Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esquemas del Corazón por AniBecker

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Holas! 

Muchas gracias a los que me hayan dejado su comentario y por las lecturas, de verdad que me dan ganas para seguir escribiéndolo ^^ 

Aquí traigo el segundo capítulo, que espero les guste. 

 

Capítulo II.

Himuro salió del despacho para ver qué era lo que su caprichosa hija, quería en ese momento o de qué se quejaba.

—Aimi, tienes que entender de una vez que no puedes entrar de esa manera a mi despacho. ¿Y si llego a estar reunido con alguien muy importante? —le regañó dulcemente.

—Pero papá, alguien cambió mi comercial y sin mi permiso. El equipo que quería contratar era el equipo de mi amigo Daisuke-kun.  

—Eso lo hablamos después, ¿de acuerdo? Lo cambiaron porque el otro equipo nos paga más.

—Pero yo quería que Daisuke-kun…

—Aimi, vale ya. Estoy de acuerdo de que el comercial lo hiciste tú, y que tenías ciertas ideas para él, pero quién decide sobre la persona, empresa y demás publicitado es la empresa, que en beneficio de la empresa me he percatado que el otro equipo nos dará más beneficios que el de tu amigo Daisuke —explicó calmado.

—Pero… Pero…

—Ningún pero Aimi, y ahora si me disculpas, estaba hablando con un amigo de la universidad, conversación que tú has interrumpido al entrar de esa manera en mi despacho.

—Bueno, lo siento. Pero ¿el comercial se queda como lo tenía planeado o no?

—Ya hablaremos de eso. Deja de ser tan caprichosa, por favor.

—Tú me hiciste caprichosa —respondió cruzándose de brazos

—Está bien, lo admito. Pero no maleducada, y eso es lo que pareciste hace un momento entrando así sin permiso y encima sin saludar.

—¿Permiso? ¡Es tu despacho, eres mi padre y yo tu hija, tengo todo el permiso del mundo a entrar!

—De eso nada. Tú tienes que pedir permiso como todo el mundo y ¿sabes qué? No tengo más ganas de estar discutiendo contigo, tengo una visita a la que atender. Y, por cierto, vuelve a tu trabajo, que te recuerdo que tienes una nómina como cualquier trabajador de la empresa. —Himuro se dio media vuelta y entró en su despacho, dejando a su hija en el pasillo con los brazos cruzados y medio enojada.

.

Tatsuya suspiró y entró a su despacho.

—Perdón Shuzo, siento el comportamiento de mi hija y mi tardanza —se disculpó volviéndose a sentar en su sillón de cuero negro.

—Oh, no te preocupes, ya le dije a tu esposo que no tenía la mínima importancia.

—De todas maneras, lo siento —en ese momento sonó el teléfono del despacho. Tatsuya miró la pantallita y vio que la llamada provenía de su secretaria—. Dime Hitomi. Ah, perfecto, dile que pase. Gracias. Tu hijo ya terminó y está aquí, le dije a mi secretaria que le dijera que pasara.

—Ah, gracias — la puerta sonó y Himuro ordenó que pasaran.

—Disculpe, me dijeron que…

—Adelante, pasa, te estábamos esperando.

—Con permiso… Ah, papá, ¿qué haces tú aquí?

—Liam hijo, es que tu jefe es un antiguo amigo mío de la universidad.

—Encantado y gracias por contratarme, es un honor formar parte de su empresa —le estrechó la mano con cordialidad.

—No tienes por qué darme las gracias, tú solo te conseguiste el trabajo con tus estudios y tu experiencia, por no decir las referencias de la empresa dónde estuviste formándote.

—Gracias Himuro-sama.  

—Oh, por favor, puedes llamarme Tatsuya-san.  

—Ah, no lo vería adecuado…  

—Por favor, en serio, no habría problema, Nijimura-kun —le sonrió con amabilidad.

—Esto… Liam, será mejor irnos, aún quedan cosas por arreglar de la mudanza —habló incómodo Nijimura.  

—Cierto. Mucho gusto y muchas gracias por el trabajo, espero no defraudarle.

—Seguro que no lo harás. E igualmente, mucho gusto. Shuzo, me alegró volver a verte.

—Gracias. Lo mismo digo. Adiós.

.

—Así que ese es el famoso Shuzo ¿eh? —dijo Shun una vez que se marcharan.

—¿Famoso por qué? —preguntó dejándose caer sobre su cómoda silla.

—Porque ese hombre es por el que me costó mucho que dejaras de suspirar por las esquinas.

—Yo no suspiraba por las esquinas, no digas tonterías —él posó sus manos en sus hombros y le empezó a dar un masaje.

—Te ves cansado… No me lo puedes negar Tatsuya, él es tu primer amor, ¿verdad?

—¿Es? Eso sonó a presente, y eso ya quedó en el pasado —comentó absorto en el masaje que le estaban dando—. Además, ¿no se supone que estás casado conmigo? Deberías de dejar de decir esas cosas.

—Venga Tatsuya, por favor. Él siempre ha sido alguien importante en tu vida —susurró —, allí en América fuisteis pareja, ¿no?

—Sí, pero…

—Pero nada. Prométeme una cosa —se sentó encima de él—, que, si al volverlo a ver tus sentimientos han aflorado nuevamente, me lo dirás antes de hacerme daño.  

—Shun, ¿se puede saber qué tonterías estás diciendo? Escúchame bien, no pienso hacerte daño, es lo último que querría.

—Pero…

—Pero nada. A ver, mírame —le sujetó la cara con ambas manos —, ¿es que acaso dudas de mí?

—Yo no, pero… ¿tú sigues sintiendo algo por él? —preguntó con un nudo en la garganta.

-Yo… —suspiró, que hizo que el pecho de Shun se estrujara esperando la inminente mala noticia—. No. No siento nada por él. ¿Lo quise? Sí, y mucho. Pero ahora estoy contigo, ¿no? Estamos juntos, llevamos muchos años juntos, tenemos a Aimi, ¿es que acaso puedes dudar de todo esto?

—Yo… perdóname, Tatsuya —aún cabizbajo, sin mirarle directo a los ojos. Sus dudas e inseguridades habían vuelto a aparecer —. ¿Está casado? Él lo tuvo, ¿verdad?

-No, no está casado ni tiene pareja. Y sí, él fue quién lo tuvo, pero ¿y qué? Eso no cambia nada.

—Pero es que eso me hace pensar que… —no terminó la frase, porque nuevamente, su hija volvió a aparecer en el despacho.

—Aimi, ¿se te dio permiso para entrar?

—Oh, venga mamá, que llamé antes de entrar.

—Pero no se te dio el permiso —insistió el pelinegro.

—Bueno ya, dejen de discutir. ¿Qué querías hija?

—Hablar contigo sobre lo de antes, ¿se puede saber qué hacen así? ¿Y si alguien entra y los encuentran? Compórtense, que están en el trabajo. – les regañó, al ver cómo su madre se encontraba sentado sobre las piernas de su padre.

—Si no hubieras entrado sin avisar no estaríamos así. Además, no es cosa tuya.

—Bueno, ya. Papá, ¿qué va a pasar con el comercial?

—Mira, haz lo que quieras, que sea el equipo de Daisuke, total, de todas maneras, tiene experiencia en el modelaje.

—Gracias —corrió a abrazarlo—. Eres el mejor papi del mundo.

—Eres una convenida, vuelve a tu trabajo anda —dijo Shun.

—Vale, vale. Nos vemos luego. Avisaré a Daisuke-kun, seguro que se pondrá muy contento.

—Bueno, será mejor que yo también vuelva al departamento de contabilidad.

—Está bien, nos vemos en casa.

.

Nijimura, el ascensor, soltó un gran suspiro, para poder liberar toda la tensión acumulada en ese despacho.

-—Bueno, ya le conoces. ¿Estás seguro que quieres trabajar para él?

—Sí. ¿Por qué no iba a estar seguro o no querer? Ante todo, es trabajo —dijo muy seguro.

—Es tu decisión —cerró los ojos—, pero te lo pido, no, te lo suplico, que no vayas a decirle absolutamente nada.

—Él está en su derecho.

—Liam, por favor, recuerda tu promesa.

—Tranquilo, tranquilo papá, no iba a decirle nada. ¿A estas alturas serviría de algo?

—Creo que no mucho, ya que él tiene su vida. Está casado y tiene una hija  —comentó con algo de desilusión, aunque intentó de que Liam no lo notase.

—¿Eso quiere decir que tengo una medio hermana pequeña?

—Sí, y muy mimada por él. Por lo visto también trabaja allí así que te la encontrarás muy seguido.

—¿Ah? Pensé que podría ser más pequeña, pero si trabaja sólo será un poco más pequeña que yo.

—La edad exacta no lo sé, pero podría decir que será tres años más pequeña que tú —calculó.

—Bueno, como sea, conseguiré llevarme bien con ella —respondió sonriente.

—Liam, a ella tampoco le digas absolutamente nada ¿Eh?

—¿Cómo crees que se lo iba a contar? No, me acercaré a ella en modo amigo-hermano solamente.

—Espero que sepas lo que haces.

—Tú tranquilo, él nunca sabrá tu secreto si así es lo que deseas.

—Gracias hijo —suspiró, aunque no muy aliviado—. Lo pasé muy mal, al final tuve que encontrármelo.

—No te preocupes papá, parece ser que él no sospecha absolutamente nada, y además, si tiene su vida hecha como dices, no tendría por qué haber problemas —lo miró de reojo, pero Shuzo miraba hacia el suelo del ascensor—. ¿O es que en el fondo sigues sintiendo algo por él?

—¡Claro que no! Por supuesto que no. Para mí él dejó de existir en el momento que se marchó de vuelta a Japón importándole bien poco lo nuestro y no supe más de él.

—Quizá tú tampoco pusiste mucho de tu parte en localizarlo, y menos después de saber que me ibas a tener.  

—¿Me estás diciendo que es todo por mi culpa? —dijo enojado.

—Yo no dije tal cosa. Sólo digo que si nunca le dijiste de mi existencia es cosa tuya, no de él.

—Él tampoco se preocupó en buscarme después de irme, así que no le hubieras importado —en ese momento se dio cuenta que dijo algo que no debía, sólo porque se sentía enojado—. Lo siento Liam… No era mi intención…

—No, en el fondo es la verdad ¿no? —medio sonrió—. Dejémoslo aquí, parece que fue un reencuentro un poco agridulce para ti, y entiendo tu comportamiento al enterarte además de que ha formado una familia, y justamente no es con nosotros ¿verdad?

—¿Me odias por ello?

—Nunca podría odiarte, papá. Venga, cambia esa cara y ven a mi departamento aún no lo viste cómo lo dejé.

—Está bien —sonrió.

.

A la mañana siguiente, Liam se incorporó a la empresa, dónde le presentaron a todos sus compañeros y le indicaron de qué trabajo tenía que ocuparse hoy. Estaban haciendo unos anuncios publicitarios de los diferentes equipos universitarios que iban a participar en la Winter Cup, inaugurada ese mismo año para las universidades.

Tenía que fotografiar al equipo de la universidad de Tokio, para una campaña publicitaria de fotografías, cómo una especie de calendario y también un pequeño video promocional dándose a conocer el equipo. Aimi, al ver llegar a su amigo, salió corriendo a abrazarlo.

—¡Daisuke! Cómo me alegra que al final sea tu equipo el que tenga esta sesión de fotografías para el comercial que diseñé.

—Yo también me alegro, haré con mucho gusto tu comercial —dijo contento. Aomine Daisuke, hijo mayor de Aomine Daiki y Kise Ryouta, físicamente igual a su padre, mismo color de cabellos, tono de piel, color de ojos… una copia casi exacta por no ser por la personalidad heredada de su rubio padre, aunque en ocasiones, los genes Aomine le salían. Tan buen jugador de baloncesto como ellos.

—¿Quién es esa chica que salió como loca a abrazar a ese jugador? —preguntó Liam a uno de sus nuevos compañeros de equipo profesional.  

—Ella es la hija del jefe, Aimi-san. Es publicista y ella diseñó este comercial y la que hizo que el equipo publicitado sea el de la universidad de Tokio, sólo porque su amigo milita en él. Es muy alocada y muy caprichosa —le explicó el compañero.

—Ya veo — Así que tú eres mi hermana ¿eh? Cómo me gustaría poder decírtelo…

—Esto…Aimi-san, creo que deberíamos empezar, sino se nos echará el medio día. El nuevo fotógrafo está preparado —la chica se separó de su amigo, posando su mirada en Liam.

—Está bien, en seguida empezamos. ¿Ese chico es el nuevo fotógrafo? Está muy pero que muy guapo ¿Verdad Daisuke-kun?

—¿Por qué me preguntas a mí si está guapo o no? Como si me importara. Te recuerdo que no me interesan otros hombres —frunció el ceño.

—Tampoco te medio enojes, sólo era una pregunta retórica.

—Una pregunta retórica deja de ser retórica cuando pronuncias el nombre de la persona a la que estás preguntando, ¿lo sabías?

—¿Se puede saber qué bicho te ha picado? Bah, voy a hablar con él, como tengo que hacerlo por el tema del comercial, tengo la excusa perfecta. Nos vemos ahora.

—¿A mí? Ninguno. Haz lo que quieras, después vendrá tu padre y te reñirá —murmuró el peli azul enojado.

—Hola, soy Himuro Aimi, publicista y encargada de este comercial. Tú tienes que ser el nuevo empleado, ¿verdad?

—Así es, soy Nijimura Liam, mucho gusto— sonrió— Parece simpática —pensó.

—Encantada. Bueno, empecemos. Tenía pensado hacer esto y esto, ¿qué te parece?

—Me parece muy bien, hago lo que me pidas.

.

El rodaje del comercial estaba casi terminando. Liam estaba demostrando sus dotes de fotógrafo, y Aimi estaba todo el rato acosándolo, mientras que Daisuke estaba de mal humor. No le hacía ninguna gracia de ver a Aimi tan cerca de ese tipo y siendo tan amable, cuando ella no era para nada amable con una persona que no conociera bien.

—¿Qué te ha parecido como quedó el comercial, Daisuke? —preguntó la pelinegra acercándose a su amigo.

—Pues la verdad que parecía que te la pasabas mejor que nosotros —contestó de mal modo.

—¿A qué viene eso? Que es lo que te ocurre, que estas extraño.

—Te vi todo el tiempo muy cerquita del nuevo fotógrafo. No pierdes el tiempo ¿eh?

—Pero ¿qué dices? Estaba cerca de él porque le tenía que indicar como quería cada cosa.

—Aimi-san, necesitamos que de su visto bueno a esto para terminar —oyó la voz de un empleado.

—Ah, sí, voy. Anda, tonto, no te pongas celoso, que tú siempre serás mi mejor amigo —lo abrazó antes de volver con su equipo de trabajo.

—Ese es el problema, que soy tu mejor amigo —murmuró.

.

Tatsuya estaba revisando en su ordenador unos asuntos muy importantes, ya que eran de suma importancia y tenían que estar terminados y enviados ese mismo día, pero se dio cuenta que faltaban algunos papeles aún por terminar.

—¿Qué quieres? Te recuerdo que el teléfono móvil no deberías usarlo para avisarme para que venga a tu despacho, deberías usar el teléfono normal —dijo Shun entrando por la puerta sonriendo.

—Nadie me puede decir nada, además, nadie me vio.

—Pero deberías dar ejemplo por ser el jefe. Bueno, ¿y qué era tan importante?

-Revisando los papeles que debemos entregar hoy, aún faltan, y tienen que estar hoy. Era por si te podías encargar tú.

—Está bien, yo me encargó. Dime a qué empresa me tengo que llegar y lo hago enseguida.

—A estas dos. ¿Puedes hacerlo o se lo encargó a otra persona por si estás muy ocupado?

—No te preocupes, yo me encargó si problemas, ya terminé el trabajo que tenía. Voy a salir ya, para dejarlo resuelto lo más pronto posible, cualquier cosa me avisas al móvil.

—De acuerdo. Y gracias por encargarte tú personalmente —le dio un beso y el pelinegro salió del despacho.

Cuando iba por la calle, le pareció reconocer a alguien, por lo que decidió acercarse a esa persona.

—Nijimura-san, ¿verdad? —el nombrado se giró, topándose con una persona que no le apetecía mucho encontrarse.

—Ah, hola. ¿Hi…Himuro-san? —él asistió—. ¿Qué haces por aquí?

—Venía a por unos papeles importantes que me pidió Tatsuya a una empresa de por aquí.

—Ya veo. ¿Y ya conseguiste esos papeles? —preguntó, aunque no era que le importara mucho.

—Pues sí, salí de aquella empresa —señaló un gran edificio —. Te vi y quería saludar.

-No te hubieras molestado, si esos papeles son muy importantes deberías llevárselos pronto a tu esposo.

—No te preocupes, acabé más pronto de lo que pensaba, por lo que tengo un poco de tiempo. ¿Vives por aquí?

—No, sólo venía de la universidad, empecé a dar clases como profesor de biología.

—Oh, qué bueno. Entonces, ¿tienes tiempo? Podríamos hablar en una cafetería. Hay algo que quiero preguntarte.

—Es que tengo cosas que hacer aún y… Está bien… —Shuzo suspiró, no tuvo más remedio que aceptar.  

—¿Y qué es lo que me quieres preguntar? —habló una vez que la camarera les ofreció dos cafés.

—Persona si soy muy directo, sobre todo porque apenas nos conocemos, pero necesitó saberlo — se acomodó en la silla inquieto, ya se sabía la pregunta—, Liam es hijo de Tatsuya, ¿verdad?

—¿Qué te hace pensar que lo sea?

—Soy muy observador y sé que ambos fueron novios en un pasado, Tatsuya me lo dijo y, además, tiene el mismo lunar que tiene Tatsuya, que lo tiene también mi hija. Por no decir que algo se le parece. ¿O me equivocó?

—¿Qué sabes tú del lunar? Apenas se le puede apreciar por cómo lleva peinado el cabello. Y, si lo que quieres es asegurarte de que yo no me acerque a tu esposo, no te preocupes, no tengo intención, así que, por favor, no vayas sacando conclusiones, porque Liam, no es su hijo.

-A Tatsuya puedes ocultárselo, que no se dará cuenta, pero a mí no me puedes engañar, porque sé perfectamente que lo es. Tranquilo, no niego que no me da gusto, tampoco te voy a prohibir que se lo digas, pero, con todo el dolor de mi corazón, te digo que él, tiene derecho de saber que es su hijo.  

-Y entonces, si esas no son tus intenciones, ¿Por qué ese afán de querer, o más bien, sacar conclusiones de que mi hijo tiene que ver con Himuro?

-Porque, aunque tú quieras ocultármelo, sé a ciencia cierta que es su hijo. Vamos Nijimura-san, puedes decirme la verdad —lo miró fijamente.

—Creo yo que ya no es cuestión de ocultarlo o no o de que sea verdad o mentira, sino de que este, en todo caso, no es un asunto tuyo, por lo que no deberías meterte —dijo molesto.

—Tranquilo, si así quieres, aunque ya te digo que ya saqué mis propias conclusiones, y te enfades o no conmigo, y tenga ese asunto que ver conmigo o no, yo sé que me estás mintiendo. Pero como te dije, yo no diré nada. —terminó su café, soltó el dinero sobre la mesa y se levantó—. La cosa está; ¿lo podrás ocultar por mucho tiempo más ya que trabajan ahora juntos? ¿Liam podrá aguantarlo sin decírselo?

-Te repito que no es asunto tuyo. Y mi hijo sabe perfectamente lo que tiene que hacer y cómo actuar —imitó al otro—. Gracias por la invitación, ahora me retiro, tengo asuntos que atender.

—¿Te diste cuenta que tú mismo me lo confirmaste sin quererlo? —sonrió—. No diré nada, pero mi marido tiene derecho de saber que tiene otro hijo, y mi hija de que tiene un hermano. Nos vemos, adiós Nijimura-san, cuídate.

Shuzo tembló intranquilo. No entendía a ese hombre. Si estaba casado con Himuro, ¿por qué quería que le contara que Liam era su hijo? En todo caso, debería haberle prohibido expresamente, que no se acercaran a ellos.

¿Es que algo estaría tramando? ¿Cómo era que él sí se dio cuenta y sospechó que Liam es hijo de Himuro y el propio Himuro ni si quiera sospechó nada? ¿Es que tan poca importancia le da a lo que una vez fue su relación que ni podía hacérselo pensar?

Suspiró, por nada, le diría a Himuro la verdad, y esperaba, que Shun tampoco lo hiciera, menos Liam se delatase él mismo.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer :) 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).