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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Notas del capitulo:

Nuevo Capítulo! Espero que les guste! por favor dejenme sus comentarios para conocer sus impresiones sobre el fanfic! 

 

un gran abrazo!

-Boni-

—¡Sherlock! —exclamé horrorizado, al verlo recostado inmóvil sobre un chorro de sangre, las piernas me fallaron, las lágrimas se agolpaban en mis ojos nublando mi vista…la peor escena que pude haber ideado en la más macabra de mis pesadillas se hacía realidad en ese preciso instante. Sherlock Holmes, el genio detective, el hombre al que amaba…se encontraba con los ojos abiertos de par en par, la mirada perdida, inerte en el piso de la casa abandonada, “llama a una ambulancia, una ambulancia…” me exigía una débil voz desde el fondo de mi cabeza, quizás el único fragmento de cordura que me quedaba tras vivir esa situación, marqué a duras penas el número de emergencias con los dedos temblorosos, toqué el pulso de Sherlock, estaba bajo, había perdido mucha sangre… tomé su bufanda e hice con ella un torniquete para frenar el desangramiento “concéntrate John…mantén el control”—¿Sherlock me escuchas?…vamos Holmes no…no me dejes, quédate conmigo—pero él no daba señales de vida, su pulso casi inexistente, su piel más pálida de lo normal  y el abundante charco de sangre a su alrededor extinguían la leve esperanza de mantenerlo con vida hasta que llegara la ambulancia—Sherlock por favor—supliqué entre sollozos, hundiendo el rostro en su pecho ensangrentado—por favor…no me dejes otra vez, no podré continuar solo…no de nuevo, transforma esto Sherlock, transfórmalo, eres fuerte…mi amor—susurré por último con la voz quebrada, deseando con todas mis fuerzas que esto solo fuese una pesadilla, una alucinación pasajera…

No supe con claridad cuanto tiempo estuve así, sollozando en medio de esa habitación vacía, escuchando el eco de mi dolor resonar en cada esquina de la casa, formulando súplicas que salían de mi boca como frases inconexas entre los fuertes espasmos de mi cuerpo  tras sollozar una y otra vez, solo se que de pronto unas manos me tomaron por la espalda firmemente para obligarme a tomar distancia de Sherlock, incluso en ese momento presa de la ira…de la desesperación, luché con todas mis fuerzas, emití maldiciones al aire para que me dejaran en paz, para quedarme con Sherlock hasta su último suspiro.

—John, debes calmarte—dijo una voz conocida, a mi alrededor, me froté los ojos, nublados por el llanto, esforzándome por enfocar la vista, desde un rincón apareció Lestrade—déjalos hacer su trabajo, Sherlock se recuperará…pero necesita ser atendido, John—dijo arrodillándose a mi lado, tomándome por los hombros—Holmes nos necesita, debemos ser fuertes por él.

Tras esas palabras, lancé por la borda los últimos gramos de dignidad que me quedaban en el cuerpo, me aferré al abrigo de Lestrade mientras era sacudido por nuevos sollozos—No quiero perderlo…por favor…Lo amo—susurré para que solo él pudiese escuchar

—Lo se John…se recuperará…después de todo, es Sherlock Holmes—dijo intentando darme ánimos, mientras daba leves golpecitos en mi espalda a modo de apoyo para ayudarme a retomar la calma 

—él no lo hizo…él jamás lo haría—dije mirándolo—es inocente

Lestrade me dedicó una última mirada contrariada para luego ayudarme a ponerme de pie, juntos seguimos a la ambulancia rumbo al hospital. Esperé durante horas, tomando el asqueroso café de máquina, paseándome de un lado a otro demasiado nervioso para sentarme en mi sitio, atosigando con mis preguntas a los enfermeros que atravesaban apresurados los pasillos.

Finalmente, el doctor dio un análisis alentador. Le habían hecho una operación bastante larga para extraer la bala, afortunadamente no había logrado perforar ninguna arteria importante que conectara al corazón, pero aun así el proyectil había quedado encajado muy cerca de ese órgano vital, y había perdido mucha sangre, debieron hacerle una transfusión de emergencia y operar con extremo cuidado. Al parecer por unos instantes estuvo clínicamente muerto…y se recuperó luego de unos cuantos segundos, ahora estaba en estado delicado, pero fuera de peligro vital…había que evitar una descompensación o una posible infección de la herida, con un poco de suerte todo comenzaría a mejorar.

Los días pasaban lentamente entre esos blancos pasillos del deprimente hospital, Sherlock recibió muchas visitas…de los medios, sus padres, la policía que aún lo mantenía vigilado a pesar de continuar inconsciente, los adornos florales se amontonaban en su habitación, y en uno de los rincones en un pequeño sofá yo aguardaba día y noche a que mi sociópata favorito se decidiera a abrir los ojos nuevamente. A pesar del agotamiento, de las dudas y la continua incertidumbre por no saber quién era el responsable del intento de asesinato me tranquilizaba verlo durmiendo con actitud pacífica, escuchar el latido regular de su corazón a través del pitido de las máquinas a las que estaba conectado, me recordaban que después de todo Sherlock Holmes seguía vivo…su corazón era más fuerte de lo que muchos pensaban, se aferraba a la vida con una osadía admirable.

—ciertamente desafortunado—dijo una voz conocida a mis espaldas, sobresaltándome—me gustaría decir que lo he visto peor, pero…supongo que estaría mintiendo, luce realmente demacrado

—ten más respeto Mycroft—repliqué ofendido sin hacer el menor esfuerzo por mantener la cordialidad, la falta de sueño y la incomodidad del sillón me tenían con un humor de perros y debía admitirlo…desde nuestro último encuentro el mayor de los Holmes había terminado por desagradarme hasta lo intolerable, con esa actitud petulante…ese complejo de superioridad insoportable, además no podía pasar por alto el hecho de que no se había aparecido en el hospital por días, a pesar de que me encargué de informarle personalmente del delicado estado de su hermano.

—desearía decir que luces en mejor estado John…pero lamentablemente…los dos sabemos que estás agotado—dijo dedicándome una de sus frías miradas—creí que despertaría antes

—quizás sea mejor así…—comenté, reflexionando por lo bajo,

—¿a que te refieres con eso?

—bueno…hace mucho que no lo veía descansar tanto tiempo…apenas despierte querrá buscar al asesino, ambos sabemos que no va a guardar reposo…Sherlock no es de los que cuidan su salud…a él solo le importa resolver el caso—dije con la voz apagada, haciendo titánicos esfuerzos por mantenerme despierto.

—corrijo…a él solo le importa protegerte—replicó mientras se acercaba unos pasos hacia la cama, contemplando a Sherlock con una expresión extraña, por un fugaz segundo su rostro cambió, ya no tenía esa actitud petulante y esa mueca de desprecio típica en él, apretó los labios y parecía “preocupado” a su manera…

—pudiste venir antes…él te necesitaba—me quejé

—mi visita en nada habría cambiado el rumbo de las cosas, hay gente que me ha mantenido informado de cada detalle de la evolución de Sherlock…por el momento he concentrado mis esfuerzos en averiguar quién fue el que le hizo esto…recreando la escena, obteniendo información, cobrando favores…interrogando personas.

—alguna pista

—ninguna que valga la pena mencionar por ahora—dijo enarcando una ceja—pero no fue ese el motivo por el que vine…

—¿ah no? Pensé que habías tenido algún arranque de empatía por tu hermano …hace muy poco estuvo a puertas de la muerte, es un milagro que siga con vida…pensé que te importaba más Mycroft

—lo describes como un mártir…Sherlock tiene razón eres un romántico sin remedio, fue él quien se expuso a ese peligro bajo su responsabilidad…sabía que este desenlace era una posibilidad, pero como siempre…asumió el riesgo sin importarle nada. Como sea…me han informado que has estado junto a él día y noche John…

—¿quienes…?

—eso no importa—dijo observando con cierta satisfacción su bastón, hubo una pausa que se prolongó por varios segundos, puse los ojos en blanco…Mycroft Holmes amaba el dramatismo—vengo a…disculparme—dijo al fin clavando sus ojos claros en los míos

—¿perdón? —dije dudando si había escuchado bien— ¿tú qué?

—no me hagas volver a repetirlo—dijo enarcando una ceja con fastidio

—bueno y… ¿a que se debe este detalle? —interrogué con actitud incrédula

—Por mucho tiempo…pensé que era mejor para Sherlock no involucrarse sentimentalmente con nadie…fue para protegerlo, como comprenderás mi hermano tiene tendencia a ser un sociópata…pero por dentro es…Sherlock es sensible, John supongo que ya lo habrás notado, siente a una frecuencia única…y nadie logró notarlo jamás aparte de mi…nadie excepto tú…Lo comprendes, lo contienes, lo mantienes a flote, eres paciente a pesar de sus arrebatos o su nulas habilidades de socialización…él te tiene a ti.

Debo admitir que  al inicio cuando los descubrí  juntos en la habitación esa mañana, en una situación poco decorosa…por decirlo de alguna forma…pensé que su vínculo podía ser meramente físico, le advertí a Sherlock de los peligros y las dificultades que este tipo de relaciones podían ocasionarle…con el fin de mantenerlo a salvo, siempre he velado por su seguridad, pensaba que tú eras su debilidad…pero desde el primer momento has demostrado ser muy fiel a él, John, lamento haber sido el causante de esa incómoda discusión entre tú y  mi hermano, la relación entre Sherlock y tú jamás ha sido un mero acto físico, ustedes se complementan de una forma que…quizás jamás logre entender del todo. Antes que digas nada, déjame aclarar que sigo pensando firmemente que el amor es para los débiles y una seria desventaja en nuestra posición…pero es absurdo seguir negando tú le haces bien y…que él te ama—al terminar su monólogo me observó con actitud expectante, estaba esperando algún tipo de reacción de mi parte.

Observaba a Mycroft atónito sin saber cómo continuar aquella extraña conversación, no podía creer que me estuviese pidiendo disculpas por las cosas que le hizo decir a Sherlock esa mañana en la que nos encontró durmiendo juntos. Supongo que era la mayor muestra de arrepentimiento que podía obtener de Mycroft Holmes, una disculpa oficial del gobierno británico en persona. Abrí la boca para hablar, pero solo salieron titubeos incoherentes, finalmente fruncí el entrecejo intentando asimilar el solemne discurso del mayor de los Holmes. El continuaba observándome con una expresión que oscilaba entre la incomodidad y las ganas de salir de la habitación de una buena vez—bien, me parece bien…sin rencores entonces—dije intentando sonar convincente

—Sin rencores…—repitió dirigiéndome una cordial sonrisa—Bien, creo que ya es hora de irme…Adiós hermano querido, espero que la próxima vez que nos reunamos estés un poco más…consciente—ironizó, tomando su bastón rumbo a la salida—John…una última cosa—dijo deteniéndose de improviso, como si hubiese recordado un dato importante— ¿cómo llegaste a Sherlock tan rápido luego del disparo?, por lo que supe el llegó solo a esa residencia…

—ah sí…bueno, Sherlock me pidió que no fuera con él, recibió un mensaje, supongo que era de Sebastian Brown, dijo que debía ir solo, me pidió que acudiera a Scotland Yard, dijo que ahí estaría seguro, esperé unos instantes a que dejara el piso, lo vi tomar a un taxi y…lo imité…seguí a Sherlock hasta ese lugar a una distancia prudente, al verlo entrar en esa casa abandonada aguardé unos minutos, debatiéndome en si entrar o no…hasta que escuché un disparo desde la calle, corrí hasta el interior y…—se me quebró la voz, no podía relatarlo…no aun, era un recuerdo demasiado sensible.

—entiendo, espero que Sherlock despierte y nos pueda decir quien fue—lo observé sorprendido—el disparo fue desde el frente, a decir verdad, la detonación fue efectuada desde un ángulo muy curioso

—¿a que te refieres?

—Muy cerca del corazón, pero sin dañar ningún órgano vital o comprometer una arteria importante…aunque lo suficientemente letal para dejarlo fuera de combate. No hay señales de resistencia…la persona que disparó era un experto, un asesino entrenado, supo encajar la bala en el punto preciso, sus manos no tiemblan, está aclimatado a la violencia…Sin embargo me atrevo a decir que el homicida tiene cierto código moral, quizás en el último momento se dejó llevar por sus sentimientos…su objetivo no fue asesinarlo, si lo hubiese querido…Sherlock estaría muerto, solo quiso inmovilizarlo. Te mantendré informado John. Buen día—dijo dirigiendo una última mirada hacia Sherlock quien yacía inmóvil en la cama, para luego marcharse a paso elegante por los eternos pasillos del hospital junto a Anthea quien lo esperaba fuera de la habitación tecleando como siempre en su móvil.

Me acerqué a Sherlock peinando sus rebeldes cabellos, contemplando su pálido rostro sin imperfecciones, tomé su mano acariciándola con delicadeza, hundí el rostro en su pecho absorbiendo su aroma único, lo extrañaba tanto…sus deducciones, sus actitudes presumidas, las conocía todas…deseaba que regresara conmigo, parecía haberse encerrado en sí mismo, quizás en estos momentos caminaba en las profundidades de su palacio mental…esperaba sinceramente estar en alguna de sus innumerables habitaciones. Las lágrimas comenzaron a brotar, ya no tenía fuerzas para retenerlas, fingía ser fuerte frente al resto de la gente, aparentaba estar bien…pero ante Sherlock no podía actuar. Estaba tan concentrado en mi dolor que al inicio no capté el leve movimiento de sus dedos en torno a mi mano, su respiración acelerándose.

—John—sentí el leve sonido de su voz más grave que de costumbre, un susurro en el aire, levanté el rostro aún pensando que todo era producto de mi perturbada imaginación. Mi mirada nublada por las lágrimas se encontró con sus profundos ojos verdiazules—John…—

—¡Sherlock!

Notas finales:

Espero que hayan disfrutado la lectura 

no olviden dejar sus comentarios y gracias por leer el fanfic

un gran abrazo!

 


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