Le habría encantado disculparse con ambos, pero su voz no saldría. Aquella nota a la que no conseguía llegar tenía que haber sido una pista para entender lo que le ocurría, pero tampoco habría cambiado mucho aunque hubiera dejado de cantar en ese instante. El daño ya estaba hecho, posiblemente se habría quedado sin voz en mitad de la audición y habría sido peor todavía, mucho más humillante.
¡Tanto esfuerzo para nada! Así sentía Sasuke que eran las cosas. Tanto su hermano como Ino habían intentado todo para que estuviera en esa audición y por momentos, parecía que la cosa saldría bien. Ahora mismo, un sentimiento de culpabilidad le inundaba por no estar en ese escenario, por lo que agachó la mirada incapaz de mirarles a la cara tras todo lo que habían hecho por él.
- Ey, todo está bien – intentó suavizar su hermano – aunque no entiendo el motivo por el que ese idiota tiene tu música pero… todo estará bien.
¡No lo estaría! Sasuke lo sabía de sobra, ahí se perdía su última y única posibilidad. El casting daba su cierre y finalmente, todos empezaban a abandonar el lugar. Elevó la mirada unos instantes para ver cómo el tribunal también salía, por lo que empezó a caminar seguido por Itachi e Ino, alejándose todo lo posible de Naruto. No podía encontrarle en ese estado, no quería que le viera así, sin voz… desolado, dejando escapar su salida de las manos de Orochimaru y su hijo.
- Sasuke… deja de caminar – intentó calmarle Itachi, pero Ino miró atrás observando cómo Naruto salía con su banda.
- Está huyendo de él – le susurró a Itachi, quien se giró a mirar por vez primera a ese chico rubio que intercambiaba notas con sus compañeros de la banda.
Entre el revuelo, Sasuke empezó a ganar distancia, camuflándose entre la gente y perdiéndose entre ellos. Ni siquiera Itachi o Ino pudieron alcanzarle en cuanto empezó a avanzar casi a empujones entre el río humano que venía por el pasillo.
- Sasuke – gritó Itachi tratando de que éste se detuviera, pero no lo hizo, perdiéndole finalmente de vista - ¡Mierda!
- Quizá vaya hacia vuestro cuarto.
- Sí, vayamos a ver.
No entendía el motivo por el que había mirado a la puerta, pero encontrarse con Sasuke allí le causaba cierta alegría y, a la vez, tristeza. Quería decir que no se había presentado al casting pero quizá su compañero tenía razón… quizá él sólo sabía tocar la guitarra y necesitaban un cantante.
- Nos vemos – fue lo único que escucharon todos por parte de Gaara, dejándoles absortos ante su frialdad.
- Claro… - dijo Naruto – te vemos en la casa – fue más una queja, pero aun así, adoraba a ese chico pese a su difícil carácter.
- Nosotros también nos vamos, Naruto, estamos cansados – le comentó Neji - ¿Vendrás a la residencia del grupo o te irás a casa?
- Supongo que me pasaré por la residencia.
- Pues nos vemos en un rato.
Se giró intentando encontrar a Sasuke. Le había visto en esa misma puerta pero ahora, estaba desaparecido. Siguió buscando con desesperación entre el afluente de gente pero no podía encontrarle. El que sí apareció en su campo de visión fue Kabuto.
- Ey… ¿Qué tal todo? – preguntó.
- Pues, todo bien – sonrió Naruto – has estado genial, gracias por presentarte.
- ¿Sólo eso? – preguntó Kabuto, siguiendo a Naruto que comenzó a caminar en dirección a su taquilla.
- ¿Qué quieres, Kabuto? – preguntó el rubio entrando en la sala y abriendo su taquilla.
Sacó su mochila y la abrió para guardar los papeles y algunas otras cosas. Lo que más le sorprendió a Kabuto fue que habían pasado unos días y aún no se había percatado de la ausencia de su grabadora. Quizá no la utilizaba y tendría que buscar otra cosa con lo que fastidiar a Sasuke. ¡O puede que necesitase una ayuda para recordar esa grabadora!
- Entonces, ¿crees que tengo posibilidades?
- Kabuto, daremos los resultados en unos días, en cuanto debata con mi grupo los resultados – suspiró, aunque sabía que estaba el primero por ahora - ¿Necesitas algo más?
- Yo… tengo una grabadora y me gustaría saber si escucharías la última composición que he creado – preguntó sacando la grabadora.
- La verdad es que tengo mucha prisa, Kabuto, tengo cosas que hacer – comentó Naruto, aunque algo parecía ir mal porque empezó a buscar algo en su mochila.
Por alguna razón al escuchar la palabra “grabadora” le vino a la mente la suya. Su padre siempre grababa historias en ella con las que él se dormía. Era el problema del trabajo de Minato, siempre estaba fuera, de viaje y, por tanto, decidió grabar esas historias para que al menos pudiera escuchar todas las noches su voz. Hacía un par de días que no la había sacado de la mochila, siempre la llevaba consigo pero estuvo liado, así que ahora se daba cuenta de que le faltaba.
- ¿Dónde lo he metido? – preguntó en susurro hacia sí mismo, buscando entre las cosas de su bolsa.
- ¿Qué buscas? – preguntó Kabuto.
- Una grabadora, la tenía aquí en la mochila pero… no está. Quizá me la he olvidado en la mesilla de noche en casa, ayer dormí en la residencia así que… puede ser.
- Quizá alguien te la ha robado.
- Imposible – sonrió Naruto – siempre dejo la mochila en la taquilla y nadie tiene llaves de ella.
- El conserje tiene llaves – susurró Kabuto, pero vio la mirada de Naruto y supo que se había enfadado con esas palabras – lo siento… no quería decir nada, es sólo que…
- ¿Qué? – preguntó aún más enfadado por la conjetura que había lanzado - ¿Crees que Sasuke me la ha robado?
- No digo nada, Naruto, da igual, era una tontería.
- Sí, sí es una tontería. No querría una grabadora vieja para nada.
- Y yo que sé – dijo Kabuto – tampoco me sorprendería de él, es un rebelde sin causa.
- ¿De qué hablas?
- ¿No sabes el motivo por el que está de conserje aquí? Es un castigo por su comportamiento delictivo. Él y su hermano entraron en la propiedad hace algo menos de un año y destruyeron algunas cosas, pintarrajearon las paredes y cosas así, por eso mi padre les ofreció limpiar todo para pagar los desperfectos ocasionados.
- No es cierto – comentó Naruto sin poder creérselo.
- Pregúntale tú mismo, están grabados en vídeo si quieres verlo.
Naruto cerró la taquilla de un golpe y se colocó la mochila para ir a buscar a Sasuke. No es que se creyese que fuera un ladrón, de hecho, se fiaba menos de Kabuto pero… prefería salir de dudas y preguntarle directamente a él. Evidentemente, Kabuto no pensaba permitir que llegase a las preguntas, tenía que encontrar alguna forma de crear todo el revuelo.
- Puede que esté en su cuarto de la limpieza, al fin y al cabo, sigue en horario de trabajo – comentó Kabuto.
Hacia allí se dirigió directamente. Los estudiantes empezaron a apartarse de su camino y finalmente, tras varios pasillos, encontró el cuarto de limpieza que tanto conocía últimamente ese rubio. Allí estaba Sasuke, sacando un cubo con una fregona.
- Sasuke… ¿Podemos hablar un segundo? – preguntó Naruto con educación, consiguiendo que Sasuke se girase y apartase los cascos de música de sus oídos.
- ¿Qué tienes que hablar con él? – preguntó Kabuto enfadado - ¿Qué le preguntarás? ¿Si te ha robado? ¿Qué crees que dirá?
Sasuke estaba confuso. Miró a ambos chicos hablando de “robar” “preguntarle” y eso no lo olía nada bien, menos cuando miró el rostro de Kabuto tras ese rubio, con esa sonrisa estúpida que le indicaba que había hecho alguna de las suyas. Frunció el ceño sin estar seguro de en qué le habría metido ahora. Ni siquiera podía hablar, así que esperó.
- Cállate – se quejó Naruto hacia Kabuto, pero éste avanzó, empujó a Sasuke que casi cae sobre el cubo de no ser porque Naruto le agarró, y entró como alma que lleva el diablo por la pequeña habitación de limpieza.
- Lo siento – se disculpó Naruto por el comportamiento de su compañero, sosteniendo aún a Sasuke y ayudándole a equilibrarse.
¡Estaba buscando algo! Pero Sasuke no entendía nada. ¿Qué buscaba en un cuarto de limpieza? Porque no creía que fuera a buscar un trapo y ayudarle a quitar el polvo de las estanterías precisamente. Levantaba todo, miraba hasta dentro de los cubos pese a que Naruto entró tras él insistiéndole en que saliera de allí y le dejase a él hablar a solas. ¿Qué ocurría? Eso es lo que Sasuke se preguntaba una y otra vez.
Y finalmente, en la mano de Kabuto apareció una grabadora que estaba escondida bajo unos trapos limpios de la última repisa. ¡Él ni siquiera llegaba allí! No era tan alto. Aun así, abrió los ojos ante la sorpresa, al igual que lo hizo Naruto al ver aquella grabadora.
- Es… mi grabadora – dijo Naruto, entrando definitivamente en la habitación y arrebatándosela de las manos - ¿Por qué la tienes tú? – preguntó hacia Sasuke.
- Es obvio, ya te lo dije, sólo son un par de delincuentes. Se ganan tu confianza y luego hacen cosas así.
- Sasuke, dame una explicación.
Miró a todos lados buscando un papel y un bolígrafo para al menos poder escribírselo. Su voz no iba a recuperarse en segundos sólo para poder explicarse, así que dio vueltas por la zona buscando la dichosa hoja, pero Naruto debió pensar que estaba intentando huir de él.
- Ey, no me ignores Sasuke, quiero una respuesta – se puso serio y aunque Sasuke le dio el alto colocando sus manos delante para explicarle que esperase un segundo, Naruto pareció entender como que pasaba de él, porque se cabreó más aún - ¿En serio, Sasuke? Habla conmigo, maldita sea. ¿Por qué tenías mi grabadora? – le agarró con fuerza, lo que provocó que otra persona le alejase de él con rapidez.
- Ey… ni se te ocurra tocar a mi hermano – defendió Itachi - ¿Quién narices te crees que eres para tocar a mi hermano?
- Así que tú eres el hermano, el otro delincuente.
- ¿De qué habla este tío? – se quejó Itachi hacia Sasuke, pero éste no podía responderle.
- ¿Sabéis qué? Creo que estoy perdiendo el tiempo – dijo Naruto con la grabadora en la mano – mejor me largo, pero tú no vuelvas a acercarte a mí – le comentó a Sasuke – no quiero saber nada ahora mismo. Sólo mantente alejado.
¡Atónito! Así se había quedado Sasuke, atónito y enfadado, sumamente enfadado con Kabuto por aquella jugada. ¡No la vio venir! Y ahora se arrepentía de no mirar todos los días lo que había en ese cuarto, no se esperaba que escondieran algo allí para culparle. Se había descuidado con su enemigo pero no volvería a pasar. El problema sería cómo contarle la verdad a Naruto, sobre todo por su voz. Ahora sería complicado hacerle leer una nota y eso sólo le daba una opción, esperar a recuperar la voz y cantarle las cuarenta a ese gilipollas que se creía la primera mentira que le colaban. Aunque claro… tampoco podía culparle del todo, él no había podido explicarse y la grabadora estaba allí. ¿Qué iba a pensar él? Quizá si le hubiera pasado al mismo Sasuke… él también habría pensado lo mismo que el rubio.
- ¿Estás bien? – preguntó Itachi hacia su hermano, pero éste sólo pudo asentir - ¿Estás seguro?
Sasuke elevó un poco los hombros y subió nuevamente los cascos de música a sus oídos para evadirse del mundo. No quería saber nada más de lo sucedido pese a que sabía que seguiría estando en su cabeza todo el día y seguiría igual de enfadado como lo estaba en este momento. Tomó la fregona y empezó con su trabajo nuevamente, por lo que Itachi tan sólo pudo resoplar al ver que su hermano nunca cambiaría, él se cerraba en banda con sus propios problemas y jamás pedía ayuda ni contaba sus preocupaciones. Se marchó para dejar a su hermano seguir trabajando.