Noel
25 de Marzo
No muchas personas lo saben pero entre todos los humanos del mundo viven ángeles y demonios.
Los humanos no son capaces de reconocerlos, pero si los ven, les hablan y en muchos casos son buenos amigos, pes los ángeles y los demonios parecen humanos en todos los sentidos: Comen como humanos, viven como humanos, practican deportes, ríen… duermen… y algunos pueden llegar a amar.
A pesar de que os ángeles y demonios son superiores en muchos aspectos, conviven con los humanos, convirtiéndose en lo que ellos necesiten a su lado: un amigo, un aliado, un hermano, una pareja… y esto es porque cuando los humanos mueren, según sus acciones se convierten en ángeles o demonios, por esto todos buscan “hacer” más pobladores. Los ángeles y demonios aconsejan a los humanos para que estos puedan tomar decisiones, pero nunca les dicen que es lo que deben hacer, son los propios humanos quienes se encargan de esto, convirtiéndose, básicamente en sus guardianes.
En este mundo solo existen 2 reglas tanto para ángeles como para demonios.
1. Las relaciones entre ángel – demonio están prohibidas.
2. No es factible que alguno de estos seres procree con un humano.
ÁNGELES
A diferencia de lo que todos piensan los ángeles no solo son seres llenos de amor y bondad, también pueden sentir ira, orgullo, tristeza, miedo, vergüenza, pueden mentir, pueden odiar, pueden sentir deseo. Pero todos sus sentimientos son más entregados, llegando al grado de que con el paso del tiempo no cambien.
Los ángeles tienen esencia, o también llamado naturaleza.
No se rigen por ella pues no es como si los controlara, solo refleja la mejor parte de ellos, en lo que eres mejor, lo que más respetaste en vida. Aunque si el ángel siente o hace algo que va en contra de eso no solo afecta su cuerpo, también los convierte en “caídos” y esto les impide volver a tener protegidos. Cuando siguen corrompiendo su esencia terminan convirtiéndose en demonios. Y estas realmente son difíciles de mantener debido a que todos sus sentimientos, al ser entregados en su totalidad, llega a sobrepasar su naturaleza.
Son poseedores de grandes alas blancas, llenas de plumas suaves y cálidas que proporcionan un sentido de protección bastante fuerte.
DEMONIOS
Estos seres si son muy parecidos a como los pintan, son despiadados y en la mayoría de las veces pueden mantener con mayor facilidad sus esencias porque son más deseos carnales o materiales, por ello muy pocas veces logran contradecirlos y estos casos solo se dan cuando entregan sus verdaderos sentimientos, ya que les impide complacer sus instintos y deseos.
Ellos tienen grandes alas negras, hechas de piel y cartílagos y son muy parecidas a las de los murciélagos; son fuertes, rígidas y con textura un tanto rasposa.
Ellos te dan confianza, te ayudan a entender lo que quieres, por ello son más seguidos que los ángeles, a pesar de ser más traicioneros debido a la forma en que guían y se basan sus acciones. Aunque, de vez en cuando existe alguno que no lo hace y muestra quien es en realidad.
HUMANOS
Estos son tal y como los conocemos, de vidas cortas que se guían de impulsos y emociones, son seres que no tienen nada que perder para poder disfrutar sus vidas mortales, tienen necesidades que satisfacer, órganos que alimentar, metas que alcanzar, sueños en los cuales distraerse…
Sin embargo son creaturas muy frágiles, por ello es que necesitan de un ser más fuerte que ellos que esté a su lado, por ello es muy inusual que los humanos no sepan si están frente a un demonio o un ángel, y no porqué lo reconozca como tal, sino porqué él se presenta como tal, así es el “protocolo”. La única razón de que el humano desconozca estas naturalezas es cuando hacen amistad por gusto y no por trabajo.
Mi nombre es Noel Carter, tengo 26 años y soy un ángel.
Hoy voy a comenzar a contarte la historia de cómo mi vida fue alterada por demonios y como me convertí en un caído.
Voy a empezar con un poco de mi vida. Espero no aburrirte. El caos vendrá después, lo prometo, pero primero quiero que me conozcas.
Mi esencia era la pureza. Aquella esencia más difícil de mantener y cuidar.
Como ya te había contado, los humanos vuelven a nacer cuando mueren, pero ese no es el caso con los ángeles de pureza, pues estos reflejan pureza de cuerpo, mente, emociones, pensamientos, de ver puros al resto de las personas y a la vida en sí.
Estos solo pueden existir de dos formas:
La primera es que un niño de entre 3 y 4 años muera en un accidente automovilístico, de una muerte natural o por alguna enfermedad grave o terminal hahahaha lo sé, demasiado especifico pero solo con esa edad y con esa clase de fallecimiento es más difícil que los niños pierdan o se dañe esa inocencia tan linda que todos adoran.
La otra es que nazcan como ángeles originales. Así es como se llama a los ángeles que nacen desde cero siendo ángeles, sin pasar por el “proceso” de humano – ángel. Y de estos últimos soy yo.
Nací con la apariencia que tengo ahora, y toda mi vida he tenido 26 años, sin embargo tengo la inocencia de un niño de 9.
Soy alto, mido alrededor de 1.80 metros, mi cabello es color café obscuro, muy parecido al color del chocolate y lo uso un tanto largo, apenas lo suficiente para que tape mi frente y mis orejas, aunque de atrás es lo suficientemente corto para dejar entrever la piel de mi cabeza. Mi piel es de un blanco muy pálido y mis ojos de un azul claro aunque también son un tanto pequeños al igual que mi nariz, mis labios son delgados y finos aunque no por eso dejan de ser carnosos. Todas mis facciones son finas y mi cuerpo es esbelto.
Como ángel mis ojos aumentan su tonalidad e incluso, algunas veces, pueden llegar a brillar y ser un tanto hipnóticos y mis alas… mis alas son tan grandes que la punta de ellas arrastra en el suelo cuando camino, aunque es muy raro que las muestre y aún más que las utilice.
Normalmente uso suéteres o playeras que quedan folojos o un poco grandes en mi figura y llevo una vida normalmente despreocupada.
Salgo a caminar todas las mañanas muy temprano y antes de que obscuresca. Hay ocasiones en que corro un poco, aunque no es muy común. Suelo ir a parques para no desentonar demasiado hahahaha aunque ahora ya es una costumbre que disfruto mucho; y dos veces a la semana voy a una piscina.
Trabajo en una panadería, realmente me encanta mi trabajo, hacer cosas dulces y deliciosas que la gente disfruta no tiene igual, a pesar de que yo solo ayudo un poco en la preparación y en los decorados es algo que realmente me encanta hacer, ver el proceso, dar forma al pan dulce y el olo tan delicioso que desprende…
Aunque parezca que mi vida es monótona, la verdad es que solo esas cuatro cosas se repiten en mi vida, debido a que soy un ángel no necesito dormir ni comer, aunque no voy a mentir, hacerlo es demasiado placentero. Otra cosa humana que adoro y es digna de nombrar son las duchas, ese momento en que el agua tibia recorre todo tu cuerpo, como las gotitas golpean en tu rostro, hace que te sientas lleno de vida, te relaja… tomar duchas es lo mejor del mundo.
Vivo en un pueblo un tanto olvidado, llamado Ainokura y se ubica en la región de Gokayama. Es pequeño y tiene mucha vegetación, aunque poca población.*
Mi casa es de dos pisos, pintada de color beige, con molduras y tejas de color rojo ladrillo.
Tiene un balcón que sale de la ventana de mi habitación, tiene barrotes tallados en cantera y piso en tono verde obscuro con decoraciones blancas, igual que el resto de la casa.
Las paredes y los sillones sond e color blanco, mientras que el resto de los muebles de un color café chocolate intenso.
Tiene muchos ventanales y está rodeada por un pequeño jardín, con césped y un árbol de cerezo.
La verdad me gusta mucho mi casa.
Debido a la escasa población que hay, os humanos y los demonios abunan, mientras que los ángeles somos 7, lo sé, superados en número, pues aproximadamente la mitad de los pobladores son humanos y el resto demonios. Esta es otra razón de porque los ángeles no solemos trabajar mucho como ángeles, no nos damos alcance con todos los humanos.
Bueno.
Esta historia comienza cuando el “jefe” me llamó para asignarme un protegido.