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Si Pudiera Desear Un Feliz Cumpleaños por KuroAshi_ZxS

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Notas del capitulo:

Marvel no me pertenece, así como sus historias y personajes.

¡Hola a todos! Me siento muy feliz de haber podido traer la continuación a tiempo. Este es el último cap, como prometí, y quiero dar las gracias de antemano a todos los que siguieron esta pequeña historia. 

También me siento muy feliz que este cap sea algo más largo que los anteriores (unas mil palabras al menos, diría yo), me esforcé mucho, así que espero lo disfruten. 

Probablemente, más adelante suba un One Shot, que planeo terminar, una vez me sienta mejor de mi brazo. Pero los invito a revisar mis otras historias, también Stony.

Como siempre, saludos especiales a: Tohsaka_Hiwatari y Valexwalker ¡Muchas gracias por comentar!

Disculpen las posibles faltas ortográficas.

“En ese caso, puedes ayudarme” ignoró olímpicamente su ceño fruncido, señalando al resto del equipo, mientras ambos permanecían ocultos tras las sombras del palacio “no tuve tiempo, Okoye me ayudó a cuidar a Nathan, pero hay tanto que ella puede hacer por él que no puede hacer su padre” con ello, Tony asintió con simpatía, conociendo de primera mano lo inquieto que podía ser su hijo menor “y será difícil pedírselo a alguno de los chicos sin que Steve se dé cuenta” parecía que el genio aún dudaba, por lo que hizo una última pregunta “¿Qué estarías dispuesto a hacer para volver a verlo sonreír? ¿para que sea sinceramente feliz?”

 “Todo” contestó de forma ardiente, sin indicio de duda o mentira en su voz. No parecía preocupado, pues estaba consciente que Clint se había dado cuenta de sus sentimientos la noche anterior. Eso hizo que el arquero se enorgulleciera enormemente, pues si ya había sido difícil para él asumir la perdida de Pepper, debía serlo aún más darse cuenta que estaba enamorado de otra persona. Y aún más admitirlo en voz alta, aunque no fuera una confesión del todo explicita “Te ayudaré, Legolas, solo porque se trata de Steve ¿qué es lo que necesitas?”

“Oh, no tienes de qué preocuparte. Esto será pan comido”

xxxxx

Podía sentir la penetrante mirada de Tony perforando su nuca, y de haber sido otro hombre, a esta altura ya estaría conmocionado por la presión. No le había dado las instrucciones completas, por lo que el genio estaba notablemente nervioso, a la espera de que él le diera la señal.

En ese momento, se encontraban cerca del atardecer. Habían tenido un picnic, sumamente divertido, pues habían disfrutado de un tiempo de privacidad. Bruce y Natasha les habían sorprendido con comida casera, y tras las respectivas bromas sobre cómo esta podía estar envenenada, procedieron a almorzar.

Sutilmente, su atención se encontraba enfocada en Steve. Si bien no parecía tan animado, era notorio que estaba disfrutando de compartir tiempo de calidad con ellos. Sus hombros estaban caídos, ya fuera por el cansancio o el dolor que traía para él ese día, y eso era algo que no cambiaría tan fácilmente: pero en cambio, sus líneas de expresión parecían notablemente más relajadas, y su tono de voz tranquilo, distante al tono ronco y hosco de la noche anterior.

Pasaron las horas siguientes recorriendo el mercado de la ciudad, comprando chucherías y recuerdos. Era increíble constatar lo fuerte que era Wakanda, cómo todos se habían puesto en pie por el bien mayor, intentando mantener vivo a un pueblo, para generar una menor carga a la realeza. Todos estaban conscientes de lo duro que había tratado la vida a la familia encargada del trono: desde la muerte de T’Chaka hasta la de su hijo, T’Challa. Era una sociedad notoriamente unida, y era algo que el equipo no podía dejar de admirar.

Luego se dirigieron a un bar, bebiendo y degustando los platillos locales. Thor arrasó con buena parte de las reservas, y parecía que el apetito de su Capitán también había sido restaurado, atraído por los nuevos sabores que inundaban su paladar.

Y ahora, con Thor liderando el tropel más variopinto que nunca había cruzado aquel país, se dirigían de regreso hacia el palacio, a la espera de los fuegos artificiales.

Había sido un buen día, permitiéndoles a todos tener un tiempo para sí mismos, sentirse en paz y olvidar el dolor que acechaba constantemente: el terrible presagio de una nueva e inminente pelea con el Titán. Incluso Steve había abandonado su semblante de duda, tras disfrutar de un día completo sin que la palabra “cumpleaños”, y lo que ello implicaba, saliera a colación de la boca de cualquiera de ellos. Finalmente, sus defensas habían caído, y eso era justamente lo que ellos buscaban.

También era el momento de pedirle ayuda a Tony, y dejar que los sentimientos de ambos quedaran al descubierto.

Fingiendo estar más afectado por el alcohol de lo que realmente sentía, el arquero tropezó dos veces seguidas, riendo tontamente. Tony le sujetó la segunda vez, mirándole cómplice, a sabiendas que esa era la señal, aunque no estaba seguro de lo que debía hacer.

Ante su expresión expectante de su amigo, Clint no ahogó la carcajada que luchaba por abandonar sus labios. Si estaba fingiendo estar borracho, de nada servía ocultar lo mucho que le divertía lo que estaba por ocurrir. Dejó que Tony cargara con buena parte de su peso, viendo como Steve retomaba su conversación con Natasha, ahora ajeno a su estado, tras comprobar que uno de sus compañeros se hacía cargo de él.

Se encontraban cada vez más cerca del lugar señalado, por lo que se arrimó un poco más al hombro del genio, susurrando una simple oración que le dejó completamente asustado. Dado que se encontraban al final del grupo, y Steve estaba concentrado en su charla, la reacción de Tony no llamó la atención de nadie “necesitamos retrasar a nuestro querido líder para terminar mi presente. Estamos ya demasiado cerca del palacio, y desviarnos sería demasiado extraño. Ayúdame a lanzarlo directo al río”

Tony se congeló en su lugar, incapaz de moverse ni dar un paso más. Su vista solo se desvió al borde del camino, uno poco transitado, y que ellos habían elegido, dado que era prácticamente el único que llevaba directo al castillo, sin paradas de por medio. Se encontraba rodeado a ambos lados por frondosos árboles y matorrales, los cuales ocultaban fácilmente el abrupto fin de la tierra firme. El rugido del río sonaba distante de una manera sumamente engañosa, una defensa natural que había servido a la familia real desde tiempos remotos. Y si no tenían cuidado, fácilmente cualquiera podía terminar en una caída de quince a veinte metros hasta dar contra el poderoso caudal.

El arquero sabía perfectamente lo que estaba pasando por la cabeza de Tony, pues si bien sus palabras podían interpretarse como una broma a la que cualquiera de ellos podía sobrevivir, había cierto asunto que solo los más cercanos a su Capitán podían captar. Antes que el genio pudiera detenerlo, se escabulló fácilmente de su agarre, susurrando a su paso “creí que darías todo por Steve” antes de empujar a su líder contra los arbustos, directo en dirección al río.

Solo gracias a que había planeado detalladamente ese momento, fue que todo resultó a la perfección: sus amigos distraídos, su líder relajado, sin prestar atención a su entorno, y Tony en shock por sus palabras. Gracias a que el terreno era ligeramente inclinado, pues caminaban en una pendiente, Clint pudo reunir la velocidad necesaria para ser capaz de derribar a alguien con la estructura corporal de Steve.

Todos sus amigos le miraban en distintos grados de sorpresa, desde la preocupación evidente de Bruce hasta la sonrisa divertida de Thor. Era obvio que el dios había interpretado la situación como él lo había pensado: una broma entre pares, para el cumpleañero de turno. No era la primera vez que ocurría, pues en lo que habían bautizado como el día del dios del trueno (aquella memorable ocasión en que había recuperado su martillo en Nuevo México) habían decorado su capa con brillantina y pegatinas rosa de unicornios. Dado que se encontraban en medio de una celebración, y solo porque Thor había venido demasiado licor asgardiano, ninguno había resultado herido por sus truenos. Pero esa ocasión sería distinta.

El claro sonido de un puño conectando con su mejilla, resonó con fuerza en medio del claro. Aquel golpe dejaría una nueva marca en su rostro, y fue dado con tal fuerza, que por un momento Clint realmente se balanceó sobre sus pies. Pero no se sentía molesto, en lo más mínimo, porque sabía la razón tras el puñetazo y, de haber estado en su lugar, habría hecho exactamente lo mismo.

Tony le miraba con furia mal contenida, sujetándole por su camiseta, gritándole a escasos centímetros de su rostro “¡¿Se puede saber qué haces, maldita sea?! ¡Eres un maldito imbécil, Barton!” el genio se encontraba fuera de sus cabales, cada vez más molesto al notar el rostro estoico de su compañero “me pediste ayuda, desgraciado… ¿y esto es lo que haces? ¡Me preguntaste que daría por Steve, y yo te respondí que todo! ¡Todo menos esto!!” lentamente su agarre se hacía más débil, su cuerpo temblando por completo “Sabes de mis sentimientos, que yo lo amo, y que nunca le querría hacer daño. No de nuevo. Hacer que Steve experimente una caída libre de ese estilo lo rompería, recordando lo que pasó con Barnes la primera vez…”

“Lo sé, y siento haberte hecho sentir así, Tony” respondió con gravedad, poniendo una mano conciliadora en su hombro “pero dado que dos de mis mejores amigos se han mantenido bailando el uno con el otro por años, creí que no había tiempo que perder. Una situación drástica era la única solución” esta vez le regaló una sonrisa comemierda, dando un paso al costado, para que Tony tuviera una vista panorámica de lo que realmente había ocurrido “puedes golpearme todo lo que quieras más tarde, pero de los dos, ambos sabemos de quién sería más difícil sacar la verdad en estos momentos”

Con la boca abierta de par en par, Tony notó tardíamente que no había escuchado el ruido de un cuerpo caer contra el río. Steve se encontraba en esos momentos de pie, sobre una plataforma hecha de acero: un refugio y trinchera, colocado en un lugar estratégico contra posibles enemigos. Se encontraba a desnivel, por lo que a pesar que su líder era bastante alto, solo se asomaba su torso y cabeza sobre el nivel del risco.

Aquello lo habían descubierto la primera semana en Wakanda. Clint, por aquel entonces, aún se encontraba demasiado deprimido por la pérdida de sus amigos y familia. Para intentar despejar su mente, había acompañado a Steve durante sus carreras matutinas. Un día en que la lluvia había arreciado con fuerza, el arquero había perdido el equilibrio y caído por el mismo lugar que ahora había empujado a su amigo.

La plataforma le había salvado de caer al río, y seguro Steve, a juzgar por su rostro, no se había alarmado al recordar aquella experiencia. Seguro pensaba que en algún momento Clint intentaría hacer eso con alguno de ellos, darles un pequeño susto. Aunque sus ideas distaban bastante de una simple jugarreta.

Y con justa verdad, Clint había pensado que si presionaba un poco los puntos de Tony, dejaría escapar en medio de su vomito verbal sus sentimientos hacia Steve. Había cargado con ellos tanto tiempo, que estaba seguro que el que primero se metiera con su Capitán, vería las consecuencias.

Además, el hecho que fuera él quién las recibiera y no Thanos, no era algo que enfadara al arquero.

Natasha puso una mano en la espalda del genio, empujándolo gentilmente, para que ayudara a Steve a subir con ellos. Con las mejillas ardiendo por la vergüenza, Tony cumplió con la sutil indicación de la Viuda, tendiéndole una mano a su líder. Este la aceptó, tanto o más sonrojado, intentado no poner demasiado peso en los hombros de su amigo y evitar que ambos resbalaran y cayeran al vacío.

Pero Steve eligió justamente ese momento para hacer esa pregunta, logrando que Tony se alarmara tanto, que esta vez soltara su agarre en él, sorprendido “Entonces… ¿realmente te gusto…?” la voz del rubio sonaba increíblemente tímida, pero no por ello menos decidida “porque yo…te amo a ti también…”

Tony, en ese momento, gritó. Nunca había escuchado a alguien chillar con un registro tan alto sin romper su garganta, pero el genio sin duda había sido capaz de ello. Steve perdió el equilibrio, y esta vez, escucharon su cuerpo chocar contra el río.

Clint llevó una mano a su frente, porque de todos los finales que había esperado, sin duda no había previsto ese “si serás idiota, Stark…tanto esfuerzo para nada” murmuró entre dientes “ahora fuiste tú quién lo mando directo en una caída libre, y en medio de una declaración”

“No tienes tacto, Tony” declaró Bruce, acercándose al arquero, para revisar su pómulo cada vez más inflamado.

“Ponte la armadura y ve a buscarlo” Natasha arqueó sus elegantes cejas, dándole una mirada de superioridad “no eres exactamente sutil ¿sabes? Es bastante notorio que llevas tu armadura de nano partículas, aunque este disfrazada de ropa casual y no se vea el reactor arco”

Con la tez cenicienta, Tony hizo lo que mandaban, aunque activando solamente los botas y los guantes. No fue muy difícil para él maniobrar hasta el río y rescatar a Steve, agachándose a su lado mientras este jadeaba violentamente y tosía un poco de agua “lo siento, no sabes cuánto lo siento. No fue mi intención…entenderé si no quieres volver a verme” el moreno balbuceaba sin sentido, llevando sus manos a su cabello, desesperado “lo jodí todo, mi única oportunidad, y yo…”

“Tony…” la voz de Steve sonaba ahogada, intentando valientemente no reír “solo cállate”

Y entonces, sus labios estaban sobre los de Tony, besándolo apasionadamente.

El resto del equipo decidió sabiamente esperarlos en el linde del bosque, dándoles un poco de privacidad a ambos. Tony en esos momentos se había sentado en el regazo de Steve, aun con medio traje activado, sin importarle siguiera la ropa húmeda del rubio. Ninguno de los dos prestaba atención a su entorno, no desde el instante en que se habían conectado por primera vez.

Sus manos recorrían sin vacilar el cuerpo del contrario, perdiéndose en cada recodo, memorizando la textura de la tibia piel y de cada cicatriz que la recorría. Se abrazaban con desesperación y ternura, permitiéndose sentir, amar y ser amados. Y es que luego de tanto tiempo soñando con una oportunidad, su mayor deseo se hacía realidad frente a sus ojos.

Tony pensó por un breve momento que en realidad era su cumpleaños, pues para recibir un regalo como aquel, debía ser sin duda una fecha importante. Uno que no creía merecer, pero que daría todo por proteger y cuidar, como realmente merecía.

Poco a poco sus labios se separaron, descansando la frente el uno contra el otro, perdidos en la mirada ajena. Llegaron a un consenso silencioso de ponerse de pie, sabiendo que la hora se acercaba, y que Shuri se molestaría con ambos si llegaba tarde al inicio de los fuegos artificiales.

Sería un acontecimiento importante, pues durante las celebraciones en Wakanda, no solían ocuparlos. Muchos se reunirían cerca del palacio, y ellos tendrían una terraza privada, junto con la princesa y algunos de los guerreros. Suponía que tanto Rocket como Nébula los acompañarían, al igual que la líder de las Dora Milaje. Sería una fiesta entre amigos, el último momento de tranquilidad antes de la batalla final.

Ambos se tomaron de la mano, entrelazando sus dedos, disfrutando de un momento más en privado antes de seguir a sus amigos.

“Clint seguro está enfadado conmigo. Y no entiendo porque no lo estás tú” Tony le dirigió una mirada nerviosa, acercándose más a Steve, pues debido a las altas temperaturas, su ropa ya no se sentía tan húmeda.

“Fue un accidente honesto, Tony. No puedo culparte por ello” el rubio presionó un beso en su frente “y Clint planeó todo. Si no hubiese esperado una reacción así, no lo habría hecho”

El genio decidió permanecer callado, dejando que Steve lo guiara hasta las cercanías del palacio. Lógicamente, entendía su argumento, pero no podía evitar sentirse menos culpable o ansioso: gracias al arquero finalmente había tenido el valor de declararse, y aunque sus métodos no eran los mejores, entendía la razón tras ellos perfectamente.

Tragó saliva, nervioso, al ver el rostro del arquero cuando se dirigían a sus habitaciones para cambiarse: inflamado, con un feo color purpura adornando el lugar donde se había encontrado su puño “ve con él, sé que necesitas sacarlo de tu sistema” Steve susurró contra su oído antes de darle un prolongado beso “me daré un baño y los alcanzaré en la terraza. Hablaremos luego”

Tras ver que Steve desaparecía en dirección a su cuarto, corrió en dirección opuesta, intentando dar alcance al arquero. Vio como Bruce le arrastraba hacia la enfermería, pero al notarlo, el doctor le regaló una pequeña sonrisa, dejando a Clint libre para que pudieran conversar antes de tratar sus heridas.

Tony hizo un ademán, intentando disculparse, incapaz de encontrar las palabras que hasta entonces, se encontraban en la punta de su lengua “lamento haberte golpeado, estaba fuera…. fuera de mí. No fui capaz de controlarme”

“Tampoco esperaba que lo hicieras, y tenías motivos válidos para ello” Clint respondió con sinceridad mientras se alzaba de hombros, restándole importancia al asunto “pero también te dije la verdad: esperaba retrasar a Steve un poco más. Rocket debía terminar un encargo por mí, así que cumpliste con tu palabra”

“¿A qué te refieres?” preguntó, levemente desconfiado. Los planes del arquero le habían ayudado mucho, pero ya había recibido un susto esa tarde, y dudaba que su corazón fuera capaz de soportar otro en tan poco tiempo.

“Ya lo verás” fue la criptica respuesta del chico, entrando a la enfermería y cerrando la puerta rápidamente.

El genio parpadeó un par de veces, claramente confundido, antes de dirigirse a su propia habitación. Con Bruce encargándose de su golpe, no lograría sacar nada en limpio, por lo que tendría que frenar su curiosidad y esperar a ver qué ocurriría. Además, se sentía aliviado, tanto de notar que su relación seguía en buen término con su amigo, como el hecho que este tratara la herida que le había provocado.

Media hora más tarde, era el turno de Clint de parecer sumamente nervioso. Ya estaban todos listos, esperando ansiosamente que el cielo oscureciera por completo. Rocket estaba dando los últimos toques a la enorme pantalla holográfica que había pedido instalar, por lo que debieron esperar un poco en su sala de conferencias, hasta que fueron llamados por el Guardián, refunfuñando sobre el trabajo y sus estúpidas celebraciones.

El motivo por el que estaba entrando en pánico, tenía un motivo más bien claro: al contrario de la primera parte de su plan, no sabía cómo reaccionaría Steve, una vez entregara su regalo.

Mientras esperaban, decidieron unánimemente entregarle sus regalos a su líder. Steve protesto en un inicio, pero rápidamente cedió ante sus demandas, declarando que, si bien habían respetado sus deseos de no tener una fiesta, no dejarían sus presentes de lado. Atesorando aquel momento, rodeado de sus amigos y de aquella sorpresa, fue difícil para el rubio mantener a raya sus lágrimas. Pero una sola de ellas, dejó su camino en su mejilla, cuando abrió finalmente el regalo de Tony: un nuevo traje, pero que en uno de los brazos, en vez de lucir la insignia de los Vengadores, tenía una estrella roja, decorada con un enorme halcón alzándose en pleno vuelo.

Los símbolos de sus mejores amigos, representados de la mejor manera posible, y brillando por su misma causa.

Steve en ese momento abrazó con fuerza a su novio, enterrando su rostro en la curva de su cuello, mientras murmuraba suaves halagos y agradecimientos, sin dejar de sostener el traje. Tony parecía tranquilo, sabiendo que su presente había sido aceptado, sin causar incomodidad o duda.

Solo Clint había permanecido callado, apoyado contra la pared en el fondo de la habitación. Había sido demasiado notorio el único en no regalarle algo a su Capitán, pero Steve le había regalado una amplia sonrisa, pues en ese momento Rocket había irrumpido en la habitación.

El arquero sabía que se había salvado por muy poco, de recibir una charla de su amigo. Seguro su líder intentaría darle las gracias por lo que había hecho, y dado lo nervioso que se encontraba, sería fácil sacarle la verdad, de notar que ocultaba algo.

La buena suerte seguía allí para él, y solo podía esperar que durara un poco más. Pues cuando cruzaron las puertas de vibranium hacia el balcón que había sido preparado para ellos, vieron sin problemas a Bucky y Sam a la espera por ellos.

Escuchó como Steve ahogaba un grito de sorpresa, al igual que algunos de sus amigos. Pero antes que alguien pudiera interrogarlo, o siquiera se preguntase que ocurría, ambos empezaron a hablar “probando…probando…usar esta cosa es más difícil de lo que pensaba, Sam” gruñó Bucky, frunciendo el ceño. A su lado, el chico rio audiblemente, pasando un brazo por sus hombros y atrayéndolo hacia él.

“No es tan difícil. Es como grabar un mensaje en un teléfono celular…solo que en vez de ser un simple mensaje, es realmente un video”

“Ya lo sé, maldita sea, no soy tan idiota” el ex Soldado del Invierno volvió a gruñir, intentando zafarse del agarre de su amigo “pero bueno, aquí voy, y espero que esto no sea tan patético…” movió la cabeza un par de veces, antes de sonreír ampliamente “¡Feliz Cumpleaños, Stevie! Ya eres todo un centenario, hecho y derecho”

“Feliz cumpleaños, hombre. Decidimos hacer un video holograma, Wanda nos dio la idea, pero ahora debe estar con Visión (aunque crea que ninguno de nosotros lo sabe) por lo que haremos su video más adelante” Sam sonrió, cálido y contenido “dado que el año pasado tuvimos una misión de último minuto, pensamos que, si algo ocurría, al menos podríamos dejarte un mensaje para celebrar”

“No se cómo este idiota logró convencerme, pero también creo que es una buena idea” los ojos de Bucky parecían extrañamente brillantes, como si luchara por no estallar en llanto “aunque sigo teniendo la esperanza que estemos allí para ti, y no tengas que ver esta excusa de regalo que te estamos preparando”

“Dramático” resopló Sam, golpeando al chico en las costillas “pero yo también lo espero. Mereces disfrutar de un buen cumpleaños, Steve. Y no sabes cuánto me alegro de ser tu amigo, de tener a alguien como tú a mi lado. Nunca me arrepentí de seguirte, porque sé que luchabas por lo correcto, siempre preocupándote de los demás antes que tu propia seguridad. No queríamos dejarte solo otra vez, menos en esta fecha”

“gracias por cuidarme, y nunca rendirte, a pesar que casi…estuve a punto de asesinarte” la voz de Bucky ahora sonaba sospechosamente rota por la emoción “y gracias. Eres mi hermano, Stevie. Mi familia. Nunca me importó si eras un pequeño punk peleando en los callejones, o un héroe mundial. Siempre estarás aquí, en mi corazón. Y lucharé a tu lado, porque te seguiré hasta el final de la línea”

“¡Muy feliz cumpleaños!”

Luego del saludo a coro de ambos chicos, el holograma se detuvo, parpadeando hasta desaparecer. Aquel era el verdadero motivo por el que Clint había viajado a su casa, sabiendo de los planes de Sam, y de cómo querían que él también grabara un video. Ello había ocurrido a escasos tres días de la incursión del ejército de Thanos en la Tierra, por lo que ni Wanda ni él mismo, habían sido capaces de cumplir con su petición.

Clint cerró los ojos con fuerza, sin ser capaz de ver la reacción de su líder. Sabía que en esos momentos, sería bastante obvio quién era el autor del holograma, y el silencio opresivo en el balcón lo estaba asfixiando lentamente.

Entonces sintió los brazos de Steve rodeándole con fuerza, y el arquero no pudo evitar jadear, temeroso. Rápidamente devolvió el contacto, sintiendo a su líder romper en llanto. No sabía qué hacer, ni cómo reaccionar, arrepentido de tomar aquella decisión. Pero entonces fijó su mirada en sus amigos, quienes sonreían con verdadero orgullo, e incluso Tony había levantado sus pulgares, en un gesto de ánimo.

“Gracias, muchas gracias Clint” las palabras de su Capitán le arrancaron de la bruma de angustia, permitiéndose respirar, aunque aún algo nervioso por sus lágrimas “Es uno de los mejores regalos que me han dado…y no tengo como pagártelo” Steve se separó lentamente de él, escuchando en ese momento, los primeros fuegos artificiales estallar. Gracias a ello, ninguno de sus amigos fue capaz de escuchar el resto de su conversación “sé que me escuchaste ayer, me di cuenta poco antes que te golpearas contra la puerta” soltó una risa temblorosa mientras intentaba limpiar su rostro con su camisa “y fuiste capaz de conceder ambos deseos. No se cómo lo hiciste, pero me siento muy feliz”

Aquello sin duda era verdad. Desde que Tony se había confesado, Steve había empezado a dejar sus murallas atrás. Sonreía abiertamente, e incluso le había escuchado reír con sinceridad. Pero de todas formas Clint no pudo evitar balbucear, aun inseguro del giro que habían dado los acontecimientos “pero no los pude traer aquí, de verdad, como querías…” dando un salto de fe, se decidió a enfrentar a su amigo cara a cara, sin vacilaciones “tú me rescataste en mi peor momento, me ayudaste con mi hijo, estas dando todo de ti por traer a nuestros seres queridos de regreso. Lo digo en nombre de todos, sin mentir, que haríamos lo posible por ti. Eres nuestro amigo, y como dijeron Bucky y Sam…realmente lo mereces…”

Como toda respuesta, Steve le dio un nuevo abrazo, emocionado, antes que Clint le indicara por señas que se reuniera con su novio. Aprovechó ese momento para tomar a Nathan en brazos, quién había sido traído por Okoye, fascinado por la pirotecnia.

En medio de los fuegos artificiales, las insignias de los Vengadores, de cada uno de ellos, aparecieron en lo alto del cielo: desde el reloj de arena de Natasha, hasta el martillo de Thor. Pero lo que sin duda le hizo reír, fue el momento en que el reactor arco de Tony, se solapó perfectamente con el escudo de su Capitán.

Siguieron celebrando por lo que parecieron horas, comiendo y bebiendo, hasta que el cansancio hizo mella en su hijo y terminó dormido en sus brazos. Clint sonrió con ternura, dispuesto a llevarlo a su habitación a descansar. Mientras se despedía de sus amigos, se dio cuenta que Steve y Tony se encontraban en un lugar apartado de la terraza, charlando amenamente “me alegra que hayas tenido un buen día. Le debemos a Clint verte sonreír otra vez”

“Sí, se lo debo, pero a todos ustedes también” respondió el rubio, sin percatarse que estaba siendo escuchado “no están todos conmigo, aquí, pero los recuperaremos. A todos, sin importar el tiempo que nos lleve” su voz sonaba decidida, pero pronto su expresión se suavizo “y nunca he olvidado que ustedes siguen siendo mi familia. Al igual que Buck, que Sam o Wanda. Me siento tan honrado de haber compartido con ustedes este día, de que tengan mi espalda y yo la suya” hizo una pausa, mirando el cielo con cariño, donde esta vez Rocket había hecho de las suyas con una nueva tanda de fuegos artificiales “Me han hecho sentir querido una vez más… no hay nada más que podría pedir. Este, sin duda ha sido, el mejor de los cumpleaños”

Notas finales:

Espero les haya gustado, y les haya tomado por sorpresa el plan de Clint. Si alguien lo pregunta, la escena extra que agregué, fue la caída de Steve al agua y el posterior uso de los hologramas de Bucky y Sam. En un inicio, todo terminaba cuando Ton se declaraba y ambos se besaban, pero era un idea difícil de dejar atrás.

De todas formas, me gustaría leer sus impresiones en los comentarios. Muchas gracias, de nuevo, por su apoyo. 

Cuídense ¡Nos vemos!


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