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Curando Un Corazon por Jessie Inuzuka

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El rubio trataba de relajarse lo mas que podía. Tenia frente a el, en la pequeña mesa de centro de aquella habitación de hospital, un enorme cerro de libros, artículos y procedimientos médicos sobre el caso que estaba llevando. 

 

Estaba decido a lograr con éxito el caso. Mas que nada como una especie de reto profesional, o al menos eso era lo que trataba de creer y auto convencerse. Evitaba al máximo tener cualquier contacto visual u físico con su paciente, no sabia el por que, pero este lograba ponerlo de nervios. 

 

-¿Cual es la instrucción de esta noche?.- Dejo el enorme libro de medicina aun lado.  -Corroborar reflejos, veamos.- 

 

Llego hasta la camilla, tomo su pequeña lampara, al abrir el párpado del moreno, alumbrando la pupila de este tratando de encontrar algún movimiento ocular. 

 

-No hay reflejo.- Miraba los ojos del chico, aquellos ojos que aunque inertes, mostraban un gran temor reflejados en ellos, como si hubieran visto la muerte frente a ellos. 

 

No se había percatado de la lesión en la frente del moreno. Aquella era una enorme quemadura por pólvora. Cuando reviso el ojo izquierdo miro que este estaba morado, producto de un fuerte golpe. No pudo ver bien por culpa del respirador, pero estaba seguro que los labios del chico estaban reventados, como si estos hubieran recibido fuertes golpes. 

 

-Dios mío.- El rubio se sorprendió. Miro con temor y lastima el demacrado rostro del chico. -Hay muchas cosas que omitimos por la urgencia, ¿Por que no han atendido estas heridas?. Alguien esta en muchos problemas.- 

 

Molesto se disponía a salir de la habitación, para reclamar el por que las heridas menores no habían sido atendidas. Pero se detuvo. 

 

-Supongo que puedo hacerlo yo.- Bajo los hombros. -Normalmente no lo hago, pero que mas da. Suertudo.- Se dirigio al chico dormido. 

 

Y así lo hizo, cubrió con una gasa aquella herida de rozon de bala. Conforme fue bajando por el pecho del chico descubrió, cortes y heridas que vendo con suma delicadeza. No pudo evitar entrar en contacto con aquel flamante abdomen, el solo rozar esa candente piel morena, desato en el una descarga eléctrica. 

 

No quería admitirlo, pero muchas veces había fantaseado con tocar un cuerpo tan perfecto como este.  Así que por cinco segundos se dio el lujo de deslizar por un costado la palma de su mano, sintiendo aquel firme abdomen. Estaba completamente embobado, había dejado de lado su actividad medica para deleitarse de aquel Olimpo. 

 

-¿Que estoy haciendo?.- Reacciono dando un paso hacia atrás. -Este chico es un paciente.-  Tallo sus ojos con desesperaron y sintió vergüenza. 

 

Termino de atender las heridas. Siguiendo con las pruebas froto las plantas de los pies del moreno, tratando de causar cosquillas, seguido de deslizar un pequeño palillo por la pierna de este. El chico tenia unas piernas increíbles, quizá las de un futbolista. Eso le recordó la platica que había tenido con su amigo Sai. 

 

-Nada aun. Eso es de cierta forma es bueno. Tendremos que dejar al paciente en este estado un tiempo mas.- Hizo sus anotaciones. 

 

Miro directamente al rostro del castaño. Mirándolo bien, aquel chico no parecía un tipo problemas, mas bien parecía un joven, con un estilo de vida juvenil, una vida alocada y divertida. Una vida sin preocupaciones , parecía que el paciente sabia lo que era vivir una vida plenamente satisfactoria, sexo, drogas, alcohol. Todo aquello que Naruto nunca pudo conocer, y de lo que se perdió durante toda la facultad. 

 

-Sabes me gustaría saber que te paso.- Dejando de lado sus prejuicio comenzó a hablar con el chico, que sabia que no lo escuchaba, mas bien hablaba con sigo mismo.  

 

-Al principio pensé que eras un delincuente, un chico recién salido del reformatorio, un vago por así decirlo, sin futuro y esperanza.- Decía aquello sin temor, por que sabia que no podía escucharlo. 

 

-Nunca me han agradado los de tu tipo. ¿Que se creen?. Que pueden andar por el mundo deslindando de todo tipo de responsabilidad, causando problemas. Sobreviviendo solo por ser tremendamente sexys, cargando con esos increíbles y perfectos cuerpos.- 

 

Naruto decía aquello de cierta forma irritado. Como su estuviera reclamándole algo al paciente.  

 

-Sorprendentemente les funciona muy bien. Son la sensación de la clase. Todas las chicas quieren con ustedes, y los chicos también. Lo tienen todo a sus pies, sin el menor esfuerzo. Eso debe de ser muy bonito, ¿No?.- 

 

La respuesta que esperaba nunca llego. Solo el sonido del respirador evitaba que el profundo silencio de la madrugada inundara aquella habitación. 

 

-Pero no todo es felicidad. En el mejor de los casos, solo juegan con las ilusiones de alguien y le rompen el corazón. En el peor de los casos, bueno mírate, como te encuentras.- 

-Solo espero que lo que te ha pasado no este relacionado, con tu evidente pinta de niño sexy malo.- 

 

Naruto estaba perdiendo el control en verdad estaba, ¿peleando con un paciente en coma?. Lo siguiente que vino a la mente del rubio fue, ¿Por que?. Acaso estaba molesto por que lo, ¿Obligaban a estar ahí?. O se trataba de algo mas. El rubio lo sabia, pero trataba de convencerse de que era por lo primero. 

 

Pero incluso a Naruto, el remordimiento de haberle casi gritado aquello a un chico al borde de la muerte le gano. Y aunque sabia que no lo escuchaba decido disculparse con el, o mas bien con sigo mismo. 

 

-Perdón, no fu mi intención decir aquello.-  Levanto la vista al techo.  -Jure que aquello era un punto y aparte en mi vida.- Se burlo con melancolía. 

 

-Veras, hace tiempo, bastante tiempo, diría yo. Solía salir con un chico, el fui my primer y único amor en esta vida.-   Aquello dicho por un joven como Naruto se escuchaba mal.  

 

-Me enamore perdidamente de el. Fueron años los que lo acose desde la oscuridad, sin que el se diera cuenta. Yo no existía para el, y era lógico, el era el chico mas guapo y popular de la escuela secundaria.- 

 

Naruto recordó, aquellos días. Escondió detrás de un pilar, con marcadas manchas rojas en sus mejillas, miraba al chico rodeado de mujeres por los pasillos de la escuela. Suspiro solo de pensar en ello. 

 

-Yo solo era un crío, sin experiencia e inocente y un idiota, claro. Justo cuando creí que, solo seria su admirador secreto por toda la vida, sucedió. El me llamo por mi nombre, se acerco a mi. Y frente a todas esas chicas que le seguían el paso.- Hizo una pausa, con melancolía.  -Me beso, y después desapareció.- 

 

-Aquel fue el momento mas vergonzoso y emocionante de mi vida.- Sonrío de lado.  -Fue quiza el mejor año de mi vida. Pasar todos esos días a su lado. Momentos inolvidables que jamas olvidare. El chico mas lindo era mío y solo mío.- 

-Para besarlo, salir con el, que me llevara a casa. Un típico amor de adolescentes. Y por supuesto todo era maravilloso e increíble, demasiado bueno para ser verdad. Desafortunadamente todo lo bueno tiene un fin, y ese día llego.-

 

Sin darse cuneta, en aquella soledad, que el creo estaba. Naruto se estaba dejando llevar, estaba prácticamente hablado con sigo mismo. Como si esa fuera una charla que tenia pendiente con su ser. Pero no estaba solo del todo. Sabia que que chico, estaba presente, pero que no podía escucharle. Y eso le satisfacía algo que jamas se atrio hacer. Contárselo a alguien mas. 

 

Aquello era como des-ahogarse, sacar esos sentimientos que mas pudo. Era como hablar con un amigo, no podía explicar aquello. Se sentía patético por hacer aquello. Pero estaba conviniese de que había iniciado algo que no podía terminar, aquella sensación de bienestar que sentía al llevar esa platica, lo obligaría no parar. 

 

Notas finales:

Lamento haber dejado de lado la historia, tratare de ecribir mas seguido, gracias por leer.


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