La sonrisa de Harry se esfumó en el momento en el que apareció en el Comedor.
Desde la tarde anterior no sentía los labios, o quizás los sentía en exceso.
Reconocía que la jugada podría haberle salido mal, por lo que él sabía Malfoy se había estado besando con Parkinson no mucho antes. Si lo hubiera pensado le hubiera pedido que se desinfectara la boca antes de pasar horas besándose.
Pero era absurdo, él era incapaz de pensar en nada que no fueran los labios de Malfoy. Cuando este le devolvió el beso, menudo beso, su primer beso, Harry estaba de verdad feliz.
Al principio solo fueron sus labios acariciándose, mucho más intenso que su tímido beso. Pero cuando la lengua de Malfoy lo acarició Harry abrió automáticamente su boca.
Era húmedo y cálido y era la mejor sensación de su vida. Malfoy comenzó literalmente a devorarlo y a Harry le costaba seguirle el ritmo.
No se dio cuenta de que le faltaba el aire hasta que el rubio se separó. Su respiración era irregular y podía notar sus labios mojados.
Malfoy le sonreía, una sonrisa que le hizo temblar las piernas para darse cuenta de que le tenía fuertemente agarrado contra él y que sus propias manos estaban sobre su cuello.
Harry fue a por más, y Malfoy le recibió con gusto. Aquella danza de lenguas era extraña pero poco a poco le fue tomando el ritmo. Jugando, lamiendo incluso succionando.
Malfoy lo guió hasta el sillón que solían ocupar sin separar sus bocas en el proceso. Harry se dejó hacer hasta quedar sentados uno al lado del otro.
La tarde fue una encadenación de besos y caricias que hacían que Harry no pudiera parar de sonreír.
Hasta ahora, claro. El desayuno se le estaba atragantando viendo a "esa" tan pegada de nuevo a Malfoy. El humor de Harry iba de mal en peor.
¿Iba a estar Malfoy con los dos? No podía ser capaz, ¿verdad? No habían hablado apenas la tarde antes, tenían las bocas demasiado ocupadas, pero Harry tenía claro algo. Nunca había tenido nada propio. Siempre con ropas usadas, siempre aguardando por algo suyo de verdad. Y no iba a compartirlo una vez lo encontró.
o0o
El ambiente en el Gran Comedor bajó varios grados rápidamente. Un frío como el que habían sufrido cuando los dementores atacaron en el campo de quidditch se sintió.
—Pansy, si aprecias tu vida y la mía, apártate de una vez de mí—le dijo Draco casi siseando.
Ver el poder que tenía Potter desplegado sobre ellos dos cuando los estaba mirando con tal rabia que hasta Snape lo tendría en consideración, era aviso suficiente para tener la dichosa "charla" con su amiga.
Draco miró hacia la mesa de Gryffindor no le cabía duda de que era Potter, ya que su mirada homicida no dejaba dudas.
Su león era realmente celoso, ¿quién sabe lo que podría llegar a hacer con ese temperamento enfocado en cosas más agradables?
Una sonrisa anticipadora se coló en su cara mientras Pansy se levantaba y se iba de la mesa.