-Hola Ciel.-
-¿Tú? - observa a la criatura frente a él encontrandose con el armadillo. -Creí que ya me habias olvidado.- habla con un ligero tono de tristeza.
-Ah! Por supuesto que no me olvide de ti cariño, te he estado cuidando desde que dejaste el monasterio. ¿Apenas te has dado cuenta de mi presencia?-
-¿De que hablas? Yo jamás te vi.- responde a la defensiva.
-Pero lo estuve querido y es increíble la cantidad de gente que te acecha. -
-¿Qué? - pregunta confundido.
-Ah! Trataré de ser más claro.- tras decir eso una bruma negra lo rodea y cuando esta se esfuma se muestra su forma humana.
-Dios! - observa encantado al demonio.
-¿Te agrada más de este modo?- pregunta con un toque seductor haciendo que el monje se sonroje. -Entonces, supongo que si en efecto prefieres verme así. ¿O preferirías verme sin ropa?-
-Yoooo...-
-Lo consideraré entonces, pero eso será después. ¿Sabes porque estoy aquí? -
-Vienes a recoger tu capa... supongo. - responde nervioso sin mirar al demonio.
-Oh! Ciel vamos, responde con seguridad, no es como que vaya a comerte... No por lo menos como estas pensando.- sonríe pervertido. -¿Sabes? Esta prenda siempre me ha causado curiosidad.- pasea su mano por una pierna del monje mientras lentamente levanta su habito. -Se dice que bajo el hábito los monjes no llevan prenda alguna... Y parece ser cierto.- aprieta el trasero del joven rozando levemente su entrada. -Dime una cosa, ¿al menos es comodo?- se aleja.
-Yooo... No lo sé. Diría que es comodo, excepto cuando hace aire, entonces todo se convierte en un desastre. - comenta de forma nerviosa ante las acciones del demonio.
-Eso es muy interesante Ciel.-quita la soga que ajustaba el hábito al cuerpo del menor.
-¿Que haces?- pregunta nervioso alejandose del azabache hasta que tropieza con una roca cayendo de espaldas con las piernas abiertas.
-Vaya que esta es una visión muy estimulante. - se acomoda entre las piernas del menor. -Deberíamos aprovechar, ¿No crees? - levanta un poco la cabeza del monje olfatear su cabello. -Deberías oler igual que un bebé Ciel, sin embargo tu aroma es diferente... ¿Con quién haz estado ya?-
-¿De que hablas?- preguta nervioso tratando de levantarse.
-Ya sabes Ciel, ¿Quién o quiénes han tenido tu cuerpo? -
-Mi cuerpo es solo mío Sebastián, no se de que o quién más hablas- responde enojado.
-¿Seguro? Porque yo te diré que me quede muy cerca del monasterio durante un tiempo y me enteré que un monje deja entrar a los miembros de la corte real, más especificamente a un sujeto que responde como Kelvin, dicho sujeto gustaba de ir a donde los monjes menores y de entre ellos tú eras su favorito. Solía pasar las noches enteras en tu habitación tocando tu cuerpo de forma obscena. También me enteré que gracias a eso tu fuiste condenado. Y se quién fue el que planeó todo.-
-¿Que mierda dices?- pregunta totalmente iracundo empujando al demonio.
-Cuidado con esa boca monje, no es correcto que hables como marinero si no lo eres. - sonríe el demonio antes de levantarse. -El hoyo esta hecho, pon el libro bien profundo y vámonos de aquí. -
-No espera, tienes que decirme quién fue el que me acuso.-
-No, no tengo porque hacerlo querido. - se sienta de forma elegante en una roca.
-Por favor hazlo. - acaricia una mejilla del demonio.
-Tus manos estan sucias de tierra.- empuja las manos del pequeño y limpia su rostro con un pañuelo y posteriormente las manos del monje. -Te lo he dicho antes Ciel, yo no trabajo gratis, ¿que ganare yo si te lo digo?-
-Yooo... No lo se, ni siquiera me haz dicho a que viniste.-
-Vine a discutir los términos de nuestro trato. -
-¿Más términos? Hasta donde se ambos cumplimos, con el libro, mi vida quedó a salvo, a cambió de eso tu imagen fue puesta en el libro. Por cierto, gracias a eso el hermano Tanaka y su consejo me echaron del monasterio.-
-Lo se, yo te saque de ese monasterio.- Jala a Ciel para sentarlo en sus piernas. -Mi imagen en ese libro era un seguro de vida para ti.-
-¿Un seguro de vida? Realmente no lo entiendo. -
-Ah! Por alguna extraña razón no me sorprende que no entiendas esto.-
-Oye!- golpea el pecho del mayor, sin embargo las ropas de piel de armadillo terminan por lastimarlo.
-Vaya Ciel, no puedo creer que seas tan descuidado con tu cuerpo. Este hermoso cuerpo. - lame la sangre de la herida del monje. -Delicioso.- susurra cerca de su oido antes de lamer su cuello de forma atrevida.
-Ngh! Ahh emmm... No es que quiera detenerte pero se supone que tu y yo discutíamos los términos de nuestro trato.- interrumpe Ciel empujando un poco al demonio.
-Es cierto Ciel, primero lo primero. - succiona de forma escandalosa el cuello del monje dejándole una muy visible marca. -Mi imagen, el armadillo estaba ahí para cuidar de ti. Incluso los hombres que sirven fielmente a Dios son los más traicioneros, era enorme la posibilidad de que ellos no cumplieran su trato de liberarte e incluso habrían atentado contra tu vida.-
-Y supongo que tu intención era salvarme para llegar a este punto... O tal vez tú pusiste el armadillo en el libro porque no esperabas que nada de eso funcionará aun cuando ese fue nuestro trato. - intenta levantarse pero el demonio lo sienta de nuevo sobre sus piernas provocando que la piel de armadillo rasguñe sus muslos. -Agh! Eso dolió. -
-Es tu culpa cariño, si quieres puedo lamerte, pero primero seguimos con nuestro tema. Estoy más que seguro de el trabajo que hice con todo el conocimiento del mundo, sin embargo también se que uno de los 'milagros' de Dios tarda mucho en pasar y eso es porque aunque ustedes lo predican como alguien gentil y amoroso la realidad es que es un sádico igual que nosotros los demonios. Él es el tipo que gusta de verte sufrir de forma inimaginable mientras ve como clamas con fe por su ayuda y el por supuesto no mueve un dedo hasta que se aburre, entonces sucede el 'milagro' piensas que tus plegarias han sido escuchadas, pero no es así, tan solo se aburrió de tí y quiere pasar a la siguiente victima.-
-Mientes!- grita molesto golpeando la mejilla del demonio que lo mira de forma asesina antes de tirarlo de forma violenta al piso. -Yo...
-Piensa lo que quieras Ciel, como demonio no puedo obligarte a pensar del mismo modo que yo, eso sería como faltarle a mi naturaleza, sin embargo solo te pido que recuerdes quién acudió en tu ayuda.-
-Fuiste tu...- responde pensativo.
-Exactamente. Ahora date prisa en guardar el libro.-
-Espera! Aún no me haz dicho cual será el resto del pago.-
-Pues...- levanta a Ciel y lo vuelve a sentar en sus piernas. -¿Sabes que ese libro le habría tomado 30 años o más escribirlo a un humano común y corriente?-
-Eso es demasiado tiempo, yo habría muerto antes de terminarlo, suponiendo que no hubiera estado sentenciado ya.-
-Eres muy joven Ciel, en condiciones normales habrías vivido suficiente para terminar el libro y disfrutar tu libertad. En las precarias condiciones en las que te mantenían en la mazmorra habrías muerto en una semana o menos. De cualquier forma lo mejor que te pudo haber pasado fue dejar el monasterio.-
-Eso no es cierto. Desde que tengo memoria el monasterio es todo lo que conozco. Ahora que me han echado no tengo nada, no conozco a nadie y no tengo a donde ir... Creo que lo mejor hubiera sido que nada de esto pasara, al menos así tendría techo y comida.-
-Agh! Detesto a los humanos que buscan causar lastima a propósito, le quita lo divertido al asunto así que no lo hagas. Ahora pongámonos serios. Como pago por mi trabajo tu permaneceras conmigo 5 años por cada año que le habría tomado a un humano común y corriente escribir el libro.-
-Esos son como 1500 años. Ni de broma viviré tanto.-
-Idiota.- golpea la cabeza del pequeño. -Tan solo son 150. Vaya que tendrás que aprender demasiado. Menos mal que tienes mucho tiempo a tu disposición. -
-No es cierto Sebastián. La esperanza de vida no es de más de 30-32 años y yo tengo casi 15, ya he vivido la mitad de mi vida.- responde con un ligero toque de tristeza.
-Ah! Te diré una cosa.- atrae al pequeño dejando sus rostros a escasos milímetros. -Deberías saber que Dios no es el unico que puede alargar la vida de los seres humanos. -
-¿Tú alargarias la mía? -
-Sería parte de nuestro trato. - responde acariciando las piernas del pequeño.
-No me parece un trato justo. No me malentiendas por favor, me refiero a que no creo que sea benefico para ti. -
-Si que lo es Ciel, verás, se podria decir que durante ese lapso de tiempo tu serás mío y harás todo lo que yo te diga sin rechistar nada. -
-¿Todo lo que digas?- pregunta nervioso tratando de imaginar las atrocidades que el demonio le obligará a hacer.
-Así es Ciel, todo lo que yo quiera.- sonrie. -Será divertido. Por ahora inicia con esto. - pone una manzana en las manos del pequeño.-Se que no haz comido nada desde que te echaron del monasterio y necesitarás energía. -
-Yooo... No debo.- aleja sus manos. -La manzana causó que los humanos fueran echados del paraíso. No puedo comerla.-
-¿De verdad aun te preocupa?- muerde la manzana dejando que el jugo corra por la comisura de sus labios hasta su barbilla provocando al monje que termina por lamer el camino que hizo el jugo de la fruta. -Vaya Ciel, después de eso ya no tiene que preocuparte nada.- posa su mano en la nuca del pequeño. -Tan solo déjate llevar y se mio.- roza sus labios contra los del pequeño.
-Ahh! Yooo... Acepto.- responde rendido esperando que el mayor se decida a profundizar el contacto.
-Bien, me parece perfecto. - se separa del monje.
-¿Que dia...
-Shhh! ¿En que quedamos con tu lenguaje? -
-Lo lamento. -
-No, no. Jamás debes arrepentirte o lamentar nada.- dice antes de empujar con su pie el libro dentro del hoyo. -Ya no estas en el monasterio para ser la mascota perfecta de una deidad. Desde este momento tienes que pensar por ti mismo. -
-¿Por qué dices eso? Creo que para ti seria más fácil manejarme a tu antojo haciéndome pensar como tú. -
-Ya te lo dije Ciel, eso sería faltar a mi naturaleza. Vas a pensar por ti mismo. -
-Eres tan distinto. Nada tiene que ver lo que he conocido de ti comparado con lo que aprendí en el monasterio.-
-Oh! Te sorprendería saber las cosas en las que tu iglesia te ha mentido.Yo tan solo te he dado el don de poder ver y pensar como te plazca.- con un ademán de su mano hace que la tierra cubra al libro dejándolo enterrado. -Ven acá Ciel.-
-¿Que pasa?- se acerca nervioso.
-Pues... Es hora de comenzar con nuestro trato.- con otro ademán hace que su capa quede extendida sobre el lugar donde yace enterrado el libro. -Siéntate.- obedece el pequeño. -¿Que ha sido lo que te motivo a aceptar mi trato?-
-Tus... Tus labios.- responde sonrojado sin mirar al demonio.
-Hazlo entonces Ciel. Haz lo que sea que desees con ellos. Yo no te voy a detener.- se arrodilla frente al pequeño.
-No puedo, es pecado.-
-Ah! Ciel. Ese no será el único pecado que vamos a cometer este día. Pero si tu "moral" te impide seguir tu deseo tendré que hacerlo yo.-
-No es eso... Es solo que tú...
-¿A caso mis sospechas eran erróneas y esta forma no te resulta agradable?-
-Me gustas mucho así como estas.- responde finalmente antes de rodear con sus brazos el cuello del demonio. -¿Te enojaras conmigo si por algo no lo hago bien? -
-Tienes 150 años para aprender y a mi como tu instructor.- recuesta por fin al pequeño acomodandose entre sus piernas.
Ciel por su parte acaricia una de las mejillas del demonio antes de tocar sus labios como si tratara de familiarizarse con ellos antes de posarlos sobre los del azabache en un inocente roce que el concidero un beso. Al separarse el pequeño monje abrió sus ojos observando al demonio que pareció ido durante algunos segundos antes de observarle y sonreír de manera extraña.
-¿Pasa algo? -
-Nada aún querido. - besa nuevamente al monje siendo esta vez un poco atrevido pues entre el contacto se aseguró de morder el labio inferior del pequeño hasta dejarlo hinchado y apetecibleante sus ojos.
-Ahhh! ¿Esto es en serio? ¿Realmente eso fue un beso?-
-Solo fue uno pequeño Ciel, hay muchas muchas formas de besar, aunque por ahora solo me interesa que aprendas a corresponder. Te diré algo, trata de seguir todo lo que yo haga.-
-N-no, no voy a poder.-
-Lo harás. - besa la frente del pequeño antes de dirigirse a sus labios los cuales devora de forma hambrienta durante una considerable cantidad de tiempo antes de sentir como este golpea contra su pecho en repetidas ocasiones sin importarle el lastimar sus manos con la ropa del armadillo.
-¿Pasa algo querido? -
-Ah! ¿Intentas matarme a caso?-pregunta completamente jadeante el monje. -Casi me ahogas con tu beso. -
-Oh! Vamos Ciel, te he dicho ya que no seas descuidado con tu cuerpo.- lame la sangre de las manos del pequeño. -De eso me encargaré yo, aunque te aseguró que al final lo gozarás.- con un ágil movimiento le quita el habito al pequeño dejándolo completamente desnudo.
-No! No hagas eso.- se remueve buscando algo para cubrir su desnudez.
-Dame un buen motivo para no hacerlo.- con ayuda de sus dientes retira el guante de su mano derecha para poder tocar el cuerpo del pequeño con total libertad.
-No... No lo hagas, haré lo que tu quieras.-
-Esto es lo que quiero Ciel, así que sugiero te calmes y cooperes de la mejor forma o asegurate de saber que lo haré con o sin tu concentimiento.-
Ante ese planteamiento temiendo por su seguridad Ciel decide aceptar lo que dice el demonio y para demostrarlo lo atrae para un beso igual de apasionado que los demás sin importar que sus pulmones requieran oxígeno.
-Aprendes rápido como funcionan las cosas Ciel. Te daré una buena recompensa por ello.-
-De que Aaaaahhh!
-Lindo gemido Ciel. Y eso tan solo ha sido un beso en el cuello, imagina todo lo que puedo hacer con esto.- acaricia muy levemente el miembro del pequeño con su dedo índice. -Y por supuesto con esto.- aprieta el trastero del pequeño con sus manos hasta asegurarse de dejarlo bien rojo.
-Ahhh! - gime Ciel ante la sensación de los toques del demonio.
-Vas muy bien querido, aprendes muy rápido. - con dos de sus dedos comienza a sobar los pezones del pequeño que gime un poco incomodo al sentir que el demonio comienza a tirar de ellos.
-Nnnh! Ahh! Espera.-
-¿Ahora que?- se separa levemente molesto.
-¿No preferirías que yo te hiciera eso?-
-Hmmm. No! Mejor después. Ahora solo quiero que sepas el placer que te espera estando conmigo. - sin darle tiempo a responder ataca de forma feroz el cuello del pequeño.
-Ahhh! Noooo ya para... Algo está mal.- trata de empujar al demonio que lo muerde de forma dolorosa antes de separarse visiblemente molesto.
-¿Ahora que Ciel?- jala al niño para sentarlo. -Más te vale qur no salgas con uno de tus estupidos comentarios o me voy a enojar y no te recomiendo para nada que estes cerca conmigo enojado. -
-Es solo que allí abajo se esta poniendo duro y nunca había pasado. - responde sonrojado evadiendo la mirada del demonio.
-¿Ni siquiera te paso cuando Kelvin te tocaba? -
-No. El me daba mucho asco, así que eso no paso nunca, además solo hacia que me diera la vuelta mientras lo frotaba entre mis piernas hasta que las dejaba sucias de blanco.-
-Oh! Vaya... Eso suena... Maravilloso Ciel. Ven aquí. - acomoda al pequeño sobre sus piernas. -Te diré que no pasa nada malo cuando se pone duro, de hecho eso me confirma que en verdad te gustaron mis besos.- con dos de sus dedos inicia un lento sube y baja en el miembro del pequeño que observa la acción sonrojado cubriendo su boca con sus manos para no dejar escapar sus gemidos.
-¿Pasa algo Ciel? ¿No te gusta con mis manos? -pregunta besando el cuello del pequeño. -¿Por qué? Yo me estoy esforzándo tanto en tocar de forma deliciosa. Creo que al menos merezco escucharte gemir. -
-Ahhh aaahhh...- gime el pequeño empujando de forma inconsciente contra la mano del azabache buscando un ritmo más veloz.
-Veo que si te gusta Ciel. ¿sabes que de hecho te puedo hacer sentir aun mejor con mi boca?-
-¿Co-Como?-
-Muy simple pequeño. Así. - empuja a Ciel para que quede recostado de nuevo antes de lamer los pezones y posteriormente morderlos con saña pero sin hacerlo sangrar.
-Ahh! Duele.- solloza Ciel intentando empujar al demonio que le sonríe de forma extraña.
-Oh! Querido, recuerda que soy un demonio, uno muy experimentado que te va a mostrar el placer que hay en el dolor.-
-¿Como la flagelación?-
-No querido. La flajelación es un castigo. Yo no te haría algo así... No cuando te haz portado tan bien.- tras decir eso sigue con su camino de besos y mordidas por el cuerpo del pequeño hasta que llega a su pene. -¿Que quieres que haga, Cielito? Deja volar tu imaginación y aprovecha que hoy estoy de buen humor.-
-Ahhh! N-no lo sé... ¿Qué sigue?-
-Hmmm... Buena pregunta querido. Pueden seguir muchas cosas. ¿Quieres que te muestre todo? - el pequeño solo asiente apretando sus ojos al sentir los labios del mayor sobre su miembro al hablar produciendo pequeños besitos en cada sílaba. -Muy bien Ciel. -
Con una sonrisa el demonio decide ignorar la erección del monje y desciende por sus muslos haciendo marcas de propiedad.
-Ahhh! Dios! - gime el pequeño presa del placer provocado por el mayor.
Tras algunos minutos de tortura el pequeño monje comienza a largar pequeños gemidos de dolor al sentir su erección apretada entre su vientre y el pecho del mayor cubierto por la ropa de armadillo produciendo pequeños rasguños en tan delicada zona. -Nnn...-
-¿Pasa algo Ciel?- pregunta sonriendo.
-Due-Duele allí abajo. -
-Oh! Vaya, tu cuerpo reaccionó más rápido de lo que esperaba.- sonríe. -¿Listo para sentir alivio? -
Sin esperar respuesta el demonio engulle el miembro del pequeño y comienza una rápida felación dando pequeñas mordidas cada cierto intervalo de tiempo arrancando escandalosos gritos de placer del monje que se retuerce sin poder parar.
-Ahhh! Sebah! Sebastián... nnnh! De-Detente.-
-¿Quieres que me detenga?- se separa para darle un beso pero sigue la estimulación con sus manos.
-E-Es que algo quiere salir.-
-Oh! ¿En serio?- habla con un tono burlón de inocencia. -¿Y entonces crees que debería parar?- acelera su movimiento.
-Ahh! Siii... No quiero que...
-Shhh! Yo creó que debería chupar con más intensidad para que salga todo.-
-Peroooohhh... ahhh! N-no Sebastián! - gime el pequeño al sentir las rápidas lamidas y succiones del demonio en su miembro por lo cuál tira de su cabello tratando de separarlo de él.
-Quieto Cielito, no querrás que terminé por atar tus manos. Ahora escuchame, relájate y trata de disfrutar porque yo no me voy a detener hasta tenerlo todo aquí. - señala su boca antes de seguir con las atenciones al monje esta vez dirigiéndose a los testículos los cuáles mimo con sus labios antes de comenzar a succionarlos de forma escandalosa.
-Ah! Sebahhh...
-Vamos Ciel, correte para mí...
Y como si de una orden se tratase tan solo bastaron algunos intensos movimientos para que el monje alcanza el orgasmo en la boca del demonio que bebió gustoso aquella virgen semilla fruto de su esfuerzo.
-Ahhh... E-eso f-fue... ahhh!-
-Intuiré que te ha gustado querido. ¿No es así? - besa al monje de manera suave contraria a todo lo anterior.
-Mucho.- responde Ciel radiante al cabo de unos segundos.
-Me alegra. Bien Ciel, ya te he mostrado lo que es el placer puro, ahora...- gira al monje para dejarlo acomodado en 4 puntos.
-¿Que haces?- pregunta nervioso.
-Te mostraré otro tipo de placer pequeño. Uno que nos gustará a ambos. -
-¿Y no sería más fácil que tan solo te hiciera lo que tu a mí? - se aleja un poco del demonio.
-¿Quieres hacerlo?- pregunta arqueando una ceja.
-Supongo que es lo justo. -
-Ese es un buen punto Ciel.- lleva la mano del pequeño a su entrepierna haciendo que lo sienta con firmeza.
-Es enorme.- habla en un susurro.
-Espero que no te estes arrepintiendo porque no puedes hacerlo... De nada.-
-Si, supongo que estará bien.- besa al demonio antes de empujarlo levemente para que quede recostado en la capa. -Primero... Creo que te quitare la ropa.-
-Yo creó que no Ciel.- saca su miembro de entre sus pantalones.
-Ehhh... Yooo... nooo... No creó que quepa en mi boca.-
-Bueno querido. Tendrías que hacerlo porque ya haz quedado en ello, sin embargo hoy me siento partucularmente generoso, de modo que no te obligaré a hacerlo. Tan solo seguiremos adelante con lo que sigue.- recuesta al pequeño y se coloca entre sus piernas. -Hay un lugar en ti donde si va a entrar.-
-¿De que hablas?-
-¿Seguro que no sabes de que hablo querido?- pregunta separando levemente las nalgas del pequeño, suficiente para que la punta de su miembro quede rozando la entrada del monje.
-¿En serio piensas utilizar eso?-
-Por supuesto querido, emana un calor abrasante y créeme es una delicia. -
-Eres un demente. Ese lugar esta sucio.-
-¿Que creés? No es cosa que me importe.- tras decir eso mira sadicamente al pequeño antes de penetrarlo de una sola estocada hasta el fondo.
Por su parte el pequeño monje solo se queda observando el cielo con la mirada perdida mientras las lágrimas abandonan sus ojos debido al dolor que lo hace sentir en cualquier momento va a partirse en 2.
-¿Duele?- pregunta con burla.
-Idiota, duele demasiado. - dice entre sollozos el monje.
-¿Quieres que lo saque?-
-No creo que vayas a hacerlo. -
-Vaya Ciel, aprendes muy rápido. - besa su frente. -No lo sacaré, pero te haré sentir muy bien.-
-Ahh! N-no basta! No te muevas... Due-duele mucho. -
-Solo tengo que encontrar el punto querido.- dice aumentando levemente la velocidad de sus embestidas.
-Ahh haaaahhh!- gime el monje al sentir como el demonio toca en su interior algo que lo hace olvidar el dolor sumergiendole en un extraordinario placer.
-Vaya, vaya, parece que ya lo he encontrado. ¿Listo para pasar al siguiente nivel?-
-¿Aún hay más?- pregunta entre gemidos.
-Mucho, por ejemplo esto.- sin salir del monje lo ayuda a girar para poder dejarlo en 4 puntos y embestirlo con más fuerza llegando también más profundo en el interior del pequeño.
-Ahhhh! Pa-para ...-
-Por supuesto que no Ciel, apenas vamos empezando.
-Ahhh! E-es que de nuevo v-va a salir. -
-Oh! Haberlo dicho antes querido, es muy pronto para que termines.- lentamente desliza su mano izquierda hasta el miembro del pequeño y se encarga de estimularlo durante largos minutos hasta que siente que el liquido pre-seminal comienza a destilar, entonces con su dedo índice cubre aquel pequeño agujero impidiendo que el monje libere su climax.
-No! Ahh! Duele Sebastián!-
-Ya lo sé querido. ¿Recuerdas que te dije que te mostraría el dolor placentero?- besa la nuca del pequeño mordiendo ocasionalmente.
-Nnnghhh! Ahhh! Ya-ya no puedo... ahhh!-
-¿Quieres terminar ya mi cielo? -
-Ahhh! P-por fa-favor. -
-Ruega y entonces te dejaré terminar.-
-Nnnghhh!!! Ahhh! Sebastián
T-te lo ruego.-
-No es lo que esperaba, pero por ahora esta bien. - con su mano libre gira el rostro del pequeño hacía un lado para poder atacar sus labios de forma salvaje mientras aumenta la velocidad de sus embestidas al igual que la de la estimulación en el miembro del pequeño al cuál tortura durante algunos segundos más antes de por fin dejarlo liberarse dejando que toda su semilla salpique parte de su mano y gran parte de la capa.
Ciel completamente agotado se deja caer tratando de relajar su cuerpo luego de tal faena, sin embargo al hacer un leve movimiento se percata de que el duro miembro del demonio permanece intacto en él.
-No terminaste.- comenta en un susurro muy bajo que es perfectamente escuchado por el demonio.
-Eso tiene una explicación querido. - sale del pequeño y lo gira para que lo mire de frente. -Un demonio tiene el triple de resistencia que un humano, así que necesita mucha más estimulación para poder alcanzar el orgasmo. -
-Ya veo.- con trabajo el pequeño logra levantarse y caminar hasta el lugar donde había quedado tirado su hábito dispuesto a vestirse, sin embargo el demonio lo detiene y vuelve a dejarlo recostado en la capa.
-¿Quién dijo que ya habíamos terminado, Ciel?- toma una de las piernas del pequeño y la coloca sobre su hombro.
-Es que yo creí que... Además tu estás vestido, ¿Por qué yo debo estar desnudo? - pregunta frunciendo el ceño.
-Oh! Pues estás desnudo porque eso es lo que yo quiero. - sonríe antes de atraer las manos del pequeño hacia un par de botones ocultos entre la ropa de armadillo. -Si tanto te molesta ser el unico desvestido aquí puedes quitarlo.-
-¿Hablas en serio? - pregunta sorprendido a lo que el demonio asiente. Ciel ante esa respuesta se da prisa en desabrochar los botones para retirar el pesado abrigo quedando maravillado con la vista frente a él.
-¿Te gusta lo que ves?- pregunta con tono coqueto .
-Mucho.- responde de inmediato queriendo tocar el cuerpo del demonio, sin embargo se detiene a tan solo milímetros, como si esperará permiso del azabache.
-Toca tanto como quieras.- susurra cerca de su oido.
-Pero...-
-Hazlo, ahora eres libre, entregate a tu lujuria. -
Más tranquilo Ciel comienza a acariciar el pecho del demonio con tan solo las yemas de sus dedos .
-Ven aquí. - carga a Ciel lo suficiente como para poder penetrarlo hasta el fondo y comenzar con unas muy rápidas estocadas que hacen gritar al monje que inconsciente comienza a mover su cadera de forma circular haciendo que el miembro del demonio toque por un tiempo más prolongado su punto placentero.
-Aaaah!!! E-es demasiado... no aguantare.-
-No, no querido, esta vez tendrás que esperar.-
-Pe...
Las palabras del monje son interrumpidas por un beso del demonio siendo este completamente distinto a los anteriores pues este era lento, como si el mayor tratara de enseñarle como hacerlo.
-Ahhh! ¿Que fue eso?- pregunta sorprendido sintiendo como el demonio baja el ritmo de las embestidas.
-¿Tú que creés Ciel? Tan solo quería que te relajaras. Ahora dime, ¿Aún sientes cerca el final?- pregunta llenando de besos el pecho del pequeño.
-Ya no.- responde más calmado moviéndose al lento ritmo que el azabache imponía.
-Vamos bien entonces. - besa al pequeño mientras lo va recostando nuevamente.
-¿Qué sigue? -
-El final Ciel.-
-¿Tan pronto? - pregunta con un ligero tono de sorpresa.
-Vaya, no puedo creer que lo digas de ese modo cuando hace nada estabas por terminar. -
-No es que... No importa.- responde apenado.
-Eres tan... digamos interesante Ciel.- comenta con una carcajada mientras acomoda las piernas del pequeño sobre sus hombros. -A pesar de las circunstancias se puede palpar tu inocencia al no saber que es lo que quieres exactamente.-
-¿Eso es...
-Fascinante Ciel, eso es fascinante. - besa profundamente al pequeño mientras se encarga de embestirlo a una increíble velocidad demoníaca provocando que el pequeño se sacuda violentamente a cada arremetida.
-Ahhhh! L-la verdad es que n-no ahhh! Qui-quiero que termine.-
-No no Ciel. Ya no hables, solo disfruta. -
Seducido por la voz del demonio el monje cerró los ojos dejándose llevar por tan placentera faena sin importarle los rasguños que la piel de armadillo ha echo en sus muslos y que ahora sangran de manera abundante tiñendo su piel de un tono rojizo.
El demonio encantado con el aroma del sudor de los fluidos de ambos comienza a morder el cuello y hombros del monje haciendo que sangre en pequeñas cantidades a lo que el chico solo puede gritar de placer al no estar en sus cabales.
-Es hora Ciel, te voy a marcar como mío, mío por los siguientes 150 años y la eternidad. -
-Ha-ahhh hazlo.- responde el pequeño rodeando la cadera del demonio con sus piernas haciendo que este llegué más profundo en su interior provocando que el toque de forma tan placenteramente dolorosa el punto especial dentro suyo. -Ahhhh! Ca-casi...
-Hazlo Ciel, correte para mí, mi pequeño. - susurra también jadeante el demonio acariciando la mejilla derecha del monje con su mano izquierda hasta llegar al ojo donde reposa la palma de su mano un momento antes de que una brillante luz emane de ella arrancandole un desgarrador grito de dolor a Ciel.
-Ahora eres mío mi Cielo, solo falta marcarte desde adentro. -
-No! Por favor, no lo soportaría. Mi ojo duele demasiado, no quiero imaginar como dolerá desde adentro. -
-Ciel... No haré una marca como esa de nuevo si es que eso es lo que te preocupa. - sonríe antes de reanudar sus poderosas estocadas mientras besa de manera profunda al pequeño logrando que ambos se hundan nuevamente en aquel estado placentero hasta llegar a su fin con el demonio liberando su esencia dentro del pequeño que se corre nuevamente al sentir el calor del demonio bañar sus entrañas.
...
-¿Y ahora que sigue "amo"?- preguntaba el pequeño ex monje mientras el demonio caminaba por el bosque llevándolo en sus brazos.
-Te dije que no me digas así Ciel. Si bien es cierto que eres mi propiedad no eres un esclavo o algo parecido.- responde el demonio que llevaba al desnudo joven envuelto en la capa que lucía tan limpia y pulcra como siempre.
-¿Y como te digo entonces?-
-Como me haz llamado desde que te conozco. Tan solo Sebastián.-
-Bien, Sebastián. ¿Que sigue ahora? -
-Te dejaré elegir que será lo siguiente que haremos.-
-Pues... Tú haz puesto todo el conocimiento del mundo en ese libro y yo te creo, sin embargo me gustaría observar todo ese conocimiento con mis propios ojos.-
-Vaya que ha cambiado tu forma de pensar en tan solo unas cuantas horas Ciel. Lo dije antes y lo repito ahora, eres un humano interesante. Por eso concedere tu deseo, te llevaré a recorrer el mundo y a verlo todo con tus propios ojos
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Estocolmo, Suecia. (Siglo XXI.)
-... La leyenda habla de un monje Benedictino que la historia se ha encargado de llamar 'Herman, el recluido' ha sido el creador de tan magnífica obra de arte, esto como modo de redimirse por un grave crimen que lo llevo a ser condenado a ser emparedado vivo. Herman seguro de lo que haría estipulo el tiempo de creación del libro en tan solo una noche, sin embargo conforme pasaban las horas el monje se daba cuenta de que habia sido un grave error, pues ni su fe en aquel momento le ayudaría a concluir al menos una pequeña parte del libro. Se dice que completamente abatido y seguro de que moriría al amanecer invocó al mismísimo demonio para implorar su ayuda. Este aceptó pidiendo a cambio que su imagen fuera puesta en el libro. Ciertamente esto no se trata mas que de una simple leyenda que ha cambiado con el pasar de los siglos, ya que se creé que esta es muy posterior a la fecha de la creación del libro. Hoy la élite de la ciencia, la historia y las bellas artes se encuentra reunida aquí para llevar a cabo una autenticación de fechas a este libro pues durante cientos de años se ha discutido la supuesta fecha de publicación de este libro.- hablaba un hombre de cabellera azabache y ojos color ámbar escondidos tras unas elegantes gafas de fino cristal dándole una apariencia de erudito indiscutible.
-Doctor Faustus. Elizabeth Middford estudiante de doctorado en Cambridge. Tengo una pregunta para usted respecto a otra leyenda que rodea al libro, claro que esta es mucho menos conocida que la anterior. -
-Adelante señorita Middford. - responde tranquilo el azabache.
-Se dice que la imagen del demonio desaparecerá del libro una vez que el monje vuelva a tocarlo, ¿Que fundamentos tiene esta leyenda? -
-Puedo asegurarle que esto no es más que una fantasía creada por gente con demasiada imaginación.-
-¿Basado en que Doctor? - pregunta un chico rubio.
-Primero que nada jovencito, me parece que no he escuchado su nombre ni su grado aquí, una vez dicho esto le diré que yo soy un hombre de ciencia y no creó en la reencarnación.-
-Alois Trancy, doctor en historia, especializado en documentos de las épocas medieval y victoriana. Una vez dicho esto, me tomo el atrevimiento de cuestionar su respuesta anterior, tanto a mi pregunta como a la de la señorita Elizabeth. -
-Bien.- levanta levemente sus gafas para poder sobar el puente de su nariz. -Doctor Trancy, futura doctora Elizabeth. No estamos aquí para hablar de nuestras creencias, si no para esclarecer los hechos. Una forma de averiguar la autenticidad de esas leyendas es lograr tener una fecha de la creación del libro lo más exacta posible.-
-Doctor Faustus, ¿Esto que tiene que ver con su mención acerca de la reencarnación?- pregunta la rubia.
-Vaya señorita Middford, para ser rubia usted muestra demasiado entusiasmo por aprender.- (*)
-Doctor Faustus. Me parece que su comentario hacia mi compañera ha sido algo completamente fuera de lugar. Yo soy un firme creyente de que la cabellera de la señorita Elizabeth no tiene nada que ver con su inteligencia. Además me permito recordarle que usted mismo mencionó que aquí se encuentra la élite del mundo y desde luego que ella es parte de esto, además es bien conocido por todos los aquí presentes que ella posee un IQ superior al suyo. Dicho esto le recuerdo que yo también soy un hombre de ciencia, no de historia así que le pido me diga cual es mi rol en esta investigación. - responde un joven muy joven. (Casi un niño. ) de ojos y cabellera azulada.
-Doctor Phantomhive, tanto usted como la doctora Sullivan han sido llamados aquí para estudiar el libro. Mientras los doctores en historia aquí presentes estudian los textos ustedes harán una prueba de carbono-14 para darnos una fecha aproximada de la creación del libro.-
-Para ser doctor no es bueno con las palabras Faustus. - aparece un anciano. -Jóvenes, yo soy el Doctor Tanaka y tengo el privilegio de ser quién los guiará en esta investigación.- sonríe para calmar el ambiente. -Señorita Elizabeth, le recuerdo que todas las leyendas tienen algo de verdad, aún cuando no sean tan conocidas. -
-¿De verdad creé eso doctor Tanaka? - pregunta sonriente la rubia.
-Creó que aquí la pregunta más bien es, ¿Usted lo creé, Elizabeth? - responde Tanaka tranquilo.
-Con fervor Doctor, por ello quiero comprobarlo.-
-Entonces a trabajar jovenes.-
Por la puerta entra una pequeña joven de no más de 12 años empujando un carrito con distintos utensilios para el trabajo.
-Bien doctores. Yo soy la Doctora Sieglinde Sullivan y trabajaré con ustedes en esta ocasión. Lo primero que haré será pedirles que por favor utilicen los cubrebocas para preservar el documento. Ahora les pido su atención hacia el doctor Phantomhive, el les va a explicar que haremos este día.-
-Muy bien compañeros, primero que nada me presento, soy el doctor Ciel Phantomhive, es un placer el poder compartir esta investigación a su lado.- sonríe el ojiazul para todos. -En esta ocasión la doctora Sullivan, el doctor Faustus y yo nos encargaremos de llevar a cabo una autenticación del libro a través del Carbono-14. El método de datación por radiocarbono es la técnica basada en isótopos más fiable para conocer la edad de muestras orgánicas de menos de 50 000 años.[2] Está basado en la ley de decaimiento exponencial de los isótopos radiactivos. El isótopo carbono-14 (14C) es producido de forma continua en la atmósfera como consecuencia del bombardeo de átomos de nitrógeno por rayos cósmicos.-
-Doctor Phantomhive le pido que por favor evite las explicaciones científicas y trate de hablar en términos simples. -
-Lo lamento Doctor, me dejé llevar. - responde apenado.
-No hay nada de que apenarse doctor Ciel.- sonríe amablemente. -Elija la página de la que tomaran su muestra. -
-Ciel, toma una de las últimas páginas. - habla la doctora Sullivan.
-Me niego. Es tu sueño la revisión de este libro. Por lo tanto quien va a buscar el fragmento serás tu hermanita.-
-Entonces hagámoslo. - con sumo cuidado Sullivan comienza a repasar sección por sección el libro en busca de la página correcta hasta llegar al armadillo que lucía tan realista como una fotografía en HD. -Ciel, por favor acerca las pinzas y el contenedor. -habla la pequeña que palpa el libro sintiendo un relieve en el armadillo aun a través de los guantes de látex. -Esto es muy extraño, la piel tiene un relieve realista, como si la hubieran pegado aquí. Doctor Tanaka, ¿Esta seguro que este es el libro auténtico? -
-Siendo honestos ya no lo se muchachos. A lo largo de la historia el Codex ha sido robado por tantas personas que es probable que esto sea una copia. - responde Faustus antes que el anciano.
-Por eso es que los hemos traído hasta aquí. El libro debe ser autenticado.- habla serio el anciano. -No podemos mantener aquí un archivo apócrifo, esa sería malo para la reputación de este lugar. -
-¿Y que harán si resulta ser falso?- pregunta el doctor Trancy.
-Será devuelto a la República Checa con todos los honores correspondientes.- responde el anciano.
-Corrupto hasta el tuétano doctor Tanaka. - responde Faustus decepcionado. -Jovenes, no permitiré que ustedes sean arrastrados al fraude que este sujeto planea cometer. -
-Doctor Faustus, le aconsejo se abstenga de...-
-Silencio.- grita Ciel. -Haremos la prueba de autenticidad. La haré yo mismo en compañía de los doctores Faustus y Tanaka. A cambio de esto pediré que los doctores aquí presentes no se vean involucrados en sus negocios.-
-Imposible Phantomhive. - responden los rubios.
-Todos estamos aquí por un mismo propósito. La autenticación se hará y la haremos todos.- responde la joven Sullivan. -Ahora dame la navaja y el contenedor. -
-¿Sully?- pregunta escéptico.
-Ya oiste a la doctora.- responde Trancy entregando el contenedor.
-¿Y nosotros que haremos?- pregunta la rubia.
-Ustedes van a investigar los textos mientras Ciel y yo hacemos la prueba de carbono-14 . Ciel entrega el libro. -
-Por supuesto.... Sully... Creó que olvidaste afuera los guantes para todos.-
-Ah! Yo iré, solo díganme donde están. -
-Los deje en la oficina que nos asignaron.-
-Bien, ya vuelvo.- responde la chica sonriente antes de salir.
-Bien, mientras tanto yo voy a cerrar el libro, me quitaré la chaqueta y con ella...
-Ciel, tus manos estan sobre el libro y...
-Aaaaahhh! ¿Que es esto?- pregunta asustado al ver una especie de bruma negra salir del libro acompañada de plumas.
-Yo no lo sé... Le aseguró que yo también que estoy más que sorprendido.- habla Claude.
-Dios, ¿El libro esta dañado?- pregunta la rubia Elizabeth sorprendida ante tal escena.
-No... Mira bien, es como si algo quisiera salir de él. - responde Trancy igual de sorprendido.
-¿Entonces la leyenda del monje podría ser cierta?- pregunta Faustus en un tono de voz muy bajo.
-Pero... El Doctor Ciel es el único que lo ha tocado con las manos desnudas. -
-E-eso fue un acci-accidente. -
-¿Un accidente, Ciel?- al escuchar la voz todos voltean hacia la mesa encontrandose con el demonio vestido de piel de armadillo sentado en la mesa con el libro en sus manos.
-¿Como entro aquí? - pregunta el anciano.
-Me parece que ustedes tienen algo que solo le pertenece a él. - señala a Phantomhive. -Un siglo sin vernos. ¿Me extrañaste, Ciel...
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