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Historia de un amor por zandaleesol

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Título: Historia de un amor


Personajes: Harry/Severus


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos. No percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Esta historia es un AU. Si quieren magia, pues aquí no la encontraran. Pero sí encontraran mucho romance, malos entendidos, angustia y, más romance.



Capítulo 6. Reencuentro



La decisión de Harry de aceptar la invitación de la familia Malfoy para viajar a Londres, no cambió pese a los intensos ruegos de Hermione.


Remus no intervino para que Harry desistiera del viaje. Sin embargo, no dejó de insistirle a Severus que hablara con el muchacho de ojos esmeraldas, que le explicara lo que verdaderamente había ocurrido, que no dejara que Harry partiera creyendo que no le amaba. Pero Severus no tuvo valor para hacerlo, después del tremendo error cometido estaba convencido de que no merecía el amor de Harry, aunque existiera la remota posibilidad de que éste le siguiera amando, cosa en la que realmente no creía.


Apenas comenzaba diciembre cuando Harry se despidió de Remus. Finalmente no se marchaba solo con Draco y su madre, Hermione también le acompañaba. Ella no deseaba hacerlo, pero tras la petición de Severus para que no dejara solo a Harry la chica aceptó el viaje.


El momento de la despedida fue tenso para todos. Aunque Harry estaba deprimido y triste, no lo demostró en absoluto. No quería inspirar lástima en el hombre de ojos negros. Severus por su parte no dejó traslucir la tremenda congoja que la partida de Harry le provocaba. Después del error cometido no creía tener ese derecho. Aunque tenía el horrible presentimiento que Harry estando en Londres, pronto conocería a alguien que curara su corazón roto.


*~*~*~*~*~*~*


La familia Malfoy se instaló en la mansión que poseía en Londres, junto a sus dos invitados.


Ni Harry ni Hermione irradiaban entusiasmo tras dejar por primera vez el hogar y a las personas que los habían acogido siendo aún niños. Hermione sabía que no ver a Remus a diario sería difícil porque lo amaba, con respecto a Severus su corazón era tocado por el afecto y la gratitud, lamentaba que el romance con Harry terminara.


Harry sabía que no dejaría de pensar en Severus solo por el hecho de no verlo. Todo era muy reciente como para olvidar tan pronto. Pero la nueva vida que le había ofrecido Draco y su madre, por lo menos serviría para cicatrizar la herida de su corazón. No sabía qué cosas podían sucederle estando en la ciudad, pero sin duda aquella existencia a lo menos sería una distracción. No estaba ya en sus manos cambiar lo sucedido, por lo tanto dejaría que su nueva vida fluyese, no tenía nada más que perder.


Draco y su madre se entregaron con placer a su nueva responsabilidad de anfitriones y no hubo cosa que no dejaron de hacer para agasajar a los dos jóvenes.


Harry comprobó en cosa de pocos días que olvidar a Severus sería más difícil de lo que había previsto. Cada nuevo lugar que descubría en ese Londres tan asombroso, su imaginación le jugaba malas pasadas, pues no podía evitar imaginarse descubriendo todas esas maravillas junto a quien fuera por tiempo tan breve su prometido secreto.


Pasada varias semanas el joven no había logrado olvidar al hombre de ojos negros. Durante el día las intensas actividades organizadas por Draco y su madre, le distraían, pero durante la noche, cuando iba a dormir, revivía el dolor de la pérdida. Lamentaba sinceramente no ser capaz de encontrar en su corazón un motivo para olvidar a Severus. Se preguntaba cómo haría para sacárselo del corazón.


A fines del mes de enero, cuando asistía a una noche de gala en el teatro, conoció a un amigo de Draco. Un joven de su misma edad, atractivo, interesante y de buena familia. Sin embargo, Harry no se mostró emocionado, fue bastante indiferente. Su corazón estaba muy herido como para pensar en amar otra vez. Además, aunque no fuese capaz de reconocerlo en voz alta, seguía amando a Severus. Mientras no sacara al hombre de su corazón, sabía que no tendría la posibilidad de amar otra vez. La verdad es que estaba tan decepcionado que no creía que un futuro cercano ni lejano volviera a enamorarse de alguien.


*~*~*~*~*~*~*


Severus en su mansión, no vivía una mejor situación que Harry. Los casi dos meses transcurridos desde la partida del muchacho no había atenuado su dolor ni un poco. Al contrario, dicho sufrimiento se acrecentaba con el paso de las semanas. En un comienzo quiso apaciguar su dolor con distracciones de todo tipo. Lucius fue su compañero inseparable en tales andanzas, el rubio al verse libre de la presencia de su esposa dio rienda suelta a su afición a las fiestas y a los amantes. No quedó un solo lugar en la comarca ni en los alrededores que los dos hombres no visitaran para saciar sus deseos de diversión.


Durante las noches visitaban un local donde se apostaba, se bebía y se encontraba mujeres dispuestas a saciar las necesidades sexuales de los clientes. Severus todas las noches elegía a una mujer diferente.


Antes de darse cuenta de sus sentimientos por Harry, acudía solo de vez en cuando a ese lugar. En esas ocasiones nunca eligió una mujer para satisfacer sus deseos. La dueña del local sabía de su gusto por los hombres. Siempre había uno dispuesto para él.


Pero ahora Severus, no podía estar con hombres. Lo había intentado, pero en el mismo momento en que su experto amante tomó la iniciativa para satisfacerlo, fue invadido por el dolor, pues la imagen de Harry en esa última mañana en los establos, la audacia de sus besos, la ardiente pasión de su cuerpo, le invadieron y bastaron para que dejase de sentir deseo por su amante de turno. Estaba convencido de que nunca podría tener sexo con un hombre, porque de hacerlo, solo se torturaría al saber que no era el cuerpo de Harry el que estaba entregándosele.


*~*~*~*~*~*~*


Remus, que naturalmente se enteraba de las andanzas libertinas de Severus, no estaba de acuerdo con tal comportamiento. Pero no creía que intervenir fuera lo indicado, después de todo, Severus no era precisamente un niño pequeño al que pudiera darle órdenes. Si se había entregado a una vida licenciosa para olvidar su amor por Harry, era cosa de él, pero no creía que este camino fuese la solución a ese mal de amor.


En todo caso sabía que más temprano que tarde el hombre de ojos negros dejaría aquello, cuando comprobará que su pasión por Harry no sería jamás apagada con placeres efímeros. Quizá entonces se decidiera a ir en busca del muchacho. Esperaba que este proceso no tardara demasiado, no fuera a ser que cuando finalmente Severus entendiera que Harry era el único que podía hacerle feliz, fuera realmente tarde.


*~*~*~*~*~*~*


El invierno pasó como pincelada para Severus. Nada de lo que hizo logró que olvidara a Harry. A pocas semanas de comenzar el verano su estado no era el mejor. Las noches de juerga le pasaban la cuenta, después de todo no era un veinteañero. Llamó al médico a la mansión y este le recomendó reposo y buena alimentación, cosas que no habían estado muy presentes en su vida últimamente.


Se encontraba solo, pues Remus había viajado el mes anterior a Londres para visitar a Harry y Hermione. Le parecía increíble pensar que ya habían transcurrido seis meses desde que los jóvenes se marcharan con los Malfoy. A esas alturas era más que probable que Harry hubiese encontrado alguien con quien consolarse, era joven y hermoso, no le faltarían pretendientes.


En cuanto a él, después de esos meses desenfrenados finalmente había recuperado la sensatez. Nada curaría el dolor de su corazón, así que era mejor aceptar la realidad, estaba viejo para tanto libertinaje, aquello debía dejárselo a los jóvenes. Definitivamente se retiraba de aquellas lides. Se quedaría en su mansión y se dedicaría a sus asuntos. Vida social últimamente casi no tenía; aún visitaba a algunas personas más íntimas, pero solo por compromiso.


Ahora que permanecía la mayor parte del día y de la noche en su mansión dimensionaba la tremenda soledad que le aquejaba. Era doloroso ver la casa tan vacía. Solo los empleados evitaban que el lugar se viese totalmente abandonado. No sabía qué hacer con su vida ahora, pues toda ella había girado en torno de los dos jóvenes que había adoptado hacía más de diez años. Pero ellos no estaban y tal vez no regresaran otra vez.


*~*~*~*~*~*~*


Remus estaba demasiado intranquilo como para seguir quedándose en Londres, le preocupaba el que Severus estuviese solo. Sin embargo, había algo que le retenía en la ciudad, algo que aún le costaba reconocer abiertamente. Cada día que pasaba se sentía más atraído por Draco Malfoy. Era tan diferente al padre en cuanto a carácter. Narcisa había hecho lo correcto al educarlo lejos de la mala influencia de su marido.


Estaba cerca de la ventana observando el trabajo de los jardineros cuando alguien entró al salón.


-Buenos días, señor Lupin -saludó con una inclinación de la cabeza Draco.


Se volvió con una sonrisa.


-Buenos días -respondió con igual cortesía, y haciendo un tremendo esfuerzo por esconder lo que despertaba en él ese joven que estaba interesado seriamente en Hermione.


No podía existir un mejor modo de comenzar el día que ver a Draco a una hora tan temprana, aunque sabía que su pasión era imposible.


Draco hizo lo posible por no exteriorizar sus emociones. Era cada día más difícil dominarse, aunque estaba consciente de que no tenía derecho a mostrar lo que realmente le sucedía con Remus. Había cometido un terrible error al cortejar a Hermione, la chica le había encandilado cuando la conoció, y juzgó sus sentimientos por ella profundos y sinceros, pero con el pasar de los meses todo eso había cambiado. Hasta ahora Hermione no le manifestaba nada más que un afecto amistoso. No había llegado a enamorarse de él, en otra circunstancia eso le hubiese causado dolor, pero le alegraba, porque desde hace rato se había convencido de que la apreciaba como amiga.


Sin embargo, la estancia de ella y Harry en la mansión había provocado que Remus Lupin les visitara asiduamente. La compañía de Remus le resultó agradable al comienzo, pero después aquello comenzó a cambiar, dejó de ser solo algo agradable para convertirse en una afición, en una necesidad, aunque debido a lo mismo se ponía bastante nervioso cuando se encontraban a solas.


Remus le había agradado desde el primer momento, pero como en un comienzo se sintió atraído por Hermione no prestó mayor atención al hombre de ojos dorados. Ahora las cosas eran diametralmente opuestas. Era Remus quien llenaba sus pensamientos a toda hora. Era el invitado en la mansión desde hacía un mes, pero ya estaba hablando de marcharse, apenas soportaba la idea de verlo partir, sin encontrar el valor de confesarle al hombre lo que había provocado en él. Se había enamorado de Remus. Sin embargo, presentía que Remus gozaba mucho la vida sin compromiso. Por eso no se hacía grandes ilusiones.



-Harry y Hermione bajaran pronto -anunció Draco.

-Gracias -respondió Remus.


Draco con una seña invitó a Remus a sentarse.


-¿Lady Malfoy, se encuentra mejor?

-Sí, mucho mejor. El nuevo médico que usted le recomendó le ha recetado unas hierbas especiales para controlar esa jaqueca, pobrecilla cuando vienen no tolera ni la luz del sol.

-Sí, lo sé. Afortunadamente no vienen con frecuencia -respondió Remus -. El doctor Weasley ha viajado por todo el mundo, por lo mismo conoce mucho. Me ha dicho que la medicina de oriente en especial es muy eficaz.

-Mi madre confía en su criterio, siente mucha admiración por usted… al igual que yo -la última parte de la frase, provocó una sacudida en Remus que le descolocó un poco.


Afortunadamente para Remus la entrada de Harry y Hermione interrumpió aquello.


-Remus… buenos días -saludó Hermione con una sonrisa encantadora.

-Mi niña, tan bella que hasta el sol siente celos -respondió Remus mientras abrazaba a la chica castaña.


Harry sonrió y por un segundo desvió su mirada hacia Draco. Por primera vez notó algo que antes no había visto. La forma en que su amigo miraba a Remus, mientras éste abrazaba a Hermione. El joven de ojos esmeraldas tenía experiencia en amores inconfesados, le bastó un segundo para comprender que Draco, el mismo que hacía un par de meses le había confesado estar loco de amor por Hermione, resultaba que ahora estaba enamorado de Remus.


Él sabía con certeza que Hermione no había llegado a sentir nada por el rubio, nada que no fuese simpatía. Sin embargo igual sintió preocupación por la chica castaña. El conocía a Remus, y desde hace rato había notado que a éste le atraía Draco. Ahora que acababa de percibir la mirada de su amigo, comprendió que existían serías posibilidades para que surgiera un romance entre Remus y Draco. Y con Hermione enamorada desde hacía años de Remus, la cosa no pintaba bien. Ella iba a sufrir mucho si llegaba a comprender la verdad que él acababa de descubrir.


De pronto pensó en sí mismo, y en lo mucho que había sufrido por causa del amor de Severus. En realidad por su falta de amor. El hombre de ojos negros no le había amado en realidad, había confundido el afecto con amor, al darse cuenta de su error había roto con el compromiso. La herida aún sangraba, pero confiaba en que algún día pudiera cerrarla definitivamente.


*~*~*~*~*~*~*


Hermione aún no le había dicho nada a Harry, pero desde hacía rato deseaba regresar al lado de Severus. Le preocupaba la soledad del hombre. Pero no era el único motivo que tenía para desear dejar Londres. Su perspicacia e intuición de mujer, le permitían darse perfecta cuenta de lo que estaba sucediendo entre Draco y Remus. Ella nunca había tenido esperanzas con respecto a Remus, pues sabía que el hombre de ojos dorados la veía desde siempre como a una hija. Nunca sería de otro modo.


En cuanto a Draco, le había sorprendido un poco, pues hacía meses atrás el chico rubio parecía estar deseoso de conquistarla. No le molestaba ese cambio, al contrario, le dolería que el interés de Draco siguiera intacto, pues sabía que nunca le hubiese correspondido. Sin embargo, no esperó jamás que quien fuera su pretendiente terminara fijándose en el mismo hombre que ella. Era una mala broma ciertamente.


Además estaba segura de que los sentimientos de Draco eran correspondidos. No tenía celos, pero le dolía que Remus mirara al chico rubio como nunca podría mirarla a ella. Estaba resignada al respecto. Sin embargo, tomar la decisión de partir definitivamente le complicaba por causa de Harry. Sabía que el muchacho no querría regresar con ella, y eso debido a que aún amaba a Severus. Le dolía pensar en que las cosas para ellos no habían sido afortunadas en el amor.


*~*~*~*~*~*~*


Finalmente no fue necesario que Remus abandonara Londres. Recibió una carta de Severus donde le anunciaba su pronta llegada. La noticia le alegró mucho, pues imaginó que aquella decisión de su amigo se relacionaba con Harry. Al parecer Severus por fin había comprendido que su vida nunca estaría completa sin Harry, y venía a la ciudad para reconquistar al joven de ojos esmeraldas.


Remus guardó silencio con respecto a esta noticia, esperó algo impaciente la llegada de Severus, y cuando esta se produjo decidió visitarlo en la casa que el hombre poseía en la ciudad.


El reencuentro fue alegre, pero no dejó sorprender a Remus el aspecto desmejorado que tenía Severus. Esto le preocupó mucho al hombre y personalmente le llevó para que el doctor Weasley le revisara.


Severus puso sus objeciones al principio, pero después aceptó ir para que Remus le dejase en paz.


El doctor le encontró no muy saludable. Le hizo varias recomendaciones y le aconsejó que regresara al campo, pues el aire contaminado de Londres, por causa de las chimeneas de las fábricas podía perjudicar seriamente sus pulmones.


En todo caso Severus no necesitaba de mucha insistencia, en realidad había venido a la ciudad solo para saber algo de Harry, pero no pretendía quedarse por tiempo indefinido.


Después de salir de la consulta del doctor Weasley, Remus y él se instalaron en un salón de té para conversar.

-¿No me preguntaras por Harry?


El hombre de ojos negros guardó un silencio elocuente.


-Pensé que lo habías pensado mejor y venías decidido a reconquistar a Harry.

-Estoy seguro de que es feliz sin mí.

-Eres muy terco Severus. Cuando comprenderás que Harry y tú solo serán felices cuando vuelvan a estar juntos.

-Ya es demasiado tarde.

-Yo no lo creo.

-Estoy seguro de que Harry pronto encontrará a alguien más apropiado, si es que no lo ha encontrado ya.

-Estoy hace un poco más de un mes aquí no he sabido de nadie.

-Solo es cuestión de tiempo para que suceda.

-Severus, aún no es tarde para ti y para Harry, búscalo, confiésale que lo amas, que siempre lo has amado.

-No puedo Remus.

-¿Por qué no? No creo que hayas dejado de amarlo.

-Es cierto, nunca amaré a nadie más, pero es mejor que todo quede como está.

-No estoy de acuerdo, no seas orgulloso.

-Te juro Remus que no tiene nada que ver con el orgullo. Harry merece a alguien de su edad, alguien que tenga intereses similares.

-Severus hazme caso, no dejes pasar esta ocasión, quizá después lo lamentarás.

-Mi tiempo ya pasó Remus.


El hombre de ojos dorados movió la cabeza en señal de negación.


-¿Visitarás la casa de los Malfoy?

-¿Para qué?

-Hace meses que no ves a Hermione, es que ella dejó de importante también.

-Hermione y Harry siempre me importaran.

-No es lo que parece.

-Tengo muchas ganas de ver a Hermione, pero no quiero visitar la casa de los Malfoy, sería incómodo para Harry.


Remus estaba convencido de que Severus evitaba a Harry por temor.


-Le contaré a Hermione que estás en la ciudad para que ella te visite. Te ha extrañado, me consta que se queda aquí solo por no dejar a Harry.

-Estaré encantado de verla. Pero Remus, por favor que Harry no sepa que estoy aquí en Londres.

-Si eso deseas, él no se enterara.

-Gracias.


*~*~*~*~*~*~*


Hermione se enteró de la presencia de Severus en la ciudad y se alegró mucho, sin embargo no se lo contó a Harry. Al día siguiente de haber recibido la noticia por parte de Remus, con la excusa de que necesitaba buscar un obsequio para el muchacho, cuyo cumpleaños estaba cerca salió muy temprano en la mañana. Se fue directo a la casa que tenía Severus en la calle Bowers.


La chica se impresionó bastante al ver a Severus, pues el hombre no era ni la sombra de lo que había sido. Aquello sirvió para confirmar lo que ella siempre había sabido, Severus amaba a Harry por encima de cualquier duda o mal entendido. Sin embargo, ella tuvo la delicadeza no hacer comentario sobre el aspecto desmejorado del hombre.


Hablaron de lo que era la vida de ella en la ciudad, y de cómo extrañaba la vida del campo. Le expresó el deseo que tenía de regresar al que consideraba su hogar, el problema es que no se atrevía a dejar a Harry. Y no era un secreto para nadie que Harry no regresaría jamás a la misma casa que habitaba Severus, el hombre que le había roto el corazón.


Pero Severus para no sufrir más no preguntó por Harry, solo deseó saber si era feliz. En este punto Hermione no se atrevió a mentir y dijo la verdad, Harry aún sufría, pero no estaba dispuesto a perdonar.


Esto no sorprendió a Severus, en realidad nunca aspiró al perdón de Harry. Estaba resignado a que lo había perdido para siempre.


Lo que sí sorprendió a Severus fue enterarse de que Draco ya no tenía interés por Hermione. Le pareció absurdo el cambio del muchacho, pues parecía de lo más seguro con respecto a Hermione. En todo caso no se preocupó cuando comprendió que para Hermione esto era más un alivio que una carga. Ella nunca amaría a Draco, la razón era un misterio que ella no estuvo dispuesta a revelar.


*~*~*~*~*~*~*


Después de varios días de permanencia en la ciudad y cuando Severus ya se había hecho el propósito de marcharse al día siguiente, Remus apareció una noche de improviso y lo invitó al teatro. Naturalmente el hombre no estaba de humor para diversiones, pero la insistencia de Remus fue tanta que al final cedió por cansancio.


Lo que Severus ignoraba era que tanto Remus como Hermione se habían puesto de acuerdo para propiciar un encuentro en público entre Harry y él. El plan era que lo sorpresivo del encuentro provocara en los dos algún efecto positivo y dejaran de lado el orgullo por una parte y la culpa por el otro.


Todo fue de acuerdo al plan previsto por Remus. Llegó al teatro con Severus sin decirle que Harry estaría ahí mismo con los Malfoy y Hermione.


El hombre de ojos negros no prestó ni un poco de atención a la presentación y estuvo dormido casi todo el tiempo. Solo cuando el aplauso final le despertó concluyó que no había sido la mejor idea hacerle caso a Remus. En todo caso al siguiente día regresaría a su mansión en el campo así que realmente no importaba, aquello le ayudaría a acortar la noche.


Después de abandonar el palco y cuando salían al pasillo el «sorpresivo» encuentro acordado por Remus y Hermione se produjo.


Lady Malfoy reaccionó sorprendida al ver a Severus luego de tantos meses, pero su sorpresa se debió más al saber que estaba en la ciudad y no se había presentado en su casa ni siquiera para ver a Harry y Hermione. Además el aspecto físico visiblemente desmejorado del hombre de ojos negros la preocupó.


Harry por su parte en el primer momento también se impactó, pero luego supo cómo esconderlo. Nunca le dejaría saber al hombre que aún sufría por el rompimiento. Se alegró de que esa noche les acompañara el amigo que Draco le había presentado unos días atrás, un elegante y simpático muchacho llamado Theodore Nott, y con el que se había llevado muy bien desde el primer momento y que había dejado en evidencia que no le era indiferente.


Severus saludó a todo el grupo que tenía enfrente. Sonrió como la etiqueta lo mandaba ante los comentarios de Lady Malfoy, sobre su ingratitud. Sin embargo, su atención pese a todo se centró en Harry. No había cambiado mucho en esos meses, por lo menos no físicamente.


La actitud de Harry hacia su tutor fue tan fría que no dejó de sorprender a Narcisa y a Draco. Ellos naturalmente no conocían la historia que se escondía tras esa frialdad del chico.


Harry al ver la actitud de Hermione comprendió que ella estaba enterada de que Severus estaba en Londres, le enfureció que ella se lo ocultara. Sin embargo decidió fingir, los Malfoy no tenían por qué enterarse de las desinteligencias que se habían vivido al interior de su familia, así que recurriendo a una frialdad que no le era propia, saludó a Severus con toda la normalidad de la que se sentía capaz.


Sin embargo a los ojos de quienes le observaban quedó de manifiesto que su relación con Severus había dejado de ser cercana y afectuosa como en el pasado.


Para Severus esto fue la confirmación de lo que siempre había sabido que ocurriría, Harry había dejado de amarle.



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