce como mucho antes que Reborn lo convirtiera- los vampiros como tú y yo somos ciertamente vulnerables a conjuros fuertes como los que una anciana bruja puede hacer, estoy seguro que la gente de tu pueblo no contó con que a un purasangre se le ocurriese atacarles, ellos son inmunes a todo tipo de conjuro, con excepción del de la “llama del infierno”
-Ahora todo me queda más claro- se levantó del sofá dónde se hallaba
-¿A dónde vas?
-Al jardín, el sol es lo único que me hace creer que aún tengo algo humano en mí- contestó mirando la gran mampara de vidrio frente a él
-Es bueno que ese mito sea falso entonces- mencionó relamiendo sus labios al terminar su dulce
-Ciertamente
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Caminó lentamente por aquel lúgubre lugar, nunca entendería porqué a ese sujeto le gustaba vivir allí, pero en fin, era su problema después de todo, él solo necesitaba respuestas, nada más.
-No esperé verte tan pronto de nuevo
Observó al hombre de cabellos blancos y anteojos hablarle con una sonrisa ladina, ese sujeto no cambiaría.
-Solo vine aquí a preguntar por él
-Ya sabes lo que tienes que hacer primero
Al escucharlo, sacó inmediatamente una bolsa con muchas monedas de oro y se la entregó mirándolo fijamente.
-Muy bien, te escucho
-Quiero que me confirmes si él es la persona de la profecía, yo lo sentí pero quiero estar cien por ciento seguro, sabes que detesto los errores
-Muy bien
El peliblanco pasó sus dos manos sobre su bola de cristal, mostrando ser un brujo muy tradicional; estuvo unos segundos observándola detenidamente y cuando el rostro de aquel chico se reflejó en sus ojos, sonrió divertido.
-¿Y bien?
-Te lo aseguro, lo es
-Me voy entonces - comenzó a caminar pero antes de desaparecer por completo de la vista del contrario se detuvo- no hace falta decirte lo que te ocurrirá si resulta ser una mentira ¿Cierto?
-Por supuesto- respondió sin amilanarse
-Adiós, Kawahira-levantó la mano en gesto de despedida sin voltearse en ningún momento y prosiguió su camino.
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Habían pasado cuatro meses desde que su vida había cambiado a tal magnitud. Se encontraba en ese instante dándose una ducha en la habitación que temporalmente le pertenecía luego del arduo entrenamiento con Reborn.
Sabía que el cosquilleo que sentía en todo el cuerpo se debía a que esa noche era distinta a las demás. Se había cumplido el plazo impuesto por el vampiro y por fin su venganza daría inicio. No podía negar que se encontraba ansioso, al fin los días de apretar fuertemente la fotografía de ese sujeto mientras lo maldecía una y otra vez habían terminado.
“Muy pronto podrás descansar en paz, mamá”
Tras salir del baño se dirigió hacia la mullida cama de la alcoba ya vestido para luego echarse sobre esta. A pesar de ser un vampiro, él podía dormir, aunque preferiría no tener que hacerlo debido a las horribles pesadillas de aquel fatídico día que siempre lo atormentaban.
Permaneció mirando el blanco techo de la habitación y suspiró al rememorar todo lo que había presenciado en esa mansión.
Su entrenamiento había dado comienzo una semana después de despertar por primera vez allí y no podía quejarse. Aquel vampiro le había enseñado a luchar verdaderamente bien, se le hizo algo difícil adaptarse al inicio, pero después sus habilidades hablaron por sí solas.
No había conocido demasiadas personas a parte de la servidumbre, solo a Basil, un cambiaforma subordinado de Reborn, Yuni, una bruja, y Lambo. Con este último había forjado una muy buena relación, al principio no quería relacionarse con nadie debido a todo lo que le había sucedido, pero a medida que el tiempo fue tomando su curso, el cariño que había nacido mutuamente entre ellos fue más fuerte, lo consideraba como el hermano mayor que nunca tuvo.
“Espero su situación mejore”
Luego del segundo mes de vivir en ese lugar, paseando una vez por los pasillos escuchó de casualidad ruidos provenientes de la oficina del vampiro de patillas llamativas, pensó que no era nada importante y justo en el instante en el que iba a darse media vuelta y proseguir con su camino, los gemidos de Lambo llamaron su atención.
No necesitó ser demasiado perspicaz para darse cuenta de lo que esos dos estaban haciendo allí así que al siguiente día de lo que presenció fue en busca del chico vaca y lo interrogó con curiosidad.
……
-¿Tienes una relación con Reborn?
Le causó cierta gracia el rostro del chico cuando lo cuestionó tan directamente, podía jurar que se avergonzó al instante.
-¿P-Por qué piensas eso?
-Los escuché ayer- respondió sin titubear- vamos, solo dime
La expresión de vergüenza fue sustituida súbitamente por una de tristeza y eso desconcertó a Tsuna, se dio cuenta entonces que no debió preguntar aquello.
-No somos nada- desvió la mirada evitando así los ojos del contrario- solo lo complazco cuando él me lo pide, al igual que sus otros amantes
-¿Y tú estás bien con eso?
Le molestaba, en verdad le fastidiaba el ver de esa forma al de cabellos ondulados. Desde que lo conoció le mostró ser una persona alegre a pesar de que fuese un vampiro, verlo decaído a causa de Reborn era para él algo injusto.
-No…-suspiró profundamente- lo amo después de todo
-Él es un completo idiota si no sabe valorar a alguien como tú
Expresó sin querer lo que realmente pensaba y se avergonzó al igual que lo hizo Lambo al inicio de su conversación. Consideraba al chico como alguien de su familia, aquella que había perdido por culpa de ese maldito vampiro que se había jurado destruir, no permitiría que le hiciesen daño a él también, ni siquiera Reborn.
-Él me dejó las cosas claras desde un inicio, es mi culpa por ser tan terco- sonrió- es mejor dejar las cosas como están, me gusta este lugar después de todo
Meditó por unos segundos lo dicho por el contrario y prefirió guardar silencio, no presionaría más al chico en esa ocasión, ya tendría tiempo para hablar más acerca de ese tema con él.
-Está bien- comenzó a caminar- supongo que a veces toca ser solo un momento en la vida de alguien
-Y trataré que ese momento sea uno que no pueda borrar
Sonrió al escuchar la respuesta de Lambo casi inmediatamente después de lo que dijo, él era un chico muy fuerte.
……
Después de eso los meses habían pasado sin mayor contratiempo, solo enfocándose en entrenar lo más que pudiera siempre con su objetivo en mente: Hibari Kyoya.
Ese mismo día en la tarde había hablado con Reborn y los demás acerca del plan de infiltración a la mansión de ese sujeto, debía ser alguien fuerte para que lo aceptasen y contar con una buena historia. Tras meditarlo profundamente, él había propuesto una idea que para los demás fue más que perfecta, estuvo satisfecho con eso.
Quizá de toda la situación en la que se encontraba lo único que siempre atrajo su curiosidad era por qué el vampiro de patillas lo estaba ayudando, si bien le dijo alguna vez que tenía cuentas pendientes con Hibari, también le dijo que no eran lo suficientemente fuertes como para matarlo. Entonces ¿Qué lo llevaba a hacer tanto por él? No confiaba ciegamente, jamás lo haría, así que antes de irse al siguiente día lo cuestionaría directamente.
Se acomodó en el mullido colchón y cubrió parte de su cuerpo con las sedosas sábanas blancas, permanecería así hasta que amaneciera, su ansiedad estaba a tope y en su mente solo podía repasar una y otra vez el momento en el que lo había perdido todo. Era doloroso, pero debía tomarlo como un incentivo, de esa forma siempre tendría presente cuál era su objetivo.
“Luego de lograrla podré alcanzarlos, solo esperen un poco más”
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