—basta...por favor ya no me golpees...duele...yo no queria decir eso...Ti..Tiziano y yo...no lo hemos hecho, solo hablamos hoy...me dijo que no eras malo...que...que no le harÃas daño a nadie— sus ojos comenzaban a doler, estaba por gritar por ayuda pero seria peor...querÃa calmarlo...quizas aun tenia esperanza en las palabras de su nuevo cuñado.
Jaló buscamente la pantaleta de Tsubaki hasta casi arrancarlo de sus piernas, con sus muñecas bien aseguradas sabÃa que no se defenderÃa...y oh! pobre de él si lo intentaba de igual forma.
Tomandole de los muslos separó sus piernas y las alzó.
-Tiziano es un idiota...el no tiene idea de lo que soy capaz...si tu supieras la cantidad de cadaveres a mis pies me tratarias con más respeto... Ni siquiera por que le salve el trasero a ti y a tu familia de ser asesinados por su estupido juego lo haces...-
Abrió su pantalón sacando su miembro ya erecto, habÃa estado asà desde que abrió el precioso kimono de su esposa...de su desagradecida esposa.
—Intente ser bueno contigo Tsubaki...hasta intente seducirte como un buen esposo— gruñia mientras se acercaba y empujaba dos dedos dentro del menor sin aviso alguno
Tsubaki temblaba ligeramente...se sentÃa avergonzado y humillado otra vez. Su mejilla ardia, y su entrada...se contraia al contacto con los dedos del chico.
Unas leves pulsaciones de dolor le alertaron...debÃa quedarse quieto, no querÃa que fuera tan cruel como antes, quizás no lo podrÃa aguantar...sintió como le tocaba con aquellos dedos largos y un tanto ásperos cierto lugar que provocaba una gran ola de placer...gimio juntando un poco sus piernas por simple reflejo...miraba a Daisuke un tanto excitado y sonrojado aunque no deseara admitirlo.
—Da...Daisuke...perdo...name...por favor...perdon...su...sueltame...no hare nada...solo...me duele...duelen...mis muñecas...— gemia y jadeaba sin poder dejar de mirar a aquellos gélidos ojos de su marido.
No voy a soltarte Tsubaki...ni siquiera aflojare el cinturón— le asegura sobre los labios mientras mete aquellos dedos hasta los nudillos en un fuerte movimiento.- No vas a salvarte de esta...no lo tolerare.
Estaba demasiado molesto para tener si quiera algo de compasión por Tsubaki, ninguna disculpa enmendarÃa el hecho de que le habÃa comparado con el bastardo de Tiziano, no arreglarÃa el hecho de que estaba tan interesado en ese supuesto "amigo" de la fiesta, un "perdón" no atenuarÃa su furia, no hasta que estuviera satisfecho de castigar a Tsubaki.
Sacó bruscamente sus dedos y sin dar tiempo de espera se colocó entre sus piernas, presionando su glande en la suave y ahora rojiza entrada del menor antes de entrar en un movimiento brusco, no entró completa obviamente, pero si lo suficiente para dar un escarmiento.
*no estaba preparado aún para poder tener sexo y menos de la forma en que Daisuke lo hacÃa.
Sus piernas temblaban al sintiendo como el miembro de su esposo entraba...aunque no hubiera sido todo, dolÃa un poco...sin embargo, su cuerpo reaccionó. Sus paredes se contraian, y soltaba unos gemidos, jadeando...sin duda que a una parte de el le gustaba todo eso...no podÃa negarlo.
Seguramente...no tardarÃa mucho en hacerse adicto a él, a Dasuke.
Sus ojos brillaban por el deseo y el placer que comenzaba a expandirse por todo su cuerpo...acercó su rostro hacia el del chico sin besarlo...sus mejillas estaban teñidas de un intenso color carmesÃ...aún en su piel se notaban las marcas del dia anterior...
Abrió sus labios, rozandolos contra los del mayor...gimiendo su nombre. Hacia eso para provocarlo? O era inconsciente...
Daisuke tuvo que detenerse para disfrutar del cuerpo de su amante, después de todo ya tenÃa un buen tiempo desde que habÃa tenido sexo con un chico y vaya que chico era Tsubaki.
Apretó los muslos contrarios los cuales obligaba a tener separados y alzados, enterró levemente sus uñas, deseaba dejar tantas marcas en su preciosa esposa que este no pudiera mostrar su cuerpo a nadie, no sin que este gritara "tengo un dueño" por si solo.
-Eres toda una puta...me estas apretando tanto, incluso más que la ultima vez.-jadea sobre los labios contrarios, lentamente empujando sus caderas para terminar de deslizarse adentro...y fue entonces cuando la dulce voz de Tsubaki llegó a sus oidos, llamándole, sintió un escalofrÃo recorrerle, casi desactivo cualquier vestigio de auto-control que el moreno tenÃa.
En ese momento terminó de entrar en el menor con un fuerte movimiento.- Tsubaki...incluso siendo violado tienes esa voz.-jadeó temblando de pura excitación mezclada con la ineludible rabia que aun sentÃa y comenzó a moverse, empujando el delicado cuerpo del chico contra la cama con cada embestida.
*Aquellos gemidos se habÃan convertido en gritos...Daisuke era tan bueno en el sexo, si que hacÃa sentir bien a Tsubaki aunque este lo negarÃa mas adelante.
No tardó en alcanzar ese punto que hacÃa enloquecer al menor, provocando que su miembro comenzara a humedecerse gradualmente, comenzando a soltar pre semen...*
—Da....ahh! Ahh...ah...mis.. muñecas, su...suelta...m...e ... quiero tocarte...también...—Se retorcia de placer, disfrutando de la mejor noche de su vida...que deseaba no acabara.
Jalaba de sus muñecas tratando de soltarlas y asà aferrarse al mayor pero solo conseguÃa hacerse daño por las marcas rojas que ya tenia de la noche anterior...aunque el dolor...solo lo excitaba.*
A pesar de la situación tan intima no querÃa confiar en las palabras de Tsubaki, además a pesar de todo aquello era un castigo para el rubio, aunque era obvio para el que lo estaba disfrutando, podÃa sentir que entre cada brutal embestida el miembro de su pequeña esposa se agitaba y le salpicaba el vientre con un poco de pre semen.
Subió una de sus manos y apretó las muñecas contrarias, como queriendo asegurar que el cinturón siguiera apretando sus muñecas, dejarÃa marcas tan prominentes que Tsubaki tendrÃa que mantener sus manos ocultas todo el dÃa siguiente, y solo la idea de tener al menor cubierto por completo de ojos ajenos le complacÃa enormemente.
-Si pides...las cosas correctamente puede que lo haga.- dice con la voz ronca por la excitación, levemente entrecortada por cada embestida que propinaba
—Daisuke...quiero...yo quiero...—
Estaba harto...necesitaba sus manos libres...entre tanto moverse para alejar a su marido logró soltarse...con la poca fuerza que tenÃa, empujó al mayor frente a sà para cambiar de posición, dejandole recostado...Tsubaki relamia sus labios a la vez que respiraba agitado, mirandolo.
Su miembro estaba levantado...era bastante grande...no le habia hecho probarlo...Rozó las puntas de los dedos sobre sus propios labios...mantenÃa la mirada fija sobre el miembro ajeno
—Se ve tan...delicioso...quiero probarlo...quiero probar lo que es mÃo...— Gateó sobre la cama para luego tomarlo entre sus manos, masturbandolo. Rozaba su mejilla y luego labios contra el...*
—Esta caliente...llena mi boca...es una orden...— DecÃa luego de meterlo en la misma lo mas que podÃa, humedeciendolo más*
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