-¿Dónde andabas?
Vaya, increíble desde cuando su padre le interesaban ese tipo de cosas.
-Por allí - Le contestó el chico tratando de evitar problemas.
-¿Estabas con él verdad? Bruno no fue a practicar hoy.
Liam no se lo podía creer ¿qué le pasaba a su padre?, intentó ignorarlo y seguir su camino, cuando este lo tomó del brazo.
-¡Liam!
-¡Que! - Intentó soltarse el bajito, pero el adulto era mucho más fuerte.
-Escúchame mocoso - Le tomo su padre por ambos brazos con una expresión furica - ¡Vas a terminar con esa locura! no te quiero cerca de Bruno, ¡¿entiendes?! - Lo zarandeo finalmente lanzándolo contra la puerta de la casa que aún estaba cerrada.
-¡¿¿Estás loco?! - Intentó defenderse Liam pero su padre no parecía querer darle ninguna oportunidad.
-Te lo advierto Liam, termina con esa relación o tomare serias cartas en el asunto.
Esa fue la gota que rebasó su paciencia.
- ¡Qué demonios te pasa!, ¡¿es que te gusta Bruno o qué?!
Y lo siguiente que sintió, fue tremendo golpe en la cara, por suerte la puerta se abrió mostrando a una madre y esposa demasiado sorprendida.
-¡Brayan!¡Liam! ¡Qué demonios!
Antes de que la mujer pudiera decir algo más Liam le gritó
-¡Pregúntale a tu marido! - Y se largó, no podía creer la forma como su padre se estaba comportando.
Minutos después de estar en su habitación entro su madre.
-¿Estas bien? - Le pregunto esta sigilosamente.
-Si madre - Liam no quería hablar del asunto con la bajita.
-¿Quieres decirme lo que sucedió? - Ok al parecer su padre no le comento nada.
-Está bien mamá, nada del otro mundo - Dijo un poco fastidiado.
- Escucha sé que las cosas entre tu padre y tú últimamente no van muy bien, pero te diré lo mismo que le dije a él, ustedes son padre e hijo sin importar lo que suceda espero que lo que paso hoy no se vuelva a repetir ¿está bien? - Ja, el colmo y porque se lo decía a él cuándo su padre era el loco, Liam quiso reclamar pero la seria mirada de su mamá no dejaba lugar a protestas.
-Sí, señora - Bueno tampoco quería causar un gran lío en su familia, por ahora dejaría las cosas así, ese había sido un día demasiado largo.
Su madre pareció conforme al salir de la habitación aunque la verdad si estaba muy preocupada jamás había visto a su marido tan enfadado con Liam sin embargo siempre había confiado en que su esposo e hijo solucionarían cualquier inconveniente que se presenta entre los dos como siempre habían hecho, claro que sí tuvo una fuerte discusión con Bryan por haber llegado a los golpes con Liam quien también tenía su genio, ella de verdad esperaba que las cosas se calmaran pero de no ser así tendría que buscar respuestas.
Mientras tanto Blass se encontraba reunido con Daniel el vicepresidente del consejo estudiantil y uno de los chicos más populares de la escuela por su apariencia de chico intelectual, muy guapo pero bastante arrogante en realidad.
-¿Entonces lo harás? - Le preguntaba Blass.
-Vaya debes estar desesperado, para que el gran Señor de los deportes venga a pedirme un favor.- Incluso a Blas le caía de la patada el tipo.
-¿Un favor? - La cara del chico cambió a una de fastidio, era cierto gracias a Blas y al apoyo del equipo de rugby Daniel había logrado ganar fácilmente el puesto que tenía en el consejo estudiantil a pesar de haberse declarado abiertamente bisexual hace tiempo atrás.
-Está bien Blas, lo haré pero ¿estás seguro?, Según lo visto no creo ser el tipo de chico que le gusta a ese sujeto.
-Tks, no me digas que te va a quedar grande - Le insistió Blass tratando de tocarle el orgullo al vicepresidente.
-Por favor en menos de una semana voy a tenerlo comiendo en la palma de mi mano - Dijo Daniel con autosuficiencia.
-Eso espero, de cualquier forma si logras ganarte a Liam seguro el próximo año llegarás a presidente.
-Oh, espero que no olvides lo que acabas de decir Blas.
-Sí, si - Si Daniel realmente lograba su objetivo por fin se libraría de ese estorbo de Liam podría recuperar a Bruno y le haría pagar por todo lo que le estaba haciendo ese gigante idiota no sabía con quien se había metido.
A la mañana siguiente Liam acababa de llegar a la escuela cuando vio con sorpresa a cierto grandulón esperándolo en la puerta de entrada.
-Hola - Lo saludo Bruno con una gran sonrisa en la cara.
-Que hay - Y a este que le pasa se preguntaba Liam ante la alegre aura del gigante.
-¿Todo bien? - Le miro un poco preocupado Bruno.
-Sí, claro - trato de sonar de mejor ánimo al notar el cambio de expresión que el orejotas había tenido, lo último que pretendía era tener que aguantar otro interrogatorio, eran suficientes los del día anterior.
-Mmm ¡Ah! - volvió a emocionarse Bruno - Le preguntaste a tu abuelo.
Al bajito le costó comprender la emoción del jugador hasta que recordó en lo que habían quedado ayer ¡demonios!
-Lo siento, lo olvide - Con tantas cosas en serio se le había olvidado preguntar a su abuelo sobre el torneo de Ajedrez - No te desanimes, lo llamare más tarde te parece.
-Eso sería genial Liam, gracias - Y no pudo evitar sonrojarse, rayos porque se ponía así por un simple gracias.
-Ah - Escuchó a Bruno antes de que el grandote lo agarrara de la mano tomándolo aun con la guardia baja sorprendiéndolo más la intención del chico de caminar así con él, cuando se decidió a preguntar que rayos pasaba, se dio cuenta de la razón de la actitud del jugador al notar a Lana y algunas chicas que caminaban cerca de ellos, así que no le quedó de otra más que aguantarse aunque sí se dio cuenta de algo.
-Siempre había pensado que eras bastante pequeño, pero me sorprende darme cuenta que tu mano encaja tan bien con la mía.
-¿Eh?
-Ah, lo siento estaba pensando en voz alta - Se disculpó Bruno aunque su cara no era precisamente de arrepentimiento.
-Bueno… - carraspeó Liam - También lo note - Y después de decir eso quería que se lo tragara la tierra que vergüenza, sobre todo cuando Bruno se detuvo en seco y se quedó mirándolo como si acabara de descubrir que era una especie de extraterrestre.
-Bueno nos vemos luego - Aprovechó el desconcierto del grande para soltarse e irse corriendo - ¡Te llamo luego! - Le grito ya a la distancia mientras Bruno se quedó helado viéndose la mano para luego sonreír.
-Sí que eres… - A decir verdad el pobre chico no pudo encontrar la palabra para terminar la frase, cuando sintió que el corazón le empezó a latir como loco ¿Eh, y esto? se preguntó agarrándose el pecho un poco confundido.
-Imposible - Pensó Lana al ver la escenita de enamorados de Bruno y Liam a la distancia simplemente le parecía imposible acatar las instrucciones de Blas cuando cada vez que veía a la parejita quería masacrarlos ¡Malditos!
Por su parte Liam se pasó la mañana regañándose a si mismo por su ataque de sinceridad para con Bruno ¿qué demonios había sido eso?, como sea tanto pensar en el grandote le recordó llamar a su abuelo.
-Vaya y ese milagro ¿sucedió algo?
-Nada abuelo, solo quería preguntarte algo.
-¿Ah? Claro Liam adelante.
-¿Sabes algo de un torneo de ajedrez en la universidad central?
-¡Por dios! cariño no me digas que vas a volver a competir.
-Abuelo no me digas de esa forma la gente va a pensar que estás hablando con quien sabe quién.
-Hay pero si eres mi tesoro amor.
-Tks ¿sabes algo o no?
-Claro, claro, el sábado se cierran las inscripciones.
-Ya bueno adiós.
-¿Qué pero?...
Colgó antes de que su abuelo se emocionara de mas ya le explicaría que la cosa no era para él, si bien es cierto que el era un jugador extremadamente bueno, el ajedrez no era lo suyo, lo aprendió muy bien, cierto, pero no era que le APASIONARA o algo por el estilo, de hecho había pocas cosas que apasionaban de verdad a Liam.
-Hola- Le saludaron mientras pasaban a su lado.
-Hola - respondió el casual, hasta que se dio cuenta de quien lo había saludado era nada más ni nada menos que el ¡VICEPRESIDENTE DEL CONSEJO ESCOLAR! y le ¿había sonreído?
Y mientras Liam se reponía de la sorpresa Daniel pensaba tal vez no sería tan malo ir tras Liam el chico no era feo y además parecía presa fácil.
-Así que ajedrez ¿eh? - Eso que había escuchado era muy interesante.