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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

Un poco corto pero importante :)

(Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Alan Ituriel).

Flug llegó a su laboratorio. De manera tambaleante bajó las escaleras metálicas y se quedó quieto al observar la habitación. El enorme laboratorio estaba hecho un desastre, todas las puertecillas de los muebles y los gabinetes estaban abiertos e incluso algunos tirados en el suelo; un sinfín de botellas fuera de su lugar, algunas rotas y otras derribadas. El sitio parecía haber sido víctima de vándalos, circunstancia que sabía perfectamente que sería imposible dentro de esa mansión, entonces ¿Qué ocurrió?. Caminó por el sitio sin saber qué hacer, era un hecho que debía limpiar pero no tenía idea por donde comenzar, era un asco. Algo detuvo sus pasos enredándose en su pie, provocando que casi cayera, tuvo que sostenerse de una mesa para evitarlo. Al principio le pareció que se trataba de algún trapo de color negro pero al observarlo mejor se dio cuenta que se trataba del saco de Black Hat. Cayó en la cuenta de que esa mañana al despertar no lo tenía puesto, aunque en el desayuno si, podía suponer que el demonio debía tener cientos de ellos idénticos a ese pero ¿Por qué estaba ahí?. Llevó la prenda al único estante limpio en todo el sitio y se dispuso a recoger.

 

En su oficina Black Hat caminaba en círculos por el lugar. Su potente energía oscura había causado muchos estragos en el sitio, haciendo desprenderse el tapiz de los muros y a la alfombra chamuscarse. No lograba tranquilizarse, intentaba tomar el control de sí mismo pero había una revolución de emociones dentro de él que chocaba con todos sus principios y no era capaz de apaciguarla. Pensaba únicamente en el doctor, en todas las ganas que tenía de que supiera lo que sentía sin herir su propio orgullo, aunque ya había aceptado sus sentimientos por completo no sabía cómo manejar un enamoramiento, no sabía si era normal esa necesidad de sentirse correspondido o si solo era un simple capricho suyo, tampoco quería tener que confesarlo en vista de que pudo notar claramente como las palabras no pasaban de su garganta cuando estaba frente a él, si intentaba declararse era posible que terminara matándolo en su lugar. Lo de la noche anterior y la insistencia de Flug por saberlo lo estaban atormentando, el amor sí que podía ser malvado a veces.

 

Se recargó cabizbajo sobre el escritorio, tomando fuerzas para domar sus demonios internos. Tenía que actuar, sin duda necesitaba pararse firme frente al científico y hacerle saber lo que se hallaba en su interior sin hacerle daño, pero sin una certeza, sin seguridad o confort, aquel sentimiento de amor ahora era tan frágil como el papel y su corazón tan oscuro y corrosivo que podría destruirlo todo fácilmente.

 

En la gran sala de la mansión 5.0.5., estaba sentado sobre la oscura alfombra apoyado sobre la pequeña mesa de centro dibujando con sus crayones, un gran montón de hojas en blanco y algunas coloreadas se encontraban esparcidas por el suelo y los sillones. El gran oso dibujaba contento, en su mirada brillaba la inspiración, terminaba un dibujo, lo agrupaba con el resto, tomaba una hoja en blanco y después de un pequeño descanso para pensar seguía dibujando. Tras él, Demencia se encontraba dormida sobre el sofá, finalmente apacible, el experimento había batallado bastante para ayudarla a desvanecer sus malestares y al fin logró que descansara. El día había sido bastante duro desde la mañana y tenía algunas horas sin ver a su científico loco, podía suponer que estaba arreglando el terrible desastre que su amargado jefe había provocado en su afán de salvarlo, sentía una leve preocupación por eso, temía que el doctor acrecentara su molestia con el demonio por aquel desorden, pero el osito estaba seguro que con lo que estaba preparando le ayudaría bastante a comprender y perdonarle. Los conocía bien a ambos, Black Hat era demasiado orgulloso como para tomar la iniciativa y arreglar el problema, cualquiera que fuese, pero Flug era comprensivo, no entendía el motivo de la molestia de ninguno pero si el doctor daba el primer paso todo estaría bien nuevamente.

 

Momentos después el experimento terminó su obra maestra y tomando el bonche de hojas se dirigió rápidamente hasta el laboratorio. Al llegar dio un empujón a la puerta y entró tímidamente encontrándose con el científico recogiendo los últimos restos del desastre que encontró.

 

-5.0.5., ¿Qué te trae por aquí pequeñin?- Preguntó dulcemente, su rostro reflejaba cansancio pero aun así le sonreía intentando ocultarlo.

 

El oso se acercó entregándole las hojas coloreadas, el doctor dejó la bolsa con vidrios rotos que cargaba y recibió el obsequio. Su expresión cambió rápidamente, sus ojos se llenaron de sorpresa y sus mejillas se colorearon de rosado. Ojeó cada página con un semblante cada vez más avergonzado, se trataba de las típicas tiernas obras de arte a crayón que su experimento realizaba con frecuencia pero la temática de esas en especial lo descolocaba por completo, varios de aquellos dibujos eran de Black Hat y él besándose en el laboratorio, eso le hizo recordar el saco que encontró horas atrás.

 

-¿Qué es esto?- Preguntó insistente. Sin lugar a dudas 5.0.5. presenció lo que sucedió la noche anterior y aunque desde el principio había descartado la idea de preguntárselo porque evidentemente no podía decírselo, ahora había encontrado una excelente forma en que el experimento podía contárselo.

 

El oso azul tomó los dibujos y los puso sobre una mesa, tomo uno y se lo mostró, era Demencia y Flug bebiendo de una botella. Al ver esa imagen el científico al fin pudo recordar un detalle importante; Demencia le había ofrecido la bebida de esa noche. De ese modo el oso fue colocando cada dibujo como una secuencia y el doctor iba comprendiéndolo todo. Un dibujo de la botella del veneno de Black Hat, otro con el antídoto del veneno y un vergonzoso dibujo de ambos besándose sobre una mesa con Flug atrapando al demonio con ambas piernas, fueron la clave para entender el mensaje. De este modo podía suponer que su jefe lo había salvado de esa forma tan bochornosa y llevado a su habitación a dormir, ahora era muy evidente el motivo por el cual había evitado tocar el tema. El malévolo Lord Black Hat lo salvó dándole el antídoto del veneno con sus propios labios, por supuesto que jamás se lo diría. Ahora se sentía un idiota.

 

El doctor corrió a esculcar los gabinetes de su laboratorio sacando un frasco nuevo con un corcho, bajó un pesado y grueso frasco de una estantería y con un embudo lo sirvió en el otro, dejó caer un par de gotas de otro líquido y lo agitó. 5.0.5. lo vio hacer todo aquello de una manera desesperada y después salir del laboratorio sin decir nada, no estaba seguro de lo que había sucedido, sus bellos dibujos los había creado con la intención de revivir un momento que él mismo había considerado lindo, no tenía idea de que en realidad le había dado conocimiento de lo sucedido al científico.

 

Flug corrió por la mansión, tenía que apresurarse a remediar todo, creyó ser insignificante y eso sin duda le había dolido, pero ahora sabía la verdad y eso le había hecho ver que solo había cometido un error, que había metido en un embrollo emocional a su salvador. En segundos se debatía si era correcto lo que iba a hacer, quizá no era tan importante, pero algo le hacía sentir que no podía dejar que se rompiera ese lazo que había formado, un lazo que sin lugar a dudas ya no tenía nada de laboral, pero ese no era el momento de ponerle un nombre a esa situación.

 

Sin delicadeza abrió de par en par las puertas de entrada a la oficina de Black Hat. El demonio que hacía pocos minutos había logrado dominarse a sí mismo, se exaltó por completo ante la acción.

 

-¡¿Qué es lo que esta…?!- Intentó preguntar, pero frenó sus palabras al notar que quien había entrado en el lugar era la razón de sus problemas.

 

-¡Perdóneme señor Black Hat!- Se disculpó rápidamente agachando la cabeza, lo que hacía era casi como una reverencia. El del sombrero solo lo miró con desconcierto. –Sé que no quiere verme ahora, pero necesito hablarle.- Inició, se enderezó y lo miró a los ojos con firmeza. –Ya se lo que sucedió anoche-.

 

Black lo miró sorprendido, su rostro se mostró avergonzado, sin embargo permaneció expectante a lo que el científico pudiese decir, no se veía molesto ni siquiera abochornado, estaba seguro que debía escuchar el resto de su discurso.

 

-Quiero agradecerle.- Continuó el científico. –Entiendo lo vergonzoso que fue lo que tuvo que hacer para salvarme, no debí malinterpretarlo, fue un error.- Desvió la mirada y se rascó la nuca con nerviosismo. –Fue una tontería pensar que se involucraría de esa manera conmigo, no intenté pensar en nada diferente y solo lo metí en un problema. Espero pueda aceptar mis disculpas, Lord Black Hat.- Finalizó y extendió la botella de cristal que había traído del laboratorio, se trataba de otro preparado del veneno que tanto le gustaba beber al demonio.

 

El demonio lo miró con desconcierto y tomó la botella, la realidad era que ese frasco era lo que menos quería ver en ese momento, evitaría tomarlo por un largo tiempo, pero aun así lo aceptó. Inevitablemente una sensación de acongojo lo invadió, por más vergonzoso que hubiera sido, esperaba que el doctor ya supiera toda la verdad de la noche anterior, era un hecho que el científico se sentía insignificante a su lado y no podía encontrar la manera de decirle que no era así. Maldijo mil veces su propia reputación, si no fuese por la imagen que durante tantos años había vendido de él mismo, ahora no tendría tantos problemas para expresar un sentimiento que por obligación debía considerar repugnante. Deseaba que supiera todo y de ese modo le ahorrara tanta frustración.

 

Black Hat dejó la botella sobre su escritorio, se deshizo lo más que pudo de su orgullo, tomó con ambas manos el rostro Flug y lo hizo acercarse y mirarlo directamente. El científico no podía entender nada, solo podía ver una extraña expresión de aflicción en el contrario, sentía al mismo tiempo sus manos temblar y la extraña cercanía lo hizo empezar a avergonzarse. Por otra parte aquella imagen tierna de un joven de ojos esmeralda retocado con un tenue rubor era arte puro para el demonio, le habría encantado tener un poco más de valor, pero siendo más que suficiente por el momento lo atrajo hacia él en un cálido abrazo, cerró los ojos respirando su dulce aroma, acarició su suave cabellera desprendiendo el cordón que la ataba y suspiró tranquilo.

 

Flug estaba estupefacto, no podía creer lo que ocurría, ni tampoco entender lo que sentía ante aquella extraña acción. Tembloroso y sin saber porque, correspondió el sorpresivo abrazo apegándose más al cálido cuerpo de su jefe apretando con nerviosismo su saco. La leve diferencia de altura lo hacía esconder su rostro en el hombro del demonio, acurrucándose. Una sensación de paz lo invadió, una absoluta calidez y su corazón palpitó con fuerza, no lo entendía pero se sentía bien ¿Qué era lo que pasaba? ¿Qué era lo que estaba sintiendo?.

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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