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Coma profundo por Fullbuster

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¡No se creía lo que escuchaba en aquel despacho! Su madre estaba empeñada en que mientras Naruto estuviera allí con ellos, aprovechase el tiempo para terminar sus estudios. A toda la familia le pareció una buena idea la noche anterior cuando lo discutieron y tras haberlo consultado con el rubio, a éste le hizo hasta ilusión poder terminar lo que una vez inició. Sin embargo, allí estaba su padre, frente al director del instituto privado al que él asistía, el mismo que había instruido a su hermano mayor, ahora ya en la universidad y ese hombre… se atrevía a decirle a su padre que no era posible admitir al chico.

 

¿Me está diciendo que me estoy saltando parte de mi trabajo y una importante reunión para venir a verle y usted no puede hacer nada al respecto para matricular a un chico?

 

Verá, señor… si fuera su hijo y hubiera plaza…

 

No le estoy pidiendo una plaza, sino que ocupe el lugar que mi hijo no va a utilizar por ahora por estar en coma.

 

Lamento mucho lo ocurrido con Sasuke, de verdad, era nuestro mejor estudiante pero…

 

Es – corrigió su padre – Es un buen estudiante, está en coma, no muerto.

 

De verdad que lo sentimos mucho pero… no podemos hacer algo así, ni siquiera sabemos el nivel de estudio de ese otro chico.

 

Pues hágale un examen – solucionó Fugaku – no veo el problema en que ocupe el lugar de mi hijo por ahora si supera el examen para saber su nivel académico.

 

No sería ético para el resto de estudiantes.

 

Oh, es cierto… tiene razón – comentó Fugaku de forma irónica – es cierto que también es poco ético donar dinero al instituto de forma “altruista”, así que voy a dejar de donar esa gran suma de dinero que utilizáis para la mejora de la institución. Gracias por su tiempo. No le robo más tiempo.

 

Ante aquellas palabras y viendo el director que iban a perder una gran fuente de ingresos por su parte, se levantó de la mesa con rapidez impidiendo así que su padre saliera por esa puerta.

 

Creo que podríamos llegar a un acuerdo, siempre y cuando supere el examen de nivel.

 

Una sonrisa se iluminó en el rostro de Fugaku antes de darse la vuelta. Al menos tenía una posibilidad de complacer a su mujer y a ese chico para que pudiera terminar de estudiar lo básico y requerido. Lo único malo sería la prueba de nivel y no sabía si Naruto estaría preparado para ella.

 

¿Cuándo será la prueba? – preguntó Fugaku.

 

¿Qué le parece en un par de días?

 

De acuerdo, déle al menos tres días para poder prepararse las pruebas.

 

Está bien.

 

***

 

Naruto no es capaz de pronunciar ni una palabra desde que le he contado lo que escuché en la reunión de mi padre con el director, y la charla con mis padres no le ha ayudado en abosoluto.

 

- Estás más silencioso que de costumbre.

 

- No es nada – dice con seriedad, todavía con la mirada perdida en esos libros de matemáticas frente a él – sólo tengo que ponerme al día con esto. Superaré el examen.

 

Le miro, porque tiembla como si fuera un flan y es en ese preciso instante, cuando me doy cuenta de lo que ocurre. Ese chico tiene pánico a los exámenes o es la impresión que me da.

 

- Naruto… ¿Has estudiado alguna vez?

 

- Eh… cuando era niño, el colegio… y algún curso del instituto. La verdad es que no se me daba muy bien. ¿Tienes algún consejo?

 

¡Coge el libro y lee! Eso es lo único que le veo hacer, ni resúmenes, ni esquemas, no hace nada, sólo… lee y es cuando me doy cuenta de que no se le da bien estudiar, no tiene sistema y seguramente nadie le ha enseñado con uno.

 

- Aquí va mi consejo – le digo – es matemáticas, coge un papel y un bolígrafo y ponte a hacer todos los ejercicios del libro. Sólo se aprende con la práctica y la repetición.

 

Me mira con esos ojillos de cordero degollado y no entiendo muy bien el motivo por el que lo hace, hasta que se precipita hacia donde yo estoy. Sus rodillas se deslizan por el parqué de la habitación y entonces, se coloca frente a mí con ojos casi suplicantes, uniendo sus manos para rogarme.

 

- Por favor… ayúdame a estudiar.

 

- ¿Que te ayude a estudiar? ¿Cómo voy a hacer eso? Ni siquiera puedo sostener un lápiz en mis manos. Soy un fantasma – le confirmo nuevamente.

 

- Estoy en problemas – se dejó caer de espaldas, apoyando sus manos sobre su nuca y mirando el techo.

 

- Sólo tienes que sacar mínimo un cinco, creo que podrás.

 

- Mis notas más altas no pasaban del seis y la mayoría de exámenes iban por debajo del cinco – acabó explicando Naruto.

 

- ¿Menos de cinco? – dije sorprendido - Entonces necesitas ayuda, mucha ayuda.

 

- Estoy perdido, no superaré esa prueba – se desanima Naruto hasta que le hice un sonido para que se callase, pero él continúa.

 

- Naruto, basta ya.

 

- Es imposible que aprenda todo lo que me he perdido durante el último año – continúa hablando, hasta que escucha el crujir de la puerta abriéndose.

 

Mi hermano empuja la puerta que estaba sólo entornada y mira al interior, viendo cómo Naruto empieza a incorporarse al darse cuenta de que no está solo.

 

- Lo siento si te he molestado – se disculpa Naruto sabiendo que a veces podía ser bastante escandaloso.

 

- Parece que no lo llevas nada bien – comenta mi hermano al ver el libro de matemáticas sobre la mesa - ¿Necesitas ayuda?

 

- Eh… creo que puedo solo – intenta alejarse Naruto y es lo más sensato, porque Itachi siempre ha sido inteligente, demasiado y temo que pueda descubrir la verdad si pasa tiempo con Naruto.

 

- ¿Estás seguro? Soy buen profesor. Creo que Sasuke era mejor que yo – piensa mi hermano – aunque yo tengo más paciencia que él, te lo aseguro – sonríe – Vamos, no me importa echarte una mano. Debes de llevar mucho tiempo alejado de los estudios, vas a necesitar casi un milagro para aprenderte todas estas materias en tres días.

 

- De acuerdo… ¡supongo! Gracias por la ayuda.

 

- No hay de qué. Vamos a ver – suspira Itachi, sentándose frente a la pequeña mesa y mirando el libro de matemáticas.

 

Hay algo que no me cuadra. Miro a mi hermano y me mantengo en silencio al ver cómo trata de explicarle a Naruto esos problemas que para mí son demasiado sencillos, pero que al rubio se le atragantan. Durante una hora entera, me quedo allí sobre la cama, aunque es un poco irónico… porque ni siquiera siento el tacto de la colcha, de hecho, la atravesaría, pero por algún motivo que no sabría definir… puedo levitar sobre ella y me siento más cómodo al sentarme “sobre ella”, quizá porque así al menos parece como si aún respetase las leyes de la solidez de las cosas. ¡Parece una tontería! Pensando en ello, es cuando me doy cuenta de esa mirada… ésa que mi hermano ha fijado en el rubio y que me hace elevar el rostro. Naruto aún no se ha percatado y sigue intentando resolver ese ejercicio al que yo hace minutos que ya he encontrado la solución.

 

- Oh, oh – susurro, captando la atención de Naruto aunque no pronuncia palabra para que Itachi no le vea como un loco que habla solo – conozco esa mirada, lo sabe… sabe que mientes.

 

Naruto eleva un poco sus ojos y mira a mi hermano. Es la primera vez que le mira tan fijamente y parece un poco asustado, seguramente por mis palabras. Esa mirada que tiene mi hermano… es la que siempre pone cuando quiere sacarme la verdad tras descubrir que le miento.

 

- ¿Qué ocurre? – pregunta Naruto algo confuso.

 

- La marihuana no era tuya – sonríe mi hermano, lo que hace que hasta yo me estremezca.

 

Naruto abre los ojos justo cuando mi hermano entrecierra los suyos. Aquello era prueba suficiente para él de que Naruto le había mentido. Pienso en una forma de confundir a mi hermano, pero eso es muy complicado. Nunca antes había conseguido apartar la mente de mi hermano cuando ya había enganchado una idea fija. Era demasiado intuitivo.

 

- No digas nada – le digo a Naruto al ver cómo intenta abrir la boca para decir algo – no con él. Te sacará todo lo que quiera saber y estarás en un buen lío. No te confíes.

 

- Conozco a mi hermano bastante bien como para saber que la marihuana era suya. No entiendo por qué le has cubierto, porque tampoco me creo que seas su novio. Sasuke y yo nos lo contábamos todo, me habría dicho algo así.

 

Naruto está absorto, puedo ver en sus ojos la duda y la confusión, no sabe cómo reaccionar ante mi hermano y es normal, siempre es demasiado directo e intuitivo. No se deja llevar por un simple hecho, sino que pone todos en conjunto y saca una hipótesis bien fundada con la que desmonta a todos para evitar que le mientan.

 

- Debió escuchar la conversación con mi madre cuando encontró la marihuana – le digo a Naruto para que intente reaccionar – es cierto que hablamos varias veces sobre la gente con la que me estaba juntando, ha debido sacar su conclusión de que era mía, no eran trigo limpio precisamente. Eran una mala influencia y él siempre me pedía que me alejase de ellos. Vale… haremos lo siguiente, escucha bien lo que voy a decirte y sigue mis instrucciones al pie de la letra – le exijo para poder sacarle de este lío.

 

Le veo tragar hondo y para mí, eso es que lo ha entendido y me presta atención. Hay una cosa que mi hermano siempre hace para evitar contarme cosas, algo que a mí me saca de los nervios y a él le divierte, pero con lo que siempre esquiva mis preguntas, una simple acción… que le dirá a Itachi que Naruto me conocía, porque esto que voy a indicarle a Naruto… es algo muy personal entre mi hermano y yo. Le cuento lo que quiero que haga y observo cómo Naruto sonríe, siguiendo mis instrucciones al dedillo y desconcierta a Itachi.

 

Sé que mi hermano espera que Naruto pierda el control, que se sienta pillado pero lo que tengo que conseguir es que ese rubio actúe completamente a la inversa, que se sienta tranquilo y descomponga todo lo que mi hermano está pensando. Parece que funciona, porque en cuanto Naruto empieza a sonreír, el rostro de mi hermano se vuelve serio y confuso.

 

- Gracias por tu ayuda, pero creo que ya puedo continuar desde aquí yo solo – le sonríe, llevando dos dedos hacia la frente de mi hermano y dando un ligero golpe que hace que Itachi abra los ojos con amplitud – Lo siento, Itachi… otra vez será.

 

¡Desconcertado! Así se queda mi hermano y eso me tranquiliza. Naruto no debía saber esa señal, era algo que mi hermano siempre me hacía, algo que nadie más conocía de nosotros.

 

- Está funcionando – le calmo a Naruto – ya no digas nada, ahora está empezando a creer que podrías ser mi novio.

 

Veo cómo se pone en pie para marcharse, pero está dudando. Por una parte, me siento mal, nunca antes había mentido a mi hermano, no a él. Itachi es mi único apoyo, al que más adoro, nunca nos hemos ocultado nada y sé que debe estar dolido conmigo por “ocultarle” que tenía novio. No puedo decirle que es una mentira, no puedo hablar con él, ni explicarle la verdad, no puedo pedirle que me cubra una vez más como solía hacer. Sólo soy un fantasma y mi única opción para que nadie piense que me había ido por el mal camino… es que Naruto permanezca aquí, haciéndose pasar por algo que no era.

 

- ¿Estás bien? – escucho a Naruto una vez mi hermano ha desaparecido.

 

- S-Sí… creo. No estoy seguro.

 

- Tu hermano parece un poco… afligido.

 

- Está dolido conmigo – le explico – nos lo contábamos todo y ahora es… como si le hubiera fallado, como si le estuviera mintiendo. Siente que no confié lo suficiente en él como para contarle que tenía novio y… no sabe que en realidad nunca le he fallado.

 

- Te quiere mucho – me comenta Naruto – se nota que está sufriendo con lo de tu accidente y con que yo esté aquí. Sin embargo, es muy amable también.

 

- Sí que lo es – susurro – pero también es temible cuando se le mete una idea en la cabeza. Es como un perro de presa, no suelta hasta que descubre la verdad. Ten cuidado con él o acabará descubriendo que no eras nada mío.


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