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El último Milagro de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Sherlock caminaba por la estación sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor, el complejo mecanismo dentro de su cerebro se había trabado, y solo quedaba el instinto de supervivencia, una voz en el fondo de su cabeza le repetía “huye”. Ignoró las numerosas llamadas de John en su móvil, y subió a un taxi pidiéndole un recorrido por los principales atractivos turísticos de Londres, necesitaba embriagarse de la esencia de aquella ciudad que lo había visto resolver tantos crímenes junto a John en la que consideraba “La mejor de las épocas”.

No fue capaz de disfrutar de la vista que le ofrecían las colosales construcciones londinenses, por primera vez se sentía pequeño y vulnerable…no era capaz de resolver el gran problema que era John Watson en estos momentos. Sherlock se había construido a si mismo, pieza por pieza, había levantado fortalezas impenetrables cuidando lo que quedaba de sus sentimientos, había sido capaz de resistir los encantos de la mujer, las proposiciones de Moriarty e incluso el atosigante interés amoroso de Molly sin esfuerzo alguno, a él no le interesaba la idea del amor ni el contacto físico con otro ser humano, no sentía la necesidad…estaba por sobre las necesidades instintivas. Mycroft siempre había dicho “el amor es para los débiles”. Cada dato que almacenaba en su mente era de gran importancia, lo demás lo desechaba, no quería llenar su cabeza con conocimientos inútiles, solo lo necesario para contribuir a resolver los casos que tanto lo apasionaban.

Sin embargo, John le recordaba constantemente que después de todo seguía siendo un ser humano y su cercanía había logrado ablandarlo…paulatinamente había vuelto a “sentir” a causa de la presencia de John Watson en su vida…necesitaba a John…aunque se odiara a sí mismo por llegar a concebir esta idea. El jamás había necesitado de la presencia de nadie para su bienestar, pero John era su amigo y esa tarde había cometido el grave error de aceptar el beso que el rubio le ofrecía y para colmo había correspondido a ese delicioso contacto. Después de ceder ante las pretensiones amorosas de John ¿cómo podía tener certeza de que sus sentimientos seguían bajo la prisión que había construido para ellos en la habitación más oscura de su palacio mental? ¿cómo podía confiar en sí mismo, en su autocontrol y sus sentidos después de lo acontecido aquella tarde?

Había sido un completo idiota al intentar jugarle una broma tan infantil a John Watson, se había puesto en peligro innecesariamente al darle la oportunidad a John para atreverse a establecer ese tipo de cercanías inapropiadas por él.

Deseó desesperadamente sumirse en la confortable soledad de su apartamento, por lo que dio las indicaciones necesarias para volver al único lugar en el que podía pensar en paz y encerrarse en sí mismo por horas sin temor a ser interrumpido. Al llegar pagó al chofer y bajó rumbo a su hogar en Baker Street. Sin embargo, se sentía particularmente extraño, miró a todas partes como si temiera encontrarse con John doblando la esquina, caminó velozmente entrando al lugar y cerrando la puerta detrás de el con un gran estruendo.

Intentó escuchar el más mínimo rumor que le advirtiera que John había llegado al 221B antes que él, pero todo el piso estaba en completo silencio, su corazón no dejaba de palpitar con rapidez y su respiración apabullada lo incomodaba haciéndolo sentirse ahogado… finalmente entró al piso cerciorándose de ser el único ser humano deambulando entre esas paredes, para luego recostarse en el sofá de un salto intentando calmarse.

¿Qué me pasa? - se preguntaba- por qué de pronto lo embargaban esos nervios y una molesta sensación de vergüenza…¿cómo podía llegar a sentirse intranquilo en su propio territorio?. Finalmente pudo entenderlo…lo atormentaba el fantasma de la presencia de John, su intranquilidad se debía a que ignoraba en que momento entraría al apartamento ni como iban a reaccionar ambos al verse frente a frente luego de aquel beso.

Se encogió de lado, realmente quería dejar de pensar en ese momento. El beso…jamás había dejado que lo besaran a no ser estrictamente necesario para la resolución de algún caso, era un acercamiento demasiado íntimo, pero la sensación de los labios de John en los suyos volvió a él con gran realismo…la culpa que lo corroía obedecía a una idea que amenazaba por salir… “él había querido volver a besarlo”, si la policía no hubiese intervenido en el lugar, quizás Sherlock habría sucumbido totalmente a lo que el deseo del carnal le demandaba en esos momentos…continuar besando a John…estaba al límite de sus capacidades mentales, si seguía pensando en el doctor terminaría volviéndose loco, debía encontrar urgentemente una distracción.

Finalmente se estiró y decidió que había sido suficiente tortura por un día…se restregó los ojos, para luego decidirse a abrirlos, al inicio su visión estaba borrosa pero aun con ese impedimento de por medio pudo identificar sin problemas la silueta de John Watson parada a su lado…

-¡Sherlock! ¿Me oyes?

-por desgracia, Si…

-Creo que te he gritado más de 10 veces… ¿estás bien?, estaba preocupado, no atendías mis llamadas, la sargento Dónovan te vio subirte a un taxi dijo que no tomaste la ruta  hacia Baker Street, por las dudas me contacté con la señora Hudson y dijo que no habías aparecido por acá en varias horas, ¿Dónde rayos estabas Sherlock?

-Pensando. -dijo el detective incorporándose

¿Enserio esa será tu respuesta?– dijo John incrédulo, se imaginaba que Sherlock reaccionaría así luego de lo ocurrido, pero desaparecer del mapa por horas había sido demasiado incluso para él…su actitud estaba empezando a colmar su paciencia

Sherlock se levantó tomando la distancia que le permitía su altura privilegiada respecto a Watson…- no eres nadie para pedirme explicaciones respecto a lo que hago durante el día, ¿por qué no me ahorras tiempo y te vas de una vez?

John lo miraba sin creer lo que escuchaba -este es mi piso también Sherlock, volveré a vivir acá te guste o no.

Sherlock sonrió con cinismo-  has lo que se te de la gana John, pero a mi deja de fastidiarme con tus estupideces amorosas.

-No son estupideces…replicó el rubio con seguridad

Sherlock lo miró ofendido-estas aspirando a algo imposible John…

Eso no es verdad…

- ¿Ah no?

-No Sherlock…no me engañarás, porque sentí como…correspondías ese beso…en el fondo tu lo deseabas tanto como yo.

Sherlock se volteó exasperado, había sido descubierto, su orgullo estaba herido y deseaba herir los sentimientos de John hasta que no quedara ni la más mínima esperanza dentro de él, quería erradicar definitivamente esa idea de su cabeza, y si para cumplir con su cometido debía dañarlo, estaba dispuesto a hacerlo...después de todo le ahorraría desengaños futuros

– ¿por qué yo me interesaría en ti? No eres más que un depresivo que me necesita para evadir la miseria de su propia vida…jamás estarás a mi altura -señaló el detective con desprecio.

Cada palabra se sentía como una puñalada en el pecho de John, sin embargo, no estaba dispuesto a darse por vencido tan fácilmente -soy el único que ha tenido la paciencia para soportarte por años Sherlock, el único que ha rescatado lo bueno que aún hay en ti, soy el único amigo que tienes- 

Sherlock  lo observaba con el rostro inexpresivo – ¿tu? el hombre que no fue capaz de superar la muerte de su “amigo” por 2 años, el que iba a charlar cada día con  una tumba vacía, quien se quedó estancado evocando un recuerdo todo este tiempo…quiero que te quede muy claro John Watson “yo no te necesito” y no quiero volver a perder mi tiempo hablando de sentimientos, así que espero tengas la decencia de no volver a sacar el tema en el futuro…luego de estas palabras se encerró en su dormitorio.

 

John se quedó mudo de pie frente a la chimenea…sintiendo la angustia crecer dentro de su pecho y las lágrimas agolparse en sus ojos…Sherlock jamás había sido tan hiriente en sus palabras…quizás debió haberse retirado a su antiguo departamento para no volver a pisar Baker Street nunca más en su vida, pero era tarde y el cansancio de estos ajetreados días logró vencerlo, además era una forma de demostrarle a Holmes que a pesar de su extrema estupidez y crueldad no daría su brazo a torcer…decidió subir a su habitación para dormir un poco.

Esa noche recostado en la comodidad de su cama John analizaba la violenta reacción del detective…Sherlock no entendía los sentimientos, eran un campo totalmente nuevo para él y su respuesta natural ante lo desconocido era el rechazo…pero a pesar de todo lo dicho por el rizado momentos antes, nada cambiaría lo sucedido en la estación aquella tarde, Holmes también lo había besado y aunque tuviera que hacer esfuerzos titánicos, lograría que el orgulloso y presumido detective admitiera lo que sentía por primera vez en su vida…


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