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Una hora después, Arthur y Gwaine cabalgaban por el bosque. Arthur trató de ignorar el constante intento de conversación del otro hombre. Gwaine lo había visto al salir del castillo y había insistido en acompañarlo. Arthur había intentado que se quedara, pero era imposible obligar a Gwaine a hacer cosas que él no quería o hacer que se dejara de hacer las cosas que quería hacer. Así que ahora él estaba montando en medio del bosque con un dolor de cabeza debido a las constantes conversaciones detrás de él.
"¿Sabes lo que me gusta de Merlín"? Gwaine preguntó. Arthur no respondió. Había oído algo en uno de los arbustos un poco adelante. "Él nunca espera ningún elogio. Todas las cosas que hace solo por el bien de hacerlas y ..."
Arthur levantó la mano y detuvo a Gwaine. Definitivamente había alguien o algo en los arbustos. Ambos desmontaron caballos allí y sacaron espadas. Arthur dio un paso adelante lentamente.
"¿Quién está ahí?" preguntó y señaló con su espada. Arthur y Gwaine esperaron mientras los sonidos venían en contra de ellos. Finalmente, salió una cabeza de entre los arbustos y luego el resto del descuidado criado.
"¡Merlín!" grito Arthur con una sonrisa enorme, soltó su espada y fue a abrazar a su sirviente. Merlín no dijo nada. Solo se levantó y permitió que Arthur lo jalara para un abrazo. "Pensé que te habíamos perdido" dijo Arthur y se rió. Dio un paso atrás para mirar al chico más joven.
"Eso hubiera sido terrible" dijo Merlín con una sonrisa falsa.
Arthur apretó sus ojos juntos. "Sí", dijo y asintió.
"Por supuesto". Gwaine también se acercó y le dio un abrazo a Merlín.
"Es bueno verte compañero", dijo y sonrió.
Merlín asintió.
"¿Estás bien?" Arthur preguntó un poco nervioso.
"Como nunca" dijo Merlín.
"Bueno, entonces. Regresemos", dijo Gwaine.
Merlín asintió y fue hacia los caballos. Arthur y Gwaine se miraron uno a otro con preocupación antes de seguirlo.
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Merlín guardó silencio durante todo el camino de regreso. Se sentó detrás de Gwaine en el caballo. Siguió enviando a Arthur miradas extrañas.
Arthur no podía verlos directamente pero sentía como si los ojos de Merlín se hubieran oscurecido. Arthur y Gwaine seguían enviándose miradas de preocupación. Cuando llegaron al castillo, Gwen salió corriendo.
"He estado tan preocupada. ¿Cómo estás, Merlín?" preguntó mientras abrazaba a joven hechizero.
"Bien, gracias", dijo Merlín sin emoción alguna.
"Te acompañare hasta llegar con Gaius. Ha estado muy preocupado. Se alegrará mucho de verte" dijo Gwen y comenzó a arrastrarlo por el patio. Merlín la siguió con una última mirada a Arthur.
“¿Qué está mal con él?" preguntó Gwaine en silencio.
Arthur siguió con la mirada al chico de cabello negro con preocupación en sus ojos.Él no sabía qué, pero definitivamente algo estaba mal.
"Él deberá decirnos qué sucedió", fue su única respuesta.
Gwaine asintió.
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El sol estaba bajando y el bosque estaba oscuro y silencioso. Se podían oír pequeños ruidos de animales, pero eso era todo. A excepción del caballo que venia corriendo entre los árboles altos. Casi no había viento, así que se podía percibir fácilmente las pezuñas contra el suelo blando. El jinete vestía ropa oscura y también tenía el cabello oscuro. Morgana estaba sentada cuando la puerta se abrió de repente. Ella levantó la vista rápidamente, pero luego se relajó cuando reconoció al hombre.
"Agravaine", dijo con tono frío.
"Mi señora" respondió y cerró la puerta. Él caminó hacia ella. "Lo han encontrado", le dijo.
Morgana levantó sus cejas. "Fue una de las mejores ideas que he tenido", dijo.
"¿Cree que él pueda hacerlo?" Preguntó Agravaine, tratando de llamar su atención.
Morgana sonrió.
"Él tendrá que hacerlo", dijo ella, le dirigió una mirada al hombre. "Sabes qué hacer cuando termine su tarea".
Agravaine asintió. "Por supuesto", respondió.
Morgana volvió a mirar el piso.
"Con permiso ", dijo Agravaine con cuidado mientras inclinaba la cabeza.
Morgana levantó la vista sin decir nada.
Agravaine suspiró y abandonó la choza.
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