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La magia del acero por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión. Créditos a los autores de las imágenes de portada en turno.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark, Stony (al principio) y otras.

Aclaraciones y advertencia: Romance, lemon, angustia, mpreg y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen: No siempre el hombre perfecto lo es, Tony lo descubrió de la peor manera. ¿Un corazón destrozado puede ser unido con magia y acero?

 

 

—d

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

La magia del acero

 

 

Capítulo 6.- Tus manos, mi corazón parte I

 

 

Strange dejó su taza vacía en la pequeña mesa que lo separaba de su invitada; Clea le sonreía como una niña a quién habían descubierto en plena travesura.

 

—¿Cómo conociste a Stark? —Ella le contó con lujo de detalle lo sucedido durante la Civil War, en especial lo sucedido en Siberia.

 

La gestación masculina no era un tema ajeno para él; había leído sobre las investigaciones de la doctora Cho y su equipo. Un proyecto ambicioso, pero a su parecer, una pérdida de tiempo y recursos.

 

—Al momento del ataque, Tony estaba embarazado de Peter, si yo no hubiera intervenido; ambos hubiesen muerto.

 

Stephen guardó silencio. El chico araña en definitiva era demasiado grande para ser un bebé que aún debía estar en el vientre de su madre (padre), a menos que… la gema del tiempo; era imposible, Clea no tenía acceso a ella. Entonces recordó. Una semana antes del enfrentamiento de los Vengadores, él y Wong habían luchado contra un ser de otra dimensión, lo habían derrotado, pero la pelea los dejó incapacitados, tiempo en el que el ojo de Agamotto permaneció en el santuario…

 

—Tú, no tienes idea de cuantas leyes has roto —Clea hizo una mueca, como si su maestro no hubiese jugado con la gema del tiempo antes.

—Oh, vamos. No es para tanto —la hechicera se cruzó de brazos. Strange la miró indignado, rojo de furia.

—¡¿No es para tanto?! —Gritó colérico. —El chico es una clara violación a las leyes naturales, ¿tienes idea del daño que tu irresponsabilidad pudo causar al espacio tiempo? —Clea bufó.

—Todos los oráculos que consulté dicen lo mismo; necesitamos que Peter esté presente en la lucha contra Thanos, de lo contrario, Tony no lo hará, él es una pieza clave para el triunfo.

—Así que esa es la razón por la que lo salvaste —ella asintió con la cabeza —. ¿Cómo sabías que necesitaría ayuda?

—Lo he vigilado desde que tuve mis primeros sueños premonitorios —tal vez era gracias a sus orígenes como sobrina de Dormmamu, pero Clea poseía ciertas habilidades para ver el futuro que se habían presentes en sus sueños.

—Implantaste recuerdos falsos en ellos.

—Sí, prometo que se los borraré cuando esto termine —le aseguró la hechicera, aunque eso le causara un gran dolor, pues había aprendido a querer a los dos Stark —. Sería bueno que te acercaras a ellos, que te hicieras amigo de Tony.

 

Stephen hizo una mueca en disgusto.

 

—¿Yo?, ¿hacerme amigo de ese creído, egocéntrico? —la mujer rio con ganas —No es gracioso.

—Lo siento, maestro, pero es como si te estuvieras describiendo —dijo entre risas. Strange frunció el ceño.

—Yo no soy así. Ya no.

—Bueno, Wong y yo pensamos lo opuesto —ese traidor, le haría pagar; ya no pensaba seguir comprando sus emparedados. —Pero en serio, Tony es un buen hombre una vez que lo conoces. En eso también se parecen.

 

Strange no pensaba dar su brazo a torcer. Tony Stark era un recordatorio viviente de lo que él alguna vez fue y perdió; sí, extrañaba su vida anterior, los lujos, la fama… su egocéntrico comportamiento, el sentirse superior a los demás. No iba a mentir, extrañaba el dinero; la vida en el templo era austera, casi rallando en la pobreza y en ocasiones, la comida escaseaba, aunque no cambiaría su presente por nada.

 

—Él es un alma tan herida cómo lo fuiste tú, maestro. Quizás mucho más—Stephen no pronunció palabra. Ancestral lo había ayudado a sanar, ser una mejor persona, quizás, podría honrar su memoria haciendo lo mismo por Tony Stark.

—Bien, iré —Clea sonrió, emocionada. —Pero sólo por lo que se avecina.

 

Bueno, ese era un comienzo, aunque la hechicera esperaba que esos dos pudieran terminar siendo buenos amigos, tal vez su cercanía ayudara a ambos hombres a sanar sus almas.

 

….

 

 

Tony tenía una expresión de pocos amigos; Clea había traído a ese mago de fiestas a su hogar, lo peor de todo, es que Peter parecía encantado por su presencia (en especial con esa rara capa a la que le encantaría examinar para ver qué tecnología la hacía funcionar).

 

—Alguno de nosotros va a tener que hablar —dijo Clea al tiempo que apoyaba la barbilla en su mano.

—Ya lo estás haciendo —bufó Tony mientras observaba a su hijo jugar con la tela a quien llamaba: Levi. La dama dejó escapar una risilla al tiempo que Strange rodaba los ojos y planteándose con seriedad su sanidad mental.

—¿Sabes que Stephen fue neurocirujano? —habló Clea sin dejar de sonreír —El mejor, según tengo entendido. Y un arrogante con un ego tan grande que difícilmente cabía en su cabezota —Strange bufó y Tony se rio por el comentario.

—Escuché eso. Eras uno de los más famosos en el mundo —dijo Stark mirando al Hechicero Supremo con intensidad —, luego sucedió lo de tu accidente y desapareciste.

 

Stephen se frotó las manos; aunque daba gracias a ese incidente por su nueva vida, aún le era difícil mostrar las secuelas. No necesitaba la lástima de nadie, en especial, de alguien como Stark.

 

—Yo… te entiendo. Mi vida cambió luego de Afganistán —ambos hombres se miraron, por un minuto, los dos desnudaron sus almas, olvidándose por completo de todo a su alrededor. Era como estar dentro de la dimensión espejo.

 

Los dos habían sido hombres arrogantes, incluso hasta algunos podrían catalogarlos como malas personas, uno más que el otro, pero también, habían sacrificado cosas importantes para convertirse en mejores personas.

 

 

….

 

 

Tony río a causa de la broma de Strange. Tenían un par de semanas desde que se conocieron oficialmente y muy a pesar de sus propias expectativas —y por qué no decirlo—, prejuicios; se volvieron amigos. Los dos habían luchado hombro a hombro en un par de crisis, nada serio como para involucrar a los otros Vengadores, aunque, por supuesto, el Hechicero Supremo mantenía un perfil bajo, pues él, no había (ni pensaba hacerlo por el momento), firmado los acuerdos de Sokovia.

 

De un momento a otro, Stark se encontró disfrutando las tardes que pasaba en compañía de Stephen, le hacía sentirse en paz, una que no había experimentado desde que regresaron a New York. Quizás se estaba comenzando a sentir algo… romántico por Strange y eso lo atormentaba. Se sentía como un traidor, pues sabía que Clea estaba enamorada de su maestro.

 

Clea, le debía tanto, lo sacó de Siberia, sanó sus heridas, le ayudó a dar a luz, criar a su hijo, lo menos que podía hacer, era intentar que Stephen pueda corresponderle, aunque eso, tal vez, termine rompiéndole el corazón.

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Bueno, después de 80 años, por fin actualicé, aunque me salió algo corto, pero bueno. Espero les guste el capítulo.


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