Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hasta El oscuro puede amar por lizergchan

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión. Créditos a los autores de las imágenes de portada en turno.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, angustia, muerte de personaje, pactos demoníacos y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen: Todos sueñan con la eternidad, pero pocos conocen la maldición que conlleva.

Beta Reader:

 

—c

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Hasta El oscuro puede amar

 

 

Capítulo 10.-Si te digo quién soy, ¿me amarías?

 

 

Stephen cerró los ojos. Disfrutaba tanto de la cercanía de Tony; se sentía tan correcto, tan único.

Dejándose llevar por la agradable sensación que el moreno le producía; lo besó en los labios. Tarde se dio cuenta de lo que había hecho, pero cuando estaba por alejarse, fue el mismo Stark quien lo atrajo nuevamente.

 

Sus bocas se abrieron. Lenguas luchando por el dominio de un beso salvaje, lujurioso.

 

Manos traviesas comenzaban a explorar bajo la ropa ajena, buscando el deseoso falo del contrario.

 

—Este… aunque me encantaría ver como los dos follan como conejos sin control, tenemos asuntos que resolver —la pareja se separó al escuchar aquella voz. Levi los miraba a unos centímetros de distancia, lucía un poco cohibida, aunque Stephen no creía que fuese por causa de ellos dos, después de todo ella siendo un demonio había sido testigo y participe de actos mucho más depravados y lujuriosos que un simple beso.

—¡Levi! —el cerebro de Tony pareció haber recuperado el control, pues se separó con brusquedad de Stephen. Rojo hasta las orejas, provocó una sonrisa en ambos entes oscuros.

 

Stark se regañó mentalmente; casi tenía sexo frente a Levi, ¡una niña!, bueno, un demonio que había vivido cientos de años, pero aun así…

 

—Lo siento… yo… —por primera vez, Tony no sabía que decir, ni siquiera era capaz de usar el sarcasmo para salir del problema.

—Tranquilo Tony, no es para tanto —dijo Levi restándole importancia —, aunque he de admitir que comenzaba a creer que ustedes dos iban a seguir con ese juego de “estira y afloja” por lo que te quedara de vida…

 

Tan nervioso estaba Stark que no se dio cuenta de lo que ocultaba el comentario de Levi, pero sí lo hizo Stephen y si quería algo con Tony (por qué sinceramente era así), debía ser sincero con él.

 

—Leviatán, ve a ver si Wong no necesita ayuda con nuestros invitados —la aludida asintió con seriedad. Eran pocas las veces que su Señor la llamaba por su nombre completo.

—Por supuesto —dijo antes de desaparecer tras un portal.

 

Tony se relajó al ver marcharse a la niña. Miró a Stephen esperando, paciente. Aunque tenía miedo que dijera que el beso había sido un error, algo del momento y si ese era el caso, él…

 

—Suficiente. No pienses más —Stark se sobresaltó. Strange había puesto dos dedos en su frente y le miraba con el ceño fruncido, ¿acaso le leyó la mente? —. El beso no fue ningún error ni tampoco algo del momento. Me gustas Tony, más de lo que quisiera admitir —suspiró —. Estuve casado. Ella fue el amor de mi vida…. Mi alma gemela, mi otra mitad.

—Lo siento… —Tony no sabía la razón, pero escuchar a Stephen hablar de esa misteriosa mujer con tanto cariño y devoción, hacía que le doliera el corazón.

—Está bien… Elizabeth…no he hablado de ella con nadie desde hace mucho —sonrió al tiempo que entrelazaba las manos con Stark —. Cuando ella murió, creí que mi corazón había muerto con ella y que jamás volvería a amar a nadie… entonces el destino me llevó a ti…

—Stephen… —no sabía qué decir. Los ojos de Strange lo hechizaron hasta tal punto que le habían robado el aliento.

—Déjame terminar por favor —pidió acunando el rostro de ingeniero —. Cuando te vi por primera vez, me enamoré de ti… pero me negaba a dejar el recuerdo de Elizabeth. Creí que, si lo aceptaba, su recuerdo desaparecería…

—Eso no es verdad —intervino Tony —. Cuando amas a alguien, se queda para siempre en tu corazón —ambos sonrieron. Se besaron. Ninguno podía creer que estuvieran siendo tan cursis, pero, ¿no es así el amor?

—Quiero estar contigo… —Stark sonrió como un tonto enamorado. Sus ojos destellantes de felicidad.

—Yo también —dijo Tony y un nuevo beso fue compartido, está vez, más largo y apasionado. Cuando se separaron, unieron sus frentes.

 

Sonrisas bobas y ojos enamorados los dominaron. Sus corazones se sentían ligeros y sus almas completas, pero había una sombra que empañaba la felicidad de Strange: miedo.

Él, un inmortal, el contenedor de un demonio que hace mucho había dejado de ser humano, ¿Tony lo aceptaría?

 

Stephen atrajo al moreno en un abrazo desesperado. Quería estar con él, pero para hacerlo, debía ser completamente honesto.

 

—Hay algo que tengo que decirte…

 

 

 

Wanda pensó en Stephen. El Hechicero Supremo le resultaba una persona bastante interesante (y atractivo).

El doctor Strange era poderoso, inteligente, astuto y con una gran disposición a ayudar, aunque solitario y enigmático; era sin duda el hombre ideal para muchas mujeres.

La bruja, repetidas veces se vio atrapada por esos preciosos ojos que cambiaban de color al capricho de la luz.

Sin embargo, existía oscuridad dentro de él. Wanda no podía explicarlo, era una extraña sensación, como si en el cuerpo de Stephen no solo fuese habitado por su alma, de hecho, ¿si quiera tenía?

Había algo en el Hechicero que hacía pensar a Maximoff que existía algo oscuro, malvado, oculto en lo más profundo de su ser.

 

Luego de lo sucedido en el complejo; ver como la Capa de Levitación se transformaba en una niña pequeña que había sido capaz de darle batalla a un enemigo que ellos no pudieron hacer frente, aun con sus fuerzas combinadas.

 

—¿Un arcángel? —cuestionó James frunciendo el ceño ante la explicación de Steve, quien por alguna extraña razón parecía saber mucho sobre el tema, de hecho, parecía conocer cosas de las que no tenía idea andes de regresar a la vida o desconocer otras que sabía antes.

—Ramiel es una guerrera, su nivel esta solo por debajo de Amenadiel —dijo Rogers —. Se dice que será ella quien premie a los justos en el Juicio Final.

—Si eso es cierto, ¿por qué nos atacó? —cuestionó Carol. Steve no supo qué responder, ¿qué diría? Era muy probable que Ramiel hubiese atacado por su causa.

 

Él era un reencarnado. Su alma hace ya muchos años descansaba en el paraíso, junto a su amada y los otros; él no tenía idea por qué está de regreso en la tierra y en el cuerpo de Steve Rogers.

 

—Tal vez sea por mi culpa —Levi había ingresado a la habitación junto a Wong. Los héroes contemplaron a la niña; rojos cabellos, mirada de fuero y ataviada con un vestido negro del tipo que las llamadas “lolitas” usaban. Llevaba unos zapatos de charol a juego con su ropa.

—Supongo que ya han tenido el placer de conocer la parte más oscura y secreta de las artes místicas —comentó Wong con su típico tono. No le agradaba tener tanta gente en el santuario, pero sabía que no tenía alternativa, de hecho, de no ser por Levi, probablemente todos esos grandes héroes habrían muerto a manos de Ramiel —. Si tienen preguntas, háganlas ahora.

—¿Qué eres? —cuestionó la Bruja mirando directamente a Levi. Había algo oscuro oculto tras ese rostro infantil, pero no estaba segura si sus sospechas eran correctas.

—Sé que ya lo sabes, así que no hay necesidad de decirlo. Mi nombre no lo puede pronunciar la lengua humana, y aunque lo fuera, ninguno, celestial o demonio es tan idiota para dar su nombre tan a la ligera —respondió la niña —. Pueden llamarme Leviatán, Levi o Capa de Levitación, si así lo desean.

—Está bien, Levi —Carol tomó la palabra —. ¿Sabes por qué esa mujer nos atacó?

 

La pelirroja miró a Wong, como esperando que el hombre le diera su permiso para hablar, después de todo confiaba en su buen juicio.

 

—Tiene que ver con la reencarnación de quien fuera uno de las siete almas que fueron elegidas para custodiar al “Oscuro” —dijo el hechicero, con eso le estaba dando permiso a Levi de contar la historia de su señor y de ella.

—Vera. En el principio existió…

 

 

 

Tony escuchó atento la historia de Stephen. Algunas lágrimas escapaban ocasionalmente en las partes más tristes.

 

¿Cómo alguien podía soportar tanto dolor? Condenado a recordar los cientos de veces que fue asesinado o vio morir a sus compañeros. Después, obligado a vagar, eternamente solo sin tener la más mínima esperanza de poder morir.

La mayoría se habría ido al lado de las sombras por menos, pero ahí estaba Stephen, protegiendo a la humanidad de amenazas “místicas”, ¿era en verdad un demonio?

 

—… ¿pudiste detener a Thanos tú solo? —Strange asintió con la cabeza. Los dos se encontraban abrazados en el sofá. —¿Entonces por qué dejaste que todo sucediera?

—Si acababa con sus intentos de conquista, habría hecho que el cielo se fijara en mí y eso hubiese sido peor. Se pudo haber desatado una guerra entre ángeles y demonios. En manos de Thanos, se perdieron cientos de vidas, pero no hubiese sido nada comparado a lo que pudo suceder…

 

Tony guardó silencio, quizás tratando de asimilar toda la información, aunque, por alguna extraña razón sentía que él ya conocía la historia de antemano.

 

—¿Les dirás a los otros? —dijo Tony. En parte no quería que lo hiciera, quería atesorar el secreto de Stephen para él solo, pero si aquel arcángel los había atacado significaba que podría volver a hacerlo.

—Sí. Aunque desearía que solo tú lo supieras; estoy seguro que Ramiel no será la única que intente atacar.

 

 

 

 

—Entonces… tú no eres Steve —dijo Barner mirando a su amigo. Rogers negó con la cabeza. Después del relato de Levi, él también contó su historia.

—Temo que no. Tengo sus recuerdos, pero no siento que yo pertenezca a este cuerpo —respondió con cierta tristeza.

—¿Cómo sabes que no lo eres? —cuestionó Bucky. Ya había perdido a Steve una vez y no deseaba hacerlo de nuevo.

—Eso es por qué Arthur ha vivido incontables vidas, infinidad de cuerpos y épocas… sufrimientos —Stephen y Tony habían hecho acto de presencia, aunque había algo diferente en el hechicero.

 

Largos cuernos sobresalían de su frente, su cabellera creció hasta la cintura y sus ojos se volvieron pozos negros. Al verlo, los Vengadores se pusieron a la defensiva, pero Tony se interpuso entre ellos.

 

—Creo que tenemos mucho de qué hablar —dijo Strange mostrando la punta de sus colmillos en una ligera sonrisa.

 

 

 

Continuará….

 

 

 

….

 

 

Espero les gustara el capítulo. Ya quiero terminar este fic y los otros que tengo en proceso para poder dedicarme a otros proyectos que tengo pensados. Nos vemos en la siguiente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).