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Mi Historia por Leo-chan y Kirito-san

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Notas del capitulo:

Domingo, 22 de Julio

 

 

I: Buenas a todas las personas que están siguiendo este fic, pensé que iba a tener que actualizar la próxima semana pero aquí estoy y aquí me... leen :D pero bueno, se nota que me estoy tomando en serio esto de seguir escribiendo fics, hasta creo que voy a subir otro fic y eso que apenas comienzo con este.

 

Oigan, pues hay que aprovechar que estoy emocionado y pues la inspiración no está, pero si está la motivación que es un buen reemplazo de esta OwO GwG no estoy muy seguro pero creo que el próximo fic será de *se pone a pensar en uno de sus shipeos favoritos* ¿Ben 10 Omniverse? ¿Rookie x Ben? Lo siento, es que estoy retomando viejos hábitos y voy empezando la temporada 3 de las 8 que hay >n< olvide muchas cosas y no vi otras así que *suspiro cansado por eso* de nuevo al principio #3 (por la temporada 3).

 

 

Sin más que decir los dejo con el fic que tiene algo que creí que pondría más adelante 7u7 (oye, que Cáritas tan zululenta pero... creo que le falta una chispa de... perversión)

 

 
 
 
-Hey, despierta, ya es hora de levantarse -el compañero de cuarto de Iceen trataba de levantarlo sin éxito alguno, era la primera vez que le pasaba eso y no sabía si continuar o dejarlo dormir más tiempo pues si bien por la noche llego todo desastroso, literalmente horroroso- *suspiro* ¿Qué puedo hacer contigo? -se llevo una mano a la cintura y otra a la cabeza picandola con esta tratando de pensar en algo. Eran las 7:00 de la mañana y Iceen todavía no despertaba, inclusive después de casi 12 horas.
 
-Muy bien Iceen, no quería llegar a esto pero creo que no me dejas otra opción -dijo empujando al chico hacia el otro extremo de la cama cayendo al suelo.
 
-!Aw! -se quejo el mago de hielo mientras que se levantaba del suelo apoyándose de la cama, vio a su compañero frente a su cama con los brazos cruzados viéndolo con una cara regañante, veía los rayos del Sol entrando por las ventanas descubiertas.
 
-¿Sabes qué hora es? -pregunto su compañero. Vestía de una camisa blanca corta con un chaleco delgado de color negro por encima de esta, un pantalón negro y unos zapatos negros. Su apariencia, pelo rubio peinado hacia los lados pero también un poco despeinado, ojos rojos y de tez común (o normal que es el que se ve en la mayoría de las personas según yo GHG).
 
-Pues… -se quedó callado sentado en el suelo con los brazos en la cama.
 
-Iceen, son las 7:00 de la mañana ¿Pero que putas? -no pudo evitar cerrar mucho los ojos y abrir la boca ante lo que había dicho (así como "¿En serio lo dijiste?").
 
-¿Con esa boca le hablas a tus hermanas? -dijo haciendo enojar un poco a su amigo- y gracias por la hora, sí que dormí bastante -dijo recargando su cabeza sobre la cama mirando está.
 
-Al menos valió la pena, ya no te ves tan mal como anoche -dijo a lo que el menor dirigió su vista al rubio- me refiero a que anoche llegaste con los ojos como de rojo, la cara pálida, más de lo normal -golpeo su cabeza contra la cama ante ese comentario- y con unas ojeras que… bueno, tu ya sabrás.
 
-Espera -levanto su cabeza- ¿A qué te refieres con que llegué con los ojos rojos? ¿Te refieres a que llegué con los ojos rojos o a que llegué con los orbes rojos? -pregunto dudoso de si mismo. El rubio lo miro con una cara confundida por la pregunta que le había hecho- nada, olvídalo -se sonrojo por la pena, hasta a él se le hizo estúpida la pregunta al ver el rostro de su amigo, solamente quería comprobar si lo del día pasado seguía dando efectos.
 
-Hice desayuno, anoche se te escuchaba muy hambriento -dijo señalando la comida en la mesa de la habitación a lo que el medianoche (*se aguanta una risa* lo siento :,D) volteo a ver a la mesa comprobando que había comida en la mesa. De repente su estómago rugió muy fuerte cosa que hizo que se pusiera otra vez rojo de la vergüenza- exacto, así sonaba tu estómago toda la noche.
 
-Si que estaba en malas condiciones -dijo levantándose del suelo caminando hacia la mesa.
 
-Demasiado, me diste mucha pena -dijo asintiendo a si mismo mientras que el menor se sentaba en la silla- a propósito ¿Qué tanto cuidas tu cuerpo? -esta pregunta hizo que el peli-azul no diera la primera bocanada a su comida y se quedó callado.
 
-¿Tiene eso algo que ver con la visita de tu cuñado? -pregunto acercándose a la mesa.
 
 
El departamento era de un tamaño mediano con paredes de color crema pálido, tenía dos camas, un baño y un comedor pequeño que consistían en la mesa y tres sillas, una quedando atrapada entre la mesa y la pared (7u7). También tenía una cocina chica pero no tan chica, podían poner los utensilios en las repisas después de que los hayan lavado y dejado secando en uno de los dos espacios del lavatrastes y también había una estufa pequeña con cuatro quemadores redondos y la mesa a lado de esta donde se ponía todo lo que se ocuparía, también un refrigerador (1, notas finales).
 
 
-Mira, no es por ser mal agradecido pero no deberías hacer esas preguntas.
 
-¿Ah sí? -se cruzó de brazos.
 
-Bien, fue más o menos por eso, él como otros quieren mantener a su arma lo más pulidamente posible -dijo refiriéndose a él mismo, el peli-azul estaba diciendo una mentira disfrazada con toques de verdad.
 
-Estas loco, no, no, estás mintiendo -negaba a creerse lo que le estaba diciendo.
 
-*suspiro* Kenjiro y yo nos conocimos luego de un accidente, fue exactamente hace como 1 año y 2 meses que fue una semana después de haber… -hizo una pausa dejando a su amigo con las dudas- no importa, desde ese momento me convertí prácticamente en su aprendiz, no fue sencillo con tanta actividad demoníaca -se recargo en la silla con los brazos cruzados mirando al techo mientras que su amigo le ponía mucha atención- después de tanto tiempo nos volvimos muy buenos amigos, al principio no confiaba mucho mí ¿Y quién lo haría? Había aparecido de la nada después de tanto tiempo -el rubio levantó su mano captando la atención del orbes azules.
 
-Tengo una duda ¿Cómo es eso de que apareciste de la nada? ¿Qué te pasó? -a veces no comprendía los secretos que guardaba el chico, este volvió a mirar al techo algo nostálgico.
 
-Casi nadie lo sabe y creo que es mejor que las cosas se queden así -dijo sin más.
 
-¿Por qué tanto secreto?, Iceen, se sincero conmigo, por favor -el menor no dejaba de mirar el techo, se quedaron callados por unos momentos- sé que parezco que quiero meterme en tú vida, pero sabes a lo que me dedico aparte de ser mago,  solamente quiero ayudarte -cerro los ojos pensando en las palabras dichas, se incorporó quesandl derecho en la silla.
 
-¿Me creerías si te contará alguna locura? -el rubio asintió seguro- ¿Me creerías si que fue algo más allá de nuestro entendimiento.
 
-Iceen ¿Qué estás tratando de decir? -no le gustaba que su amigo fuera tan reservado, siendo un psicólogo principiante sabía que guardar secretos te hace sentirte mal y su amigo lo estaba demostrando levemente- ve al grano, no tienes que temer, trabajamos con locuras después de todo ¿No? -sonrio tratando de darle confianza al menor quién agachó la cabeza por dudar del rubio.
 
 
El chico pareció pensárselo otro rato inseguro de lo que estaba por decir, hasta que finalmente se digno a hablar- Yo -Fue interrumpido por una persona que estaba tocando la puerta, el rubio se levantó dejando al peli-azul terminar su desayuno, al abrir la puerta se encontró con un pelirrojo con ojos amarillos que lucía bastante bien y con un traje con un emblema en el pecho de un lobo, el chico se estremeció ante aquella presencia- Se-señor Pride -tartamudeo. El menor casi escupe el agua que estaba tomando comenzando a toser.
 
-Necesito hablar con Iceen -estaba serio, el rubio asintió y fue a hablarle tratando de no tartamudear. El orbes azules se encaminó a la puerta encontrándose con aquel pelirrojo- Ocupo que vengas conmigo -dijo caminando por los pasillos.
 
-¡Oye! -dijo algo molestó cerrando la puerta tras de sí y caminando detrás el mayor.
 
 
El pelirrojo vestía de un traje negro con una camisa roja y corbata negra, media aproximadamente 1.87cm mientras que el peli-azul (Iceen) media 1.55cm, el rubio (Cayde) 1.68 y el pelinegro (Kenjiro) media 1.86cm.
 
 
Caminaron durante un rato bajando del edificio por las escaleras, rato en el que ambos estuvieron en silencio y más aún cuando una persona se les unió a la caminata con el fin de irse a trabajar. Ya estando fuera del edificio se dirigieron hacia el primer callejón que encontraron solo para poder hablar. El pelirrojo se paró en medio del callejón mientras que el peli-azul se recargo en la pared de brazos cruzados y con un pie en la pared casi llegando a la altura de su rodilla.
 
 
Hubo silencio entre ambos pareciendo que ninguno de los dos se resignaba a hablar, uno estaba serio y el otro un poco enojado pero sintiendo también algo nervioso.
 
 
-Sé lo que estás pensando -comenzo.
 
-¿En serio? -el menor levantó una ceja escuchándolo.
 
-Que no te he enviado cartas ni mucho menos hemos hablado en persona ¿O me estoy equivocando? -pregunto a lo que el menor miró hacia la salida del callejón evitando la mirada del pelirrojo y dando a entender que estaba en lo cierto- necesito que me escuches.
 
-Soy todo oídos -dijo mirándolo seriamente, ahora ambos se miraban seriamente, suponía unas cuantas cosas de las que iban a hablar estando un poco preparado para cada tema.
 
El mayor suspiro- El consejo quiere que te unas a los altos mandos, creen que estás haciendo muy poco bajo la mirada del gremio.
 
-Entonces ¿por qué no vienen ellos mismos a decírmelo a la cara? -fingio un poco de su molestia.
 
-Iceen, no empieces -la expresión en su rostro no cambiaba, seguía serio.
 
-¿Empezar qué? Si el consejo me quisiera arriba vendrían ellos mismos a pedírmelo, ya he rechazado muchas invitaciones y puedo seguir rechazando más -uno sus brazos trazo con fuerza una línea horizontal frente a ambos, dando a entender que estaba dispuesto a cumplir lo que decía, volvió a cruzarse de brazos.
 
-Por eso me enviaron a mí esta vez -serio.
 
-Osea que eso es lo que hace falta para que vengas trás de mí ¿No es así? -levanto ambas cejas por un corto tiempo.
 
-Si, así es -esas palabras ponían al peli-azul triste por dentro, pero por fuera seguía firme.
 
-Pues nosotros ya no somos nada y nuestra antigua relación no existe más, eso me lo has dejado muy en claro y ahora yo lo dejo en claro -se dispuso a salir de aquel callejón ante la atenta mirada del pelirrojo.
 
-Si que has cambiado demasiado, ya no te reconozco -volteo a verlo, sus palabras eran serías, pero su expresión había cambiado un poco, mostraba un poco de tristeza.
 
Se detuvo antes de llegar a tocar los rayos solares-… lo mismo digo, pero en fin… el pasado es el pasado, y ahí es donde se queda todo… ¿No es así? ¿No es eso lo que me dijiste la última vez que nos vimos? -miraba al frente del callejón (perdón?)  con un semblante triste- … tuve que aprender a madurar de la forma difícil, y ahora soy este -cerro los ojos con fuerza.
 
 
 
///Be Somebody -Thousand Foot Kritch///
 
 
"Soy solo un niño en mi interior, no soy quien piensas que soy hoy, intenté regresar atrás… tantas veces"
"Soy solo un punto en tu mente, viniste y me hiciste quién soy, recuerdo donde comenzó… tan claro"
"Me siento a ciudades de ti, a la vez me siento cerca, me hiciste sentir algo que nunca espere repetir"
"Cuando solo veía el suelo, me hiciste ver aquel mundo, cuando nadie quiera creer quiero que nos vean a los dos"
 
 
Recordaba su infancia con anhelo, nostalgia y tristeza, recordaba todo los momentos que ambos habían pasado juntos, él de 9 años y el mayor de 15 años, recordaba que en aquel entonces era muy tímido con su pequeña y nueva familia y que casi no hablaba aún cuando había logrado volver a tener confianza hacia las personas. Recordaba como se sentía estar lejos de él cuando se iba a cumplir con sus misiones en el gremio, se sentía fatal, se sentía triste, decaído, sin ganas de hacer muchas cosas. La unión de estos dos le había dado nuevas esperanzas reemplazando a las viejas con unas más poderosas.
 
 
"Las luciérnagas se irán, yo soy pensar, tu eres la voz, somos una rara mezcla ¿Tú eres una parte de mí?"
"Y en las noches en soledad, tus pensamientos quemarán, eres el único en saber… ¡Quien realmente soy!
 
 
Los días en los que veían las luciérnagas en los festivales le cautibavan pues era uno de los mejores momentos de su infancia, siempre que el quería hablar se acercaba a uno de sus hermanos, en especial al mayor, si tenía miedo, si se sentía triste, dolido, feliz, y cuando iba a decir algo o a quejarse de algo estos ya sabían lo que iba a decir, el niño era como un libro abierto con muy pocas cosas que decir. Quién más se la llevaba con el menor era el mayor quién había estudiado muy bien al menor desde que lo adoptaron hasta su partida. Ocultaba en él aquella mente aquel niño que siempre está presente pero sin dejarse ver, quería aparentar que finalmente habia madurado y es que era cierto, había madurado de la forma mala.
 
 
"!Todos queremos ser alguien! ¡Saber si somos parte de algo más!" "¡Todos queremos ser alguien! ¡Valientes pero sin pasar lineas!"
 
 
Recordó en lo que antes era su hermandad.
 
 
"Y todos somos cual cristal, nos rompemos fácilmente, la luz se ha esfumado y todavía la veo al pasar"
"Estaba perdido en mi mente, tras una caja del ¿Por qué? Nunca dude que estaba allí, solo tomo tiempo encontrarme (y aún así…)"
“Me siento a ciudades de ti, a la vez me siento cerca, me hiciste sentir algo que nunca espere repetir”
“Cuando solo veía el suelo, me hiciste ver aquel mundo, cuando nadie quiera creer quiero que nos vean a los dos”
 
 
Recordaba muchas cosas, entre sus recuerdos estaba la vez que discutieron siendo este herido por el mayor lo que hizo que se alejará de él. No sabía cómo ni por qué había cambiado tanto, la luz de lo que alguna vez fue su hermano se apagó. Después de eso se puso muy triste, tanto que no dejaba de llorar odiandose a si mismo por todo lo que pasó, deseaba haber podido estar con ellos.
 
 
“Las luciérnagas se irán, yo era pensar, tú eras la voz,  eramos algo muy raro, ¿Tú eras una parte de mí?”
“Y en las noches en soledad, tus pensamientos quemarán, eras el único en saber… ¡Quien realmente soy!”
 
 
Sabía que no era su culpa, las cosas simplemente ocurrieron como una mala jugarreta del destino, a veces pensaba en los días felices que ahora ya no existen, el pasado en el pasado y el futuro hacia delante.
 
 
“¡Todos queremos ser alguien! ¡Saber si somos parte de algo más!” “¡Todos queremos ser alguien! ¡Valientes pero sin pasar líneas”
(x2)
 
 
Siempre iba a vivir un tormento.
 
 
“Soy solo un niño en mi interior, no soy quien piensas que soy hoy, intenté regresar atrás... tantas veces”
“Cuando solo veía el suelo, me hiciste ver aquel mundo, cuando nadie quiera creer, quiero que nos vean a los dos”
 
 
 
///Be Somebody -Thousand Foot Kritch///
 
 
 
Se disponía a salir del callejón nuevamente, pero antes de salir hacia la calle escuchó unas últimas palabras.
 
 
-Realmente lo siento, nunca quise que pasará esto -apreto los puños con fuerza viendo como el mago de hielo salía de ahí.

Notas finales:

Otra cosa que no dije al principio, voy a cambiar el nombre del primer capítulo porque se me olvidó que le ha la puesto nombre y le puse otro cuando estaba haciendo esto de las notas y bla bla bla (para que l@s aburro)

 

Espero y les haya gustado el capítulo, me esforcé mucho poniendo que rehice la letra anoche aún cuando estaba ocupado XD y una cosa más ¿Conocen canciones que sean como está? O bueno, es que tengo algunas pero son pocas a las que me dan ganas de ponerle una letra original (dije letra, no tonada) y pues asi, voy a necesitar más si quiero seguir teniendo songfic para todo lo que se vendrá a futuro (no te hagas pasar por FNAFHS -grita alguien) (I: ¡Callese que si no hubiera hecho un fic de los animatronicos y yo no tardó mil años en subir! Espero)

 

Sin nada más que decir, se despide su humilde escritor, Leo-chan (chan chan chan ^w^U)


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