Oliver miro a su hijo quien se sentó con el de Percy, después su mirada se posó en la de ¿su pareja? Realmente su relación con Marcus no tenía nombre, e incluso su inicio había sido de la más extraña, su relación era lujuria y pasión pura, eso era un hecho, pero parecía que había tenido consecuencias.
Se preguntó si los tres chicos eran sus hijo y de Marcus, si Gael había sido el último. Si era así ¿Por qué no vivía con alguno de ellos? ¿Qué le había pasado para tener aquella mirada?
Gael sintió una mirada y se encontró con los ojos preocupados de Oliver, aquello le confundió, ya que Oliver le odiaba al igual que Marcus, la relación con sus hermanos era cordial, pero no se juntaba con ellos, él no los buscaba y ellos a él tampoco, era mejor así, al fin y al cabo él era el peor accidente de la pareja
“eres un bastardo, provocaste que Marcus sufriera la ira de su padre, le arrebataste un futuro prometedor a Oliver, eres lo peor que le has pasado”
Cerró con fuerza los ojos intentando no escuchar aquella voz que le torturaba
--Gael, estás conmigo—susurro Erick
Gael le sonrió a su amigo, a su amor platónico, estaba enamorado de Erick, pero sabía que era imposible, era un nadie, no tenía nada que ofrecerle al hijo de uno de los mafiosos más poderosos de toda Italia, eso sin contar era mayor que su amigo
--Gracias
Erick simplemente asintió y recargo su cabeza sobre la de su amigo. Quería ayudarlo lamentablemente Gael no se dejaba ayudar mucho.
Solo el señor Demian sabia el porqué de la acción de su compañero, solo habían dicho que estaba muy lastimado.
Era en esos momentos en que quería buscar a la familia de su amigo y cuestionarles de su acción.
Los hermanos de Gael, solo lo miraron, aun recordaban la plática que habían tenido, un platica que aún estaba en su mente y solo hacían lo que él les había pedido, incluso no le habían dicho a sus padres de él.
--Bien dejando a nuestro amigo que tiene sus motivos continuamos…
Mas no pudo continuar ya que él se congelo al igual que los demás, los que se encontraban en la sombra se hicieron presentes, además de que la única que sabía de aquello también se había presentado.
--Señor—exclamaron los tres.
--He venido a advertirles, al sujeto que intentan detener estuvo a punto de darse cuenta de lo que sucede, deben apresurarse
--Señor, hay muchos detalles, como por ejemplo Gael, por favor, dennos más tiempo
--Ya tengo a una aliada, no puedo ayudarles más, deben apresurarse
--Señor—exclamo el guardián del trinissette—tal vez yo pueda hacer algo, si me lo permite
--No causen mucho daño a este lugar, traten de que su intervención sea mínima.
--Lo haremos señor
Con aquellas palabras los dos desaparecieron.
--Señor yo…
--Traten de apurarse, no podremos intervenir más de lo que lo estamos haciendo.
--Lo sé, hablare con mis compañeros, gracias, muchas gracias
La muerte asintió para después desaparecer.
--¿majestad?—pregunto el chico que estaba por presentarse
--Estoy bien, continúen y Gael, sabemos que no me gusta hacerlo, pero a más tardar mañana al medio día deberás hacerlo
--Oye ¿Cómo te atreves a hablarle a mi hijo así?—exclamo Marcus levantándose y mirando con furia a la desconocida, mientras Gael le miraba sorprendido ante la acción.
--Me atrevo por ser quien soy y por qué estamos aquí para arreglar los errores de algunos de ustedes y los nuestros, además ¿no tiene la curiosidad de saber la verdad sobre la actitud de su hijo? Y ¿Qué tiene que ver Sasha en esto?
Ante el nombre de quien sería su supuesta esposa, pero a él no le importaba eso, el rompería dicho contrato, la mujer era una arpía en toda la extensión de la palabra la odia, además sus planes eran ser el capitán de uno de los mejores equipos, tener nombre y casarse con Oliver, era ese su plan
Oliver miraba a los tres a la desconocida, que ahora llamaría majestad, a Marcus y su hijo Gael.
Teddy se levantó y se acercó a la chica
--Tranquila, nos vemos más tarde—exclamo mientras miraba a sus ojos, donde la preocupación se encontraba en aquellos que tanto amaba—por favor
Ella asintió sabiendo lo que le pedía y lo aceptaba, necesitaba un apoyo que no fuera su familia, necesitaba estar con el
--Donde siempre—susurro para después retirarse.
Algunos de los presentes no pudieron evitar preocuparse ante la situación de la llamada majestad, algo extraño pasaba, pero había tres personas que notaron cierto nerviosismo en la joven y sin saber por qué se preocupaban por ella.
--¿Qué paso?—cuestionó uno de los encapuchados al verla entrar
--Debemos apresurarnos más, estuvimos a nada de ser descubiertos, ahora mismo ellos fueron a provocar una distracción.
--No podemos apresurarnos más.
--Por eso me atreví a obligar a Gael, sé que no debí, pero
--Ve a descansar—exclamo uno y la chica asintió para entrar a otra habitación y tratar de descansar