Mis padres eran huérfanos, mi madre a los 15 y mi padre toda su vida, que llegara a la universidad fue todo un logro y valió la pena porque allí conoció a mi madre, eso era lo que siempre decía.
En realidad no recuerdo mucho de mi madre solo los hospitales y las medicinas si no fuera por las fotos que aún se conservan creo que ni siquiera recordaría como era, cuando estaba embarazada le diagnosticaron pre -cáncer necesitaba iniciar un tratamiento pero esto podría lastimarme así que ella se negó, cuando tenía cinco murió – No lo diría nunca en voz alta pero siempre he pensado que de alguna manera mi padre me culpo por su muerte, no lo culpo.
Después de eso mi padre se refugió en el alcohol cuando tenía siete yo cuidaba de todo en casa incluso de mi padre – Ah, esos días.
Él era doctor pero cada peso lo gastaba en la bebida pocas veces teníamos algo decente en la nevera, se podría decir que fui abandonado lo único que tenía era un techo en mi cabeza y un cupo en una escuela pública era un buen lugar pero los chicos pueden llegar a ser muy crueles y yo no tenía nada de autoestima era un niño de siete años con un cuerpo de diez que no sabía defenderse y lo único que hacía era llorar , un blanco fácil para un grupo de chicos que tenían sus propios problemas en casa.
El acoso fue tanto que un día pensé en ya no volver a la escuela, pero volví - Sinceramente no estoy seguro de si eso fue algo malo o bueno para mi vida ahora que lo pienso bien, pero si pudiera evitar la siguiente parte de la historia.
Un día simplemente estalle de la peor manera recuerdo que me fui contra un niño que me acuso de matar a mi madre o eso creo no recuerdo muy bien lo que paso, solo que el chico fue al hospital y yo a servicios sociales estuve de casa hogar en casa hogar casi tres años, es decir, quien querría adoptar a un chico enorme que casi mata a un compañero de clases – Y tenían razón, nunca olvidare la sensación cálida de la sangre en mis manos ni la enorme ira dentro de mí, cada día ruego a Dios por nunca más volver a sentirme así.
Muchas veces escuchaba hablar de mis cuidadores de lo agradecido que debía estar de ser tan joven, de lo contrario ya estaría en un reformatorio, durante ese tiempo no vi a mi padre ni una sola vez hasta que un día de la nada apareció en la corte llevaba un traje negro, me abrazo y lloro sobre mi hombro- A decir verdad prefiero no recordar en detalle ese momento.
Supe que estuvo en prisión había operado a un paciente en estado de embriaguez por suerte este no murió y termino retirando los cargos pero mi padre perdió su licencia nunca podría volver a estar en un quirófano- Durante mucho temí que volviera a beber, era asfixiante cada vez que salía de casa cuando volvía de la escuela, cada vez que nos separábamos me daba miedo volver a encontrarlo ebrio, pero no paso.
Él había practicado boxeo en la universidad y se dedicó a eso.
Crear una relación con mi padre fue muy difícil pero lo hicimos y luego apareció Katherine era la primera vez que vi a mi padre tan feliz y yo empecé a sentir lo que era tener una familia duro poco tiempo pero ese tiempo es mi mayor tesoro, Liam.
Un día mi padre subió al ring como siempre pero nunca bajo, tal vez fue desde entonces que empecé a odiar todo lo relacionado contra la violencia, me prometí nunca levantar mis puños contra nadie, - Pero creo que últimamente he fallado en eso ¿no? Aunque no me arrepiento porque fue para defenderte, claro que eso no te lo diré, no pondré esa carga sobre ti.
- Liam ¿Me odias? – Para ese momento Bruno ni siquiera podía ver a Liam a los ojos.
-¿Odiarte? Porque, por ser más increíble de lo que pensé que eras.
-¿Qué?- Nunca había escuchado eso.
-Bueno, es que has pasado por mucho y…eres genial, Yo.- No llores, tonto no llores, si lo haces harás que Liam empiece a sentir pena por ti, eso era lo que pensaba Bruno, así que se tragó todo y lo que pudo decir fue -¡Gracias!, nunca había escuchado a nadie decir algo así de mí.
-Que mentiroso todos en la escuela hablan de lo genial que eres.
-Por el rugby, solo por eso.
-Puedo preguntarte algo Bruno.
-Claro
-Porque el Rugby, es solo que justo ahora no lo entiendo.
-Nunca me sentí aceptado en ningún lugar sabes, bueno además de mi familia, yo siempre estuve muy…solo, pero entonces apareció Blass y el no solo me acepto sentía que podía confiarle todo, Blass transformo mi mundo, para mi él era Whaoooo – Bruno no pudo evitar el ardor en su garganta ni la risa sarcástica que se le escapo- Debí saber que era demasiado bueno para ser verdad
-Oh
-¿Qué?- Pregunto Bruno un poco desconfiado de la extraña expresión que Liam tenía en ese momento
-No, nada, mientras no te des cuenta
-No te entiendo
-¿Puedo preguntar algo más? – Al escuchar la pregunta Bruno Quiso seguir indagando en la aptitud sospechosa del pequeño pero sintió que no obtendría nada.
-Claro
-¿Eres gay?
-Eh, eso…bueno, no creo que me haya gustado nunca un chico, es decir, nunca me han dado ganas de – Bruno no pudo evitar sonrojarse al ser tan consiente de todas las cosas que Liam le provocaba – Bueno, quiero decir físicamente nunca me había la atención nadie
-Ni Lana
-Bueno con Lana, siempre más bien todo era como dejarse llevar, pero nunca me sentí atraído, pensé que era lo normal.
-Ya veo así que de eso venia tu pensamiento de llegar virgen al matrimonio, ¿No?, ¿Qué piensas ahora?
-Yo …Yo – No podía creer que Liam se acordara de eso que vergüenza.
-Jajajaja Dios eres tan lindo
-¡Oye!
-Perdón, perdón – Se seguía burlando Liam.
-Hmp supongo que soy gay después de todo, porque realmente me encantas Liam.
-Tu – Eso tomo al pequeño con la guardia baja – Tks – Definitivamente Bruno iba a ser su perdición.
-Jajajaja – Fue Bruno quien empezó ahora a reír al ver la cara de pena de Liam.
-En serio tú serás mi perdición.
-Yo creo que tú eres la mía hace ya un tiempo
Liam no podía comprender como ese gigante podía decir esas cosas como si nada.
-Disculpen – Les hablo la chica de gafas y coletas que los estaba atendiendo – Es que ya vamos cerrar.
-¡Maldición!
-¿Qué?- Pregunto Bruno, recibiendo la cuenta, mientras la chica se iba.
-No, es solo que debo volver a casa, estoy en toque de queda y no quiero que mi madre se ponga demasiado loca.
-Liam, si tú quieres que yo vaya a hablar con ella.
-¡No!
La reacción de Liam desanimo un poco a Bruno, cosa que no pasó desapercibida por el bajito
-Es que conozco a mi madre Bruno si tratas de intervenir se pondrá peor, no te reocupes ya ideare algo para arreglar todo este asunto.
-¿Seguro?
-Claro, confía en mí
- Esta bien, pero no me dejes fuera de esto cualquier cosa que se te ocurra cuentas conmigo ¿Sabes?
- Aja , lo sé – Liam no pudo evitar sonreír mientras empezaba a recoger su mochila para marcharse – Bueno no vemos mañana en la escuela
-Claro que si – Fue lo que le dijo Bruno aun sentado en su lugar pero rosando ligeramente una de las manos del pequeño que le envió miles de pequeñas corrientes por todo el cuerpo. No había duda ese gigantón iba a ser sin duda a alguna su perdición fue lo que pensó Liam camino a su casa.
Esa noche no pudo dormir había muchas cosas en su mente mientras escuchaba la historia de Bruno Liam sintió que estaba más lejos de Bruno de lo que él pensó, eran tan diferentes , sus vidas habían sido como el cielo y la tierra , sin embrago el recordar escuchar a Bruno decirle que le gustaba dispersaba todos esos sentimientos y al mismo tiempo lo asustaba que pasaba si sus sentimientos por Bruno no eran tan fuertes si solo era el calentón del momento, no quería ser él quien lastimara nuevamente al grandote, por otra parte estaba esa rabia que sentía cada vez que recordaba la forma como Bruno había hablado de Blass ¡Maldición! acaso era posible que alguien se enamorara de otra persona sin siquiera darse cuenta de eso, Liam no lo sabía, pero de algo estaba seguro alguien como Blass no se merecía a Bruno, y aunque no sabía cuáles eran las intenciones de Blass para con Bruno algo era cierto él jamás, jamás permitiría que ese imbécil se pudiera acercar al corazón de Bruno de nuevo, jamás lo permitiría, nunca se lo cedería “primero muerto” se dijo a sí mismo.
- Liam
- ¿Señor? – Respondió el pequeño al bajarse del auto de su padre en la entrada de la escuela.
- Que lo que paso anoche no vuelva a pasar, tu madre te quiere a las 14: 00 en casa.
- Claro padre ¿Algo más? Quieres que te llame en cada cambio de clases Up, perdón verdad que ya no tengo ni celular.
- A las 14: 00 en casa Liam
Tks era tan molesto, odiaba todo eso, pero no podía evitar querer ver ya a Bruno – Maldita sea es posible que hubiese se le hubiera volteado la arepa.
-¡Liam!
-¿Marcos?
- Necesitamos hablar
-Voy a clases y que te paso – El chico tenía un ojo morado.
-Es urgente, por favor
-Okey