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TAN GAY por STEREK141618

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STILES

Camino en la calle con mi outfit del día, no soy apasionado de la moda, pero... Trato de verme bien, sin ser anticuado, lo cual me resulta casi imposible. Porque en el fondo de mí, sé que podría ser experto en moda, pero no quiero caer en el cliché del chico gay delgado, que sabe todo acerca de ropa.

Y bueno, así que, me tenemos usando una pésima moda de hace cinco años. Porque trato de no usar lo actual, lo cual me hace retroceder, así que en cierto modo uso moda atrasada, y para evitarlo, la mezclo con otras cosas. En pocas palabras, todo un desastre.

—¡Hola Scott! —saludo con entusiasmo al verlo antes de entrar a la escuela.

—¡Hola...! —Y se detiene a escanearme de pies a cabeza —¿Qué? —pregunto extrañado.

—¡Que te vestiste horrible! —Y se ríe.

—No mames. —Lo empujo para poder seguir caminando con una mochila colgada de un hombro, que ahora que lo pienso... Luce como un bolso. Pero no muy femenino. Y según yo lucía como una bolsa deportiva.

Pongo mi credencial en el identificador, bueno, no es mi credencial exactamente. Que bien que el policía no está aquí en este momento. Sigo adelante. Tengo expresión seria mientras camino en el campus, dejando a mi amigo muy atrás de lo rápido que voy.

—¡Lindo trasero! —grita Scott a lo lejos. Quizá no debí traer estos Shorts short...

Se coloca a un lado de mí después de correr.

—¿Sabes que te falta? —pregunta muy cerca de mí, con las manos en los tirantes.

—¿Qué?

—Unos tacones.

Me detengo y nos vemos de frente.

—Está bien que sea gay. Y que me vista un poco raro. Y que luzca medio femenino. Y que ame y admire a Yanis Marshall, pero no voy a salir en la calle con tacones porque no es mi estilo, ni pretendo lucir como una mujer.

—Tienes rímel en el parpado... —acota él señalando mi ojo con gesto serio.

—¿El derecho verdad? Sabía que me había puesto un poco más ahí. —Sí.

—Pero de cualquier modo no usaré tacones... Aún. Y si los uso, me dejaría la barba crecer.

—¿Algo así como Conchita Wurts? En serio Stiles, no sé porque te cuesta tanto trabajo ponerte algo, que no luzca así. —Señala todo mi cuerpo con los brazos.

Me veo en el reflejo de una gran ventana. Sí, luzco muy  pasiva, pero... Muy mal vestida. Bueno, todas… ¿No?

Tengo unos zapatos negros. Unas calcetas hasta la pantorrilla color azul marino. Unos shorts arriba del medio muslo. Y una playera blanca con azul que me llega a la mitad del short, su estampado es de un coche, una figura verde que representa una escultura griega, un montón de puntos negros, y las letras... “This Is The New Speed”. ¡Oh por Dios! En qué momento pensé que era linda playera, bueno, todo se bien cuando lo ves en los modelos de las revistas y catálogos.

—Veme a mí —dice él con los brazos aún abiertos.

Le veo. Luce demasiado casual... Camisa de lana roja con azul. Pantalón negro una talla más grande. Y unos Vans.

—Pues ya estoy aquí, no regresaré a mi casa para ponerme algo que es “socialmente correcto” y tampoco me voy a detener sólo por la opinión de la gente. —Sigo caminando. Qué hipócrita comentario.

—Hablando de eso, ¿Cómo crees que reaccione Derek? —pregunta a mis espaldas.

—¿Qué tiene él? —Me detengo otra vez.

—Verá tus piernas, blancas y lampiñas, esos jugosos muslos y tu lindo trasero. —Se ríe.

—Pues espero que le guste. —Me rio con sorna.

—Yo creo que le va a gustar demasiado. —Me sigue por las escaleras de emergencia en camino hacia nuestro salón.

—Y que me agarré el culo con fuerza ¿no? Eso sería excitante —lo digo con un tono entre broma y realidad. Vuelvo a reír.

—Bueno, después de lo del gimnasio y lo de la semana pasado, estoy más que seguro.

—¡Shhh! ¡No lo digas en voz alta!

Scott y yo volteamos a ver arriba por un ruido nos ha tomado por sorpresa. Derek está en el último rellano de la escalera, viéndonos un poco sorprendido. Pero se relaja de repente. —Hola Stiles —sonríe. Y saluda con el teléfono en la mano, tiene un suéter colgando del antebrazo.

Scott me da un golpe ligero con el codo en las costillas.

Yo lo veo desde abajo, en el primer rellano de tres. También le sonrío. —Hola Derek. —No puedo dejar de verlo, mis pies parecen pegados al suelo, mis mejillas se sienten un poco más tibias.

 

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NARRADOR

Aquel día en el que Stiles no había tenido tiempo de desayunar, decidió -antes de irse a la escuela- que debería llevar un poco de comida extra, en específico frutas, para tener más vitaminas en el cuerpo.

El fin de semana se acaba de pintar el cabello de color rosa, algo no muy fuerte, era claro, pero no tan claro como quería. El lunes no hubo clases, era martes. Se atrevería por fin a salir con el cabello color rosa a la calle. Se vio en el espejo, esta vez no se miraba tan mal. Usaba unos zapatos negros, un pantalón de gabardina color mamey, y una camisa sin mangas de color azul cielo de cuadros, con blanco. Oh, y una mochila de mano, color beige.

Ese día hacía mucho calor. Algo un poco raro, ya que siempre el clima era templado tirando más a fresco en algunas épocas del año. Pero casi siempre algo, neutral. Ese no era un día común.

Cuando entró al salón de clase, ya era tarde, por una hora. Por tratar de no verse tan ridículo llegó con tiempo de retraso, lo primero que vio al entrar al salón es que no había nadie, sólo el chico de ojos verdes parado en medio del salón. Mordiendo una manzana, con fuerza. Se escuchó el sonido de la fruta siendo partida; el jugo escurría por los labios rosados del joven. Cuando el chico se dio cuenta de que alguien le estaba viendo, levantó la cabeza de modo que un mechón despegó de su frente hacia su cabello medio peinado. Sus ojos se veían más verdes, o era el sol del día en conjunto con el brillo de su cara. O su ropa, siendo quizá demasiado informal. Un pantalón de color negro un poco guango, para sus grandes piernas, tenis sucios blancos, y una remera verde olivo una talla menor a la suya, sin mangas.

Stiles se quedó como tonto en la puerta.

—Hola Stiles —dijo Derek con un tono serio.

El castaño tragó saliva, y re-acomodo su mochila en su mano con un movimiento.

—Hola Derek —saludó, sonrió enseñando los dientes blancos, muy blancos.

“Ojalá que no noté que tengo un labial claro para resaltar ligeramente el tono natural de mis labios, que no note la máscara de pestañas, ni el ligero iluminador de tonos durazno sobre el rubor de mis mejillas y que no noté que mis piernas tiemblan al caminar”

 

Se  dijo     el         chico,            puso  las       cosas en       la        banca          en       que    se      sienta habitualmente.

—¿Dónde están todos? —pregunto Stiles con un tono de voz un poco más formal.

“Después de sonreír casi como un tonto, Stiles en serio”

—Acaban de irse a la Sala de Conferencias —dice Derek, su tono se hace todavía un poco más profundo.

—Tengo hambre. —Decidió sacar un plátano de su mochila. ¿Qué podría salir mal?

Le dio un par de mordidas a espaldas de Derek, sin estar preocupado. Ya llevaba la mitad, comenzó a caminar, para irse hacia la Sala. Mientras caminaba lento se dio cuenta que Derek le seguía, y le miraba, y se movía, como un depredador.

Stiles se detuvo, sólo una fila de bancas les separaba.

—Mmm... —expresó el castaño, con el bolo en la boca—. ¿Quieres plátano? —preguntó acercando la fruta a la cara del otro, sólo un poco. Pero Derek no hacía ni decía nada—. ¿No?

Stiles siguió dando pasos dándose cuenta de que el chico de ojos verdes actuaba raro. Se acercó al bote de basura, justo un poco antes de la puerta del salón. Stiles tiró la cascara de plátano. Se dio la vuelta y Derek ya tenía un brazo recargado en la pared.

—¿Qué haces? —dijo Stiles con un tono de voz en modo reclamo pero, inseguro. Empujó el brazo del chico, con sus dos manos, pero no le movió ni un poco.

Derek no dijo nada. Stiles ni siquiera podía verle a la cara de la vergüenza, no quería que viera su maquillaje, ni que oliera sus reclamos con aroma a plátano, ni su cabello rosa, ni su comienzo de sonrojo, ni nada de él. Sin verle a la cara puso la vista al lado opuesto, pera ya los dos brazos de Derek le aprisionaban contra la pared.

Derek tenía los ojos serios, la piel brillante de sudor, un olor natural y suave dulce, el mechón rebelde sobre la frente de nuevo, el cuerpo firme, y su presa adelante; se acercaba lentamente. Stiles no miraba nada más allá del suelo, se sentía cada vez el otro humano más cerca.

Notas finales:

ACTUALIZACIÓN: Domingo, 4 de Marzo del 2018.


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