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Una eternidad para encontrarte, un minuto para amarte por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, algo de Ooc, omegaverse y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen: Stephen Strange, un acaudalado empresario dueño de diferentes farmacéuticas termina haciéndose cargo del hijo del matrimonio Stark luego de la muerte de estos.

 

 

—j

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Una eternidad para encontrarte, un minuto para amarte

 

 

Capítulo 12.- Pelea parte I

 

 

 

Una sonrisa adornó sus labios cuando escuchó el sonido de la explosión. Observó con satisfacción, al Helicarrier precipitarse al suelo al haber perdido dos de sus motores. Ordenó la retirada, aún tenía una misión que cumplir.

 

Cerró los ojos y dejó que el sueño la venciera; dudaba que el hechicero tuviera el poder suficiente para evitar la caída, aun con la ayuda de Loki.

 

 

 

La nave se precipitaba al suelo y ninguno de los intentos de Tony parecía ser suficiente para evitarlo. Stephen podía sentir el miedo de su omega a través del vínculo.

Cerró su mente a las emociones de Tony; necesitaba concentrarse, la nave era muy pesada y necesitaría de una buena cantidad de magia para evitar que se estrellara y aun así no estaba seguro de tener suficiente poder para lograrlo, al menos no sin la ayuda de Loki.

 

—¡Stephen! —gritó a través del vínculo, pero era inútil, ese maldito mago de feria se había atrevido a cerrar la comunicación —. Si sales vivo de esta, vas a dormir en la casa del perro.

 

Entonces, el Helicarrier comenzó a desacelerar su caída, hasta aterrizar en el océano. Tony no perdió el tiempo y se apresuró a entrar para buscar al idiota que tenía como alfa; lo encontró junto al prisionero, ambos se veían exhaustos.

 

—Tony —dijo Strange con voz cansada. Loki y él se mantenían juntos, sosteniéndose el uno al otro para evitar perder el equilibrio. —¿Te encuentras bien?

—Yo debería hacer esa pregunta —dijo serio. Miró al alfa asgardiano con el ceño fruncido.

—No es nuestro enemigo. Loki fue mi estudiante cuando era joven —Stephen le explicó a grandes rasgos lo que había sucedido.

—Supongo que debemos ir con los demás.

 

La reunión se llevó a cabo poco después; Bruce había sido lanzado fuera de la nave y no tenían idea dónde estaba, pero Stephen les aseguró que ya había enviado a alguien de la entera confianza de Banner para buscarlo, pues no creía prudente que un desconocido lo hiciera.

Enterarse de la muerte de Coulson fue un duro golpe para los presentes, pero de alguna manera ayudó a unirlos.

Lo más complicado fue convencerles de que Loki no era el enemigo, solo una víctima; por supuesto, Thor y Tony lo aceptaron de inmediato, el primero porque había visto la pelea de Stephen contra aquella criatura y estaba feliz de recuperar a su hermano, por otro lado, Stark confiaba plenamente en su alfa.

 

Nick les contó sobre el proyecto Vengadores; hombres y mujeres excepcionales que lucharían las batallas que ellos no pudieran ganar. Lo que no dijo, fue su creciente interés por Stephen y su hermana, quién estaba seguro, poseían algunas habilidades que él pudiese tomar en consideración en algún futuro cercano.

 

 

Muy lejos de ahí, Bruce despertó entre un montón de escombros de un edificio destrozado. Un anciano fue quien lo recibió, habló un poco con él y le entregó ropa.

 

—¿Eres un alíen? —Bruce lo miró confundido y respondió que no. —Si, eso fue lo que ella dijo.

—¿Ella? —Preguntó confundido.

—Te está esperando. Una alfa de cabellos plateados.

 

Bruce se cambió y salió del edificio destruido. Clea estaba enfundada en un traje de motociclista violeta; recargada en una kawasaki ninja negra con toques morados.

 

—¿Clea? —ella sonrió.

—Bruce. Te ves bien —dijo acercándose al omega —. Me encanta tu peinado, muy rupestre.

—¿Qué haces aquí?, ¿cómo me encontraste? —ella le dedicó una sonrisa felina.

—¿Te gusta? —preguntó al tiempo que acariciaba su motocicleta —. Cuando era joven solía montar dragones y surcarlos cielos a gran velocidad o cabalgar sobre unicornios por las praderas.

 

Clea cerró los ojos y suspiró con cierta nostalgia; recordó la época en que ella, Stephen y Merlín solían competir por el puesto de mejor jinete.

 

—¿De qué estás hablando?

—Te lo contaré después, tomaremos el té en Londres, conozco una hermosa cafetería, linda y discreta…

—Clea…

—Cierto, cierto… —dijo ella al tiempo que le entregaba las llaves de la moto —. Stephen llamó, dijo que viniera a buscarte —Bruce se sonrojó ligeramente al saber que Strange se había preocupado por él —. Puedo enviarte cerca de dónde están ahora, pero aun así la vas a necesitar —agregó señalando la moto.

—¿Y qué hay de ti? —como respuesta, ella creo un portal de color violeta que hizo a Bruce sobresaltarse a causa de la sorpresa.

—Tengo que regresar a DC por un cliente —le guiñó el ojo con cierta coquetería —. Ten cuidado y dile a Stephen que no vuelva a dejar a uno de sus clones mágicos para realizar una trabajar en el hospital, casi le da algo a Christine cuando desapareció frente a ella. Como sea, vete antes de que las cosas se compliquen.

 

Bruce asintió, más por inercia que por estar de acuerdo con la alfa. Subió a la moto y la dirigió hasta el portal, al atravesarlo, este desapareció detrás de él.

El omega miró su alrededor, confundido. ¿Cómo es que había llegado a Manhattan tan rápido?

 

 

Stephen estaba débil para crear un portal y transportarlos a todos, por lo que Tony se adelantó para tratar de detener a Selvig pero este ya había activado su aparato.

 

—… La barrera es de energía pura —dijo J.A.R.V.I.S. —Es impenetrable.

—Ya lo noté —respondió bajando a su torre, donde la mujer que había peleado contra Stephen se encontraba. Se quitó la armadura e ingresó al pent-house.

 

Rowen Maw observaba el paisaje a través de los grandes ventanales. Tan tranquila, como si el lugar le perteneciera a ella.

 

—Vaya —dijo ella con ese tono de superioridad que tanto le gustaba usar a los villanos y molestaba tanto a Tony —, un humano, y no cualquiera, la pequeña mascota de ese “hijo de la magia” —movió el báculo, amenazante —¿Dónde está él?, ¿Es que el príncipe es tan cobarde como para enviar a su mascota omega a luchar sus batallas?

 

Tony frunció el ceño, ¿príncipe?, ¿a qué se refería? Bueno, era algo que tendría que preguntarle a su pareja cuando esto terminara.

 

—Stephen no necesita que nadie pelee por él —dice serio. —Entraste a mi casa, de un omega y ni siquiera te limpiaste los pies —comentó con seriedad.

—¿Acaso quieres apelar a mi lado alfa para no atacar? —habló Rowen mientras jugaba con el báculo que contenía la gema de la mente.

—Amm, de hecho, planeaba amenazarte —ella se jactó del pobre y patético omega y sus pobres intentos.

—Necesitas tu armadura para eso, omega —Tony le dijo que estaba muy maltratada y ella poseía la “linternita del destino”

—. ¿Quieres una copa, Daffney Gillfin? —ella no respondió, confundida por el nombre. —¿No? Yo sí quiero una.

Ella le dio la espalda, regresando su atención al paisaje urbano, tan primitivo que le resultaba asqueroso.

 

Stark se acercó a la zona donde tenía distintos licores y procedió a colocarse unos brazaletes metálicos en las muñecas. Se sirvió un poco de whisky encaró a la mujer.

 

—Omega, eres tan insignificante como todos los seres de este patético mundo —dijo Rowen —, ¿a qué temería?

—A los Vengadores —respondió Tony —Así nos hacemos llamar. Una especie de equipo, los héroes más poderosos del mundo —ella se rio. Los patéticos intentos del humano por retrasar lo inevitable le resultaban cómicos.

—Si, ya los vi —respondió con superioridad. Podría solo matarlo, pero la curiosidad por saber cuál era lo que un ser tan poderoso como lo era el hechicero alfa; veía en una criatura tan insignificante.

—Sí —respondió Stark imitando el tono despectivo de la extraterrestre—. Hay que hacer un recuento, ¿quiere Srta. Calamardo? No voy a negar que nos costó trabajo entendernos —aceptó sin problemas —Dos semi dioses, un super soldado «una leyenda viviente que supera su propia leyenda», un hombre con un temible problema de la ira, un par de asesinos maestros, un hechicero tan antiguo como el tiempo y usted, señorita, se las arregló para fastidiar a todos y cada uno.

—Ese era el plan —Tony se encogió de hombros, admitiendo que no era el mejor plan; le advirtió que ellos vendrían y seria su fin —. Tengo tropas.

—Y nosotros a un Hulk —Rowen volvió a reír; estaba considerando quedarse con la mascota del hechicero, sería una buena distracción.

—¿La bestia?, ¿me amenazas con un animal que se les ha escapado? —Tony frunció el ceño. Encaró a Rowen y le advirtió que no existía un trono, que ella no sería ninguna reina y que si bien, su ejército podría ser más fuerte, no se darían por vencidos.

—… Si no podemos proteger la tierra, te aseguro que la vengaremos.

—¿Enserio?, ¿y tendrán tiempo para mí, cuando estén ocupados contigo? —Rowen afianzó el agarre en el báculo que Loki usó para controlar a los humanos, pero por alguna razón, no funcionaba en el omega.

—Como… —Tony tampoco lo sabía, pero creía que tenía que ver con el enlace que él y Stephen tenían; de alguna forma, la magia de su alfa actuaba como un escudo, lo protegía.

 

Rowen tomó a Stark por el cuello. Ya se había terminado la hora del juego. Tony llamó a J.A.R.V.I.S., pidiendo que desplegara la armadura, pero la reacción de su IA era muy lenta en comparación a la fuerza que la alienígena usaba.

 

¿Esa era la forma en que moriría?

 

Entonces, de su bolsillo salió un pañuelo rojo que en un instante se convirtió en la capa de Stephen; inmediatamente se enredó en Rowen, quien lanzó a Tony para tratar de quitarse a la prenda de encima.

El cuerpo del omega atravesó los ventanales y se precipitó al vacío, por suerte, la nueva armadura se activó a tiempo, salvándolo antes de estrellarse en el pavimento. Voló de regreso hasta el pent-house.

 

 

—Y hay otra persona a la que hiciste enojar… su nombre era Phill —dijo antes de dispararle.

La capa se acercó a Tony revoloteó a su alrededor, como un perrito al que le da gusto ver a su dueño. Al mismo tiempo, la máquina de Rowen abrió un gran portal en el cielo y cientos de naves alienígenas comenzaron a emerger.

 

Ok, esto iba a ser más complicado de lo que creyó.

 

 

Continuará…

 

 

Espero les gustara este capítulo, en el siguiente termina lo de New York y de ahí pienso abordar un poco de la historia de Merlin con Clea y Stephen.


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