Squalo maldecía en todos los idiomas que conocía, si bien su cuerpo no estaba herido, su orgullo estaba por los suelos. No entendía que mierdas se creía ese imbécil para tratarle de esa forma, que lo hubiese matado hubiera sido menos humillante...
— Le voy a arrancar la cabeza
Realmente no le importaba el tener que regresar, le llamó por el apodo de aquella bestia, pero le era difícil pensar que verdaderamente se tratara de un ser humano quien dejaba los cuerpos despedazados.
Llevaba varios pueblos siguiéndole la pista a aquella bestia, en un inicio por simple curiosidad, aunque en esas diminutas mentes donde el miedo era la respuesta inmediata a cualquier cosa desconocida, no podía culpar a esas personas por querer inventar un monstruo.
De nueva cuenta en su camino de regreso se topó con los murmullos en la única iglesia de la zona, normalmente tenía una repulsión inmediata a esos lugares, pero esta ocasión, incluso un escalofrio le recorrio la columna vertebral. Estaba alejándose cuando las pesadas puertas se abrieron, muchas personas encapuchadas salieron en completo silencio, por los tamaños sabía que también se encontraban niños. El espadachin se quedo a ver como desfilaban esas figuras, hasta que al final de ese grupo, un hombre hizo su aparición, desde el primer momento que Squalo vio esa silueta, su cuerpo reacciono, una alerta de máxima supervivencia aceleró su corazón y sus pies quisieron hacerle escapar.
— Vaya, parece que hay un nuevo miembro en nuestro pueblo, ¿Cuál es tu nombre?
A pesar de que su voz era suave y tenía una sonrisa en el rostro, para el viajero era lo mas hipocrita que existía. El acento que se dejaba escuchar en su voz denotaba que no era de ahí, además de que ese par de esmeraldas eran tan oscuras tenían un brillo para nada "amable"
— Vamos, no seas tímido, yo soy el pastor Ottavio
— No soy timido, pero no le importa el como me llame
— Parece que tienes carácter, bueno, no te preocupes, si en algún momento quieres hablar, las puertas de la iglesia están abiertas para ti, Que Dieu te garde dans son coeur mon frère (1)
Squalo no espero por otras palabras y caminó lo más rápido que pudo de ese lugar, que se jodiera ese hombre, intentaría pasar lo más lejos posible de esa zona.
Al llegar a la posada todo estaba en completo silencio, realmente no tenía ganas de dormir por lo que se escabulló al techo donde se recostó sobre la paja. La noche siempre había sido su momento favorito, recordaba que cuando era un niño podía pasar horas mirando las estrellas y la luna; ese enorme y pálido astro le causaba una sensación de absoluta paz, además de que conforme fue creciendo percibió que sus sentidos se agudizaban cuando el sol desaparecía.
Después de varias horas se quedó dormido en el mismo lugar. No se habría levantado si no fuera porque unas escandalosas voces hicieron eco en su cabeza, principalmente cuando la voz más aguda dejo salir un pequeño grito
— ¡No se preocupe decimo, yo lo voy a proteger!
— Vamos, vamos, no es la gran cosa
Squalo se tuvo que cubrir los oídos, y eso que él no era especialmente silencioso. Tras chasquear la lengua se estiró para mirar la calle, ahí, un trio de jovenes estaban "acorralados" por un grupo de perros, el más bajo de ellos se escondía detrás de un muchacho de cabello blanco desordenado, además de que parado a su lado se encontraba otro "idiota" con una sonrisa en los labios, como si lo que estaban viviendo fuese lo más común, aunque finalmente fue él quien terminó asustando a la jauria quien tras un gruñido se marcharon.
— Que ruidosos...
— Go...Gokudera, ¿Ya se fueron? Por favor dime que si
— No se preocupe décimo, mientras que yo esté aquí nada malo le va a suceder, yo me encargaré absolutamente de todo
— Tsk, por eso los mocosos no crecen — La voz de Squalo se dejó oír con esa queja, aunque realmente esas personas sólo eran unos años más joven que él, por lo que llamarles mocosos era una estupidez.
— ¡¿Quién demonios te crees?!
— Tu peor pesadilla basura
El espadachín bajo de un salto y enfrentó su mirada a la del otro albino, ambos parecían tener un aura peligrosa, aunque en ese instante aquel despreocupado joven posó sus manos en los hombros de ambos "contrincantes"
— Oh vamos, no es bueno pelear
— ¡Voooi! No me toques — Squalo soltó un manotazo, pero fue en ese momento que se encontró con que ese "igualado" llevaba colgando en la espalda lo que parecía un palo de madera mal cortado simulando una espada...cosa que verdaderamente le dio un golpe a su ego como espadachín
— ¿Es una broma?
Ni siquiera puso atención a la protesta de el otro albino y mucho menos a las preguntas que estaba haciendo ese joven castaño, por lo menos no lo hizo al inicio
— Oye idiota, no ignores al deci...
— No pasa nada Gokudera... Yamamoto, vamonos, Reborn debe estar muy molesto, debía reunirme con él en la entrada
— ¿Reborn?
Ante ese nombre el espadachín por fin puso su atención en sus acompañantes
— ¿Lo conoces?
Bueno, claro que lo conocía, después de todo era uno de los más reconocidos caza bestias de la zona, pero no quitaba que no cualquiera se atrevería a decir su nombre de lo más campante.
— No pensaba que ese sujeto se relaciona con lâches et inutile (2)
— ¿Cómo le has llamado al décimo?
— En fin, no tengo tiempo para perder con mocosos
Eso fue todo lo que diría, su estómago estaba rugiendo con fuerza y lo que más quería en ese momento era hincarle el diente a algo. Sin embargo, ese trío siendo encabezado por el más "gritón" de ellos lo siguieron hasta el interior de la posada.
— Te dije que...
— Te escuché y no me interesa, aunque, podría pensar seriamente en dirigirle la palabra a ese cordero si una visita a ese hombre está incluida
Reborn podría ser útil, aunque realmente no le interesaba recibir ayuda, tenía sospechas de demasiadas cosas, incluyendo a una mierda con sotana.
— No creo que Reborn acepte visitas...pero al venir con nosotros no es tan descabellado
Squalo dio por concluida su platica, asi que pago por unas rebanas de pan, se metió una a la boca y las otras las acomodó en su bolso
— ¿Entonces qué mierda están esperando?
Durante todo el camino Tsuna venía intentando evitar una disputa, ya que Gokudera había descubierto que su querido décimo no recibiría nunca una disculpa. Además de que Squalo trataba como a una infección a Yamamoto
— ¡Eres un irrespetuoso!
— Si, lo soy
— Parece que el idiota de Tsuna adoptó un idiota más
Es juguetona pero adulta voz le causó escalofríos a el trio de amigos, mientras que al espadachín le hizo fruncir el ceño con enfado, sin duda tenía la lengua mas afilada.
— No pareces, la gran cosa si tienes a un mocoso de este tipo
Justo ahí, frente a los cuatro, se encontraba un hombre vestido en tonos negros, un par de patillas sobresalen enmarcando su rostro, así como esa mirada que parecía un potente cuchillo listo para actuar.
— Tienes agallas ¿nombre?
Claramente ese hombre tenia ganas de matarlo, pero se había contenido quizá por su orgullo, o simplemente tenía la habilidad de intimidar sin recurrir a la violencia física.
— Squalo
La expresión en el rostro de Reborn se tenso por unos segundos, pero poco después una sonrisa arrogante apareció en su rostro, parecía que había descubierto algo interesante. Tsuna que conocía cada una de sus expresiones pudo notar ese cambio en él
— Oh, así que eres ese y ¿qué te trajo a molestar a este trío?
A pesar de que no le gustó el modo en el que le habló, tenía cosas más importantes que hacer
— Información, el que estés aquí no parece simple casualidad, ¿Cierto?
Una sonrisa aún más amplia fue la respuesta que necesitaba para resolver sus dudas, aunque no era suficiente para él.
— Aunque sospecho que no estás refiriéndose únicamente a las bestias
— Ese templo
— Así que te has encontrado con esas personas
Reborn también lo había notado, sus años de experiencia le ayudaban a detectar puntos de energía concentrada y a diferencia de lo que cualquier persona pensaría, ese lugar podía tener cualquier cosa menos energía positiva.
— Por lo menos me has confirmado que son humanos
— Jamás dije eso... aunque tampoco lo puedo catalogar como una bestia
Tsuna, Gokudera y Yamamoto estaban en silencio, no entendían muy bien la platica que se estaba desarrollando en ese momento.
— Re...Reborn, no digas locuras, es obvio que son personas, y demasiado amables debería de... — Ni siquiera pudo terminar su frase ya que Reborn lo interrumpió golpeando su cabeza
— Por eso sigues siendo un idiota, existen muchos lobos vestidos de corderos
— Hay otra cosa también
Antes de que ese par intercambiaran más palabras Squalo interrumpió con esas palabras
— ¿Qué hay de esa mansión en el bosque y ese imbécil que vive en el?
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Que Dieu te garde dans son coeur mon frère: Que Dios te guarde en su corazón mi hermano
lâches et inutile : cobarde e inutil