Lestrade observaba la escena atónito, nuevamente la víctima era una mujer, el asesino no había dejado muchas pistas útiles, solo el cuerpo de la joven y unos símbolos extraños en la pared pintados con aerosol amarillo, por más que se esforzaba no podía encontrar el patrón para conectar los crímenes. El primer asesinato fue a una mujer de 42 años enferma de cáncer mientras que el cuerpo que se hallaba inerte frente a sus ojos era el de una joven asiática de no más de 20 años, tampoco había empleado el mismo método para asesinarlas…la primera víctima murió por asfixia y la segunda por un certero disparo en la cabeza. la única pista que tenia era la teatralidad con la que se había dispuesto el cuerpo…ambos casos eran para llamar la atención de una sola persona…Sherlock Holmes…
—¡brillante! —escuchó esa familiar voz a sus espaldas, volteó con seriedad, le incomodaba que Sherlock siempre se mostrara complacido y alegre frente a las escenas del crimen…era una actitud patológica…una actitud propia de un hombre que no era capaz de sentir empatía por las escalofriantes situaciones que se veían a diario en Scotland Yard
—¿qué es brillante? —preguntó el inspector restregándose el rostro, estaba cansado, era de madrugada…ya casi amanecía y las horas de sueño le estaban pasando la cuenta
—esta vez no dejó cabos sueltos…está mejorando, es una recreación bastante aceptable…debo reconocerlo, tiene talento—dijo Holmes inclinándose sobre la víctima, parecía estar de muy buen humor.
—¿el asesino es… talentoso? bueno, supongo que tienes razón…
—siempre la tengo—replicó el detective secamente dándole una fugaz mirada a Lestrade para luego volver a su trabajo
—no ha dejado muchas pruebas…ya revisamos…ninguna huella, limpió todo perfectamente antes de irse—Sherlock sonrió complacido, el asesino estaba aprendiendo de sus errores, observó por toda la sala, esta vez no había ninguna cámara oculta. Tampoco usaba los mismos métodos…
Sherlock observó con detenimiento la escena, nuevamente habían rastros de pisadas con fango oscuro en el piso, parecían estar marcadas de forma deliberada en el piso, de pronto lo comprendió…era una corazonada, observó los restos de suciedad en el zapato de la víctima, eran los mismos restos de fango…él las cazaba junto al río…ese era su punto de reunión con las desafortunadas mujeres “te tengo” pensó para sí mismo siguió estudiando a la víctima no había muerto hace más de 2 horas, aun los rastros de la muerte eran muy sutiles en la joven, tenía los ojos cerrados con actitud pacífica como si estuviese durmiendo...inmersa en un sueño mortal del que jamás despertaría.
—nuevamente la vistió luego de asesinarla—observó el detective en voz alta
—¿por qué hace eso?
—porque quiere mantenerse invisible…estas mujeres, no hay señal de forcejeos previos, debieron confiar en él, subir por su propia voluntad a estas residencias abandonadas, sin testigos…ellas lo conocían. Este hombre no quiere dejar cabos sueltos…sabe que un simple cabello en la ropa de las víctimas, una mota de lana, algún objeto aparentemente cotidiano…nos guiaría hasta él…sin embargo decidió dejar sus zapatos originales.
—¿por qué? Dijiste que no había dejado cabos sueltos
—porque está eligiendo las pistas que nos quiere dar...se cree más listo—declaró Sherlock con una sonrisa incrédula
—¿más listo que tú? —preguntó Lestrade contrariado
—si…es obvio, esta jugando juegos conmigo—dijo Holmes subiendo el cuello de su abrigo para aumentar teatralmente su aire de misterio.
—y las personas están muriendo Sherlock, este juego se está tornando demasiado peligroso…ya van dos víctimas, y serán muchas más si no lo atrapas a tiempo—Sherlock se volteó y observó al inspector manteniendo su postura engreída, ¿por qué Lestrade le estaba dando esta charla?…él era plenamente consciente del peligro implicado en este caso, se estaba jugando la vida…— los mensajes escritos en chino, ¿Qué significan Sherlock?
—son recreaciones de uno de los casos que resolvimos con John hace mucho…no dicen nada especial esta vez. Es la escenografía que rodea el mensaje
—¿cuál es el mensaje?…las mujeres no siguen un patrón fijo—dijo Lestrade frustrado rascándose la cabeza
—no inspector, observé con detenimiento… el mensaje está frente a usted—dijo abriendo los brazos en dirección a la muchacha muerta con actitud dramática.
—no logro verlo Sherlock—dijo Lestrade elevando la voz con frustración
—La flor de loto negra—respondió el detective como si fuese lo más obvio del mundo
—¿todo esto para dejarnos un origami?
Sherlock puso los ojos en blanco y guardó silencio intentando contenerse para no excederse en sus comentarios sarcásticos…a veces no entendía como Lestrade había logrado obtener el puesto de inspector de Scotland Yard, era un buen hombre…pero un policía muy despistado al que se le escapaban los detalles más simples, con un coeficiente intelectual promedio y un razonamiento muy plano…—es una amenaza George, una amenaza de muerte.
—¡mi nombre no es George, es Greg! —respondió al instante el inspector ofendido.
—Si, como sea—replicó Holmes restándole importancia
—es una amenaza para ti…es un mensaje distinto al anterior—recordó el inspector con las manos en los bolsillos.
—¡están conectados! Los mensajes son parte de un mismo rompecabezas —dijo Sherlock de pronto con la mirada iluminada…—la flor de loto es una amenaza de muerte inmediata…el primer mensaje era…”te quemaré el corazón” … John—dijo de pronto recordando al doctor, quien en esos momentos se encontraba durmiendo solo en el apartamento. Entonces lo entendió…la estrategia del asesino…se había dirigido a Baker Street mientras él se distraía con la escena del crimen, John estaba solo y no se encontraba en condiciones de pelear cuerpo a cuerpo con un maniático—debo irme—dijo Sherlock saliendo apresuradamente de la residencia
—¡Sherlock espera! Necesito saber que es lo que tienes—gritó Lestrade saliendo a su encuentro, pero no recibió contestación alguna, Holmes ya salía del edificio y se dirigía a toda velocidad en busca de un taxi.
Sherlock sintió vibrar el móvil rosa en la cartera de su abrigo, era la alerta de un nuevo mensaje, una fotografía, con auténtica ira vio una fotografía tomada solo momentos antes desde el interior de su piso en Baker Street. La imagen exponía el escritorio y la ventana de la sala. El maldito asesino se había metido a su hogar solo para demostrarle que para él no existían puertas cerradas.
Una vez en el taxi el detective no hizo más que gritarle al chofer para que condujera más de prisa hacia el 221B. Holmes sintió como nunca antes el miedo aflorando desde el interior de su ser, manifestándose en su corazón acelerado, su respiración frenética, el sudor perlando su frente, su pie golpeando el piso frenéticamente…John estaba en peligro mortal estaba durmiendo con el asesino asechándolo en su propio apartamento.
Al llegar observó la puerta que daba a la calle abierta, los rastros de fango descendiendo por la escalera, una prueba más de que el asesino había ido a invadir su hogar destruyendo la confianza y seguridad que Baker Street le brindaba a sus habitantes, subió lentamente, solo pudo distinguir una tenue fragancia en el aire…un aroma que recordaba vagamente, pero algo en su mente lo bloqueaba.
Llegó hasta el piso superior y observó su apartamento, todo estaba tal y como lo había dejado, observó la escalera que daba hasta el cuarto de John, las pisadas continuaban escalones arriba, el criminal no solo había tomado la fotografía de la sala…había ido a visitar el cuarto de John...Sherlock dirigió su mirada hacia una de las paredes, esta tenía un amplio el rayón hecho por un arma afilada, una especie de cuchillo…el detective contuvo la respiración “había entrado a la habitación de John con un arma en la mano izquierda” “quiso acuchillarlo a sangre fría” abrió la puerta de la habitación con extrema cautela, vio al doctor Watson recostado en la cama…de pronto lo sintió moverse entre sueños, se acercó sigilosamente solo para verlo descansando sano y salvo, respirando regularmente…la señal de que vivía. Holmes emitió un gran suspiro de alivio, no se habría perdonado a sí mismo si algo le sucediera a John…
En ese instante un detalle llamó su atención, en la mesa de estar al lado de la cama de John, había una flor de loto negra…el asesino había estado en la misma posición que él, observando el tranquilo sueño de John Watson…Un desconocido escalofríos se deslizó por la espalda de Sherlock Holmes, por primera vez en mucho tiempo sentía que ya no tenía el control de la situación, alguien estaba atacando su punto más sensible, haciéndolo sentir extremadamente vulnerable…un ser humano más que había caído en el juego de un verdadero psicópata invisible.