Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La mujer más linda del mundo. por Yukino

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Quiero agradecer a todos los lectores de mi historia en Amor Yaoi, por tantas lecturas, de verdad han sobrepasado mis expectativas. Todo mi amor para ustedes!! :D 

Yukino. 

LA MUJER MÁS LINDA DEL MUNDO

Fanfic por Yukino

Viktor x Yuuri

Capítulo 22

 

 

Es el tipo de lugar equivocado para estar engañándote… (*)

 

 

 

***

El siguiente capítulo tiene alto contenido de relaciones sexuales explícitas hombre con hombre. Por favor si no es de tu agrado, sigue de largo en esa parte. Muchas gracias.

Yukino.

***

 

 

 

Toda la tensión contenida en ese fin de semana de altibajos, estaba al parecer por explotar en ese momento, no solo en la humanidad de Yuuri, sino también en su amante, que veía desde unas mesas más allá, como el muchacho de cabellos negros y alborotados estaba sentado solo en un mesa, esperando a un Otabek que no llegaba. Esa era la oportunidad que no quería que se le diera al profesor de Historia del Arte, pero lo inevitable, el encuentro que en un inicio fue fortuito y causó tanta angustia, se estaba repitiendo, y esta vez era el turno de Yuuri de saberlo sortear sin caer en pánico. El profesor Leroy con una bandeja en la mano, se puso de pie frente a la mesa donde estaba el profesor Katsuki, y le pidió permiso para acompañarlo. El hombre de ojos sesgados sonrió un poco y con el corazón saltándole sobre la camisa, aceptó la petición.

Lo único que pudo hacer Viktor fue apretar los puños muy fuerte. Se puso en pie sorpresivamente y fue detenido por su amigo Giacometti, que sabía algo de la historia. Ese no era ni el momento ni el lugar para iniciar un escándalo, Yuuri tendría que confrontarlo, únicamente él.

—Gracias por permitirme sentarme Yuuri —Dijo JJ mientras acomodaba mejor su silla.—No debí aparecerme el viernes de esa manera de verdad lo siento. Lo siento mucho.

—Dime JJ ¿Qué haces aquí? No dejo de pensar que me buscaste a propósito para…

—¡No Yuuri por favor no pienses eso! Sé que lo siguiente que ibas a decir era que te busqué a propósito para atormentarte pero no es así. Fui enviado por la Universidad a hacer un reemplazo para la cátedra de Historia del Arte, el profesor asignado enfermó gravemente y no tuvieron más opción que mandarme a mí. Era ya un compromiso y las fechas estabas muy encima para decir acá en Rusia que buscaran un suplente. Yo, intenté buscarte para decirte lo que la Universidad había decidido, esta charla debimos tenerla antes que yo llegara, pero jamás me contestaste ni un correo ni una llamada, y supuse que cambiaste toda forma de contacto que yo conocía—. JJ bajó su cabeza al parecer realmente apenado de la situación. Yuuri inclinó la suya confundido, pero había razón en algo, era cierto que cambió todo lo concerniente a su localización para evitar que él le buscara en algún momento. Mientras JJ daba una cucharada a su comida Yuuri viró la mirada y se encontró con la de Viktor, que no demostraba otra cosa que angustia y desespero. Pero una sola sonrisa de su hombre de cabellos de noche hizo que todo cambiara.

—JJ, entiende que esto es sumamente incómodo para mí y claro que para ti también. No podemos hacer ya nada con las decisiones de las directivas, pero sí podemos evitar nuestro contacto al máximo, no será más que de colegas—. Yuuri abría y cerraba uno de sus puños constantemente, bajo la mesa. Era una manera que había aprendido para manejar el estrés extremo y que hasta ahora le había funcionado. No podía evitar ver los ojos de su antiguo amante y sentir que de nuevo era tragado por esa vorágine de sensaciones que JJ producía, y no porque aún sintiera algo afectivo por él, sino por el hecho de quedar al descubierto y delatarse en su relación con Viktor,  porque muy dentro de él dentro soñaba con tirarle en la cara la relación que tenía con uno de los hombres más hermosos que habían podido existir, quería decirle que Viktor sí tragaba su semen y no le parecía asqueroso, quería decirle gritando que ese hombre de ojos de mar le decía entre gemidos mientras embestía dentro de su ser, que era suyo, únicamente suyo. JJ le había dañado mucho, demasiado, pero Viktor a pesar de las vicisitudes le había logrado reconstruir. Sin embargo JJ tras su imponente mirada, no tenía ese aire altanero que siempre le había caracterizado, parecía de verdad afligido.

—Lo entiendo, claro que sí Yuuri. Pero es necesario que hablemos. Sé que no voy a tener otra oportunidad así que aunque no es el lugar indicado, debo decírtelo todo—. JJ cerró los ojos y tomó algo de aire, tendría que ser conciso, Yuuri jamás lo había visto tan serio en su vida. —Luego de hacer lo que hice, luego de casi arruinarte la vida y al saber que te habían mandado a Rusia y no a Alemania, presenté mi carta de renuncia a la Universidad y pedí una cita con el comité disciplinario para decirles la verdad. El rector fue el primero en escucharme y les dije todo. Por supuesto aún ignoro quien tomó las fotos, pero les dije que tú y yo éramos pareja y que mis acusaciones fueron una calumnia, pues tenía miedo a perder mi empleo. El rector me dijo que todo aquello parecía más un pleito de amantes, que debería resolverse fuera y lejos del Campus. Ya tú habías salido sacrificado y no quería más vueltas sobre el asunto. Dio mis explicaciones al comité disciplinario que opinaron igual y todo se quedó así. —JJ hizo una pausa larga, como meditando sobre algo. Yuuri apenas si podía con toda aquella información junta. Estaba pasmado, jamás creyó que él pudiera hacer semejante cosa, como retractarse y culparse y no creía que fuera mentira, pues fácilmente podría averiguarlo directamente en Estados Unidos.

—JJ yo…

—Por favor déjame terminar y luego, saldré de tu vida—. Eso último lo dijo con una mueca en su boca.—Seguí trabajando normal, o eso pensaba yo. Creí tener mi conciencia tranquila, por supuesto decidí no buscarte, tenías que estar tranquilo y yo no había sido eso que tú querías. Pero entonces el peso de los recuerdos fue demasiado, y me di cuenta lo mucho que me hacías falta, lo mucho que extrañaba tu voz, tu aroma. —Levantó la vista y vio directo a los ojos de Yuuri —Estaba enamorado de ti y no me di cuenta si no hasta que ya no te tuve conmigo. Suele pasar con los perdedores como yo. Solo en ese momento en que tu recuerdo se hizo susurro, supe todas las cosas horribles que te dije y cómo te había tratado al ser mi amante. Pero todo era mentira Yuuri, cada contacto con tu piel para mí era alegría, odio recordar que cuando hacíamos el amor no quisiera verte de frente, que ni siquiera te hablara ni dejara que tú me vieras al rostro…

—suficiente por favor, ya basta —interrumpió Yuuri, aterrado, confundido y sonrojado. Por segundos no pudo decir nada, a pesar que JJ esperaba una respuesta, la que fuera. Y lejos, en la mesa del desespero, Viktor veía como el rostro de su amante se sonrojaba, y se quiso morir en ese momento. Bajó la mirada y con furia llevó las manos a su cabeza, sosteniendo sus codos en la mesa. Tuvo miedo. Era la horrible sensación en el pecho que le anunciaba que iba a perder de nuevo a alguien a quien amaba y que nada iba a poder hacer.

—Me lo va a quitar Chris… me lo va a quitar…—dijo Viktor en un sollozo. Temblaba y no podía evitarlo, y dos traidoras puñaladas de ira, salieron de sus ojos en forma de lágrimas que se estrellaron en sus lentes. Chris se apresuró a tomarlo por un brazo y a pedirle compostura. Tenía que confiar en Yuuri Katsuki, no tenía otro camino.

—JJ agradezco mucho que hayas sido sincero conmigo en este momento y de verdad, mi corazón está en júbilo por lo que hiciste en la Universidad. Me quitas un enorme peso de encima, ya cuando regrese podré ver a todos un poco más de frente —. Yuuri tomó un poco de agua y continuó. —Pero no puedo y no quiero seguir escuchando todo esto que me dices, acerca de extrañarme. Mi camino sin ti no fue nada fácil de seguir, pero ahora estoy tranquilo y tú y yo sabemos que no éramos el uno para el otro. Yo también te extrañé mucho, mucho, y no lo digo para que tu ego se sienta mejor, lo digo sinceramente. Pero a pesar de estar tan roto, pude ser reparado.

—¿Tienes a alguien a quien amar? —la pregunta hizo que Yuuri sonriera un poco.

—No. Estoy muy lejos de querer de nuevo enredar mi corazón en una relación. Pero he crecido como hombre y sé que es mejor para mí y qué no. Y tú ya no haces parte de lo que quiero.

JJ se quedó frío con lo que Yuuri dijo, y con la seguridad con la que lo dijo. Parecía entonces que ya ese chico de ojos sesgados y que por años fue su amante, que soportó todo lo que quiso de su parte, lo había dejado atrás. El profesor de Historia del Arte, bajó su cabeza apenado, entristecido. Creyó en verdad que Yuuri le daría una oportunidad, que no sería fácil, pero que podría ver una grieta y por ahí filtrarse de nuevo al corazón del profesor de Historia.

—Déjame empezar de nuevo Yuuri, yo cambié… —Tomó sutilmente la mano de Yuuri y este no lo detuvo. Viktor vio esto y sintió como una daga le atravesaba la garganta.

—No puedo ahora más que prometerte que seremos colegas, tal vez en algún momento podamos ser amigos y entonces…—Una sombra se levantaba frente a ellos. Por fin y luego de minutos de confesiones y sorpresas estaba ahí Otabek. Miró de reojo a Leroy y le saludó con la cabeza. Beka no disimuló ni un poco el disgusto que le producía ver a Yuuri acompañado. JJ se levantó de prisa y se despidió con una sonrisa, tomó su bandeja y literalmente huyó de la cafetería. Yuuri sintió como el aire fresco regresaba a su cuerpo en el momento en que Beka se sentó a su lado. Solo hasta ese momento Yuuri dejó al descubierto su mano izquierda y la había apretado tanto que la lastimó con sus uñas.

—El estúpido rector me detuvo para hablar del plan de renovación del área de Matemáticas, no sé que pretende. En fin, llegué tarde, no pude evitar que te encontraras con ese idiota pero lo que no entiendo es porqué estaba tomando tu mano frente a todos, porqué tú lo permitías y porqué no pensaste que tu histérico esposo bailarín te estaba viendo.

Yuuri de inmediato viró su vista en Viktor y se estremeció con lo que se encontró. Viktor estaba nostálgico con al mirada ida, con la expresión entristecida. En ese momento estaba tan concentrado en dejarla las cosas claras a JJ que olvidó por completo que Viktor era un espectador. Por fin sus ojos se encontraron, Viktor le sostuvo la mirada unos segundos y luego la bajó con frustración. Yuuri quería salir corriendo a su lado y abrazarlo y hacerle saber que su vida era suya, que ya no se pertenecía a sí mismo, que todo lo que él era, le pertenecía a su hombre de cabellos como la luna. Tomó su celular y le envió un mensaje, Viktor lo recibió y su mirada cambió de inmediato y se sonrieron mutuamente, enamorados.

Eres lo que más amo en este mundo, no lo olvides nunca,

—Ya por favor deja el espectáculo y dime qué pasó —interrumpió Beka sabiendo que esa mirada podría delatarlos —¿Dejarás a tu amante ruso y volverás con el canadiense? Vaya que eres de gustos internacionales —Beka se echó a reír mientras Yuuri le miraba con desagrado. A grandes rasgos le contó todo lo que Leroy le había dicho y casi se atraganta escuchándolo. Beka no se creía que el tipo fuera tan brutalmente directo.

—La verdad si eso sucedió, me alegro mucho, ya sabrá cómo tratar a su próxima pareja —dijo Yuuri tomando el último trago de agua que le quedaba. 

—Como te hubiera gustado que te tratara a ti ¿verdad? — Algo se removió por dentro de tu corazón Yuuri —La forma en que lo veías no era de alguien a quien no le importara lo que ese tipo decía.

—Sí Otabek, así fue. Las fisuras que aún tengo se remecieron al verlo de frente y por supuesto que recordé lo que viví con él. Pero solo me bastó ver los ojos de Viktor y sentir la paz y la calma que me producen, cómo esa sola mirada me llena, me complementa —llevó una mano a su pecho y sonrió —amo a ese hombre como no tienes idea.

—Ah por favor, voy a trasbocar mi almuerzo con el exceso de dulce —dijo Beka burlonamente sacando la lengua.— Pero ese Leroy, no va a dejar las cosas tan así, como tú lo deseas. Bueno, creo que por hoy los dos tenemos suficiente tiempo, así que cuéntame como terminó tu fin de semana, te escuchabas muy ansioso cuando me llamaste desde el café. —Los recuerdos de dos días atrás regresaron a Yuuri desechando por completo lo que acababa de pasar con JJ. Tenía preocupaciones más grandes en ese momento y todo en torno a Viktor y su pasado. Otabek creía que todo aquello no era más que preocupaciones imaginarias, que Yuuri buscaba razones para complicarse la vida. Pero tal vez algo de razón tenía su amigo.

 

***

El sábado anterior Yuuri regresó al departamento después de un largo rato. La paranoia fue tal que no regresó por la entrada principal del edificio, lo hizo por la entrada auxiliar pues creía que Manini le vigilaba. Cuando llegó, Viktor suspiró tranquilo, le invitó a cenar fuera, después de todo era sábado en la noche y ya habían pasado mucho tiempo encerrados lamiendo sus heridas. Pero Yuuri rechazó la oferta aduciendo que estaba cansado y no se sentía bien. En ese momento Viktor entendió que su historia, su vida y pasado estaban haciendo lo suyo en la vida de Yuuri y no supo que hacer. Era obvio que el muchacho de ojos castaños estaba muy molesto seguramente por la manera en que lo había ignorado cuando Manini estuvo ahí, pero de verdad no sabía que hacer, no sabía cómo responder a eso, y si es que acaso Yuuri esperaba que lo presentara a su familia como su pareja.

Pero el profesor de Historia no tenía nada de eso en su cabeza. Sí dolió mucho el trato indiferente, pero era parte de la actuación que debían llevar, así como en la Universidad. La historia real no estaría llena de tolerancia, no se haría una fiesta por el hecho de ser pareja, no en Rusia. Yuuri estaba asustado con la presencia de Manini incluso el olor de su perfume no se iba de la casa. Su mirada, esa que le escarbó el alma en unos minutos lo tenía temeroso. Viktor parecía estar un poco alienado por ella, pero Yuuri no veía la gentil mujer que su amante le había dicho.

—Traeré la cena, hay una comida Thai que deseo que pruebes —dijo Viktor tratando de romper ese silencio incómodo que los estaba invadiendo. Yuuri se acomodó en el sofá y encendió la televisión.

—Podrías pedirla a domicilio, aún es temprano.

—Es un restaurante muy pequeño y no tiene servicio a domicilio, tú no deseas salir, pero podemos comerlo acá. Además es muy cerca, no tardaré más de veinte minutos. —Viktor se puso una chaqueta y tomó las llaves. Se despidió y Yuuri le respondió y le pidió que regresara pronto. Ese sencillo gesto hizo sonreír al profesor de Ballet y salió disparado del lugar, claro que regresaría con Yuuri lo más rápido posible, hablarían, arreglarías las cosas y todo volvería a ser el cuento de hadas que deseaba.

Yuuri empezó a limpiar el comedor para la cena, el portátil de Viktor estaba ahí y solo por instinto Yuuri entró en este para ver si todo estaba bien con la plataforma de la Universidad. Todo parecía normal, dejó la sesión abierta como la encontró y cuando lo trasladaba a la mesita auxiliar del comedor empezó a escuchar lo que parecían gemidos. Entró de nuevo en la computadora, un video se estaba reproduciendo y lo primero que vio Yuuri fue un cuerpo sobre otro.

—¡Viktor Nikiforov estás viendo pornografía!, no puedo creerlo —Yuuri rió un poco y quiso ver el tipo de porno que su amante disfrutaba. Pero la sonrisa se le borró del rostro al darse cuenta que el protagonista del video era nada más y nada menos que el hombre de ojos de mar. Yuuri entonces entendió todo, ese era uno de los video que Viktor había grabado con Marco. Por supuesto la morbosa curiosidad le hizo verlo casi todo, se sintió algo celoso pero en esencia no había nada diferente que ellos mismos hicieran, solo el hecho que Viktor estaba abajo, el otro hombre lo cabalgaba y gritaban cosas en ruso que Yuuri no entendía. No podía ver con claridad el rostro del otro, el que creía que era Marco casi daba la espalda a la cámara. Yuuri no pudo negar que aquello era muy erótico y quiso grabarse con Viktor, pero sabía que él jamás aceptaría. Por fin al llegar al éxtasis, Viktor le acarició el rostro con ternura y le gritó que lo amaba y lo supo solo porque lo dijo en inglés.

En el video el otro chico por fin se desprendió del cuerpo de Viktor, se levantó y se acercó a la cámara para apagarla al parecer, y Yuuri pausó en ese momento. Estaba de frente con lo que era el mayor amor en la vida de su hombre de cabellos cenizos y alcanzaba a entender porqué lo quiso tanto. Era hermoso, todo un espectáculo para la retina. Sus ojos enormes, su nariz perfecta, sus labios gruesos y abrumadoramente incitantes, su rostro tan finamente tallado, sus pestañas largas, su cejas gruesas, cómo no amar a un hombre así. En ese momento se comparó con el cisne y no entendía como Viktor se fijaba en el patito feo. Molesto con él mismo por la comparación, regresó la reproducción al punto en que creyó haberla encontrado y dejó la laptop en su sitio.

Viktor llegó poco después de eso, feliz de la comida que había conseguido. Pero Yuuri no estaba en la sala y todo estaba muy silencioso. Entró al cuarto y lo vio en la penumbra, de pie mirando a la calle. Viktor se acercó y con ternura lo abrazó por la espalda y luego escondió su rostro en el arco del cuello de su hombre de cabellos de noche. Yuuri lo recibió con la misma ternura con la que fue abrazado pero Viktor jamás se esperó lo que estaba por decirle.

—Vi tu video con Marco; el que tenías reproduciendo en tu portátil. Él es tan diferente a mí. Demasiado.  ¿Por qué lo veías justo después que me fui?

Viktor lo soltó del abrazo y lo giró para poder verlo al rostro. Lejos de estar molesto por que Yuuri hubiera hurgado en su computadora, estaba asustado de lo que Yuuri pudiera estar pensando. Lo tomó por el rostro y le dio un pequeño beso que el muchacho de cabellos negros no rechazó.

—Ese video, es uno de los que siempre llevo conmigo, como te dije hace semanas, verlo me hacía sentir mejor conmigo mismo. Hoy verte ir mientras Manini estaba acá me partió el alma en pedazos Yuuri, no poder detenerte y decirle a ella que eras mi pareja, no poder detenerte y besarte para hacerte sentir bien, no imaginas como me destrozó. Ella se fue y tú no deseaste regresar de inmediato, eso me hizo volver a mis momentos de frustración e ira que llegaban en olas antes que tú aparecieras. Y lo reproduje, buscando paz. —Hizo una pausa muy larga, mirando por la ventana, sin soltar ni un poco las manos de Yuuri y solo regresó cuando Yuuri lo llamó por su nombre. —No veía esos videos desde hace mucho tiempo y lo único en lo que pensé, es que no eras tú ahí conmigo, y no me trajo la tranquilidad que antes me producía, solo pensé en ese momento que tenías que ser tú quien estuviera encima de mí gimiendo y gritando mi nombre. Ya no estoy bien, si no eres tú.

Yuuri le tomó por el rostro, solo para que lo viera muy bien, para que viera el rostro con el que se estaba acostando desde hacía meses y Viktor lo entendió muy bien. Con su dedo índice el hombre de cabellos cenizos empezó a recorre el rostro de Yuuri, hasta que la mano inquieta llegó a la camisa del amante de aroma exquisito. Yuuri no lo detuvo, no deseaba hacerlo, tenía que sentirlo suyo, así como la noche anterior.

Cuando la camisa fue abierta por completo, Viktor se arrancó la suya de un solo tirón, eso excitó mucho al profesor de Historia. Con sus dedos rozó los pezones ya duros de Viktor y con su lengua los remojó una y otra vez, cosa que encendió al precioso hombre de ojos azules que de repente se puso de rodillas, y abrazó a Yuuri por la cintura. La sangre hervía y bombeaba más de lo normal en ese momento, para ambos todo el ambiente se respiraba en sexo, en lujuria, eso que no les iban a poder quitar por muy adversas que fueran las circunstancias, el deseo era algo que tendrían que llevar dentro de su ser para siempre.

Viktor con ansias desabrochó el cinturón de Yuuri y bajó su pantalón dejándolo al descubierto por completo. Amaba verlo así, desnudo a su merced, ahí no había nada que esconder, ni ningún lugar a donde huir. Tomó su miembro ya muy erecto, y lo acarició con ternura, así mismo lo metió a su boca, luego el hambre que emanaba de sus ganas, le hizo succionarlo tan fuerte como su quijada se lo permitió. Yuuri que apenas si podía sostenerse en pie, buscó la pared más cercana para poder recargarse. Era claro que Viktor no lo iba a dejar en un tiempo.

—¡Ah Viktor, más, más! —suplicaba el jadeante muchacho de cabellos de noche. Viktor se detuvo un momento y vio hacia arriba, buscando el rostro suplicante de su amante de oriente. Y lo encontró casi sollozante, pero lo que veía Yuuri era aún más delicioso, los labios empapados de saliva, que se deslizaba por las comisuras de la boca y llegaban al cuello. Viktor se relamió y Yuuri gimió solo con eso.

—Te daré todo cuanto me pidas, mi Yuuri… —cuando terminó de decir aquello, con la voz entrecortada y respirando con fuerza, hizo que Yuuri se diera la vuelta, para quedar de frente con su trasero. El profesor de Historia a medio desvestir se inclinó incitándolo por supuesto, pero no era del todo necesario. Viktor sabía lo que tenía que hacer, pero primero, esa lengua húmeda, lamió de inicio a fin los hermosos glúteos de su amante, firmes y redondos, que de seguro estaban así por lo poco o mucho que Yuuri practicó de Ballet.

El muchacho de ojos sesgados echó su cabeza hacia atrás, su humanidad temblaba ante las caricias de Viktor, que esa noche quería devorárselo entero. Por fin con su lengua fue buscando hasta hallar su entrada que le había recibido ya tantas veces. Pero esa noche con su lengua quería limpiar de ahí cualquier rastro de duda y tristeza, cualquier rastro de la invasión de otro hombre. Y al inicio haciendo círculos con ella, provocaba más y más gemidos por parte de Yuuri que parecía estar por estallar. Viktor aferró fuertemente sus manos en las nalgas de su amante y se sumergió por completo en el cuerpo de Yuuri, hundiendo su lengua insaciable tan profundo como pudo.

—¡AH DIOS, BASTA, BASTA! —gritó Yuuri desesperado, casi angustiado, arqueando su espalda más de lo normal. Viktor había encontrado con su caliente lengua ese punto sin retorno de deseo absoluto, de lujuria, de placer, que estaba por enloquecer a su hombre hermoso, de sonrisa amplia y gestos infantiles. Tuvo que necesariamente detenerse cuando Yuuri empezó a mover con desenfreno sus caderas, ya su lengua no era lo que traería felicidad.

Por fin decidió ponerse en pie, abrió a penas su pantalón y dejó ver su pene tan grande como siempre, con esas ganas de taladrar su interior, de dejar su semen dentro de su cuerpo para que Yuuri no olvidara nunca que era él a quien pertenecía. Yuuri se dio la vuelta sonrojado, casi parecía que iba a colapsar en cualquier momento, pero no podían las cosa terminar así. El chico de cabellos negros creyó que sería llevado a la cama que estaba a solo unos pasos, pero no fue así. Con la fuerza de una bestia Viktor se lo montó en la cintura y lo recostó en la pared, mientras con una mano tomaba su propio miembro y lo penetraba con toda la fuerza de su ya fortalecida cadera, años y años de patinaje y Ballet no fueron en vano para que tuviera fuerza más allá de los límites.

Yuuri sintió que se partía en dos y gritó tan fuerte como pudo. Viktor gemía cada vez que embestía dentro de su cuerpo, mordía con desespero cualquier espacio que le era posible en el pecho de su hombre de aroma a rocío. Yuuri rastrillaba con fuerza sus dedos en la espalda desnuda de su hombre, pidiendo más, suplicando por que lo hiciera con más fuerza, con más rapidez. Viktor sentía como los dedos de Yuuri le arrancaban la piel de la espalda pero no le importaba, escucharlo gritar y gemir por más, era todo lo que quería en ese momento. Así le estaba demostrando que no había otro que no fuera él, que ya el recuerdo de Marco no producía en su ser el efecto que le acompañó por años. Que ya era única y exclusivamente Yuuri Katsuki, profesor de Historia de 31 años, el que hacía que perdiera la cabeza, la razón y la compostura y quisiera cogérselo como si el día siguiente viniera el apocalipsis. Yuuri lo tomó por el cabello como ya era su alocada costumbre y golpeó muy fuerte su propia cabeza contra la pared en un último gemido que por poco lo desbarata. Había terminado y toda su esencia había salpicado a Viktor hasta su rostro. Viktor Embistió un poco más gimiendo como siempre que Yuuri era suyo y eyaculó dentro de su exhausto hombre, mientras le mordía con fuerza uno de sus pezones. Lentamente se dejó caer al piso, sin soltar un minuto a Yuuri.

—Eres un asqueroso Viktor —dijo Yuuri apenas respirando.

—Corrección, soy tu asqueroso —Ambos rieron con la poca fuerza que les quedó en el cuerpo. Se abrazaron por largo tiempo, mirando a la luna a través de la ventana de su habitación.

 

 

***

Otabek Altin con la boca y los ojos muy abiertos, no podía creer que Yuuri le contara todo aquello que pasó con Viktor, sobre todo porque no esperaba el extremo lujo de detalles. Con la mano derecha alejó su propio plato y vio a su amigo con algo de repugnancia.

—Jamás voy a poder volver a ver a Nikiforov de la misma manera —Dijo Beka llevando una de sus manos a su frente —ni a ti tampoco, Katsuki —. Yuuri sonrió ante la manera como Beka había tomado aquello.

Todo debía terminar ahí, ya nada había que contar, los amantes se reconciliaban, el estúpido Leroy había confesado lo hecho y limpiaba su conciencia, ya todo era felicidad. Pero Yuuri tenía que saber la verdad acerca de Manini, ella no era esa buena y gentil mujer que Viktor adoraba, ella escondía algo, algo malo.

—Nikiforov jamás te lo dirá a ti. Es su madre al fin de cuentas, jamás le sacarás una palabra en su contra. Además según me cuentas la ve apenas un par de veces en el año.

—Beka, yo creo que ella tuvo algo que ver con la muerte de su amante. No preguntes pero lo presiento. Y tienes razón a mí no me dirá nada, conmigo siente que tiene la obligación de ser fuerte todo el tiempo. Solo ha habido una persona que lo ha confrontado y con quien se ha sincerado.

Beka lo miró, mientras negaba con su cabeza que Yuuri realmente estuviera pensando en eso, en ella. Ahora que las cosas estaban bien, ahora que todo estaba tranquilo, aparentemente Yuuri quería jugar con fuego, o mejor, jugar con faldas cortas y labios carmesí.

 

 

 

*****

Con amor: Yukino.

Agradezco a todos y cada uno de los que siguen mi historia, sus lecturas, sus comentarios y votos, me alegran la rutina.

Este capítulo ha sido algo largo, en compensación por tardarme tanto en actualizar. Espero haya tenido todo lo que más les gusta. Gracias por el apoyo. Es ahora cuando Ella, se mostrará en todo su esplendor.

(*) Fragmento de la canción Nine Crimes de Damien Rice.

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).