Al subir las escaleras el doctor pudo escuchar el eco de la triste melodía que Sherlock componía con su violín, se detuvo un momento bajo el umbral de la puerta solo para deleitar sus ojos con la figura de Holmes absorta en su composición musical, ese violín era una de sus posesiones más preciadas, cuando lo escuchaba tocar John, sentía que parte del alma de Sherlock se fusionaba con el instrumento…parecía que del violín en un lenguaje incomprensible brotaban todas las emociones que Sherlock no era capaz de exteriorizar con palabras.
Finalmente, la melodía se detuvo, Sherlock aun estaba de espaldas contemplando la negrura de la noche a través de la ventana, llevaba puesta una gran bata dorada y un pantalón negro a modo de vestimenta, a John le sorprendía que aún con ese tipo de prendas seguía viéndose elegante.
- ¿Cómo va el caso? - preguntó John curioso interrumpiendo el silencio que se había prolongado por algunos minutos.
-resuelto. -expresó el detective con voz ronca.
-eso fue rápido…-admitió el doctor levantando las cejas
-el asesino no tenía una buena coartada, era demasiado obvio el engaño, no sé cómo no lo notaron…-
- ¿Quiénes?
-todos los de Scotland Yard… ¿por qué la gente no piensa? todos los que conozco tienen un razonamiento tan plano, mentes lineales…nadan en sus plácidos cerebros ignorando las verdades obvias. Claro que para mí nada pasa desapercibido. -John tuvo el presentimiento de que algo más se escondía entre las palabras del detective, una especie de acusación
- ¿Cómo estuvo la noche de tragos con tu amiguita Mary? preguntó Holmes con algo de malicia ladeando la cabeza
- ¿Como sabes lo de los tra…? olvídalo, no quiero saberlo. Estuvo bien, fue realmente agradable hablar…
- ¿hablar…de qué?
-De ti…en gran parte, leyó mi blog y tenía algunas impresiones sobre los casos-
-oh que interesante, Le gustó la narrativa embellecida de tus escritos…la realidad no es así, suele ser grotesca, dura e injusta.
-Le gustó mi forma de describirte – dijo John ignorando el malhumor del detective.
Sherlock resopló alejándose de la ventana, se acercó a John y con la mirada amenazadora dijo sin reparo alguno enarcando una de las cejas. -le gustas-
John abrió los ojos con sorpresa -claro que no, Mary es una amiga-se defendió incómodo
Sherlock sonrió con arrogancia-la consideras atractiva…-
-Es una mujer interesante y agradable, ha sido una gran amiga todo este tiempo…pero no me gusta…-
¿Ah no? -dijo Sherlock elevando el rostro pensativo… ¿Por qué no te gusta? Es inteligente, le gustan los gatos, tiene un tatuaje oculto, es responsable … ¿acaso es porque es miope?
John soltó una carcajada, era increíble que a esa distancia Sherlock pudiese haber deducido todos esos rasgos sobre Mary…unas palabras urgían por salir de sus labios mientras observaba atentamente al detective y finalmente tuvo la osadía de dejarlas salir -porque no eres tú.
Las últimas palabras dichas por John quedaron temblando en el aire, el ambiente que los rodeaba era increíblemente cómodo, por primera vez desde que se habían reencontrado no había tensión entre ellos. Sherlock abrió la boca para decir algo, pero no supo qué y finalmente volvió a su estado de mudez absoluta, John notó un pequeño brillo de complacencia en los ojos del detective ante su confesión, algo debía sentir Sherlock por él, sino porque no se retiraba a su cuarto y lo dejaba hablando solo, Sherlock debía estar sintiendo algo…
- ¿no hablaremos más de lo que sucedió? – preguntó John avanzado lentamente hacia Sherlock, estaban peligrosamente cerca…
-no pasó nada-declaró el detective a la defensiva-olvida todo esto de una vez Watson
-el problema es que no quiero olvidarme Sherlock…
En un arranque de impulsividad avanzó hacia el detective terminando con la distancia que los separaba y lo abrazó por el torso, sus manos se aferraron al cuello de la bata para impedirle escapar. Sherlock no tuvo tiempo de reaccionar, no correspondió al abrazo, pero tampoco retrocedió, solo se quedó mirando a John con actitud insegura…si no se controlaba lo suficiente iba a cometer una locura, el doctor estaba tentándolo demasiado.
-suéltame John-susurro por lo bajo pretendiendo sonar frío pero fallando en el intento- ¿me escuchaste?
-si, pero no quiero alejarme de ti
-Sherlock contemplaba al doctor contrariado, John se volvía irremediablemente terco cuando quería obtener lo que deseaba, sin embargo, estar en esa situación les parecía increíblemente natural.
- ¿por qué estás haciendo esto? -preguntó el detective con un toque de angustia en sus palabras
-porque no puedo evitarlo- admitió el doctor con la respiración entrecortada al sentir el rostro del detective tentadoramente cerca, solo separados por la diferencia de altura. Deseaba desesperadamente volver a sentirlo, la mansedumbre con la que Sherlock correspondía a su acercamiento lo sorprendía, solo el filo de sus palabras imponía cierta resistencia, sin embargo, era Sherlock Holmes a quien estaba desafiando, jamás se quedaría callado ante sus atrevimientos.
Se dio cuenta que el detective no llevaba camisa bajo la bata, se había duchado hace tan solo unos momentos, aprovechó esa instancia para deleitar sus ojos con la palidez de su pecho, su cuerpo no parecía tener ninguna imperfección, hasta que notó las rosadas cicatrices producto de heridas recientes, en esos años el detective no lo había pasado nada bien, seguramente en más de alguna ocasión su vida estuvo en peligro e incluso pudieron haberlo torturado. John lo comprendió…a pesar que él había sufrido horriblemente por creer que el detective estaba muerto.
Holmes había hecho un gran sacrificio para salvarlo a él empleando todos sus esfuerzos para desarticular la compleja red creada por Moriarty. No pudo resistirse más y con la yema de sus dedos comenzó a trazar un camino por el pecho de Sherlock, el detective expulsó todo el aire de sus pulmones repentinamente, al tiempo que llevaba su mano con una rapidez sorprendente hacia la nuca del doctor obligándolo a levantar la cabeza uniendo sus labios sorpresivamente, el doctor reaccionó dando un respingo de sorpresa, pero correspondió enseguida tirando de la bata del detective para acrecentar la cercanía, profundizando el beso.
Sherlock fue plenamente consciente del estallido de deliciosas sensaciones que recorrían su cuerpo, tensando cada uno de sus músculos… y tan solo era un beso, el contacto con John era exquisito, sabía que estaba mal sucumbir ante sus impulsos, estaba actuando en contra de sus principios y convicciones, pero si no lo hacía, se volvería loco, deseaba volver a besar a John desde ese primer acercamiento en el carro de tren.
El doctor se había aferrado al cuello del detective, mientras Sherlock posó tímidamente las manos en su cintura acercando su cuerpo al de él…John comenzó a jugar con su lengua intentando aventurarse en la boca de Holmes quien no opuso resistencia, Sherlock había perdido el autocontrol empujó a John hasta acorralarlo contra una de las paredes atrayendo el cuerpo del rubio, necesitaba sentirlo más cerca si era posible…posó sus manos en el cuello de John, despeinando parte de su cabello, mientras las manos de Watson desanudaban la bata para luego abrazar al cuerpo semidesnudo del detective, disfrutando de la suavidad de su piel y de sus músculos marcados.
Aquella noche no pasaría al olvido, por primera vez John Watson había conseguido que el detective lograra sucumbir ante sus propios deseos.