—Lestrade lo siento—dije avergonzado, tocándome la cabeza con nerviosismo
—pues…bien…me alegra que por fin hayan tenido el valor de admitirlo
—¿a qué te refieres? —preguntó Sherlock con sincero interés observando atentamente a Greg
—bueno…todos a su alrededor ya notaban que entre ustedes…había cierta “química” …pero supongo que eras demasiado idiota para notarlo—dijo Greg con una gran sonrisa en el rostro, seguramente había esperado años para poder decirle idiota a Sherlock en su propia cara, una pequeña venganza por los numerosos insultos que Holmes había propinado al intelecto promedio de Lestrade humillándolo durante todo ese tiempo
—Silencio Gary…tu vida de pareja no es un modelo a seguir, al parecer su esposa aún no se cansa de su último amante—acusó Sherlock con cierto desdén, quizás algo ofendido, Greg carraspeó incomodo, sonreí…era mala idea desafiar a Sherlock.
—¿y bien tienes algo para mi? —preguntó Greg cambiando drásticamente de tema
—como dijiste la escena es una agresión personal…hace referencia a un momento…complicado de mi infancia, el muchacho fue elegido al azar, apuesto que es uno de los clientes de la compañía Airplane…volvió a vestirlo luego de asesinarlo, las características se repiten ha vuelto a raptarlo desde el Támesis, mira las plantas de sus zapatos, la sangre aún no está seca...observa las manos del joven, tiene muchas durezas y cicatrices, están quemadas por el sol, la piel comienza a desprenderse, evidencian un trabajo manual en malas condiciones, trabaja con cuerdas, puede que cerca de algún puerto, ayudando en los barcos mercantes. Seguramente ya no asistía a la escuela y no tenía nadie que lo mantuviera económicamente, ha soportado condiciones difíciles desde su infancia, me inclino por violencia intrafamiliar, huyó de casa, a lo largo del pecho se observan cicatrices antiguas de cigarrillos y cortaduras superficiales, lo maltrataban, su dentadura está deteriorada a pesar de ser muy joven, por el alcohol y los cigarrillos, en sus dedos hay rastro de tabaco. Debe haber viajado a Londres por mejores opciones de trabajo…nuevamente no era nadie importante, solo un muchacho en el lugar incorrecto buscando algún hospedaje a bajo costo.
—¿sabes quién es Sherlock…el asesino?
—tengo una prueba—dijo Holmes sacando los documentos en la bolsa de evidencia con aire enigmático—Hoy estuve en Airplane, encontré estos archivos escondidos en la oficina del gerente. Sebastian Brown…
—¿Quién?
—El dueño de la compañía de viajes, obvio inspector—dijo Sherlock abriendo dramáticamente los ojos como si fuera lo más obvio del mundo—es un hombre joven, no más de 35 años, delgado, cabello castaño, pálido.
—nunca había escuchado ese nombre—replicó Lestrade con extrañeza—¿estás seguro?
—Claro que lo está—interrumpí—Sebastian Brown…lo conocí en persona, era un amigo de Mary Morstan
—realizaremos una visita a la compañía para no dejar cabos sueltos
—los dejarán—dijo Sherlock con cierto desprecio en su voz—Brown es poderoso, no es solo un hombre a quien puedas arrestar…tiene gente que lo respalda, títeres que se mueven entre las sombras, si intentas culparlo de este crimen tendrá una coartada perfecta, cuando lo enfrenté parecía muy confiado…conseguir esa prueba fue demasiado fácil…saldrá libre, tiene algún plan de contingencia…es solo que aun no logro averiguar cuál…pero al menos si lo arrestas podré averiguar que está tramando, limitaremos su comunicación con el exterior, hay que aprovechar nuestra oportunidad…se encuentra en Londres, en cualquier minuto puede huir con la excusa de algún viaje de negocios, se haría mucho más difícil localizarlo…como buscar una aguja en un pajar.
—Sherlock es mejor que nos vayamos—dije algo mareado, el ambiente enviciado comenzaba a hacer irrespirable el aire del lugar…no me podía sacar ese aroma nauseabundo de las fosas nasales.
—Si, debo llamar a los forenses para que se lleven los cuerpos. Sherlock realizaremos un análisis de huellas a los cadáveres, quizás logremos sacar alguna conjetura, llevaré un operativo a averiguar la información necesaria sobre ese tal Sebastian Brown a la compañía Airplane. Te mantendré informado…—dictaminó Lestrade
—será mejor que envíes los detalles por mensaje—Dijo Sherlock dedicándome una última mirada para que lo siguiera. Una vez afuera comenzó a avanzar a grandes zancadas, Donovan nos gritó algo, seguramente otro de sus incisivos comentarios, pero ni yo ni Sherlock estábamos de ánimo para tener que lidiar con ella esa noche. Al detener un taxi Holmes casi se desplomó en el asiento, parecía realmente afectado por la escena aun, su mirada perdida entre las luces de la ciudad, sus labios susurraban cosas incomprensibles…parecía que volvería a tener otro ataque de ansiedad de un momento a otro
—Sherlock…
—ahora no john…la cabeza me da vueltas…—dijo cerrando los ojos apoyando su cabellera en el asiento
—está bien—dije intentando calmar mi paranoia. Seguí observándolo durante todo el trayecto, sus manos temblaban, no pude evitar el impulso de tocar una de sus largas y pálidas manos, estaba muy helado, se sobresaltó solo un momento, pero no se alejó, parecía estar expectante ante mi siguiente movimiento, avancé en mi cercanía y entrelacé su mano con la mía…aguardando ante una posible negación, voltee el rostro, ese gesto tan simple me llenaba de vergüenza ante su escrutadora mirada. Los segundos pasaban hasta que finalmente apretó su agarre y me acercó a él…
—por favor…—susurró a mi oído—nunca te vayas de mi lado—elevé mi rostro, tenía sus ojos fuertemente cerrados
—jamás te dejaría Sherlock…siempre estaré contigo—dije acariciando su mano, posando mi rostro en su cuello—es una promesa—dejó escapar un profundo suspiro ante mis palabras. Llegamos a Baker Street, Sherlock dormitaba apoyado en mí, lo desperté para ayudarlo a bajar, las fuerzas habían abandonado el cuerpo de Holmes luego de esa tarde.
—¿quién es Barbarroja…—pregunté sin poder contener las ansias una vez que nos acomodamos en nuestro hogar, lo observaba desde mi sillón junto a la chimenea, Holmes yacía con las manos juntas bajo su mentón y los ojos cerrados en actitud de “…pensando” sobre el sofá, su largo y delgado cuerpo lucía aún más largo por las sombras que se proyectaban en él. El tiempo transcurría y Sherlock no se dignaba a darme una respuesta…pensé que quizás los hechos estaban demasiado recientes como para comenzar a hablar de eso
—era mi mascota de la infancia…ese perro muerto de hoy…era idéntico a Barbarroja
—¿qué sucedió con él?
—era mi mejor amigo…jamás nos separábamos—dijo Holmes inmerso en sus recuerdos—lo amaba…recuerdo a Mycroft reprendiéndome “eres demasiado sensible, un estúpido niño blando…por qué le tienes cariño a esa criatura tan simple, el amor te hace débil Sherlock…es una gran desventaja para personas como nosotros” pero yo no le hacía caso…era feliz viviendo mis aventuras de niño con Barbarroja…solía disfrazarme de pirata…jugar en los alrededores de la casa…eran los únicos momentos en que me sentía realmente pleno—confesó el rizado con la mirada cristalizada
—supongo que eso no salió bien verdad…Barbarroja y tú…
—Lo sacrificaron…—dijo Sherlock con amargura…—el murió. Fin de la historia—dijo incorporándose, volviendo a esa neutralidad de siempre, a su espacio de confort, poniéndose esa armadura de frialdad con la que solía enfrentar al mundo
—¿por qué lo hicieron?
—no lo recuerdo John…había un acertijo que jamás logré descifrar, el rumor de una voz… el eco de un secreto, hay muchas sombras…muchos vacíos en mis memorias de infancia, solo sé que jamás encontré su cuerpo, lo busqué por meses…con la esperanza de encontrarlo aun con vida. Hay muchas cosas que no recuerdo, supongo que a veces es mejor así…
—después de eso te volviste así…
—después de eso comprendí que quien se acercara a mi terminaría igual…comprendí el verdadero sentido de las palabras de Mycroft “el amor es una desventaja para personas como nosotros” …entonces lo hice mi filosofía de vida.
—perderlo te generó un trauma
—perderlo me hizo fuerte…me hizo quien soy ahora—dijo mirándome con los ojos entrecerrados
—el amor que sentías es lo que te hizo quién eres ahora…—me observó sin entender el verdadero significado de mis palabras—y bien… ¿qué pretendes hacer con Sebastian? dijiste que no podemos encerrarlo
Se dirigió hacia la ventana y comenzó a juguetear con el arco de su violín—se escabullirá…sé que tiene un plan, uno muy elaborado…él no planeó todo esto…fue Moriarty. Brown solo sigue una pauta previamente elaborada. Es el principal responsable de tu “accidente” en la estación de trenes y del asesinato de las 3 victimas…incluso estuvo aquí un día…dejó un lúgubre recuerdo en tu habitación…ha estado fastidiándonos desde adentro por meses…esperando el momento preciso para atacar—Escuchaba lo que Sherlock decía con una a expresión de sorpresa cada vez más grande…estaba por atragantarme con todas las preguntas que deseaba hacer en ese preciso instante cuando el móvil del rizado sonó, lo observó unos segundos y finalmente se dirigió a pasos elegantes hacia su habitación a contestar…probablemente era la llamada que Lestrade había prometido
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—¿Sherlock me escuchas? —dijo Lestrade con un tono de súbita urgencia en su voz
—¿Si que sucede?
—Vine a indagar a Airplane, revisé todos los archivos de la oficina de gerencia...la lista de funcionarios, los videos de seguridad
—¿Algo interesante…?
—La verdad…es que sí. Tenemos un problema Sherlock, no hay ningún funcionario con el nombre de “Sebastian Brown”, el gerente general se llama Oliver Johns y tiene 53 años—Sherlock había enmudecido ante la noticia—¿Holmes me escuchas? no hay nadie con las características que me mencionaste…
—¿Brown se esfumó, estás completamente seguro de esto? —preguntó Sherlock elevando la voz sin ser consciente
—no hay ningún registro de que un hombre con ese nombre o esas características físicas haya estado trabajando recientemente en la compañía
—no puede ser—respondió Sherlock con estupefacción—era él, estaba caminando por las oficinas de Airplane esta misma tarde junto a una asistente rubia, discutimos en su oficina…—En ese momento Sherlock lo comprendió…había sido demasiado fácil meterse al corazón de esa compañía y robar esos archivos…todo había sido una farsa, un montaje…una identidad falsa que había mostrado el asesino invisible solo para darse el gusto de mostrar su rostro…para luego desaparecer nuevamente.
—Sherlock no se con quien estuviste esta tarde, pero no era el gerente de Airplane…pedí las cintas de seguridad, y lo único anormal en ellas es que apareces tu vestido de guardia violando la seguridad de la compañía…es un delito gravísimo, tienes suerte que no hayan interpuesto una denuncia en tu contra.
—escucha hace pocos días nos encontramos en la orilla del Támesis…
—si…recuerdo que me lo dijiste, te hice caso… pedí intervenir las cámaras de vigilancia de ese perímetro. Solo encontramos una toma de video en donde aparecías tu observando a los turistas…como si…estuvieras asechándolos, estuviste mirando gente pasar por horas…
—Lestrade… ¡tienes que escucharme!
—Sherlock…eso no es todo. Encontramos una huella digital tuya en la placa del perro degollado. Confío en ti Sherlock, pero…esta evidencia es contundente, todas las pruebas apuntan a ti, como si estuvieses eligiendo a las víctimas y luego infiltrándote en la compañía Airplane, robando registros, alterando fichas…creando una coartada para…justificar un crimen
—Lestrade…
—Sherlock dime que está pasando…no quiero que se repita lo de hace unos años, no quiero tener que arrestarte otra vez… ¿Sherlock? ¿Holmes me escuchas?
—…