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EL PLAN por sai21

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Notas del capitulo:

este cap es para conocer un poco la vida de los chicos,   mas que todo de Bruno, espero sus comentarios al respecto.

 

Estar encerrado en el cubículo de un baño con un chico al que apenas estaba empezando a conocer y que al parecer se la pasaba metido en su celular era sin duda alguna la situación más incómoda de la vida, así se encontraba Bruno quien al pisar el baño había sido arrastrado por Liam hasta allí, con solo un Shhhhh de por medio.

 

 

 

-      Liam, disculpa pero…

 

 

 

-      Shhhh – Fue lo único que le respondió Liam para seguir en su celular, Genial, si por  lo menos me explicara o si hubiera traído algo para distraerme, pensó  Bruno.

 

 

 

Después de dos minutos escucharon a algunos chicos entrar al baño.

 

 

 

-¡Por fin! – Susurro Liam.

 

 

 

Y viendo que al parecer ya la orden de silencio había sido levantada Bruno también hablo.

 

 

 

-Disculpa Liam, pero… ¿Qué estamos haciendo aquí?

 

 

 

Basto preguntar para que Liam se le quedara viendo como si fuera un cabeza hueca, Bruno realmente estaba empezando a odiar eso.

 

-¿En serio? Acaso nunca has hechos esto – Susurro Liam empezando a espiar por una rendija de la puerta a quien había entrado en el baño.

 

 

 

¿Hacer qué?, encerrarse en un baño con un chico esperando a pasar el tiempo, pues es obvio que no, era lo que Bruno quiso  decir pero sintió que tal vez con eso le estaría dando a Liam razones  para mirarlo de la forma tan molesta como a veces lo veía.

 

 

 

-Bueno supongo que funcionara- dijo Liam más  para el mismo que para su acompañante y al voltearse y observar  a Bruno con una cara de total confusión sobre lo que sucedía quiso darse contra la pared, ¿Cómo era posible?, con una zorra como Lana, quizás por eso le estaban poniendo tremendos cachos al gigantón, como sea, sintió un poco de piedad por Bruno.

 

 

 

-Sexo.

 

 

 

-¿Perdón? – Si antes estaba confuso, ahora estaba totalmente perdido.

 

 

 

-Hay Dios, ¿Qué crees que hacen dos chicos encerrados en un baño?- Liam  puso sus ojos en blanco al darse cuenta que el orejón  no estaba captando la idea,  para nada – Ok, ¿Qué estarían haciendo un chico y una chica, solos,  encerrados en un baño?

 

 

 

Bruno empezó a mirar a todos lados tratando de encontrar una respuesta correcta para esa pregunta, fue cuando recordó a Blass y a Lana y al origen de todo esto.

 

Liam se dio cuenta que comprendió el plan cuando lo observo abrir los ojos como platos y ponerse más rojo que un tomate.

 

 

 

-¿Esos chicos van a pensar que tú y yo estamos teniendo sexo aquí?

 

 

 

Al conectar sus ojos con Bruno mientras  decía esto, la cara de Liam también se sonrojo, una cosa era planearlo y otra que te lo dijeran cara a cara. No pudo evitar la imagen mental de eso.

 

 

 

-Bue…no, no.  Si – Intento responder de forma coherente pero la verdad es que de repente realmente se estaba sintiendo demasiado incómodo y vergonzoso con al gigante frente a él.

 

 

 

-Ah- Fue lo que pudo decir Bruno quien  empezó a ver en todas direcciones, menos a chico con quien estaba, los dos con la cara totalmente roja.

 

 

 

Ambos se sintieron más tensos cuando escucharon lo que decían los  chicos de afuera.

 

 

 

-Estas bromeando – Dijo una voz con un tinte de asombro.

 

 

 

-Claro que no – Se río el  otro, callándose abruptamente.

 

 

 

Entonces ambos observaron como la sombra de alguien se asomaba por debajo de la puerta.

 

 

 

El corazón les empezó a latir a mil, Liam sabía que tenía que actuar- Al diablo – Pensó por si esos sujetos eran tan atrevidos como para asomarse, Liam , literalmente se lanzó a abrazar a Bruno, quien quedo más rígido que una roca con los brazos a un lado tratando de fundirse con la puerta detrás de él.

 

 

 

-¡Oye!- escucharon varios  susurros forzados y unos segundos después la puerta principal del baño se cerró.

 

 

 

Después de darse cuenta que finalmente estaban solos, la adrenalina empezó a bajar, Bruno pudo observar al pequeñuelo que se aferraba a él, Sí que eres bajo, pensó para colocar la palma de sus manos encima de la cabeza de cabello azabache que se encontraba sobre su pecho.

 

 

 

-Disculpa…ya.

 

 

 

El chico se separó lentamente sin mirarle a la cara en ningún momento.

 

 

 

-Hay que salir – Se recompuso  al fin Liam.

 

 

 

Salir de ese cubículo fue como salir a tomar aire estando a punto de ahogarse en el océano.

 

 

 

-¡Espera! , casi grito el bajito al ver como Bruno se acercaba a la puerta principal.

 

 

 

-¿Qué? –

 

Liam corrió al lavado tomo un poco de agua del grifo y de puntitas revolvió el cabello de Bruno frente a su confusa mirada.

 

 

 

-Hay que desordenarte un poco… Bien, yo saldré primero – Para prender la chispa- Cuenta hasta 60 y entonces sales tú – con esto y revolviéndose un poco el cabello,  Liam salió del baño.

 

 

 

_1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,14,15,

 

16,17,18,19,20,21,22,23,24,25,26,27,

 

28,29,30,31,32,33,34,35,

 

 

 

Y de repente se abrió la puerta dejando ver a un chico pelirrojo, que se le quedo mirándolo,  mientras él se quedó con los números en la boca.

 

 

 

Cuando el chico rápidamente entro a unos de los baños  Bruno salió  rápidamente de allí, sin ver a nadie a la cara.

 

 

 

Al salir Liam, observo a dos chicos afuera del baño intentando aparentar que solo estaban por allí de pura casualidad, uno pelirrojo y otro con un estilo emo, por supuesto al pasar por el lado de ambos  , sonrió internamente al darse cuenta de las miradas cómplices entre ellos –  Y eso que aún no saben lo mejor – Se dijo a si mismo Liam,  tentado a quedarse a espiar para ver las caras que pondrían al ver salir a Bruno, pero no podía ser demasiado obvio así que siguió caminando lo más rápido que pudo hasta que Bum.

 

 

 

Sintió el golpe en la nariz y vio un pequeño rubor compacto tirado en el suelo a su lado.

 

-¿Es que estas ciego?

 

 

 

Carajo, lo último que le hacía falta.

 

 

 

-Disculpa,  pero si no anduvieras metida en tu maquillaje seguro no  atropellarías a la gente – Le dijo a la rubia mientras se levantaba con el rubor en la mano con la intención de devolvérselo.

 

 

 

-¿Gente, cuál? – Liam decido ignorar el comentario y estiro la mano con el rubor para entregárselo a la chica, quien hizo un ademan de rechazo.

 

 

 

-  olvídalo, obvio tú lo necesitas más que yo – Escucho la risa del séquito de brujas reírse de las ocurrencias de su líder.

 

 

 

-¿Estas segura? , ¿Con esos granos a punto de salirte en la cara? – Dijo con cara de asco.

 

 

 

Lana se llevó las manos rápidamente a su cara para asegurarse de lo que dijo el chico frente a ella no era más que una vil mentira.

 

 

 

Ver eso hizo que esta vez fuera la risa de Liam la que se oyera y luego el ¡PLAS!

 

 

 

-      No te metas con una mujer de verdad, maldito desviado – Fue lo que dijo la capitana para alejarse seguida de las chicas que regularmente la acompañaban. Dejando a Liam con la mano en su mejilla y el sabor metálico de la sangre en su boca. Deseando  volver a ser un niño otra vez para que no le importara devolverle el golpe, pero entonces recordó las palabras de su padre después de la paliza que le dio a los 8 años cuando se había lanzado contra una niña de su escuela que se había burlado de su altura “a las mujeres no se les toca ni con el pétalo de una rosa”. Entonces tomo su celular y envió un mensaje.

 

 

 

Bruno estaba volviendo a la cancha de prácticas cuando su celular recibió dicho  mensaje.

 

 

 

L: Es hora de que vayamos a por la cabeza de la reina.

 

 

 

La reina ¿Lana?, iba a contestar cuando esta se le colgó del brazo.

 

 

 

-Corazoncito, ¿Dónde andabas?, todos te han estado preguntando.

 

 

 

Bruno metió el celular rápidamente  a su bolsillo.

 

 

 

-Bueno… es que yo – Se maldijo internamente por no haber preparado una excusa coherente  para su repentina desaparición.

 

 

 

-Bueno, no importa, Vamos rápido – Le grito Lana que ya lo había soltado y había corrido  frente a él llamándole con sus manos mientras se dirigía al grupo de chicos en la campo de juego.

 

 

 

-¡Ya volvimos! – Grito ella seguida de un grupo de chicas que no se había dado cuenta,  venían  detrás de ellos.

 

 Con esa afirmación de parte de la rubia, los chicos habían asumido que habían estado  juntos todo el tiempo así que nadie hizo ninguna pregunta.

 

 

 

El entrenamiento había sido más bien una paliza, estaba molido, caminaba con los pies a rastras cuando oyó la voz de Liam.

 

 

 

-No contestaste mi mensaje –Se cruzó de brazos el chico frente a él a modo de reclamo.

 

 

 

-Ah, sí  bueno… Hay que hablar de eso.

 

 

 

Por supuesto esa respuesta no le cayó nada en gracia al bajito.

 

 

 

-Pero no en la calle – Termino de decir   Bruno para continuar su camino  , así que Liam no le quedo de otra, más que seguirlo

 

 

 

Pasada media hora y observando que acababan de entrar a un barrio al cual nunca había ido,  decidió preguntar.

 

 

 

-¿A dónde vamos?

 

 

 

- A mi casa –

 

 

 

Fue una extraña respuesta para Liam viendo que se encontraban en un barrio más bien… humilde, las casas eran un poco pequeñas y aunque se veía un poco solitario también parecía un lugar seguro, iba a preguntar cuanto tardarían en llegar.

 

Cuando se sorprendió más al ver a bruno detenerse en un pequeña casa azul,  con ventanas de vidrio y madera blanca y un pequeño jardín lleno de hierba , que se encontraba  a los lados de un caminito de piedras que llevaba a la entrada de la casa.

 

 

 

-¿Vives aquí?

 

 

 

Bruno quien ya le había abierto la puerta para que entraran en la casa lo miro con el ceño fruncido..

 

 

 

-Si ¿por?

 

 

 

-Oh, nada es que siempre pensé que  tendrías una casa más…grande – Por no decir lujosa.

 

 

 

Bruno puso cara de hastió – Como la mayoría – Pensó pero no hizo ningún comentario al respecto.

 

 

 

-Adelante.

 

 

 

-Gracias.

 

 

 

Al entrar lo primero que noto Liam fue el silencio, nada comparado con su casa donde parecía vivir siempre un batallón, lleno de risas de niños y gritos de adultos.

 

 

 

Y sí,  la casa era bastante modesta la sala con: un sofá,  una mesita de centro, un televisor más bien pequeño, además,  una cocina la cual  estaba separada de la sala por media pared y un pasillo que llevaba hacía donde,  se imaginó Liam, deberían estar las habitaciones.

 

 

 

-Sobre lo de Lana, creo que deberíamos esperar.

 

 

 

Eso basto para sacar al bajito  de su inspección.

 

 

 

-¿Disculpa?

 

 

 

-Bueno… es que no creo que ahora sea el momento.

 

 

 

Oh ¡rayos!

 

 

 

-Bruno, no me digas que sigues enamorado de esa puta.

 

 

 

-¡Oye!, cuida tu vocabulario.

 

 

 

Okey, estaba jodido, oficialmente jodido.

 

 

 

Después de ver la cara de Liam, frente a su respuesta  y reflexionar  sobre las ideas que el pequeñito se podría estar haciendo Bruno se apresuró a aclarar las cosas.

 

 

 

-¡Te equivocas!, no se trata de eso…- Esta afirmación llamo la atención de Liam- Es que yo…he estado haciendo algo por mi cuenta y necesito algo más de tiempo.

 

 

 

-¿Por tu cuenta?

 

 

 

Cuando Bruno le conto del plan loco que tenía  para con Blass y como este había reaccionado con su primer movimiento, los dos terminaron revolcándose de la risa en el sofá de la casa.

 

-Increíble – Se Limpiaba todavía las lágrimas de los ojos Liam.

 

 

 

-Sí, Dios, hace mucho que no me reía tanto – Respondió Bruno, tomando aire  para levantarse e ir a la cocina donde siguió hablando.

 

 

 

-Si vamos a por la cabeza de Lana… como tú dices… todo va a explotar ¿no es así?

 

 

 

-Pues… si… es lo más probable…sí.

 

 

 

-Creo que puedo madurar las cosas con Blass y el equipo para…que tú sabes…

 

 

 

-Sí, sí, creo entender tu idea.

 

 

 

-¿Entonces? – Regreso bruno con in vaso de jugo para Liam, mientras él bebía el suyo, esperando ansioso una respuesta a su petición.

 

 

 

-Okey, creo que podemos esperar.

 

 

 

-Genial, salud – Puso su vaso para brindar así que Liam no tuvo más que seguirle el juego y brindar con él.

 

 

 

Mientras bebían Liam pudo observar un pequeño tablero de ajedrez sobre el tv frente a ellos.

 

 

 

-¿Es tuyo? – Le pregunto a Bruno,  señalando con el vaso el tablero.

 

Bruno al verlo se quedó pensativo, como si recordara algo.

 

 

 

-Era de mi padre, pero no era muy bueno jugando…mi madre le enseño,  ella fue campeona en varios torneos en la universidad  – Ahora veía su vaso como tratando de encontrar las palabras correctas para explicarse- Mi padre me enseñó a mi…así que ahora es mío.

 

 

 

Raro- Pensó Liam porque su padre le enseño y no su madre, quiso preguntar pero le pareció demasiado entrometido de su parte.

 

 

 

-¿Y si aprendiste algo? –Le dijo en tono de burla al grande.

 

 

 

- ¿Quieres ver?  – El tono desafiante con que este le respondió no le pasó desapercibido.

 

 

 

-Claro, ¿Por qué no?

 

 

 

Liam no era de presumir pero su abuelo era un genio en este juego parecía conocer todos los movimientos habidos y por haber y ese genio le había estado enseñando ajedrez desde que tenía cinco años “El ajedrez es el mejor ejercicio para la mente” le había dicho el primer día que empezó a jugar con él.

 

2 horas después.

 

Liam salió  de su concentración cuando vio a Bruno estirarse sobre el sofá con una sonrisa de satisfacción en la boca, Es muy bueno  Se dijo Liam a sí mismo, cosa que jamás diría en voz alta Tks ¿Quién lo diría? , el atleta cabeza hueca, tal vez no era tan estúpido como él pensaba, también estaba lo del plan contra Blas, eso también le sorprendió un poco.

 

 

 

-¿Quieres algo de beber? – Le saco de sus cavilaciones Bruno quien había apartado la vista del juego para verlo a él, fue cuando se dio cuenta de sus propio dolores corporales y necesidades.

 

 

 

-Más bien préstame un baño.

 

 

 

- Claro, sigue por el pasillo tercera puerta.

 

 

 

-Liam se levantó para ir.

 

 

 

Mientras Bruno se quedó acostado sobre el sofá, se había olvidado por completo del cansancio hasta ese instante, realmente estaba emocionado, si bien es cierto que su padre nunca fue el mejor instructor de ajedrez, después de escuchar sobre la historia de su madre, había leído cuanto libro o artículo se le había pasado por el frente sobre el tema, de vez en cuando jugaba en línea, pero pocas veces había tenido la oportunidad de competir  cara a cara  contra alguien y sobre todo contra un oponente tan digno como el que tenía al frente.

 

Liam camino y llego a la tercera puerta solo que, había dos puertas,  una a la derecha y otra a la izquierda, suspiro derrotado lanzándolo a la suerte.

 

Mala suerte , obviamente ese no era el baño, una pequeña habitación con un computador de mesa y una cama,  el lugar parecía casi impecable sino fuera por la cantidad exorbitada de libros que había allí, pila tras pila sobre la mesa, a los lados de la cama, contra la pared, al principio se había negado a creer que fuera la habitación del rubio pero el uniforme del equipo de Rugbi de la escuela colgado de la manija del closet al final de la habitación lo delataban, se acercó a la cama por mera curiosidad sobre qué clase de libros tenia, sorprendiéndose al darse cuenta que no eran solo novelas, habían de toda clase, matemáticas, química, salud, física, leyes, Barbaridad y sobre la almohada de la cama una foto.

 

Un hombre moreno de cabello azabache como de dos metros cargando a un pequeño rubio y a su lado   una hermosa mujer del mismo color de cabello del niño,  solo que exageradamente largo para su gusto - Así que sacaste tu gusto en mujeres de tu padre-

 

Casi  deja caer la foto cuando escucho gritar a Bruno.

 

 

 

-¡Lo encontraste!

 

 

 

-¡Carajo! - Acomodo la foto en su lugar e inmediatamente salió corriendo de allí y se metió en el baño que quedaba al frente de la habitación.

 

 

 

-¡Si, no hay problema!

 

 

 

Al no recibir respuesta decidió hacer sus necesidades y regreso a la sala.

 

 

 

Bruno estaba en la cocina,  cuando lo vio venir  le comento:

 

-Creo que debemos dejar la partida para otro día.

 

 

 

Liam estaba a punto de responderle cuando se abrió la puerta de la casa dejando entrar a una mujer morena,  esbelta y de cabellos rizados con un color azabache  y  con un vestido de enfermera.

 

 

 

-¡Dios estoy muerta! – Exclamo quitándose los zapatos sin percatarse que había un invitado en casa.

 

 

 

- Bienvenida madre – Se apresuró a decir Bruno, haciendo que ella finalmente reparara en ambos chicos.

 

 

 

-Vaya, Hola- dijo esta con los zapatos aun en las manos y con una mirada expectante en los ojos, la cual  Bruno pudo descifrar a los pocos segundos.

 

 

 

-Este…él es Liam un compañero de la escuela.

 

 

 

El bajito aún estaba un poco aturdido por la intromisión y sobre todo por una pregunta que se mantenía en sus labios ¿ella es tu mamá?, aunque la respuesta parecía obvia. Él la había llamado madre ¿no?

 

 

 

Cuando Bruno lo codeo fue que salió de sus pensamientos.

 

 

 

-Un gusto señora – Trato de hacer una pequeña reverencia, pero la mujer camino tan rápido hacia él que parecía una de esas película cuando las rebobinan para adelantarla y lo que sintió fue el golpe en su espalda, mientras la veía reírse apenada.

 

 

 

-Nada de señora solo Katty.

 

 

 

-¿Ya comieron?

 

-No, aun no – Respondió Bruno apenado al darse cuenta que no había hecho nada para la cena.

 

 

 

-¡Genial!, siéntense les preparare algo- La mujer los llevaba a empujones  afuera de la cocina.

 

-Muchas gracias…pero yo ya me voy… eso quería decirte ya es algo tarde y me esperan en casa – Liam solo se concentró en  Bruno mientras lo decía., pues la mirada felina de la mujer lo estaba empezando a poner nervioso.

 

-¿De dónde eres? – Le pregunto la señora que ya lo había dejado de empujar.

 

-San clear

 

-Vaya, sí que está lejos, Bruno ve a donde el señor Patrick y dile que nos haga una carrera en su taxi, luego le pagamos.

 

 -Está bien

 

-¿Que? No es

 

-No seas penoso – Le corto la madre de Bruno quien ya había salido de la casa.

 

-¿Entonces…Bruno y tu son amigos hace mucho tiempo? – Bueno para Liam eso de “amigos” no le sonaba mucho pero que podía decir.

 

-No…mucho…realmente.

 

-Oh, ya veo…no te ves como los chicos con los que generalmente anda en su escuela.

 

- Pues no – Respondió Liam esperando que el interrogatorio materno terminara.

 

-¿Estuvieron jugando ajedrez? – Le pregunto mirando hacia el tablero con la partida aun a medio terminar.

 

-Si… algo.

 

De pronto el rostro de la mujer tomo el mismo aire reflexivo que había tomado el de Bruno cuando Liam le había preguntado sobre el dueño del tablero.

 

-Eso….es bueno… ¡Ya me caes  súper bien! – Le grito prácticamente la mujer mientras daba un constante ataque de golpees a la espalda.

 

 Si esta señora sigue golpeándome la espalda me va  asacar un pulmón. Era todo lo que tenía Liam en su cabeza.

 

Para su suerte Bruno acababa de entrar.

 

-Madre, el taxi ya está afuera.

 

- Bueno fue un gusto conocerte tesoro, vuelve pronto.

 

-Gracias –respondió Liam saliendo de la casa para apresurase a sobarse las pobres paletas  de su espalda.

 

-¿Estas bien? – Le pregunto Bruno con un tinte de burla.

 

- Tu mamá….– Y tú no se parecen en nada,  era lo que pensaba decir recordando la foto sobre su cama , pero termino diciendo- Es muy entusiasta.

 

-Si… supongo que así es- Le respondió con una sonrisa apenada.

 

Apenas subió al taxi Bruno se asomó por la ventanilla.

 

-Nos vemos mañana Liam.

 

-Okey... Bye.

 

-¡Bye! –Lo escucho gritar mientras arrancaba el auto.

 

 

 

Durante su trayecto a casa, Liam tenía dos cosas claras, la primera es que había muchas cosas sobre Bruno que definitivamente no encajaban con su imagen  y la segunda es que a pesar de querer ignorarlo el bichito de la curiosidad ya lo estaba empezando a picar.

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