Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El conserje rockstar por Fullbuster

[Reviews - 93]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No podía dejar de toser y para colmo, ese día hacía frío. El invierno se acercaba y pese a que había tomado algo de miel para suavizar su garganta, seguía sintiéndola reseca. Cada pocos minutos bebía de la botella de agua que había traído, intentando aplacar ese ardor que le irritaba, pero nada parecía aliviarle.


- ¿Seguro que estás bien? – preguntó Suigetsu al ver cómo carraspeaba como si intentase apartar algo de su garganta y volvía a beber un par de tragos.


- Sí, tranquilo. Además, no tengo que cantar.


- Sigo sin entender por qué no cantas. Tu voz es mucho mejor que la mía.


- Porque tú no sabes tocar la guitarra – sonrió Sasuke – y además, es mejor que nadie sepa de mi voz.


- Oye, Sasuke…


Suigetsu se detuvo a mitad de las escaleras de bajada al metro, consiguiendo que Sasuke se detuviera también unos peldaños más abajo y le mirase intrigado por cómo había frenado.


- ¿Qué ocurre?


- Gracias por ayudarme con esto. No tenías por qué hacerlo.


- Tu familia necesita dinero, ¿no? Ganas más cuando yo toco la guitarra – sonrió Sasuke.


- Ya pero… yo sólo tengo mi voz y… sé que la tuya es mejor.


- No te preocupes tanto, ya te he dicho que es mejor para mí no cantar.


Suigetsu comenzó a bajar de nuevo al ver cómo su amigo se ponía en marcha nuevamente. Mucha gente subía para incorporarse al ajetreo de la ciudad y muchos otros bajaban al metro para ir a otro lugar. Era el lugar perfecto para tocar y ganar dinero, eso pensaba Suigetsu aunque también conocía los riesgos. Algunas vándalos le habían tirado piedras alguna vez, insultado o tirado hasta tomates. No es que quisiera meter a Sasuke en todo eso y menos cuando la gente pasaba por su lado y les miraba con esos ojos de superioridad.


Todos veían a un par de chicos tocando en la calle, veían lo peor de ellos, pero con apenas dieciocho años y sin poder optar a un trabajo medianamente mejor para ayudar a sus padres, sólo le había quedado mendigar en la calle. Sasuke no tenía por qué estar allí con él pero… siempre acababa yendo a ayudarle a sacar unas monedas, de las que él no se quedaba nada después.


- ¿Quieres empezar por alguna canción en concreto? – preguntó Sasuke, deteniéndose en un lado de la pared y dejando la guitarra a un lado para poder abrir la funda.


- ¿Castle of glass de Linking park? – preguntó dudoso Suigetsu.


- Vale – confirmó Sasuke, casi como si intentase recordar la partitura que había estado practicando esa semana.


Sasuke colocó la cinta tras su cuello y revisó las clavijas de la guitarra para poder distorsionar un poco el sonido. No era nada fácil imitar a otros grupos, pero al menos, tenía toda una semana para practicar aparte de memorizar sus propias composiciones. Reconocía que para Suigetsu era más fácil aprenderse la letra de canciones ya hechas, por lo que no le importaba tener que trabajar un poco más. Sin embargo, Suigetsu miraba las tiritas de los dedos de Sasuke mientras éste ajustaba los tonos.


- Cuando quieras – comentó Sasuke una vez estuvo listo para empezar.


***


¡Agotado! Así se encontraba Naruto tras la maldita entrevista que le habían pedido a esas horas. Se había alargado tanto, que ya eran prácticamente las diez de la noche. Intentó llamar varias veces a sus managers para que le trajeran el coche y le recogieran, pero nadie respondía.


- Maldita sea – se quejó Naruto a punto de estallar el teléfono contra la pared.


Encima que estaba allí por ellos, ahora le dejaban tirado a las diez de la noche en ese edificio a punto de cerrar. ¡Agotado y enfadado! Muy enfadado. Apretó el teléfono en sus manos y abrió la mochila para comprobar si al final había terminado por meter la bufanda y los guantes allí. A esas horas hacía frío.


- Menos mal – susurró al verlo al fondo de la mochila.


Con rapidez, se colocó la bufanda, se subió la cremallera de la chaqueta hasta arriba y se puso los guantes para marcharse de ese edificio que ya empezaba a apagar las luces y dejaba sólo al encargado de la limpieza.


¡Hacía frío! Sus mejillas al descubierto enseguida empezaron a tornarse en un color rojizo. Subió un poco más la bufanda, tapando hasta la nariz y acelerando el paso para llegar al metro. ¿Por qué cuando necesitaba un taxi todos estaban ocupados, no paraban o no pasaba ninguno? ¡Ley de Murphy! Es lo único que le vino a la cabeza.


Hacía años que no compraba ningún ticket del metro, pero por suerte, siempre llevaba dinero a mano por si acaso. Sacó un billete en la estación de Shinjuku, la zona más céntrica y una de las más grandes de Tokio. Su casa estaba a las afueras, así que tendría que caminar un rato cuando bajase. Sin embargo, cuando ya iba con billete en mano hacia las máquinas para pasar al otro lado, escuchó esa música que le hizo girarse.


Siempre había algún que otro artista callejero por la zona a los que no prestaba atención, pero aquellos acordes… le hicieron girarse para observar a ese chico que cantaba frente a dos o tres personas que se habían detenido a escuchar. Aun así, no fue ese chico el que robó su atención, sino el de atrás, el guitarrista moreno y conserje de la facultad de bellas artes.


- Pequeño mentiroso – sonrió Naruto al verle tocar la guitarra, con esas tiritas en sus dedos y sin púa.


Su pie se movió, haciendo el amago de querer acercarse, pero al instante siguiente, se detuvo. Esos chicos estaban tocando en la calle, en un metro para resguardarse del frío por unas pocas monedas. Quizá si él se acercaba… era posible que se avergonzasen o sintieran peor la humillación. Dudó, por unos segundos dudó sobre qué hacer, pero también sabía que dejar escapar esa oportunidad haría que Sasuke se cerrase en banda nuevamente y le mintiera sobre la guitarra.


¡Tenía que acercarse! No para echarle en cara que le había mentido ni nada así, sino para descubrirle en su mentira y que dejase de hacerlo. Volvió a caminar, esta vez con mayor decisión y se colocó frente a los chicos para escuchar la canción. Eran buenos, sobre todo Sasuke. No podía dejar de mirar cómo deslizaba los dedos por el mástil de la guitarra con maestría. Sin duda alguna… tenía que ser él quien había tocado aquella vez en el estudio y le había dejado el papel con los acordes, no podía ser otra persona.


Sasuke ni siquiera parecía estar pendiente de la gente. Se centraba en la guitarra, en los acordes y en tratar de armonizar con la voz de su compañero, pero de vez en cuando, tosía y eso era síntoma de que seguramente, iba a resfriarse.


Al acabar la canción, los allí presentes depositaron algunas monedas sueltas dentro de la funda de la guitarra. No dejaban gran cosa, calderilla más que nada, pero Naruto se acercó una vez se disipó la gente y sacó un billete para dejarlo en la funda. Aquello captó la atención de los dos chicos, sobre todo de un silencioso Sasuke que primero le observó con asombro y luego dejó exclamar una palabra malsonante.


- ¡Mierda! – exclamó.


- Tocas muy bien, Sasuke – le comentó Naruto – ya te dije que deseaba escuchar esa guitarra. Por fin he podido, aunque me habría gustado más en el casting.


- Buscas un cantante, yo sólo toco la guitarra de vez en cuando – le aseguró el moreno.


- Es más que de vez en cuando por cómo están tus dedos y por cómo tocas. Debes ensayar mucho.


- No tanto como crees – intentó huir.


- Pero es que Sasuke sí que can… - intentó hablar Suigetsu, pero Sasuke le tapó la boca al instante. Naruto les observó sorprendido.


- Canalizo – le comentó Sasuke – sí que canalizo la energía suficiente para poder tocar sin ensayar tanto – intentó salir con una excusa que ni Suigetsu, ni Naruto, ni él mismo entendieron - ¿qué? – les miró a los dos al ver sus ojos llenos de dudas.


- Muy filosófico… no te he pillado ni una palabra de lo que has dicho – le aclaró Naruto.


- Déjalo – aclaró Sasuke para intentar escapar de aquella situación – deberías volver a casa, se te hará tarde.


- Yo tengo que irme ya – susurró Suigetsu, recogiendo el dinero de la funda de Sasuke para que éste pudiera guardar las cosas – nos vemos mañana.


- Vale. Ten cuidado de camino a casa.


Naruto observó en silencio. Sasuke no se había quedado ni un mísero yen de lo que habían conseguido los dos juntos y eso era extraño. Si no tocaba por dinero, ¿por qué lo hacía?


- ¿Vas a la academia?


- Qué más te da – susurró Sasuke.


- Te acompañaré.


- No necesito un guardaespaldas, sé cuidarme solo – tosió un par de veces Sasuke.


- Prefiero acompañarte. Tampoco tiene buena pinta esa tos. Ven aquí – sonrió Naruto, quitándose su bufanda y pasándosela por el cuello a un sorprendido Sasuke – deberías cuidarte esa garganta, ya está – dijo terminando de anudarle la bufanda.


Un sonrojo apareció tiñendo las mejillas de Sasuke. Él todavía recordaba con cariño cómo su madre le ponía las bufandas cuando era más pequeño antes de ir al colegio. Hacía años que nadie había hecho algo así por él, algún gesto cariñoso y eso le había confundido por unos segundos. Ninguno de los dos había empezado con buen pie, pero Naruto recordaba perfectamente las enseñanzas de su padre cuando le decía con afecto que para que dos personas se llevasen bien en una relación que había iniciado mal, una de las dos debía dar el primer paso para cambiar aquello. ¿Por qué no intentarlo?


- Vamos, te acompaño – comentó Naruto.


- Da igual, se te hará tarde. Además no puedo llevar esto – dijo ruborizado – es tuya y pasarás frío.


- Mi chaqueta es buena, me abrigaré, no pasa nada. Quédatela – comentó Naruto refiriéndose a la bufanda.


Los dos comenzaron a caminar para salir del metro, pese a que Naruto todavía tenía dudas sobre cómo era posible que ese chico ocultase lo bien que tocaba al mundo. Quizá tendría sus razones pero… era un desperdicio de talento, así lo veía él.


- Quería preguntarte algo desde hace un tiempo… - se interesó Naruto, no quería perder tiempo aunque ser tan directo, podría asustar a Sasuke – fuiste tú, ¿verdad? El que me ayudó en el estudio con mi canción.


- Yo… no sé de qué me hablas.


- ¿Estás seguro? Sólo quería darte las gracias. Tenías razón con lo de la segunda guitarra y los acordes fueron perfectos. Me gustaría que le echases un vistazo cuando pudieras a la parte nueva que he compuesto.


- Naruto… tienes a mucha gente para hacer eso, te lo aseguro.


- No son tan críticos ni sinceros como tú. Por favor. Además me gustó tocar contigo, quizá podríamos practicar juntos alguna vez.


- No sería bueno para ti que tomases malas costumbres que pueda tener yo. Tú has estudiado mucho para esto y yo… soy autodidacta, créeme que tengo muchos errores y manías que un profesional haría que se tirase de los pelos.


- Quizá yo pueda ayudarte a corregir esas manías y tú me ayudas con mi composición. Se te daba bien componer.


- Me lo pensaré.


- Por cierto…


Naruto buscó en su mochila. Sabía que debía estar por algún lugar, pero lo primero que tocaron y sacaron sus dedos, fue la púa que había comprado para sí mismo.


- Aguanta esto.


- ¿Una púa? – preguntó divertido - ¿Llevas púas en la mochila?


- No, tonto, las compré esta mañana y… te compré ésta para ti – dijo sacando la púa especializada para su guitarra – creo que necesitas una.


- Oh, no… no voy a aceptarla – dijo Sasuke empezando a caminar más rápido.


- Pero es para ti.


- Ni hablar, no puedo pagarte esa púa ahora mismo.


- Es un regalo, no tienes que pagarme nada. Yo tengo dinero, tú necesitabas una púa…


- ¿Ahora soy como una prostituta o tu obra de caridad? – se quejó Sasuke – no necesito que nadie se preocupe por mí ni que me compren cosas.


- Tómalo como un pago por ayudarme con la composición – dijo con total sinceridad Naruto - ¿qué me dices?


Aquellas palabras habían conseguido que finalmente, Sasuke dejase de caminar y le observase. Le devolvió su púa y agarró su regalo, resignándose ante ese chico que parecía tener todo bien atado.


- Está bien, te ayudaré con la canción. Pero no me agobies, yo te diré cuándo y dónde podremos trabajar en ella. Si te viene bien…


- Te mandaré mi horario entonces.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).