Se levantó un par de horas después, sin saber cuándo quedo dormido realmente. no desea levantarse, tampoco permanecer quieto, era contradictorio, solo se cambió de ropa, no se molestó en arreglarse.
Miro la cocina, salió sin tomar ningún alimento, lo último que tenía era hambre.
Sabiendo que Alphonse seguía dormido dejo una nota. “volveré”
No necesitaba más, sin un lugar al que ir, solo salió, cerró la puerta y camino, no tenía prisa, solo avanzo, terminando en un parque enorme, una banca parecía lo suficientemente cómoda.
Se sentó, miro al cielo y cerró los ojos, los rayos del sol comenzaban a asomarse, lo que a su parecer fue un minuto parecía haber sido suficiente para que llegara el medio día, la sombra de un árbol le cubría.
Se levantó y estiro sus brazos, metió su mano en un bolsillo de su gabardina, la misma del día anterior, en ella un papel, con la dirección de aquel escritor…
De alguna manera se encontró caminando a esa dirección, sabia donde era, no era la primera vez que pasaba por allí, un lindo lugar, muy calmado.
Detuvo sus pasos, una casa en medio de los edificios, verifico la dirección, era una casa de dos pisos, linda por fuera, se notaba acogedora, entro al pórtico, dudando si tocar o regresar a su casa.
-veo que viniste- dijo una voz a su espalda.
-claro, no me dejaste opción, bastardo. - dijo sonriendo con autosuficiencia.
La puerta se abrió dejando paso a ambos hombres y cerrándose atrás del pelinegro.
-Si te soy sincero, no esperaba que vinieras- comento con sinceridad y algo de sorpresa. Al tiempo que guiaba a su nuevo invitado a la sala.
-Ni yo, -contesto mientras tomaba asiento en el sillón que le señalaba el mayor- pero no tenía nada mejor que hacer.
Este lo mira con un rabillo del ojo en lo que empieza a dirigirse a la cocina del otro lado de la estancia -Eso lo puedo discutir, a mi parecer, una buena ducha te vendría bien, estas hecho un desastre.
Esto saco un gruñido del chico sentado en su sala, lo suficientemente fuerte como para que le escuchara desde la cocina.
-Mientras dejo esto, siéntete como en tu casa-ofreció en un tono alto para que este le escuchara.
Una vez se sintió más cómodo, el rubio se permitió mirar el lugar sin vergüenza. Era una sala elegante, algo vieja, seguro de sus padres, con un gran cuadro en la pared atrás suyo, se veía un paisaje, era hipnotizaste, un gran claro, como el que se describe en los cuentos. Todo el lugar tenía un color crema combinado con café oscuro, con sillones de verdad cómodos, añadiendo también una gran chimenea pegada a la pared.
-Rayos-se escuchó de fondo la queda de la única persona, además de él, en la casa.
Camino sin prisa a la cocina donde suponía había quedado el hombre. Encontrándole tirado en el piso con todas sus cosas tiradas por el piso, parecía que por lo menos entre sus alimentos no tenía nada que se hubiera dañado.
-Vaya, no te creía tan inútil-le molesto en tono sarcástico.
-Ja, intenta cargar bolsas llenas con una mano en un piso chueco. -defendió el hombre a la par que se sobaba la cabeza y se acomodaba para recoger lo tirado.
Comenzó ante la mirada de Edward, quien no pudo resistir y le ayudo, más por un impulso que por que él quisiera hacerlo.
- ¿Por qué no lo arreglas? – pregunto Ed con algunas cosas en sus manos, con algo de fruta mayormente.
-Sabes que eso es difícil, - explico- prefiero algo más de comida que gastarlo en una bella casa.
El solía olvidar ese detalle frecuentemente, era raro, al pensarlo, el nunca sufrió de hambre, perdió muchas cosas, pero nunca vivió eso, considerándose afortunado por ello.
-Anda, te ayudo- dijo al ver como luchaba por conseguir una lata de debajo de un mueble.
Una vez tuvieron todo lo dejaron sobre la mesa, algunas frutas, latas y pan.
-Tengo una duda- revelo Mustang dejando una última naranja con el resto de alimentos.
-Mmmhhh- dijo sin ganas.
- ¿No podrías arreglar esto con tu…mmm alquimia? -Roy dudo un poco, no estaba familiarizado con esa palabra olvidándola fácilmente.
-No- respondió tajante
- ¿Por qué? - cuestiono ante la respuesta tan cortante, recordaba al chico estar mucho más feliz con relación al tema.
-No importa, solo no puedo- insistió molesto.
Esto le dejo más dudas que respuestas, pero apenas conocía al joven como para interrogarle con algo así, no deseaba molestarle a pesar de referirse con burla a él en algunas ocasiones. -Si tú lo dices…-espero un minuto antes de que se le ocurriera algo mas- ¿Qué te parece si desayunamos y luego me das tu opinión?
Con esto se sentó en completo silencio, permitiéndose perderse en un punto fijo de la pared del comedor.
-Toma-extendí un plato frente a Ed al cabo de un rato.
Tomándolo sin ánimos menciono un-Gracias-por mera cortesía.
Mustang se mantuvo observándole con detenimiento durante el tiempo que él comía, absorto en lo que fuera que pensara.
Terminando por concentrarse se su comida, llego a la mitad hasta que sin pensar hablo-Eres muy bipolar-susurra lo suficientemente fuerte como para que el otro escuche.
Sacando del pequeño un rápido arranque de ira-Repítelo si te atreves-dijo amenazante.
-Pero es bueno ver que es fácil sacarte de ese estado-prosiguió, viendo los gestos de su acompañante, impresionado de lo rápido que este pasaba de un estado deprimente a uno notablemente animado, mas esto sin detener su diversión en relación al mismo chico.
Esto también afecto a Edward, pensando más a fondo la razón de sus desplantes, solía ser muy relajado desde que se encontraba en Alemania, pero de alguna manera parecía que era algo que simplemente no controlaba cuando se trataba de ese hombre. Si tuviera que dar una razón, le daría la culpa al actuar del hombre y su parentesco con Mustang, de otra manera no entendía la relación entre ambas cosas.
Roy no molesto más hasta haber terminado al fin con su comida, retirándole el plato a Edward en cuanto este término su porción, dejo los platos en el fregadero y le señalo a Ed que le siguiera.
Subieron las escaleras dando vuelta a la izquierda y entrando a la primer habitación.
se mentiría si dijera que no le intrigaba la razón de que Mustang tuviera un lugar tan amplio siendo que era difícil el solo conseguir un piso en esa ciudad.
Al abrir las puertas mira como el pelinegro se acerca a un escritorio y toma unas hojas unidas pro una pinza, extendiéndolas a él.
Lo mira con duda, examinando su primera hoja, en la que solo presentaba su título- ¿De qué trata?
Esto agrando la sonrisa del hombre, algo raro de ver para el chico que acostumbraba ver una sonrisa socarrona en lugar de una sincera como la de esos momentos-Tienes que leerlo. -
Otro gruñido de parte del chico que esperaba que le dijera algo más útil-bien- termina por decir, viendo como en hombre señala un sofá al lado de un gran librero para luego ir al otro lado de la habitación-estudio donde estaban.
Le vio sentarse frente a un escritorio con una gran máquina de escribir y muchas hojas blancas de un lado mientras del otro estaban unas ya usadas. De escritos finalizados, suponía.
El hombre comenzó a escribir mientras él se acomodaba para leer dejando un silencio extrañamente cómodo entre los dos, con el único sonido de la maquina escribiendo de fondo y algún pájaro que cantaba casualmente cerca del lugar.
Llegado al final de la historia que le habían dado cambio de posición, la cual mantuvo solo unos minutos antes de finalizar el relato.
Se levantó para entregarle el montón de hojas –Ten- dijo ofreciéndole las hojas.
Las tomo y acomodo en un espacio vacío del escritorio antes de preguntar- ¿Y bien? -
- ¿Y bien qué? -repitió molesto, sin razón real de estarlo.
-Oye, -exclamo divertido- el trato era leer y que me dieras tu opinión-
- ¿Para qué lo quieres saber? - pregunto sin comprender la razón para la que pedía una opinión como esa.
-Cosas de escritor-respondió con simpleza.
-Estas mal d la cabeza- se burló el rubio animadamente.
-Como tú, -contrarresto Roy- ¿entonces? -insistió.
-No leo fantasía-se defendió rápidamente.
Provocando un puchero en el hombre-o vamos, solo dime si es bueno. Es difícil de explicar, pero una opinión nunca viene mal.
-ok…-notablemente irritado, no entendía que sentido tenía algo tan ridículo, para él esa historia estaba bien y no necesitaba mucho de alguien como él, quien aún extrañado del comportamiento infantil de una persona que se asemejaba tanto al coronel, solo expuso lo que creyó debía aclarar- entonces, si entendí bien, ¿trata de la historia de un chico medio demonio, que es hijo de satán, pero lo odia por matar al que considera su padre?
-Así es, más o menos, si-
-Bueno, -prosiguió- tienes imaginación, y haces que uno se pueda situar en el lugar de manera fluida, supongo.
- ¿Y le cambiarias algo? -le interrogo.
Lo pensó por unos momentos, repasando lo que había leído, pensando en los detalles y continuidad. -Creo que… deberías trabajar en la manera que el aprende a manejar sus habilidades.
- ¿Por qué lo dices? -
-Me parece que él podía concentrarse más y manejarlo mejor, perder a alguien importante deja una marca más profunda, que por la manera de ser de él debería de ser un incentivo que use para manejarlo y obtener ánimos.
Esto creo una gran gama de emociones y dudas en el mayor, si lo pensaba, tenía sentido, pero algo le inquietaba, parecía que estaba seguro de lo que hablaba, más de lo que debería, sumado a esto, le dio alegría que lo haya leído con tanto detalle como para darse cuenta de algo que ni el mismo había hecho.
-Vaya, creo que tienes razón, para ser pequeño, tienes grandes ideas.
Esto solo despertó de nueva cuenta el mal genio del alquimista- ¿A quién le dices que es tan pequeño que podría esconderse atrás de una letra?
En serio, debía empezar a cuestionar su salud mental, ya que, esta era la segunda vez que veía tierno al chico, sin poder evitarlo, su mano se movió sola posándose en la cabeza del rubio y con un aire divertido la froto al tiempo que decía- ya, ya, no te pongas así.
Un cosquilleo se sintió en ambos ante el toque, alterando al chico y dejando desconcertado al hombre, pero siendo el primero quien reacciono más rápido, golpeando la mano que se mantenía en su cabeza-Suéltame-exigió.
Esto irrito al hombre quien no tardo en replicar-Por favor, exageras-
-Que te jodan-bramo de inmediato.
- ¿Donde y cuando? -molesto el hombre sacando un gran sonrojo del chico, dejando en vergüenza a un tomate en comparación con su rostro.
-… eso no es…- trato de corregir el mismo.
-Lo sé-respondió con una gran carcajada el escritor. Que al terminar de reír continuo- ¿Qué te parece si te dejo en la universidad?
-No es necesario, se caminar-el más bajo seguía molesto por el cambio de sus palabras, haciendo que se reflejara en su respuesta, dando esta para evitar que le pudiera humillar mas.
-Entonces muéstrame tu alquimia- dijo ilusionado.
-para que lo quieres ver- subió su tono, claramente molesto con el uso de ese tema.
-soy escritor, puede que no lo entienda, pero me es inspirador para escribir… si no te molesta que use eso como una idea-
Este le dejo atrás, caminando a la puerta con pasos sonoros, oyéndose por toda la casa. -nos vemos
Con Mustang empezando una cuenta regresiva- 3… 2… 1
Así bajando las escaleras, buscando al joven cerca de la puerta principal, sin encontrarlo ahí-Sabes, no tengo nada en contra, -comento al verlo en la sala-pero no deberías salir por una ventana-
-Jo-de-te
Esto provoco una risa del hombre, quien se acercó al rubio-Ven- dijo mientras le tomaba por la espalda para cargarlo y así alejarlo de la ventana, generando un nuevo cosquilleo en ambos.
-Déjame-replico Edward al ser sujetado de esa manera por él.
-No te iras así- informo, señalándole en cuanto le soltó.
Recibiendo una respuesta de inmediato del menor-No tiene importancia-
Para Roy eso era más molesto, el chico se notaba en un muy mal estado, eso no le gustaba, y no le permitiría salir de tal manera de su casa -Mira, toma una ducha, yo estaré escribiendo y luego te puedes ir, no creo que quieras preocupar a alguien
Esto activo algo en la cabeza de Ed-Pero como intentes algo raro-replico.
-No pasara, -interrumpió- segunda puerta a la derecha-
Edward subió las escaleras siendo seguido por el falso Roy, tomando la ruta que le había dado el hombre.
Se aseo tan rápido como le fue posible, resultaba incomodo estar en una casa ajena y más con la persona con la que estaba.
Se acercó al estudio a despedirse de manera rápida. -Adiós
El hombre volteo, pensando rápido lo que le había dicho y haciendo ojos de cachorro hacia el chico.
El rubio lo pensó un momento entendiendo que quería el pelinegro- No- dijo firme al dar la vuelta para el pasillo. Siendo sostenido de la cintura, poniendo en peligro su equilibrio y de paso su salud mental. - ¡QUE NO! Y quítate de encima- exigió furioso.
Sin esperar que sus pies dejaran de tocar el piso se dio cuenta que nuevamente estaba siendo cargado sin su consentimiento. - ¿¡Qué demonios haces!?
-No sé- dijo sinceramente viendo al chico en sus brazos.
- ¡Bájame! -ordeno efusivo.
-Nop- respondió sonriente.
-Te voy a…- pero no le dejo terminar.
-Solo una vez-pidió.
Sacando de sus casillas la poca paciencia de la que mantenía el rubio -NO PUEDO ENTENDISTE, NO PU-E-DO
-Eso dijiste la otra vez-recrimino.
-Mira-dio un aplauso de la manera que pudiera, tomando lo que estuviera a su alcance, resultando en ser una escoba.
Pero cuando tenía planeado golpearle con ella para liberarse, chispas salieron del objeto en su mano, rebelando una guadaña de madera con detalles góticos al final del mango.
-…-
-…- Ninguno dijo nada.
Ed quedo con la mente en blanco un minuto, pero recordó una cosa que le habían dicho, “cuando ninguno de nosotros estaba, con un hombre que no conocemos” repitiendo la última parte en su mente más de una vez, “con un hombre que no conocemos”, las veces que había hecho alquimia él estaba cerca, cuando no lo estaba simplemente no funcionaba. Su mente hizo una conexión rápida, no tenía fundamento para afirmar eso, tal vez era porque se parecía a alguien que conocía y tenía una relación.
-Sigues siendo interesante, lo sabias pequeño-detuvo sin consideración el análisis en la mente del chico. Quien solo atino a contestar.
- ¡A quien llamas pequeño! - pateando al hombre fuertemente en el estómago sacando todo el aire que tenía dentro.
Y regresando a su teoría en cuanto estuvo en el piso hablo para si-Puede ser que…-
-¿Por qué rayos duele tanto una patada tuya? - pregunto dolido, en el arranque que tuvo, el chico no se fijó la pierna que utilizo, siendo para mala suerte de Roy la izquierda.
Restándole importancia -No importa, - solo se concentró en la idea que había surgido para el- ya que me hiciste leer un libro completo, pido una compensación
¿Compensación? -cuestiono aun dolido, pero reincorporándose algo encorvado.
-Vendrá conmigo, quiero probar algo-
-Dame una buena razón-dijo utilizando las mismas palabras que su compañero la segunda vez que se vieron.
-Es un intercambio equivalente-
-Mmm, no me convence-se quejó divertido por la posición en que ponía al rubio-
Este claramente furioso por ello- ¿Que rayos quieres? -
Sonriendo a su victoria, dejo su repuesta en un simple -Te lo diré después-
El resignado solo siseo un-Bien…-
- ¡¿Entonces que esperamos?!- comento eufórico de la emoción.