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Amor comprado por Kurayami chan

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Yami y Atem habían terminado de contarle a Mahad la situación del pequeño Yugi después de que este les informara de la ignorancia del menor a las duchas. 

 

Esto solo aumentó la furia en los tricolores, no querían imaginar las condiciones en las que vivió el oji-amatista para no saber qué es una ducha, y aún peor, el maltrato que debió haber sufrido, las heridas y moretones por todo su cuerpo lo afirmaban. 

 

-¡Mana! 

 

Una chica de 25 años, morena de pelo castaño y ojos cafés salió de la cocina.

 

-¿Si Atem? 

 

-Prepara suficiente comida para tres personas. Mahad te explicará. 

 

Con esas palabras ambos hermanos desaparecieron por el pasillo, mientras tanto la joven extrañada volvía a la cocina para cumplir la orden y escuchar lo que tenía que decirle Mahad. 

 

*:*:*:*:*:*

 

Atem y Yami estaban enfrente de la puerta que conducía al menor. Estaban un poco nerviosos, bueno, estaban muy nerviosos. Yami chasqueo la lengua y tocó. 

 

-A-adelante. 

 

Ambos entraron, y cuando dirigieron la mirada a su invitado quedaron boquiabiertos. 

 

Yugi vestía un pantalón de dormir que le quedaba grande tapandole los pies, además de una camisa igual de dormir que fácilmente era dos tallas más grandes, esta le dejaba un hombro descubierto. Era increíblemente tierno. 

 

-A-amos. 

 

Yugi rápidamente bajó la mirada al mismo tiempo que hacía una exagerada reverencia. Eso ponía incómodos a los mayores, a la vez que los hacía enojarse. 

 

-Tu nombre es Yugi ¿cierto? 

 

Este asintió débilmente. 

 

-Nosotros... 

 

-Ya está la cena. 

 

Mana interrumpió la pequeña conversación, si se le puede llamar así. 

 

-Ya vamos. 

 

-Ven Yugi, debes tener hambre. 

 

El oji-amatista levantó la mirada lentamente, con timidez asintió y siguió a sus "dueños" con la cabeza gacha. 

 

*:*:*:*:*:*

 

Cuando llegaron al comedor todo estaba servido, Mana como siempre se lucía con la comida, era la mejor cocinera en opinión de todos en la mansión. 

 

Los mayores tomaron asiento, pero se extrañaron al ver a Yugi de pie, y como siempre, con la cabeza gacha. 

 

-¿No piensas sentarte? 

 

-Pero creí... 

 

-Ya te lo dije, no eres un sirviente. Ahora siéntate. 

 

Yami no quería ser rudo con el doncel, pero verlo siempre tan sumiso y con la mirada baja lo molestaba. 

 

Cuando todos terminaron de comer subieron al cuarto del menor para hablar y dejar algunas cosas en claro. 

 

Entraron a la habitación y pidieron al oji-amatista que se sentara en la silla del escritorio que Atem había acercado al sillón, los hermanos se sentaron enfrente de él en el sillón. 

 

-Tenemos que hablar. 

 

El rostro de Yugi adquirió una expresión asustada, pensaba que había hecho algo malo y lo castigarian. 

 

-¡Lo siento! 

 

-¿Qué sientes? 

 

-Lamento si hice algo para molestarlos, por favor no me castiguen. 

 

Ambos tricolores se vieron con tristeza, ese doncel todavía no aceptaba que no era un esclavo, necesitaba ayuda para poder superar todo lo que seguramente pasó antes de que lo vendieron. 

 

-Escucha Yugi. Nosotros no somos tus amos, tu no eres un esclavo. 

 

-Pero, ustedes me compraron... 

 

-Nosotros no queríamos comprar ningún "esclavo". Para serte sincero no sabíamos que eso pasaba precisamente en ese lugar. Pero al final resultó toda esta situación. 

Te trajimos aquí para poder evitar el destino que tendrías si ese hombre te hubiera comprado. No soportamos la esclavitud 

 

-Nosotros no te trajimos para ser un esclavo, queremos que seas libre. 

Aquí no estas para servir, tampoco para obedecer o permanecer contra tu voluntad. Puedes hacer lo que quieras, puedes explorar toda la mansión, puedes comer hasta saciarte, puedes conocer lo que es la libertad. Cuando quieras también puedes marcharte si ese es tu deseo 

 

Lágrimas bajaban del rostro de Yugi, no podía creer que ellos le dijeran tales cosas ¿pagaron tanto solo para hacerlo libre? 

 

Por un momento perdió la esperanza, pensaba que su futuro sería servir a alguien que solo lo vería como un objeto y lo usaría para complacetse. 

 

-Gracias... 

 

*:*:*:*:*:*

 

Ya habían pasado 5 meses desde que Yugi dejó la vida de esclavo, los meses más maravillosos según él. 

 

Poco a poco empezó a dejar de lado su timidez y se mostró tal cual era, alegre, optimista y de gran corazón. Todos en la mansión le tomaron cariño, especialmente los tricolores mayores. 

 

Costó un poco pero pudieron lograr quitarle la mentalidad de esclavo, incluso los dejó de tratar por usted, en el proceso vieron a la increíble persona que era. 

 

Sin darse cuenta Yugi los había enamorado... 

 

Intentaban complacer en todo al menor, lo llevaban a pasear, convivían con él y lo llenaban de regalos, pero muchas veces era a la fuerza ya que Yugi era muy humilde. A pesar de sus horarios de trabajo siempre podían tomar un poco de tiempo para su amado. 

 

También Yugi conoció a Joey y Kaiba, Joey le tomó cariño de inmediato, y al ser ambos donceles se entendían de maravilla, incluso el frío empresario le tomó estima. 

 

Un día Atem y Yami llegaban del trabajo, ya eran las diez de la noche, imaginaban que su pequeño ya estaba dormido, pero aún así querían verlo. Fueron al cuarto del nombrado y cual fue su sorpresa al encontrarlo despierto. 

 

Este al verlos esbozó una gran sonrisa, corrió rápido a ellos y les dio un gran abrazo. Al separarse se notaba muy nervioso, esto intrigó a los tricolores. 

 

-Atem y Yami, yo... Necesito decirles algo. 

 

-¿Qué pasa? 

 

-Y-yo ¡los amo! 

 

-Yugi... 

 

-Sé que ustedes no me aman, pero yo si. Desde que me dijeron que solo querían verme libre un sentimiento empezó a crecer en mi, todos los días esperaba a la tarde para poder verlos, su forma de ser conmigo era tan amable, parecía que enserio les preocupaba, algo que nadie más hizo conmigo. 

 

-Yugi, solo debe ser agradecimiento 

 

El doncel negó con la cabeza. 

 

-Yo sé lo que siento, y no me importa si no me corresponden, después de todo solo soy un joven que pasó de ser un esclavo toda su vida a ser libre gracias a ustedes, yo... 

 

Un abrazo interrumpió su diálogo, se encontraba entre los brazos de dos personas, el abrazo más cálido que podía haber recibido nunca. Atem se agachó a su altura y le dio un suave beso lleno de sentimientos. 

 

ATENCIÓN: Aquí comienza el lemon, si no te agrada este tipo de contenido puedes saltarte esta parte hasta el siguiente aviso. 

 

Ese beso al principio tierno se volvió apasionado, Yugi de la impresión soltó un jadeo, Atem aprovechó esto para meter su curiosa lengua dentro de su boca. 

 

Tímidamente correspondió, ambas lenguas se reconocían y danzabsn. Hasta que por falta de aire se separaron. 

 

Fue volteado para recibir otro beso igual de apasionado por parte de Yami. 

 

Mientras esto pasaba las manos de Aten empezaron a recorrer su cuerpo sobre la ropa. 

 

El beso terminó, su respiración era agitada, con cuidado los hermanos guiaron a Yugi hasta la cama y lo acostaron. 

 

Los hermanos se quitaron toda la ropa para después subirse a la cama. 

 

Mientras Aten le quitaba los pantalones Yami le retiraba su camisa y daba pequeños besos en la piel expuesta. 

 

Sin darse cuenta se encontraba solo en boxers. 

 

Cambiaron de posiciones y ahora Atem le daba húmedos besos y algunas lamidas por su cuello y clavícula. Yami le acariciaba los muslos y de vez en cuando pasaba su mano por el miembro de Yugi. 

 

El menor solo jadeaba y soltaba algunos gemidos, nunca habían tocado su cuerpo de esa manera, se sentía increíble. 

 

Yami le quitó su última prenda con habilidad dejándolo completamente desuso, ambos hermanos lo miraban con lujuria. Lleno de vergüenza Yugi cubrió su parte íntima con sus pequeñas menos. 

 

Esto solo causó ternura en los empresarios, cada uno tomó una mano y la alejó lentamente para poder volver a admirar a ese hermoso doncel. 

 

Yami se dirigió a su pezón izquierdo, el cuales primero apretó un poco para después besarlo y lamerlo, esto causaba más gemidos en el oji-amatista, cuando se canso cambio al pezón derecho y repitió la rutina. 

 

Atem mientras tanto masajeaba su intimidad y daba algunos besos sobre los muslos. 

 

Cuando los hermanos creyeron que era el momento con una mirada se pusieron de acuerdo. 

 

Atem lamio tres dedos de su mano y los dirigió a la entrada del pequeño, primero metió con el mayor cuidado posible el primero, cuando hubo un poco más de espacio metió el segundo simulando tijeras para después meter el último y dar pequeñas embestidas. 

 

Cuando creyó que estaba listo entró en él. 

 

Yugi soltó algunas lágrimas de dolor, pero Yami lo distrajo con besos y caricias. Cuando el menor se acostumbro le mandó una significativa mirada a Atem diciéndole con ella que podía continuar. 

 

Este entendió y empezó con las embestidas, al principio lentas para aumentar poco a poco la velocidad. 

 

El tricolor solo podía gemir, era como estar en el paraíso, pensaba que no podía mejorar hasta que Atem encontró su punto dulce, fue entonces cuando los gemidos se convirtieron en gritos. 

 

Sin aviso Yugi se corrió ocasionado que Atem también lo hiciera, estaba exhausto pero feliz. 

 

Cuando Yugi volteo la mirada vio a Yami, este solo le dio un pequeños beso, intuía que al ser la primera experiencia del pequeño este estaría muy cansado. 

 

Yugi noto que el miembro de Yami estaba un poco rojo, estaba seguro que debía dolerle. 

 

Antes de que Yami se alejara Yugi lo tomó de la mano y le mandó una mirada determinada, con lentitud se acercó al oji-carmin y se sentó sobre su miembro. 

 

Se autopenetraba dando pequeños brincos, cuando Yami ya no soportó el ritmo lo tomó de las caderas y aumento el ritmo, la imagen que tenia enfrente de Yugi con las mejillas sonrojadas y la mirada entrecerrada fue el detonante para dejarse ir, Yugi también se corrió 

 

AQUÍ TERMINA

 

Cansados los tres se acostaron en la cama, todos tenían la reputación agitada, pero se sentían felices. 

 

Al unirse pudieron comprobar que no solo era atracción o agradecimiento, era un amor que nació de forma inesperada, pero no se arrepentian de nada. 

 

*:*:*:*:*:*

 

-¡No pueden hacerme esto! 

 

Pegasus era llevado a la fuerza por dos policías, mientras se organizaba otra venta de esclavos los hombres entraron armados y arrestaron a todos los que estaban en el salón, fueran hombres o mujeres de buena posición. 

 

-Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra 

 

-¡Soy Maximilian Pegasus, no pueden haceme nada! 

 

-Ya lo hemos hecho 

 

Lograron meterlo en la patrulla, antes de que se fuera a lo lejos logró distinguir dos cabelleras tricolor. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado el lemon, es mi primer lemon oficial, no me hago cargo de posible cáncer de ojos :v

Siquieren pedirme una pareja yo con gusto se las haré :3

JA NE


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