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NIÑA MALA por Liss83

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En su cuarto de hotel, Rachel Edward, lloraba desconsoladamente tirándolo todo a su alrededor. Había perdido a sus hijos definidamente. Grace lo había dejado claro. Pero como le podían pedir no luchar por dos de las personas que más amaba en el mundo. Lo peor de todo era que algo muy dentro suyo sabía que su hija cumpliría su amenaza. Charlie, Charlie era un completo desconocido. ¿Qué hacer? Y allí estaba nuevamente el dolor. Hacía tiempo que sabía que su desesperación por encontrar a su ex marido no era solamente por recuperar a sus hijos. Lo quería todo. Quería a Danny devuelta en su vida. Y hervía de celos de saber que ahora estaba en brazos de un hombre, feliz, sin pensar en ella. Había hecho siempre las cosas equivocadas en su vida y ahora estaba pagando las consecuencias. Lo había perdido todo

 

* * *

 

Como cada madrugada, Danny sonreía entre sueños sintiendo como un brazo se envolvía en su cintura mientras otra mano le acariciaba los muslos. Unos besos se esparcieron por su espalda. Suavemente su cuello sintió pequeñas mordidas lo excitaban y un quejido bajo se escapó de sus labios

 

- Déjame dormir – dijo Danny
- Nadie te lo impide – dijo Steve bajando un poco el pantalón y dándole una suave mordida en los glúteos
- Steve – dijo Danny girándose
- ¿Qué? – dijo el ex Marine antes de meterse en la boca el miembro del rubio
- ¡Dios! – grito Danny abriendo los ojos de par en par
- ¡Y esto apenas empieza! – dijo Steve colocando las piernas de su pareja en sus hombros para meterle suavemente un dedo el trasero. – Relájate – le susurró al oído mientras le mordía el lóbulo de la oreja, ya que era la zona erógena del rubio – esto apenas comienza

 

Las manos de Danny se aferraron al cuello del ex teniente mientras se mordía los labios para no gritar. Las manos de Steve le sujetaron las caderas para sujetarlo a la cama mientras su boca envolvía la hombría del rubio. La lengua subía y bajaba por ese pedazo de carne llevándolo a la locura total, pero justo antes de llegar al clímax Steve se incorporó para mirarlo con una sonrisa lobuna.

 

- ¡No me dejaras así! – dijo Danny mirándolo molesto
- ¿Y cómo lo evitaras, mi niña mala? – dijo Steve con una sonrisa traviesa en los labios
- Niña mala ¿eh? – dijo Danny – abrazándose a su cuello y haciéndolo girar de tal manera que Danny quedo encima del moreno – ¿quieres ver que tan niña mala puedo llegar a ser?
- Muero por ver eso – dijo Steve sonriendo y viendo como Danny se situaba sobre él
- ¿Me estas desafiando? – dijo Danny con picardía antes de sentarse en la hombría del Marine arrancándole un grito de placer al ex comandante. Sin pensarlo dos veces empezó a moverse como si no hubiese un mañana – ¿así te gusta?
- ¡Danno! – repetía Steve con los ojos cerrados como si de un mantra se tratara mientras el otro se movía a su voluntad llevándolo a la locura

 

Dos gritos al unísono retumbaron en toda la habitación cuando el placer del clímax los golpeo al mismo tiempo, haciendo vibrar sus cuerpo a la vez y llevándolos a la gloria misma cuando Steve rego el interior de Danny con su semilla mientras este se descargaba entre ambos cuerpos
Unos labios besaron dulcemente los suyos trayendo su atención nuevamente a la habitación en la que estaban.

 

- Te amo – le dijo Steve sin separar sus labios de los suyos
- Una vida juntos y no me canso de escucharlo – dijo Danny cerrando los ojos al sentir como su cintura era nuevamente envuelta por el brazo de hombre que amaba
- ¿Cuándo vuelven los chicos? – dijo Steve besándole el cabello
- Grace dijo que serían tres o cuatro días si las cosas salían bien – dijo Danny acomodando su cabeza en el pecho del ex comandante – ya luego volverían con más tiempo
- Espero que las cosas salgan bien – dijo Steve acariciándole la espalda –, Grace estaba muy entusiasmada, aunque Charlie estaba reacio a ir
- Es igual de testarudo que tú – dijo Danny
- Mira quien habla – dijo Steve dándole una palmada en el trasero
- He notado que te encanta mi trasero – dijo Danny sonriendo
- ¿Qué te hace pensar eso? – dijo Steve agarrándole ambos glúteos y estrujándolos suavemente
- No sé – dijo besándolo nuevamente

 

* * *

 

El timbre sonó por tercera vez cuando Bruce se decidió a levantarse el mismo para abrir el mismo. Debía decirle a su madre que cambie el servicio por uno más efectivo. No era correcto que él, siendo quien era, tuviera que abrir la puerta. Después de todo por algo su padre era uno de los hombres más ricos de la isla. El timbre volvió a sonar

 

- ¡Maldición! – dijo Bruce levantándose para abrir – cuatro persona del servicio y nadie es capaz de abrir –. Tranquilos – dijo en voz alta –, no se preocupen. Yo iré. Parezco el mayordomo – susurro para sí mismo. Abrió la puerta – buenos días
- Hola – dijo con una sonrisa la joven mujer que estaba al otro lado de la puerta – ¿Esta es la casa de Rachel Edwards?
- Si – dijo Bruce –, pero ella no esta
- ¿Crees que… – dijo la chica y miro un momento al joven rubio que la acompañaba – la podemos esperar?
- ¿van a entrar para después matarme y sacarme todos mis órganos, y saquear la casa antes de irse? – dijo Bruce entre cerrando los ojos
- ¿Qué? – dijo el rubio sorprendido – ¡No! ¡Claro que no!
- Entonces pasen – dijo el joven cediéndoles el paso
- Es raro – escucho que el muchacho le susurraba a la joven pero no escucho la respuesta que la chica le dio, aunque sabía que lo hizo
- ¿Qué les ofrezco de tomar? – dijo Bruce
- Un té estará bien – dijo ella sonriendo – para mi
- Un café para mí – dijo el joven
- Angie – dijo en voz alta y segundos después entro una mujer de mediana edad – tráeme un té, un café y una soda para mi
- Enseguida joven – dijo yéndose
- ¿Y… que necesitan de mi mamá? – dijo Bruce – si se puede saber
- Es… personal – dijo el joven cuando ella se levantó para acercarse a los retratos que estaban a un lado de la sala
- Son mis hermanos mayores – dijo Bruce –. No los conozco pero mamá dicen que viven con su padre en algún lugar de Asia. No me importa. Total no los conozco
- Bruce – dijo Rachel entrando con unas bolsas –, ya llegue. Ven a ayudarme
- Tienes visita – dijo Buce
- Buenos días – dijo la joven con una sonrisa en su rostro
- Si – dijo ella sonriendo – ¿en que los puedo ayudar?
- Hace años, te prometí… que… a pesar… – dijo la joven – cuando fuera seguro para ti, te visitaría
- ¡Grace! – susurro la mujer – ¡Mi niña! ¡Mi amor! – decía Rachel entre risa y llantos mientras la abrazaba
- Hola – dijo está cerrando los ojos
- Por fin volviste – decía Rachel
- Te lo prometí – dijo Grace sonriendo
- ¡Steve! – dijo Rachel angustiado
- Papá sabe que estamos aquí – dijo Charlie
- ¡Charlie! – susurro sonriendo – ¡Mi Charlie!
- Hola – dijo este pero no se movió de su lugar
- Soy yo, mamá – dijo Rachel estirando sus brazos hacia él pero esto no se movió de su lugar
- Yo… – dijo Charlie – se quién eres, pero… lo siento, Danno es mi madre. Siempre lo ha sido
- Él es… – protesto Rachel
- La única madre que conozco – dijo el chico –. Y no importa lo que digas, no va cambiar. Si respetas eso, podremos conocernos – Rachel miro a Grace
- Si te es difícil – dijo ella –, lo entendemos. Volveremos otro día
- No – dijo Rachel nerviosa – yo… lo respetare
- Es Danno – dijo Charlie cuando su celular sonó – ahora vengo. Hola mamá – dijo con un tono de voz más cálido mientras se alejaba
- ¿Cómo estás? – dijo Rachel sentando al lado de Grace
- Bien – dijo ella sonriendo – hace poco termine la universidad. Charlie recién entrara este año
- Debe ser increíble tenerlo todo con solo chasquear los dedos – dijo Bruce
- No me quejo – dijo Grace sonriendo – mi papá no deja que nos falte nada
- Entiendo que Charlie llame así a Steve – dijo Rachel – ¿pero tú?
- Es como crecí viendo y llamándolo – dijo Grace –. Es mi papá. Y Danno mi mamá
- ¿Y yo? – dijo Rachel – ¿Qué soy?
- La mujer que más amo en el mundo – dijo Grace abrazándola
- Mamá dice que más rato le llames para coordinar – dijo Charlie regresando
- Ya me imagino donde están – dijo Grace sonriendo
- ¿Yacusi? – dijo Charlie
- Por la hora – dijo Grace – la entrada de tu recamara desde la playa. Mamá ama esa parte
- Graciosa – dijo Charlie irónicamente – me tendrá que comprar el deportivo que quiero si me entero que hacen eso
- ¿Otro? – dijo Grace sonriendo – los abuelos ya te dieron cuatro
- Claro lo dice a quién papá le regalo un helicóptero – protesto Charlie
- ¿Celoso? – dijo Grace
- ¿Tienes cuatro deportivos? – dijo Bruce – ¿y tú un helicóptero?
- Algún día iremos a pasear – dijo Charlie sonriendo

 

Sería un camino largo pero con paciencia algún día podría ser una gran familia

Notas finales:

Si llegaron hasta aqui... MIL GRACIAS

Nos vemos pronto


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