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Contando a mis ex por Aranel Poli

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Notas del capitulo:

Mu por fin se da cuenta de lo que quiere...

La casa de Shion era un caos. Personas corriendo de un lado para el otro con flores, bocadillos y demás.

Kiki y Genbu se alistaban en habitaciones diferentes, al menos ahí había tradición. Kiki lucía bastante nervioso, agitado y hasta asustado.

-¿Dónde está mi sándwich?- preguntaba mientras Shion le ajustaba el moño y Mu sólo miraba a su hermano entrar en pánico, y de paso se miraba en el espejo con la horrible camisa rosa que portaba.

-Cariño, relájate- susurraba Shion.

-¿Alguien se comió mi sándwich?

-No, hermano, respira ¿Sí?- pidió Mu acercándose a su hermano.

-¡Quiero mi maldito sándwich!

-Harb, busca ese maldito sándwich- dijo el pelilila al amigo de su hermano, quien asintió inmediatamente al ver el rostro descompuesto de Kiki. Era un caos.

-Disculpen, no quiero que entren en pánico, pero hay un problema- dijo un hombre calvo llamado Tatsumi entrando a la habitación dejando en completo silencio a los presentes.

-¡¿Qué?!- preguntó Kiki al punto del colapso.

-La arpista no vendrá, se rompió un dedo en un partido de softbol.

-¿Había una arpista?- susurró torciendo el gesto. Ni siquiera sabía que ese tipo de música sofisticaba iba a haber en su boda, seguro era obra de…

-¡¿Por qué me pasa esto a mí?!- gritó Shion respondiendo la duda del menor de sus hijos.

-Pero no se preocupen, tengo una lista de todas las bodas que habrá hoy, así que conseguí a alguien que vendrá en cuanto termine la otra boda, pero si ella no llega, tocaré la tuba.

Sonreía aquel hombre que estaba encargado de la organización de la boda dejando a Kiki satisfecho y a Shion con un dolor de cabeza.

-¡Lo encontré!- gritó Harb asomando la cabeza por encima de la cama con el sándwich de Kiki en una mano.

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La recepción era hermosa. El enorme jardín trasero de la casa de Shion lucía increíble con sillas blancas, arcos con flores, luces y velas por doquier. 

Mu caminó frente a todos del brazo de Íntegra sonriéndoles a sus familiares y claro, a Shaka, quien lo había acompañado sin chistar y que ahora le sonreía sentado en una de esas lujosas sillas.

La tuba comenzó a escucharse cuando Genbu y Kiki aparecieron en el altar. Genbu caminando del brazo de su madre y Kiki detrás de ellos con Shion a su lado.

-Genbu Baransu- dijo Kiki comenzando con sus votos –Hoy te hago estos juramentos. Jamás te llamaré idiota a menos que sea necesario. No me sonaré la nariz en la ducha. Prometo consultarte antes de hacerme un corte de cabello, de nuevo, y nunca dejarme crecer el bigote.

-Kiki Krýstallo, prometo no culparte de las decisiones que tomes en mis sueños, pero estaré molesto si haces algo extraño en ellos. Estaré al pendiente de tu caída de cabello, pero estoy seguro que no es nada grave. No me enojaré contigo por todo cuando esté enojado contigo por una sola cosa- finalizó Genbu haciendo reír a todos los invitados. Mu los miraba con una enorme sonrisa y los ojos algo húmedos por esas tontas lágrimas que no dejaría salir.

-¡Pueden besarse!- gritó el pastor en cuanto terminaron su votos. Ahora eran esposos ante la ley y sus familiares.

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-Qué buena fiesta- sonrió Dohko bailando con Mu.

-Sí, lo es.

-Tu papá siempre tuvo una risa hermosa- dijo mirando a Shion bailar con Shaka riendo y sonriendo. Ese tipo parecía ser una especie de LSD para él.

-Me alegra que esté feliz.

-¿Tú estás feliz?

-Sí… claro- respondió Mu no muy convencido bailando al ritmo de la música y mirando a Shaka parecer incómodo con Shion.

-Tu papá sólo quiere lo mejor para ti.

-Lo sé.

-Por desgracia, cree que lo mejor para ti es ser justo como él.

-No quiero ser como nadie más, quiero ser… yo y eso mismo explica porqué siempre lo decepciono- negó el pelilila agachando la mirada.

-Es difícil para él mirarte y ver que te pareces a mí. Pero eres mejor Mu, algo rebelde, pero mejor.

Mu rio ante el comentario de su padre, siempre se había llevado mejor con él que con Shion. De pronto, una música suave comenzó a escucharse.

-¿Me permite?- preguntó Shaka llegando hasta ellos pidiendo esa pieza con el pelilila. Dohko asintió sonriéndole y guiñándole un ojo a su hijo.

-Lo siento, no pude bailar abrazado de tu padre.

-No hay problema- sonrió una vez que Shaka colocó una de sus manos en su cintura y la otra en su mano.

-Luces muy apuesto- Mu sonrió sonrojándose un poco.

-Creo que la última vez que bailamos abrazados fue en la graduación ¿Lo recuerdas?

-Sí, claro que lo recuerdo, fue también el día que me diste el honor de hacer que ya no fueras apto para ningún otro hombre.

-Sí… vaya- resopló Mu inflando las mejillas –Sé que no es el lugar apropiado para decírtelo, pero quiero ser sincero. No fuiste el primero.

El rostro de Shaka se descompuso de una enorme sonrisa a una fina línea. Miró a Mu con el ceño fruncido mientras el pelilila hacía un mohín tratando de sonreírle.

-¿No?

-No, lo siento.

-Así que has estado con dos hombres en tu vida ¿No? Bien, eso no es nada, Mu.

-Más bien… dos veces diez- soltó el pelilila, aunque no se esperaba que Shaka comenzara a reírse.

-Sí, claro, como si hubieses tenido sexo con veinte hombres, qué asco.

-Sí… asqueroso- sonrió el pelilila con nerviosismo y desviando la mirada.

-Bien, tal vez no fui el primero, pero sí quizá el último.

-¿Sí? ¿Por qué? ¿Me vas a violar y asesinar?

-No, pero te voy a besar- musitó Shaka acercándose a los labios de Mu, quien lo recibió no muy gustoso. No le había gustado para nada lo que había dicho de él, que era asqueroso. -¿Qué te parecería cenar en Milán y desayunar en París?

-Algo formal, diría yo.

-Tengo que viajar un poco por lo de la fundación y quiero que vengas conmigo.

-¿En serio? ¿Por cuánto tiempo?

-Seis meses- Mu soltó una exhalación- Sé que es mucho tiempo, pero estás desempleado y tus esculturitas pueden esperar. Si lo piensas, lo único que te ata a Grecia soy yo, y ya me voy.

Mu lo miró asimilando cada palabra que había dicho y que estaba seguro que cada una de ellas era basura.

-Es tu turno- interrumpió el hombre organizador de bodas llegando hasta ellos indicándole al pelilila que era su turno de decir el discurso.

-Con permiso- se disculpó con Shaka para subir al escenario y una vez ahí suspiró para eneseguida sonreír y mirar a los esposos.

-Hola a todos, soy Mu, el hermano mayor de Kiki, quen era mi esclavo a los cinco años- reía haciendo sonreír a los invitados. –Cuando Kiki y Genbu comenzaron a salir debo admitir que estaba nervioso, se notaba que iban en serio, y pensé que mientras estuviera más cerca de Genbu, más se alejaría de mí, pero me equivoqué, venían con el paquete completo- dijo sonriéndoles con nostalgia- Ahora los veo a ambos y veo más a mi hermano, pero sobretodo, veo a un Kiki más feliz y es una mejor persona. Es como si con Genbu fuera… él mismo. Kiki es mi hermano menor, y mi deber es enseñarle todo. Cómo andar en bicicleta, cómo mentirle a nuestros padres, a manejar y demás. Todo eso lo aprendimos juntos, pero él me ha enseñado más y quiero agradecerte por enseñarme que estar enamorado es ser tú mismo. ¡Por Genbu y Mu!

Todos los presentes alzaron sus copas enternecidos por el bello discurso de Mu, quien ni siquiera lo tenía preparado, pero gracias a sus propias palabras, sabía lo que tenía que hacer.

-Estuviste genial.

-¿Podemos hablar?- pidió Mu en cuanto Shaka se acercó sonriente a felicitarlo.

-Sí, claro- Mu lo llevó hasta una pequeña casa de visitas que estaba cerca del patio. El pelilila se sentó en la cama y respiró varias veces preparándose para lo que estaba por decir.

-Shaka, en realidad si hay algo aquí en Grecia que es muy importante para mí. Y aunque tengo muchas ganas de viajar por el mundo, no estoy seguro de querer hacerlo contigo, lo cual es una locura,y lo sé porque eres perfecto, pero no eres perfecto para mí y yo tampoco lo soy para ti.

-Mu…

-Lo siento mucho Shaka, si hubiese sido sincero conmigo antes o en algún momento no te habría hecho pasar por todo esto.

-Sí, eso hubiese sido preferible- negó frunciendo los labios- Creo que no me quedaré al pastel, hasta luego.

-Está delicioso- susurró mirando a Shaka salir molesto del lugar.

Estaba hecho, había sido sincero con Shaka y no se arrepentía, no podía pasar otro día fingiendo ser alguien más. Tenía que ser él mismo y sabía perfectamente con quién lo era y quién lo hacía feliz.

Notas finales:

Besos inmensos!

Sólo un par de capítulos para que ésta historia termine.


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