Draco estaba preocupado, esas vacaciones de Pascua iban a ser realmente odiosas. Él había pedido a sus padres poder quedarse en el castillo, pero ellos lo habían considerado inaceptable.
Draco se lamentaba sabiendo que eso no sería nada comparado con las vacaciones de Verano que le esperaban.
Ellos no podrían verse y aunque aún quedaba tiempo ya lo echaba de menos.
La noche antes de irse habían estado por horas en la sala de Gatito.
Él tumbado sobre el viejo sofá y Potter sobre él. Le encantaba tenerlo pegado y encima de él. Así podría vivir por el resto de su vida.
Acariciando el desastroso cabello, aunque increíblemente suave, de su novio. Mientras este dejaba tiernos besos sobre su pecho.
—Te voy a echar de menos—le dijo abrazándose fuerte a él.
Draco se enterneció, desde que habían aceptado sus sentimientos se sentía la persona más feliz del mundo. Ir a su casa le traía a la realidad y a los puntos tan distanciados donde ambos se encontraban.
Harry se colocó a horcajadas sobre él en un rápido movimiento. No era la primera vez que lo hacía y sabía lo que provocaba en Draco apretando demasiado sobre su entrepierna
Harry bajó a besarle rozándose aún más. Y Draco ancló sus manos a las caderas del moreno.
—Eres un maldito provocador—le dijo alzando las caderas robándole un gemido a su novio—. Para luego no dejarme hacer nada—terminó con los movimientos que solo lo calentaban más.
Cuando estaba convencido de que Harry le dejaría ir más lejos a este le entraban todas las dudas sobre su "pureza".
—Aún no estoy seguro—le dijo mirándolo apenado.
Draco metió su mano entre el cuerpo de ambos y acarició la entrepierna de Potter, totalmente preparada. Sabía cómo le gustaba que lo acariciara hasta correrse en su mano, pero como se tensaba cada vez que se aproximaba a su entrada.
Draco estaba más que satisfecho con esas sesiones de besos con caricias, pero no iba a engañarse y negar que quería más. Más bien lo quería todo con él.
—¿Potter?
—¿Umh?—dijo este mientras buscaba bajo el pantalón de Draco.
—¿Sabes que no puedes quedarte embarazado, verdad?
Potter paró con lo que estaba haciendo y lo miraba con los ojos abiertos como platos.
Draco no pudo evitar echarse a reír a carcajadas, le encantaba tomarle el pelo y ver lo inocente que podía llegar a ser.
Harry lo golpeó y trató de zafarse de sus brazos pero Draco no se lo permitió abrazándolo contra su pecho con fuerza.
Aún notaba como la risa no se iba, pero como Harry había aceptado estar entre sus brazos y sacaba la cabeza de su escondite.
En serio, le volvía loco, de un modo nuevo y complicado. La historia de sus vidas.
—Te quiero—dijo aún sonriendo y besando sus labios.
Era algo que realmente sentía y no veía mejor momento para decirlo que ese.
—Y yo a ti—contestó nervioso y podría jurar que emocionado, una hermosa visión si alguien le preguntaba.