-Esto es impresionante, gracias- sonreía Mu acercándose a cada una de sus obras. Todo parecía resaltar más con esas luces.
-Mi cableado es algo malo, si enciendes las luces se fundirá el foco de tu baño- sonreía Saga apagándolas para que Mu pudiese encender las luces.
-No importa, es genial, gracias- dijo acercándose al peliazul para estrecharlo entre sus brazos. Saga colocó su rostro cerca del cuello de Mu inhalando su fresco aroma, sintiendo la suavidad de su piel y su cabello.
Se separaron sólo para mirarse y sonreír. Mu se sonrojó ante la intensa mirada que el griego le dedicaba. Ninguno de los dos podía negar que se deseaban, no a estas alturas.
Saga se acercó lentamente para besar la mejilla del menor, quien cerró los ojos sintiendo la tibieza del peliazul en su piel, después besó la comisura de sus labios deteniéndose en ese lugar unos segundos mientras sus manos se colocaban en su cintura. Unos segundos después se besaban con pasión y necesidad contenida.
Caminaron hasta la habitación y continuaron con los besos, que poco a poco se volvieron urgidos. Terminaron sobre la cama con Saga sobre Mu, y el griego desabotonó la camisa del pelilila sin retirarla, sólo abriéndola para admirar su cuerpo. Se separó sólo un poco para ver su rostro y besarlo, después para rendirle tributo a su blanco cuello, venerar sus clavículas rozando con sus dientes la delicada piel.
-Espera.
-No te preocupes, traigo condones- susurró contra la suave piel de sus clavículas. Mu negó sonriendo colocando sus manos en el pecho de Saga para alejarlo.
-No, quiero ir despacio.
-¿Y si sólo lo meto un poquito? No contará- sonrió Saga besando sus labios.
-Mis amigos dicen que si cuenta.
-Quizá un tanto así- dijo haciendo una medida con sus manos- Ni siquiera lo sentirás- Mu sonrió negando acariciando el rostro del mayor.
-No- Saga resopló, pero sonriendo cerrando la camisa del menor.
-Está bien, pero no puedes prohibirme el seguir besándote- concluyó antes de seguir besando los suaves labios de Mu.
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El primero en despertar fue Saga, quien al ver a Mu a su lado no pudo más que sonreír. El menor lucía tan apacible, con el cabello algo alborotado haciéndolo lucir más joven, sin preocupaciones.
Mu despertó unos segundos después, aunque su respuesta al ver al griego fue muy diferente. Lo miró asustado y comenzó a alaciar su cabello con los dedos.
-Luces muy apuesto cuando despiertas- dijo Saga sonriéndole con sinceridad.
-¿En serio?- preguntó frunciendo el ceño. El peliazul asintió acercando su mano para acomodar un rebelde mechón lila detrás de su oreja.
-¿Qué te parece esta grandiosa idea? Luchas mexicanas por televisión, cocinaré huevos rancheros y tu prepararás margaritas ¿Qué tal?
Mu asentía con cada palabra del griego y sonreía cada vez más, pero de pronto una idea vino a su mente que lo hizo cerrar los ojos de golpe.
-¡No! ¡No puedo!
-¿Quieres cereal?
-No, tengo que ir con Kiki y ya es tarde, odia que llegue tarde ¡Ay no!- gritaba pasando por encima del griego, cayéndose al suelo y levantándose para correr y buscar su ropa.
Tomó todo entre sus manos mientras Saga lo miraba con una leve sonrisa. Se acercó para besarlo antes de ir a cambiarse y salir de su departamento.
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-No puedo creer que hayas elegido estas invitaciones, Genbu, a decir por el novio, no tienes muy buen gusto.
Se burlaba Mu con un enorme libro entre sus manos mirando las invitaciones de la boda de su hermano.
-Yo elegí el tipo de letra- dijo Kiki tomando a su prometido por la cintura.
Estaban en la florería donde elegirían todos los arreglos florares de la recepción.
-Te diré lo mismo que a Genbu y su pésimo gusto- Kiki rodó los ojos al igual que Genbu. Se separaron para admirar mejor todas las flores a su alrededor.
-¿Convenciste a papá de ir a la boda?
-No tengo que hacerlo porque va a venir.
-¿Tú crees?
-Admítelo, papá sólo viene porque cree que debe hacerlo. Quitarse un peso de encima y has felices a todos- exclamó Mu con un tono de obviedad sobre su padre, Dohko, mientras Kiki torcía el gesto, considerando aquello.
-No es mala idea. Por cierto ¿Qué tal te fue con Pandora?
-Es lesbiana, pero Saga me acompañará a la boda.
-¿Es el tipo que contestó tu teléfono y se molestó porque lo desperté a las 11 de la mañana?- preguntó Genbu llegando junto a ellos.
-La primera vez que lo vi creí que era un violador- negó Kiki con una mueca.
-Es un buen tipo- sonreía Mu de una manera estúpida.
-Ay, Mu ¿Dormiste con él?
-No lo hice, en serio no lo hice, Genbu- su cuñado soltó el aire retenido por si Mu había aumentado su número.
-Bien, no lo hagas, no es el tipo de hombre con quien uno se casa. Él es el tipo con el que sales antes de conocer a tu futuro esposo- soltó Kiki mirando unas rosas blancas.
-¿Cómo lo sabes? No lo conoces.
-No necesita conocerlo, Mu, todos conocemos a alguien así. Mentiroso, sexy y patán.
-Bien, no tienen de qué preocuparse, es sólo un buen amigo que me hace un favor- dijo Mu tratando de escucharse seguro, pero pensando en las palabras de Kiki y Genbu, gestando una idea.