Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Algo más por Adid

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es el final de esta historia. 

Espero que les guste. 

 

~~~*EPILOGO*~~~

 

¿Qué es realmente una persona? ¿Qué es realmente una vida?

¿Es la personalidad?  ¿Son sus recuerdos? Lo primero es de alguna forma consecuencia de lo segundo. Así que ¿qué pasa cuando alguien pierde toda su memoria? ¿Sigue siendo el mismo?

Preguntas interesantes pero cuya respuesta en realidad no le interesaba demasiado. La filosofía era uno de los campos de su hermano, no suyo. Él prefería las cosas más concisas y menos complicadas. Era suficiente saber  que, contra todo lo que creyó, había podido recuperarse por completo de una manera increíblemente fácil y rápida.

El tiempo en que permaneció sin memoria había sido bueno de alguna forma; sin preocupación, angustia, miedo o culpa que lo aquejara. Sin embargo no se arrepentía de haber recuperado sus recuerdos, incluidos los de todo aquello que había hecho mal en su vida, porque junto con ellos regresó también la comprensión y el anhelo del amor familiar y reconocimiento que finalmente estaba recibiendo. Su vida no había sido perfecta, había cometido muchísimos errores, pero eso no importaba porque al final todo se vio recompensado.

Ahora tenía todo lo que siempre quiso: Una familia unida y feliz (y sobre todo a salvo). Sus sobrinos crecían felizmente, directos hacia un futuro que se pintaba prometedor. Había podido heredar en vida el legado que había construido por tantos años a quien consideraba como un hijo. Y sobre todo ahora tenía la vida de aventuras junto a su hermano que siempre había soñado. La relación entre ellos no era perfecta pero no importaba, a fin de cuentas  ¿cuándo lo había sido realmente? Ambos estaban felices solo con intentarlo.

Así que sí. Todo era perfecto. Quizás, volviendo a la filosofía, ese sería el momento perfecto para morir. Pero los filósofos podían joderse, porque él no pensaba hacer eso, al menos en un buen rato.

Sonrió ligeramente ante ese último pensamiento. Se levantó de su asiento frente a la pequeña mesa en la cabina del Stan O’ War II, estirándose un poco. Se perdió por un momento en la curiosa sensación de la noción de su cuerpo recostado sobre su cama, esa era una señal de que  no faltaba mucho para que despertara. No lo sorprendió, era normalmente en ese punto en el que se daba cuenta de que estaba soñando.

-¿A dónde vas? – Preguntó Stanford sin levantar la vista del libro sobre el que tenía enterrado medio rostro.

-Por ahí.-  Contestó encogiéndose de hombros mientras se dirigía hacia la salida. Si no le daba explicaciones a su hermano, mucho menos a su hermano hecho de sueños.

Cruzó la puerta y se encontró de pronto en el patio trasero de la cabaña del misterio. Se acercó a los columpios oníricos que, aunque seguían luciendo viejos, estaban ahora reparados; y se sentó sobre uno de ellos.

-Hola, Bill.

Saludó, con una ligera sonrisa que asaltó sus labios, al triangulo que apareció sobre su regazo. El tamaño de Bill ahora siempre era pequeño y su brillo lucía menos intenso de como lo recordaba, ya no traía puesto su sombrero ni su corbata de moño. Stan no recibió respuesta. Hacía mucho que no recibía una. Si era porque Bill entre sus poderes había perdido también la capacidad de hablar o comunicarse con él, o simplemente era que el demonio no quería hacerlo, Stanley no lo sabía. El ser solo se limitó a mirar fijamente hacia el frente casi con terquedad.

Cuando Stan recuperó su memoria y junto con ella el entendimiento del alcance del sacrificio que había hecho, por un momento había sentido temor ante la posibilidad de que su recuperación se debiera a que Bill se estaba recuperando a la par y terminaría regresando. No pasó mucho tiempo hasta que se dio cuenta de que estaba en lo correcto, pero no de la manera que temió. Bill seguía ahí, en su mente, pero sin poder alguno. Ni siquiera sabía cómo es que lo sabía pero así era. Estaba seguro y es por eso que ni siquiera pensó en advertir a Stanford, no creía que valdría la pena preocuparlo, sobre todo ahora que su hermano por fin lucía tan relajado y feliz (si a veces incluso se carcajeaba).

Tenía que admitir, sin embargo no sin cierta culpa, que encontrarse con que Bill no se había ido por completo lo había hecho muy feliz. Ahora sabía bien lo que el demonio realmente era. Lo que había pretendido. Y aunque también sabía que siempre había tenido razón en no confiar en él y que solo había buscado utilizarlo, la verdad es que también lo había extrañado, lo había añorado  con cierta nostalgia durante el tiempo que pensó que no regresaría. Pues a pesar de todo, de alguna manera extraña sentía que lo había llegado a comprender un poco después de tantos años y de tantas cosas vividas, tantas pláticas.

Haber sabido, o pensar por un tiempo, que jamás volvería a verlo, que jamás volvería a aparecer frente a él solo para fastidiarlo un rato, que no habría más llamadas telefónicas inoportunas, que no volvería a dejar “descuidadamente” algún raro objeto encantado  que aterrorizara a sus clientes (y de paso a él), no más charlas sobre el mundo y la vida; todo eso le había dolido de una manera que no podía haber previsto; se había sentido… raro. Como si hubiera perdido algo importante. Después de todo, Bill fue por mucho tiempo el único apoyo y compañía con la que contó. Aunque no lo aceptaría jamás en voz alta, la verdad es que pudo haber considerado a Bill como un amigo, o ¿tal vez algo más?  Jamás había querido reflexionar demasiado sobre lo que pensaba y sentía por el triángulo, mucho menos cuando los había condenado a ambos a desaparecer, pero resultaba que ninguno de los dos lo había hecho y ahora, les gustara o no, estaban más unidos que nunca.

Y una parte de él quería pensar que para el triangulo también había sido algo más que solo una herramienta para alcanzar sus fines, alguien a quien realmente llegó a respetar.  Aunque seguramente era imposible, le gustaba creer que Bill también había llegado a sentir algún aprecio por él, aunque al parecer el haber sido derrotado no le había sentado nada bien por el momento.

Stan no se desanimó con la falta de entusiasmo mostrada por su compañero, por el contrario su sonrisa se amplió un poco al comenzar a mecerse en el columpio.

-¿No vas a preguntarme si te extrañé?

Preguntó entonces el anciano sabiendo que tampoco esta vez habría respuesta.

-Tú sabes que sí.

Terminó con voz risueña mientras se seguía columpiando. Bill solamente recargó un poco más su peso hacia atrás acomodándose mejor sobre su regazo.   La sonrisa de Stanley se amplió otro poco.

Sí, ahora tenía todo lo que quería.

 

~FIN~

 

Notas finales:

WDO YHC XQ GLD VWDQ VHSD TXH SDUD ELOO HO WDPELHQ HUD PXFKR PXFKR PDV

 

...

 

Espero que les haya gustado esta pequeña historia. Sé que aquí la relación fue más bien platónica, pero eso no quita que los sentimientos de Stan fueran reales y profundos.

Me basé especialmente en mi propia experiencia con los sueños lúcidos (emmm y ataques de pánico/ansiedad), así que espero que no haya quedado confuso en esas partes.

Como siempre: ¡Muchas gracias por leer!

No sé si alcance a publicar algo más antes de que termine el año ni tampoco de qué tan activa pueda estar el próximo (pienso enfocarme en cosas nuevas y no sé de qué tanto tiempo libre podré disponer).  Pero me ha hecho muy feliz estar en el fandom de GF, a pesar de lo poco activo que es (especialmente en español T.T) pues no creí que alguna vez pudiera volver a engancharme con algo de la manera que lo hice.

Muchas gracias a tod@s mis lector@s que me apoyaron, así sea solo leyendo y mucho más si alguna vez se tomaron la molestia y el tiempo de dejarme algún comentario.

Les deseo a todos felices fiestas, un fin de año tranquilo y un año nuevo prometedor.

Adid Sevfan


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).